¿Por qué el sacerdote le dio la Eucaristía a un protestante?
Acto de desagravio.
Divino Salvador de las almas: Cubiertos de confusión nuestros rostros, humillémonos en vuestra presencia soberana; y dirigiendo nuestra vista al solitario Tabernáculo, donde moráis, cautivo de nuestro amor, sentimos profunda pena al ver el olvido en que os tienen muchos cristianos, al ver infructuosos vuestros sacrificios y menospreciado vuestro amor. Pero ya que con infinita condescendencia permitís que unamos esta noche nuestros gemidos a los vuestros, nuestras lágrimas a las que brotaron por nuestra causa de vuestros santísimos ojos, a la sangre que amorosamente vertió vuestro divino corazón, os rogamos, dulce Jesús, por los que no ruegan, os bendecimos por los que os maldicen y os adoramos por los que, despiadados, os ultrajan, y con toda la energía de nuestras almas deseamos bendeciros y alabaros e todos los instantes de esta noche y en todos los Sagrarios de la tierra y con los valiosos afectos de vuestro amante Corazón.
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