Unas cuantas joyas de D. Nicolás Gómez Dávila
- El Cristo de los modernos es un hijo de carpintero que su elocuente reivindicación de la justicia social erige en prototipo de la inteligentzia revolucionaria.
O, alternativamente, el símbolo mítico de la humanidad divinizada.
Qué lerdos, sin embargo, esos lectores a quienes no intimida ese extraño personaje que cruza los páramos evangélicos como una borrasca nocturna.
El agitador crucificado se parece más al Pantocrator bizantino que al dechado de las asistencias sociales.
- El catolicismo languidece cuando rehúsa nutrirse de substancia pagana.
Los convidados declinan la invitación al festín celeste cuando les advierten que el Walhalla no lo prefigura.
- El Segundo Concilio Vaticano parece menos una asamblea episcopal que un conciliábulo de manufactureros asustados porque perdieron la clientela.
- La “teología de las realidades terrestres” acaba en simple terrenismo, si pretende ser más que una estética.
Tan sólo la belleza es impoluta realidad terrestre.
- Más que cristiano, quizá soy un pagano que cree en Cristo.
- En las ciencias sociales se acostumbra a pesar, contar y medir, para no tener que pensar.
- En la sociedad igualitaria no caben ni los magnánimos ni los humildes, sólo hay campo para las virtudes cursis.
- La úncia definición de la virtud que no vuelve atractivo el vicio es la de san Agustín: Virtus non es nisi diligere quod diligendum est.
- Una disciplina es científica cuando no exige que sea inteligente el que la ejerce.
Ciencia es lo que sólo un hombre inteligente inventa, pero que cualquier imbécil práctica.
- La explicación de la experiencia religiosa no se encuentra en los manuales de psicología.
Está en los dogmas de la Iglesia.
- El supremo aristócrata no es el señor feudal en su castillo, sino el monje contemplativo en su celda.
- Mi fe crece con los años, como el follaje de una silenciosa primavera.
- Un pensamiento católico no descansa, ientras no ordene el coro de los héroes y los dioses en torno a Cristo.
- El papel del cristiano en el mundo es la mayor preocupación del nuevo teólogo.
Singular preocupación, puesto que el cristianismo enseña que el cristiano no tiene papel en el mundo.
- Para que la libertad dure debe ser la meta de la organización social y no la base.
- Los problemas del siglo XIX preocupan tanto al izquierdista que los del siglo XX no le ocupan.
Los problemas que planteaba la industrialización de la socieda le impiden ver los que plantea la sociedad industrializada.
- La idea misma de sacrificio parece abusrda a quienes ignoran que existe una jerarquía de bienes.
- El político tal vez no sea capaz de pensar cualquier estupidez, pero siempre es capaz de decirla.
- Ayer el progresismo caputaraba incautos ofreciéndoles la libertad; hoy le basta ofrecerles la alimentación.
- Ser cristianos es hallarnos ante quien no podemos escondernos, ante quien no es posible disfrazarnos.
Es asumir la carga de decir la verdad, hiera a quien hiera.
- Para calcular la importancia del cristianismo no cuenta la originalidad de la doctrina, sino la divinidad de Cristo.
Nicolás Gómez Dávila. Escolios a un texto implícito I. Villegas editores
3 comentarios
http://es.wikipedia.org/wiki/Nicol%C3%A1s_G%C3%B3mez_D%C3%A1vila
¿Qué quiere decir esto?
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