InfoCatólica / Fides et Ratio / Categoría: Reflexión

2.01.11

Louis Bouyer: Santo Tomás Moro y el clericalismo del cardenal Gasquet

Hay que subrayar, finalmente, que nos ofrece, en nuestra Iglesia posterior al Vaticano II así como en su Iglesia anterior a Trento, el ejemplo perfecto del laico consciente de su lugar en la Iglesia de los derechos inseparables de las obligaciones que dicho lugar implica. En cierta ocasión le preguntaron al cardenal Gasquet cuál era la posición de los laicos en la Iglesia católica de su tiempo. Y respondió: «¿Los laicos? ¿Su posición? De ordinario deben permanecer de rodillas; pero pueden ponerse en pie para el Evangelio. Sin embargo, es necesario que conserven su mano junto al portamonedas».

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17.12.10

¿Ha sido removido el katejon?

En el arcón del imprescindible blog del Wanderer, se encuentra colgado un artículo con el que hay que batallar. Se llama Katejón, el Obstaculizante (descargar aquí). No es muy extenso, lo que no es óbice para que no sea enjundioso y, sobre todo, trampolín para posteriores debates, reflexiones y meditaciones. El autor es Rubén A. Peretó Rivas.

Katejón es la palabra que usa el apóstol de los gentiles para designar el obstáculo que detiene la venida del Anticristo. Los Santos Padres interpretaron dicho obstáculo como el Imperio Romano. San Agustín, por poner un ejemplo. Los doctores escolásticos igualmente interpretaron que el impedimento no era otro que el Imperio Romano. Santo Tomás de Aquino, por poner otro ejemplo.

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10.12.10

Si es por Gales....

El final de Un hombre para la eternidad es sencillamente apoteósico.

Una película recomendable siempre. Actualidad. Para el mundo la presencia de un católico es insoportable. ¿Por qué? Porque como lee al inicio del Evangelio de San Juan, Evangelio que se lee siempre, al final, en la Misa según la Forma Extraordinaria:

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5.12.10

Yunus unmasked

Yunus, el banquero bengalí inventor de los microcréditos, el mesías anunciado por los profetas del mundo, que anunciaban una nueva época para los pobres, la panacea contra la pobreza y lo de más aquí y lo de más allá, y esto y lo otro, ha sido desenmascarado.

Y es que los ídolos que el mundo erigen, duran lo que el mundo les permite. Los encumbran a premio Nobel - de la Paz - para posteriormente, hundirlos en el barro.

Humo, viento, nada.

Les pego un artículo interesantísimo publicado por el blog de la Liga Distributista - gentileza del Coronel Kurz -, sobre el caso. No se pierdan el final: es de película de terror.

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24.09.10

La descomposición del catolicismo, por Louis Bouyer (y III)

Conocí a un profesor protestante de teología pastoral que decía hace ya treinta años que si la Iglesia quisiera hacerse oír por el mundo, tendría que comenzar por procurar resumir su credo en una tarjeta de visita. En realidad Gaudium et Spes, la proclama del Concilio al mundo, es el más voluminoso de sus documentos, y de una lectura tan poco amena, que uno se pregunta cuántos de los mismos que lo votaron lo leyeron desde el principio hasta el fin….m y cuántos de los que lo han leído lo han comprendido. Tres objetos formales, como dirían nuestros maestros, se dan codazos en este documento, como los frères Jacques en su inolvidable parodia de un partido de fútbol, y el último para el tiempo tratando inútilmente de colarse a la primera línea. En un principio se quería, aun hablando entre bastidores tratar de darse ánimos para afrontar aquello que no se había observado nunca sino con una visión marginal. Se quería luego, y aquí fue donde se desplegó mayor prodigalidad, dar (¿al mundo mismo o en la Iglesia?, esto no aparece muy claro) una descripción de este mundo, en la que, desgraciadamente, la buena voluntad es más conmovedora que el rigor de los hechos y sobre todo que la precisión de los criterios. Y luego se tenía también la intención de anunciarle el Evangelio. Pero, aunque esta solicitud subyacente reaparece a todo lo largo del documento, como eco de la conciencia profunda, es innegable que el documento no logró expresarse claramente. Sería exagerado decir que se tiene la sensación de que los padres no osaban ya pedir nada al mundo. Más bien dan la sensación de no haber sabido exactamente qué decirle….Estas flaquezas de un documento abigarrado, incompleto, aunque de una prolijidad desalentadora (son siempre los predicadores que no saben exactamente lo que quieren decir, los que no acaban nunca de decirlo), no le impedían tener algunas buenas bases como punto de partida para un conato de recuperación, y el mero hecho de reconocer finalmente su urgencia habría sido quizá lo mejor que se hubiera podido esperar de tal asamblea.

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