Mero cristianismo (y V)
“Hasta que no hayáis entregado vuestro ser a Cristo no tendréis un autentico ser. La igualdad se encuentra sobre todo entre los hombres más «naturales», no en aquellos que se entregan a Cristo. ¡Cuán monotamente iguales son los grandes conquistadores y tiranos; cuán gloriosamente diferentes son los santos!
Pero ha de haber una auténtica entrega del ser. Debéis rendirlo «ciegamente», por así decirlo. Cristo os dará ciertamente una auténtica personalidad: pero no debéis acudir a Él sólo por eso. Mientras que sea vuestra propia personalidad lo que os preocupa no estáis acudiendo a Él en absoluto. El primer paso es intentar olvidar el propio ser por completo. Vuestro auténtico nuevo ser (que es de Cristo, y también vuestro, y vuestro sólo porque es Suyo) no vendrá mientras lo estéis buscando. Vendrá cuando estéis buscando a Cristo. ¿Os parece esto extraño?