Un texto de Newman
“En mi larga vida he cometido equivocaciones. No puedo mostrar esa alta perfección que pertenece a los escritos de los santos; pero creo sinceramente que en todo lo que he publicado ha existido intención recta, ausencia de fines personales, actitud obediente, buena disposición para ser corregido, odio al error, afán de servir a la Santa Iglesia, y, por divina bondad, una razonable medida de éxito. Me alegra decir que desde el principio me he opuesto a un gran mal. Por espacio de treinta, cuarenta, cincuenta años, he resistido con mis mejores energías al espíritu del Liberalismo en religión.
El Liberalismo en religión es la doctrina según la cual no existe una verdad positiva en el ámbito religioso, sino que cualquier credo es tan bueno como cualquier otro. Es una opinión que gana acometividad y fuerza día tras día. Se manifiesta incompatible con el reconocimiento de alguna religión como verdadera, y pretende que todas han de ser toleradas como asuntos de simple opinión. La religión revelada no es una ferdad, sino un sentimiento o inclinación; no obedece a un hecho objetivo o milagroso. Todo individuo, por lo tanto, tiene el derecho de interpretarla a su gusto. La devoción no se basa necesariamente en la fe. Una persona puede ir a iglesias protestantes y a iglesias católicas, obtener provecho de ambas y no pertenecer a ninguna…Puesto que la religión es una característica tan personal y un bien exclusivamente privado, debemos ignorarla del todo en las relaciones con otros hombres. (…)
Estoy en condiciones de mencionar el caso de mi propio país, que conozco bien. Este espíritu de liberalismo amenaza con obtener allí un terrible éxito, aunque no es fácil predecir lo que suceda al final. A primera vista se podría pensar que los ingleses son demasiado religiosos como para admitir un movimiento que en el continente se funda en la incredulidad. Pero lo malo es que en Inglaterra, aunque acaba, como en todas partes, en la incredulidad, no procede abierta y necesariamente de ella. (…)
Hay que recordar que las sectas religiosas, surgidas en Gran Bretaña hace tres siglos y muy poderosas en la actualidad, se han opuesto siempre con fiereza a la unión de Iglesia y Estado, y han propugnado la desconfesionalización de la monarquía, alegando que semejante catástrofe haría al Cristianismo inglés más sólido y más puro. El principio liberal presiona así sobre nosotros por la fuerza misma de las cosas. Consideremos lo que se sigue de la existencia de sectas ya numerosas. Constituyen éstas –según se dice – la religión de media nación inglesa, una nación – no lo olvidemos – que mantiene un sistema popular de gobierno. Los hombres que encontramos por la calle tienen una cierta participación en el poder político. Si averiguáis sus creencias, veréis quizá que representan una u otra de seis o siete religiones. ¿Cómo pueden entonces actuar juntos en asuntos municipales o nacionales si cada uno de ellos insiste en el reconocimiento exclusivo de su propia denominación religiosa? Toda iniciativa llegará a un punto muerto, salvo que se ignore el tema de la religión. No podemos evitarlo. (…)
Finalmente, hemos de tener en cuenta que hay algunos aspectos buenos en este planteamiento liberal, como son, por ejemplo, los preceptos de justicia, veracidad, sobriedad, benevolencia, etc., que, como he indicado antes, se encuentran al menos entre los principios que profesa. Pero cuando advertimos que este conjunto de principios pretende suplantar y bloquear a la religión, hemos de calificarlos como malos. (…)
El Cristianismo ha estado demasiadas veces en lo que parecía un fatal peligro, para que ahora nos vaya a atemorizar una nueva prueba. Todo esto es cierto. Son imprevisibles por el contrario las vías por las que la Providencia rescata y salva a sus elegidos. A veces, nuestro enemigo se convierte en amigo; a veces se ve despojado de la capacidad de mal que le hacía temible; a veces se destruye así mismo; o sin desearlo produce efectos beneficiosos, para desaparecer a continuación sin dejar rastro. Generalmente la Iglesia no hace otra cosa que perseverar, con paz y confianza, en el cumplimiento de sus tareas, permanecer serena, y esperar de Dios la salvación. Mansueti hereditabunt terram et delectabuntur in multitudine pacis".
Discurso de Newman una vez elevado al cardenalato. Extractado de Newman (1.801 -1.809). José Morales Marín. Ediciones Rialp, 1.990; pp 327 -329
16 comentarios
Ojala lo leyera mucha gente para entender, por ejemplo, como funciona lo del relativismo...
La verdad es que, como bien dice, el liberalismo encierra, en sí mismo y según hace, el gérmen del mal para la religión. Es, por decirlo así, algo aparentemente bueno pero, en el fondo, muy negativo.
De ahí la importancia del trabajo ecuménico.
Hay que mirar las cosas desde fuera de nosotros más que desde dentro si queremos re-cristianizar. Lo que ven es la PRAXIS del relativismo entre los cristianos, desunidos entre naciones y denominaciones.
Con la certeza de que la única unidad se producirá al final en torno a Pedro, hay que andar ese camino, es ineludible.
De ahí que, iniciativas como la del Acton Institute, me parezcan muy apropiadas.
'La verdad como fundamento de la libertad'
http://www.acton.org/es/
editoriales/verdad-como-fundamento-
de-la-libertad.php
http://www.newmanreader.org/works/addresses/file2.html
No creo que deba elevarse a principio general que la religión tenga relación forzosa con la verdad. Aquí Newman contesta a ciertos enfoques de la religión (emotivista o sentimental). Pero la verdad de la religión no creo que haya sido obra, siquiera, ni de San Pablo (antes se oponía a la sabiduría griega), sino tal vez de los apologistas. No es rasgo fundacional del Cristianismo, que tiene más que ver con la práctica del bien.
Y con eso no digo que la práctica del bien no sea un elemento fundamental del cristianismo.
Lo que es fundamental en el cristianismo es el conocimiento de su fundador, Cristo. De ese conocimiento o comunión con Él es de donde puede emanar luego el obrar según la voluntad de Dios. Pero sin conocimiento de la verdad, el bien que el hombre pueda hacer no deja de ser una especie de lotería.
Jesucristo se presenta como el Camino, la Verdad y la Vida.
La religión cristiana tiene relación con la verdad, así, leemos en Jn 17, 3: "PADRE, ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a tu enviado Jesucristo" (importante: único Dios verdadero).
Juan Pablo II Magno.
Yo personalmente creo en que el individuo por medio de su razón puede aprehender la Verdad siguiendo el camino del conocimiento racional y empírico. Y por ello disiento del Cardenal Newman dado que el escenario del Liberalismo me permite potenciar al máximo los sentidos que pondrán en funcionamiento mi motor pensante.
Por otra parte he de reconocer que no hay religión más racional y científica que el catolicismo, quitándole eso sí ciertas beaterías medievales.
Siendo él todavía anglicano era infinitamente más católico que lo que tú podrías soportar.
El 90% de los Obispos españoles no podrían aguantar un discurso así sin escandalizarse.
El discurso de Newman resulta un jarro de agua fría a casi todo católico de hoy día. Apunta a la diana de los males que padece hoy la Iglesia: el liberalismo religioso, el liberalismo moral y el liberalismo político. Los tres interrelacionados. Los tres condenados por el Magisterio de la Iglesia. Los tres anunciados por los Papas como perversos, y enemigos de Dios y los hombres. Los tres, desgraciadamente, asumidos por casi todo el episcopado de la Iglesia y un sin fin de fieles.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.