Entre monjes anda el juego
El presidente de la CONFER, Alejandro Fernández Barrajón emerge como el gran adalid del fraile Lutero. El mercedario – sin vestir el hábito, of course - ha dicho que «la rehabilitación de la vida y de la obra de Lutero es la asignatura pendiente de la Iglesia católica».
Si estuviésemos en el ámbito profesional, esto sería explicable: Barrajón no estaría haciendo otra cosa que echarle una mano a un compañero. Pero en cuanto que tratamos temas de fe, (de la fe de la Iglesia), la queda vuelve más oscura.
No sabemos a cuenta de qué, el mercedario piensa que la Iglesia tiene que rehabilitar a un monje que no quiso rehabilitarse. Ni en tocante a qué puntos.
Cualquiera que haya leído la Bula «Exsurge Dómine» es consciente de los graves errores doctrinales en los que cayó Lutero. Y como éste, en vez de recapacitar y pedir perdón, quemó la Bula el 10 de Diciembre, lo que provocó su excomunión por el Papa León X mediante la Bula «Decet Romano Pontificem».
¿Piensa el presidente de la CONFER que los siguientes puntos – por poner un ejemplo – son católicos?:
2. Decir que en el niño después del bautismo no permanece el pecado, es conculcar juntamente a Pablo y a Cristo?
8. En modo alguno presumas confesar los pecados veniales; pero ni siquiera todos los mortales, porque es imposible que los conozcas todos. De ahí que en la primitiva Iglesia sólo se confesaban los pecados mortales manifiestos (o públicos).
9. Al querer confesarlo absolutamente todo, no hacemos otra cosa que no querer nada a la misericordia de Dios para que nos lo perdone»
13. En el sacramento de la penitencia y en la remisión de la culpa no hace más el Papa o el obispo que el ínfimo sacerdote; es más, donde no hay sacerdote, lo mismo hace cualquier cristiano, aunque fuere una mujer o un niño».
15. Grande es el error de aquéllos que se acercan al sacramento de la Eucaristía confiados en que se han confesado, en que no tienen conciencia de pecado mortal alguno, en que previamente han hecho sus oraciones y actos preparatorios: todos ellos comen y beben su propio juicio. Mas si creen y confían que allí han de conseguir la gracia, esta sola fe les hace puros y dignos.
18 Las indulgencias son piadosos engaños que los fieles y abandonos de las buenas obras; y son del número de aquellas cosas que son lícitas, pero no del número de las que convienen.
27. Es cierto que no está absolutamente en manos de la Iglesia o del Papa, establecer artículos de fe, mucho menos leyes de costumbres o de buenas obras
37. El purgatorio no puede probarse por Escritura Sagrada que esté en el canon.
Y así hasta 41.
¿Está de acuerdo Barrajón con estas tesis? ¿O es que en el fondo está de acuerdo con la bigamia, como Lutero?
En el fondo busca su propia rehabilitación a través de la de Lutero.
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