Festividad de la Cátedra de San Pedro
Preguntó el Señor a todos los apóstoles qué opinión tenían los hombres de Él. Y aunque la palabra de los que responden es común cuando se expresa la duda de la inteligencia humana, sin embargo, cuando se busca el pensamiento de los discípulos, responde primero el que tiene el lugar principal en la dignidad apostólica. Y al decir: Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo, le respondió Jesús: Bienaventurado tú, Simón Bar Joná, porque no es la carne ni la sangre quien eso te ha revelado, sino mi Padre, que está en los cielos. Es decir, eres bienaventurado porque mi Padre te ha enseñado. No te ha instruido la opinión terrena, sino una inspiración celeste. No la carne ni la sangre, sino Aquel del cual yo soy su Unigénito te lo ha manifestado.