Misa de Juan XXIII en San Juan de Letrán
El Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, Cardenal Cañizares, celebró la Misa según la forma extraordinaria de la Liturgia de la Iglesia hace unos días. Estamos ante una noticia gozosa, tanto por lo que significa - el celebrante es el Prefecto, Cardenal de la Iglesia Católica -, como por lo que supone de espaldarazo para el usus antiquior.
Siendo un paso importante, es de justicia añadir que no es suficiente. El Motu Proprio no se ha recibido con la alegría que debía por parte del espiscopado español, más bien la reacción ha sido fría, cuando no displicente. Es cierto que no hay una oposición activa, pero sí una activa pasividad.
En Sevilla la labor de la Asociación Una Voce, junto con los tres curas que han dado el paso adelante en la celebración según el usus antiquior - que no han hecho otra cosa que llevar a cabo lo que el Romano Pontífice quiere -, es encomiable.
El esfuerzo de la Asociación ha dado sus frutos, ya que el número de fieles que asisten a la Misa aumenta Domingo a Domingo. No se puede decir, desde luego, que la Misa es cosa de unos pocos que añoran tiempos pasados: el número de jóvenes entre los fieles que asisten está muy alejado del conjunto vacío.
A pesar de esta labor, la atención pastoral respecto a la aplicación del Motu Proprio es nula. Si falla el sacerdote, o no se celebra la Misa o hay que mover Roma con Santiago para poder asistir al Sacrificio. Pero esto no es lo único; en Sevilla hay Iglesias que estarían dispuestas a que la Misa según el Usus Antiquior se celebrase con regularidad, pero el no disponer de sacerdotes que quieran hacerlo, hace que esto sea imposible.
¿Ignorancia? ¿Miedo a reconocer que ha habido un fracaso total de aquellos que querían cambiarlo todo, interpretando el Concilio tal como ellos entendían, al margen de la Iglesia? Lo cierto y verdad es que cualquiera con la mente limpia, que asista a una misa por el usus antiquior, tendrá la sensación que le han tomado el pelo (ojo, esto no tiene nada que ver con el Novus Ordo, sino con lo que nos han contado del usus antiquior). Quizás esto es lo que duele, la falacia que el Santo Padre ha desmontado de una vez para siempre.
El caso es que por fas o por nefas, la casa sigue sin barrer, y los fieles que siguen la forma extraordinaria de la Liturgia siguen desatendidos. Cosa que no ocurre con otros grupos que se dedican a expandir una doctrina dudosa; por ejemplo, ayer en el CET de Sevilla se impartió una conferencia de D. Gonzalo Flor Serrano, teólogo de cabecera de Monteseirín y uno de los firmantes contra el acto en Colón de hace dos años a favor de la familia, intitulada «La Biblia, obra literaria». Incluso se anuncia el evento en Ecclesia Digital (cosas veredes amigo Sancho).
¿Por qué no se le dedican proporcionalmente recursos para atender a los fieles del usu antiquior? Unos tantos y otros tampoco.
De todas modos, por muy grande que sea el rozamiento que se oponga a la aplicación del Motu Proprio, al final se conseguirá lo que quiere el Papa Benedicto XVI.
Sí o sí.
11 comentarios
Es que parece como si pensarais que la celebración de la liturgia de la misma manera a como la Iglesia lo ha hecho durante siglos se contradice con la idea de que demos testimonio de Cristo.
No entiendo yo, Isaac, que en Sevilla estén, o estéis, desatendidos los fieles que deseáis participar en la Misa según la forma extraordinaria del Rito Romano, al menos no más que en otras provincias españolas. Por lo que cuentas tú y lo que cuentan los de Una Voce Sevilla, la verdad.
Otra cosa es que seamos muchos -no sólo los amigos de Una Voce y el usus antiquior- los que deseemos que la renovación tranquila pero firme emprendida por Benedicto XVI -ver artículo de Messori en ReL- tenga como uno de sus puntales la Liturgia, pues el dicho latino de que Creemos como Oramos -perdón, ya me corregirás tú- es una verdad como la catedral, mismamente la de Cádiz. Lo de la conferencia esa, se supone que irá en la línea Monteseirín, o sea, antieclesial o al menos rupturista. Si es que hay que ir a la raiz, como dice, por otro lado, Pilar, para poder tener tronco, ramas, hojas y flores sanos. Injertados en Cristo, en su Palabra, Tradición y Magisterio de la Iglesia, ahí estaremos firmes en la fe y fuertes en la verdadera esperanza.
Los defensores del rito extraordinario dan a entender, aunque no sea su intención, que la misa de Juan XXIII es la "mejor".
incorrecto: tú si que mezclas la velocidad y el tocino; das a entender que Pilar no da testimonio con su vida ¿y tú que sabes?
Esoty de acuerdo en que hay cosas más importantes; aunque también creo que los que deifienden el modo extraordinario dan testimonio en ésas otras muchas cosas.
http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/letters/2009/documents/hf_ben-xvi_let_20090310_remissione-scomunica_sp.html
Creo haber señalado las prioridades de mi Pontificado en los discursos que pronuncié en sus comienzos. Lo que dije entonces sigue siendo de manera inalterable mi línea directiva. La primera prioridad para el Sucesor de Pedro fue fijada por el Señor en el Cenáculo de manera inequívoca: "Tú… confirma a tus hermanos" (Lc 22,32). El mismo Pedro formuló de modo nuevo esta prioridad en su primera Carta: "Estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere" (1 Pe 3,15). En nuestro tiempo, en el que en amplias zonas de la tierra la fe está en peligro de apagarse como una llama que no encuentra ya su alimento, la prioridad que está por encima de todas es hacer presente a Dios en este mundo y abrir a los hombres el acceso a Dios. No a un dios cualquiera, sino al Dios que habló en el Sinaí; al Dios cuyo rostro reconocemos en el amor llevado hasta el extremo (cf. Jn 13,1), en Jesucristo crucificado y resucitado. El auténtico problema en este momento actual de la historia es que Dios desaparece del horizonte de los hombres y, con el apagarse de la luz que proviene de Dios, la humanidad se ve afectada por la falta de orientación, cuyos efectos destructivos se ponen cada vez más de manifiesto.
Conducir a los hombres hacia Dios, hacia el Dios que habla en la Biblia: Ésta es la prioridad suprema y fundamental de la Iglesia y del Sucesor de Pedro en este tiempo. De esto se deriva, como consecuencia lógica, que debemos tener muy presente la unidad de los creyentes. En efecto, su discordia, su contraposición interna, pone en duda la credibilidad de su hablar de Dios. Por eso, el esfuerzo con miras al testimonio común de fe de los cristianos –al ecumenismo– está incluido en la prioridad suprema. A esto se añade la necesidad de que todos los que creen en Dios busquen juntos la paz, intenten acercarse unos a otros, para caminar juntos, incluso en la diversidad de su imagen de Dios, hacia la fuente de la Luz. En esto consiste el diálogo interreligioso. Quien anuncia a Dios como Amor "hasta el extremo" debe dar testimonio del amor. Dedicarse con amor a los que sufren, rechazar el odio y la enemistad, es la dimensión social de la fe cristiana, de la que hablé en la Encíclica Deus caritas est.
Por tanto, si el compromiso laborioso por la fe, por la esperanza y el amor en el mundo es en estos momentos (y, de modos diversos, siempre) la auténtica prioridad para la Iglesia, entonces también forman parte de ella las reconciliaciones pequeñas y medianas
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Replica con argumentos sin necesidad de irte. Es así de sencillo.
Por otro lado, yo soy el primer crítico con la postura pasiva cuando no displicente de nuestros obispos, pero no olvidemos que es la primera vez en la Historia de la Iglesia que coexisten dos formas distintas del mismo rito romano, lo cual no deja de escandalizar a algunos puristas.
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