Cinismo
El diccionario de la Real Academia define cinismo como:
1. m. Desvergüenza en el mentir o en la defensa y práctica de acciones o doctrinas vituperables.
2. m. Impudencia, obscenidad descarada.
3. m. Doctrina de los cínicos (‖ pertenecientes a la escuela de los discípulos de Sócrates).
4. m. desus. Afectación de desaseo y grosería.
Cinismo. Eso es lo que encontramos en las noticias de hoy, que se acomodan como el anillo al dedo en tres de sus cuatro acepciones: desvergüenza en el mentir, impudencia y afectación de desaseo y grosería.
Pues cínicas son las declaraciones proferidas por Zapatero sobre la nueva ley del aborto: «Como es lógico me gustaría que mi hija me consultara para abortar» (ver aquí).
Entonces, ¿por qué nuestro presidente legisla en sentido contrario?
Así mismo, cínica es la sentencia del Supremo, avalando «los contenidos de la EpC dictaminados por el gobierno andaluz», aunque «vuelve a insistir en que no se adoctrine a los alumnos» (ver aquí).
¿Cómo se pueden avalar a la vez unos contenidos e insistir en que no se les lave el cerebro a los educandos?
Bustrofedismo puro. Y duro.
Sin vergüenza, con «obscenidad descarada». Engañan a los ciudadanos porque saben que no les importa ser engañados. No pasa nada
Los políticos son la punta del iceberg – el exponente máximo -, la muestra representativa y grosera de un cinismo que es el tuétano de la estructura que forma el cuerpo social.
Cinismo en los matrimonios, que se comprometen a la nada; cinismo en los trabajos, que mediante las nuevas técnicas de dirección manipulan al hombre, creyéndose el trabajador que forma parte de algo cuando no es más que una cifra más; cinismo en los medios de comunicación, que defienden una cosa y la contraria, en definitiva desvergüenza y mentira por todas partes.
Menos en Él, Cristo. Porque es el Camino, la Verdad y la Vida.
El único que salva al hombre.
Por eso el mundo arremete contra el Kyrios, el Señor. Sin embargo, nada puede y nada podrá.
Porque la victoria es del Cordero.
Grandes y maravillosas son tus obras,Señor, Dios Todopoderoso; justos y verdaderos tus caminos, ¡oh Rey de las naciones!
¿Quién no temerá, Señor, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, y todas las naciones vendrán y se postrarán ante ti, porque han quedado de manifiesto tus justos designios.
Ap 15,3 - 4
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