Newman sobre la Misa
Considérese, pues, el rito augustísimo de celebración de la Misa, dado al principio a la Iglesia, como una cosa o hecho determinado, puesto ante los ojos. ¡He aquí una acción admirable, transmitida por los apóstoles a las personas que habían atraído a la fe cristiana, una acción realizada cada día, frecuentada por los fieles de todas partes! No era un dogma puro y escueto, sino un ejercicio de adoración; no una formulación verbal, sino algo instituido, vivo y consistente;