4.08.10

Quemadmodum desiderat cervus ad fontes (II)

8 [v.5]. Busco a mi Dios entre las cosas visibles y corporales, y no le encuentro. Busco su sustancia en mí mismo, como si fuese algo igual a mí, y no la hallo. Siento que es algo que está por encima del alma. Para percibirle medité estas cosas y derramé mi alma dentro de mí. ¿Cuándo percibirá mi alma lo que se busca por encima de ella si no es cuando se vuelque sobre sí misma? Si permaneciese inactiva, no se vería más que a sí, y al verse no vería a su Dios. Digan ya mis mofadores: ¿Dónde está tu Dios? Hablen. Yo mientras no veo, en ranto que no sea arrebatado, me alimento día y noche con mis lágrimas. Digan todavía: ¿Dónde está tu Dios? Yo busco a mi Dios en todo lo corpóreo, ya terrestre, ya celeste, y no le encuentro; busco en mi alma su sustancia, y no la encuentro; me entregué a la búsqueda de mi Dios, y por las cosas que han sido hechas deseé ver las cosas invisibles de mi Dios. Derramé mi alma sobre mí, y ya no me queda a quién llegar a percibir sino a mi Dios. Sobre mi alma está la casa de mi Dios; allí habita, desde allí me mira, desde allí me creó, desde allí me gobierna, desde allí mira por mí, me anima, me llama, me dirige, me guía y me conduce.

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3.08.10

Quemadmodum desiderat cervus ad fontes (I)

Ordinariamente, nuestra alma desea alegrarse con vosotros en la palabra de Dios y manteneros en él, porque es nuestra ayuda y nuestra salud. Oíd por mí lo que Dios da y alegraos conmigo en él, en su palabra, caridad y verdad. Hemos emprendido la exposición de un salmo apto a vuestro deseo. Comienza este salmo por un santo deseo, y dice así el cantor: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! ¿Quién dice esto? Si queremos, nosotros. ¿A qué buscas fuera de ti quién sea éste, cuando está en tu poder ser lo que buscas? Sin embargo, no es un hombre, sino un cuerpo, y el cuerpo de Cristo es la Iglesia. Tampoco se encuentra este deseo en todos los que entran en la Iglesia. Sin embargo, quienes gustaron la suavidad del Señor y percibieron el contenido del cántico, no piensen que son solos, sino crean que tales arbustos se hallan plantados en el campo del Señor, que ocupa toda la tierra, y que de cualquier unidad cristiana es esta voz: Como desea el ciervo el manantial de las aguas, así te desea mi alma, ¡oh Dios! Por tanto, se entiende correctamente que esta voz es la de aquellos que, siendo aún catecúmenos, corren a la gracia del santo bautismo. De aquí que se cante solemnemente este salmo en tal acto, para que así anhelen la fuente de la remisión de los pecados del modo que desea el ciervo el manantial de las aguas. Acontezca esto, y se entienda veraz y habitualmente por la Iglesia. Sin embargo, hermanos, me parece que en el bautismo de los fieles aún no queda saciado tal deseo, pues si conocen dónde se hallan peregrinando y hacia dónde han de encaminarse, se inflamarán más ardientemente.

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1.08.10

Asociación de Sacerdotes Católicos en Irlanda: el enemigo interior

Fuente: Catapulta

Original: The Irish Catholic

Sean Mc Donagh (en la foto), Tony Flannery, y Brendan Hoban quieren:

Plena implementación de la visión y enseñanzas del Concilio Vaticano II,con especial énfasis en:

La primacía de la conciencia individual

La activa participación de todos los bautizados.

Dar igualdad de trato a todos los creyentes

Rediseño del ministerio en la Iglesia,para desarrollar los dones,sabiduría y experiencia de hombres y mujeres

Reestructuración del sistema de gobierno de la Iglesia,basado desde ahora en el servicio y no en el poder ,requiriendo consulta y transparencia en los nombramientos de los líderes de la Iglesia

Conceder igual lugar a las mujeres,tanto en el gobierno como en las varias formas de ministerio

Revaluación de la enseñanza sexual católica que reconozca el profundo misterio de la sexualidad y la experiencia y sabiduría del pueblo de Dios

Celebraciones litúrgicas cuyos ritos y lengua sean entendibles por todos

Reforzar las relaciones con los otros cristianos y demás creyentes

Plena aceptación de que el Espíritu habla a través de todo el pueblo,cualquiera sean las creencias

¡Señor, ten misericordia de nosotros!

30.07.10

29.07.10

Queiruga, entre Salomón y Ageo.

Junto a Salomón, Moisés y el profeta Ageo (no se ve, pero es el que queda más a la derecha), Torres Queiruga. Así anuncia Religión Digital el homenaje que le prepara la revista Encrucillada a Torres Queiruga, enmarcado en una de las jambas de la Puerta Santa de la catedral de Santiago de Compostela. Toda una declaración de intenciones, todo un exceso.

Es la débito de los amigos. Triste débito.

Queiruga queda así perfilado como el «profeta» que habla en nombre de Dios. Como Ageo, representa una nueva época profética, la de los cristianos sin Cristo.

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