Las palabras del Papa sobre el condón
Cuando el sábado leí las palabras del Papa, no podía salir de mi asombro: el Papa justificaba el uso del profiláctico en ciertos casos.
Al poco salía la nota del padre Federico Lombardi, que más que aclarar, oscurecía las palabras del Papa. Llegaba el Apocalipsis. El búnker de la moral sexual de la Iglesia se resquebrajaba.
Sin embargo, me gustaría analizar con sumo cuidado lo expresado por el Papa, comparándolo con un autor cuya calidad doctrinal, en su vida y obra, es irrefragable, un sacerdote que debería estar ya en los altares por el bien que ha hecho – y el uso del pretérito perfecto aquí no es una mera cuestión gramatical – a la Iglesia, me refiero al padre Antonio Royo Marín, O.P. Y una vez analizado, sacaré una serie de conclusiones al efecto.
Ante todo quiero decir que estamos ante un texto que es una entrevista escrita. La entrevista tiene siempre la apariencia de una discusión, donde el entrevistador, en este caso Seewald no es una persona a la que se quiera convencer a priori. El entrevistador es una especie de conductor, mientras que el entrevistado formaula una opinión argumentándola casualmente. Es importante tener esto en consideración porque la forma de organizar los argumentos en este tipo de textos es totalmente distinto a como se hace en un manual o un artículo.