¿Y esto de Ciudadanos-Libertas?
La política electoralista parece una ciencia inestable que ha dejado olvidada la lógica y la razón. A cambio de nuestras papeletas, quienes aspiran a ellas son capaces de hacer malabarismos circenses mientras caminan por la cuerda floja haciendo el pino.
Se acercan las elecciones al Parlamento Europeo. En un momento en el que los católicos están empezando a levantar con timidez la bandera de una defensa honesta de sus principios, el panorama electoral no ha podido permanecer ajeno ha este hecho emergente. (¿Católicos en política? ¡Sí!, ¡no se escandalicen!, los seglares católicos tenemos el importante deber de implicarnos activamente en lo político.)
Parece que el partido Ciudadanos va a protagonizar un rocambolesco movimiento de tablero, cuya idea puede ser salir a la pesca de esa sociedad civil, que se percibe descontenta con los grandes partidos del Sistema, y a costa de la cual esperan conseguir un par de sillones en Bruselas. Es triste que una vez más la democracia vaya a convertirse en hipocresía pura y dura. Que quienes quieren presentarse frente al voto consciente como solución al mal, no solo sean una vez más parte del mal, sino que paradójicamente defiendan un programa diametralmente opuesto a los principios de las personas que conforman su pretendido caladero electoral.