«El mundo es ancho y difuso, la vida es una semana»

No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con el manto granate,
el de malla o el de hebrea,
el negro o el de tisú,
el blanco, el verde botella
o el que en terciopelo verde
bordara Esperanza Elena
para aquel glorioso mayo
de coronación y fiesta.

No sé con qué está más guapa
la Esperanza Macarena,
si con saya de volantes
o saya azul de princesa,
o saya de eucaristía,
o saya como bandera
hecha con tela de novia
y taleguilla torera.
Con medallas y rosarios
el cristal y el mármol sueñan
con latines en el coro,
incensarios y navetas.
El alfiler y el espejo
y el peine con que se peina
se están preguntando siempre
cómo está más guapa Ella:
si en el camarín mirando
al que la mira y le reza,
o entre la jardinería
de su paso en primavera,
o bajando a recibirnos
en el besamanos puesta.
No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena,
si un sábado por la tarde
o un domingo de cuaresma,
si en la Madrugada grande
por la calle Anchalaferia
con fajín de general
aunque no estuvo en la guerra,
o cuando suena la Salve
en la Basílica llena.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
con qué está más guapa Ella.
Y nadie sabe decirlo,
ni aproximarse siquiera
al concepto, a la medida,
al gusto y al teorema,
que todo lo que se pone
lleva su hermosura impresa.
Y vuelve loca a Sevilla
y con Sevilla, al planeta,
que la locura a su lado
es locura sin fronteras
y sabe que a la Esperanza
no hay nadie que no la quiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda.
Y nosotros preguntando
y soñando con la Reina
Madre de los macarenos
un sueño de madreperla,
un sueño de guardabrisa,
de entrevarales y cera;
un sueño de amor y gloria,
un sueño de cielo y tierra,
un sueño de Madrugada
cogido a la manigueta,
un sueño de avemaría
dentro de la parihuela.
Sé que si la sueño yo
es porque todos la sueñan,
como la soñó José
camino de Talavera,
como Muñoz y Pabón,
como Rodríguez Ojeda
o Inmaculada Rodríguez,
que le puso en la cabeza
todo el oro de los ángeles
que Sor Ángela fundiera.
Se va un siglo y viene otro,
pero Ella siempre se queda,
que alumbró hace dos mil años
al Señor de la Sentencia
y parece que fue ayer
el parto de la azucena.
Y ya en el año 2000,
con dos mil locuras nuevas,
que la lengua no se cansa
de pregonar su belleza,
sigo diciendo lo mismo,
lo que otros antes dijeran
y lo que dirán también
los que mañana la vean:
¡No sé cómo está más guapa
la Esperanza Macarena!

Joaquín Caro Romero, pregón de Semana Santa de Sevilla, año 2.000

6 comentarios

  
Johan Liebhart
Vaya, parece que es mas importante el sentido estético de la imagen que lo que realmente representa y se venera.
17/04/11 8:32 AM
  
Johan Liebhart
Si la virgen fuera fea y horrible como un dolor, le dedicariais estas plegarias....estéticos puros y duros, relativistas que se llaman.
18/04/11 8:51 AM
  
Ricardo de Argentina
¡Que hermoso romance!
Casi tan bello como su objeto, del que es reflejo ciertamente.
19/04/11 4:04 AM
  
marcos
Como dice el proverbio: "cuando el sabio señala la luna, sólo el necio mira el dedo", ¿Qué más da cómo fuera la Virgen, si lo que importa es lo que importa? Pero si además se la llama la "llena de gracia"... por algo será, "Miel sobre hojuelas"
20/04/11 10:48 AM
  
Johan Liebhart
Estimado Marcos, no hable tanto de usted..y hable sobre el post.
20/04/11 1:23 PM
  
marcos
Otro refrán: "Quien se pica..." no lo completo porque hoy es jueves santo, le dejo que usted lo complete con su benignidad habitual
"Nigra, sed formosa..."
21/04/11 4:50 PM

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