Felicidades a Monseñor Asenjo
Monseñor Asenjo es desde hoy el nuevo Obispo coadjutor de la Archidiócesis de Sevilla, es decir, Obispo con derecho a sucesión cuando acabe el gobierno del Cardenal Amigo Vallejo.
Llega a una diócesis muy difícil, pero también agradecida. En Sevilla, el progresismo eclesial – y no eclesial – ha intentado arramblar con todo, unas veces con éxito, otras no.
A pesar de la labor de zapa realizada en sus cimientos - formación de los sacerdotes y laicos -, se puede aplicar el refrán del que tuvo, retuvo: sigue siendo la cátedra de San Isidoro.
Podemos decir que no le ha tocado desde luego un caramelo, pero eso sería quedarnos con lo malo. A su Ilustrísima se le presenta una gran oportunidad, la de recuperar el lustre que antaño tuvo la diócesis. El trabajo será arduo. Primero, el Seminario. Sevilla sigue siendo una de las diócesis que más sacerdotes aporta a la Iglesia española. Urge sanear el Centro de Estudios Teológicos por los motivos ya comentados aquí y en otros lugares. Segundo, la liturgia. Es una máxima de la Iglesia que «Lex orandi, lex credendi». Mejorar las celebraciones litúrgicas – acabar con los abusos -, elevar el nivel de los fieles, que los sacerdotes sepan celebrar según el rito extraordinario, etc, ya que, al fin y a la postre, la Liturgia es «el culto integral del Cuerpo Místico de Cristo; esto es, de la Cabez y de sus miembros. Tercero, las cofradías. Mal tratadas por el clero progre, durante mucho tiempo han sido campo abonado para el PSOE. Ahora se encuentran en cierta indefinición, tirando más bien a la vulgaridad. Sin embargo no todo está perdido: al fin y al cabo, las hermandades han conservado – sin saber por qué, pero lo han hecho – mucho de lo mejor de la tradición católica. Bien llevadas, podrían ser un apoyo importante para el Obispo. Cuarto, revitalización de asociaciones de fieles que están languideciendo como la Adoración Nocturna. No hace falta decir los frutos que se conseguirán.
Evidentemente, Monseñor sabrá mejor que nadie lo que hay que hacer y cómo hacerlo. Desde luego contará con nuestras oraciones. Y con nuestro apoyo.
Don Juan José ha demostrado maneras y madera de buen Obispo. En Córdoba le quieren. Aquí estoy seguro que también se hará querer.
Yo, como ya he dicho, lo encomiendo en mis oraciones.
Felicidades D. Juan José.
Felicidades, Sevilla.
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