¿Decadencia cofradiera?
Posiblemente pocas asociaciones de laicos podemos encontrar dentro de la Iglesia Católica tan antiguas y con una vida continuada, como las Hermandades y Cofradías sevillanas. Surgidas en la Edad Media, recibieron con Trento la espiritualidad que, a modo de motor, las llevaría a su máximo esplendor; tan grande que a pesar de los tiempos de indiferentismo religioso que corren, siguen titilando con luz propia, aunque menos intensa que antaño.
Hoy vivimos una época de decadencia cofradiera, quizás causada tanto por condiciones externas - un entorno social agresivo -, como por condiciones internas - una interpretación radical del Concilio Vaticano II, leído al margen de la Tradición -.
Nuestras corporaciones encuentra su elemento fundador y fundante en la memoria de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo. Los efectos espirituales, como camino de perfección y lucha contra el mundo no pueden considerarse, desde luego, un asunto baladí. Ya San Agustín escribió que una sola lágrima vertida en memoria de la pasión del Señor, aprovecha más que una peregrinación a Jerusalén y un año de ayunos a pan y agua.