La entrevista a Rajoy
Ayer, nuestro periódico digital, se hacía eco de la entrevista que publicaba Intereconomía al líder de la oposición, Mariano Rajoy Brey.
La misma se podría sintetizar como nihil novum sub sole, es decir, más de lo mismo.
Más interesante resulta la entrevista imaginaria de Orisson, donde la ficción se confunde con la realidad de tal manera que ésta se disuelve en aquella o al revés.
El líder, por llamarlo de alguna manera, del partido del centro extremo deja en claro que llegado el punto, aceptaría todos las atrocidades cometidas por el PSOE en materia social, como puede ser la unión de homosexuales – que si cuenta con el aval del Constitucional no será recurrida -, o la ley del aborto – que reformará, pero no suprimirá -.
Mientras la Constitución no se reforme para que, haya división de poderes y los representantes puedan ser elegidos por el pueblo, para que así los católicos podamos tener nuestros representantes en el Parlamento, esto es lo que hay.
Entre tanto, quedémonos con la entrevista de Orisson, al menos allí el engaño es evidente.
13 comentarios
La Ley d'Hont no representa la voluntad de los electores.
Así, el líder de la derecha, más que un aguerrido paladín triunfante es una damisela remilgada a la que el votante, digo el poeta de turno se le da una higa, rompiéndole el corazón.
Hay casos de amores correspondidos, pero no es éste uno de ellos. Tampoco estoy diciendo que todas las damiselas sean remilgadas. Sólo que, bajo los "piercing", los tatuajes y las blasfemias, a su manera, muchas siguen siéndolo.
Igualmente, bajo el corpachón, las gafas, la barba, el traje y la corbata se esconden los melindros del nieto del abogado galleguista. Nietísimo que se supone es el "líder" de una derecha que va a regenerar España no cambiando nada.
Derecha que -el silencio la delata- ha nacido muerta y bien muerta. Derecha que ganará unas elecciones, no hará nada digno de mención, tapará agujeros legales y económicos y servirá para justificar la farsa seudodemocrática española, volviendo a dar paso a los de siempre diez, quince, o veinte años más. Lo que la economía y el marco constitucional aguanten.
No me resisto a transcribir las dos primeras estrofas de "Farai un vers de de dreit nien", «Haré un verso sobre absolutamente nada» de Guilhem de Peitieu (1071-1126), que le vienen a Mariano Rajoy como anillo al dedo:
"Farai un vers de dreit nien:
non er de mi ni d'autra gen,
non er d'amor ni de joven,
ni de ren au,
qu'enans fo trobatz en durmen
sus un chivau.
No sai en qual hora-m fui natz,
no soi alegres ni iratz,
no soi estranhs ni soi privatz,
ni no-n puesc au,
qu'enaisi fui de nueitz fadatz
sobr'un pueg au.
Traducción sin rima:
«Haré una poesía sobre absolutamente nada:
no será sobre mí ni sobre otra gente;
no será de amor ni de juventud,
ni de nada más,
sino que [será] trovada durmiendo
sobre un caballo.
No sé en que hora nací,
no estoy alegre ni triste,
no soy arisco ni soy sociable,
ni puedo ser de otro modo,
porque así fui hechizado de noche
sobre una alta montaña.»
cfr. Martín de Riquer Morera: "Los trovadores. Historia literaria y textos." Barcelona: Ariel, 1993 (1975), t. I, p. 115
Así es nuestro Mariano. Así es el PP. Al que le guste la letra del poema de Mariano, que lo compre, digo que le vote
ADVENIAT REGNVM TVVM.
Proponga usted una alternativa que la mejore, por favor.
Del sistema alemán, me gusta que medio Bundestag es elegido en distritos uninominales, en los que es más fácil conocer al candidato, y el otro medio por sistema proporcional puro, garantizando un Parlamento bastante plural.
Del sistema USA me gusta la cohabitación entre presidencias republicanas y mayorías demócratas o viceversa.
Ningún sistema es perfecto. El español ha permitido la consolidación de la Democracia (ni sopa de letras, ni mayorías casi búlgaras, como hubiera sucedido en los años 80 con el PSOE si hubiera habido un sistema mayoritario) si bien es mejorable en el tema de las listas abiertas. Muchos dirán que también lo es en el tema de la sobrerepresentación de los nacionalismos periféricos, y seguramente es mejorable, pero España, nacionalmente, es un país demasiado difícil. La España de matríz castellana tiene un peso considerable. La presencia en ocasiones decisiva de los nacionalismos periféricos también aporta un punto de equilibrio. De hecho, las mejores etapas han coincidido con gobiernos apoyados por CIU (transición, recuperación económica en la legislatura 93-96 y primera legislatura de Aznar)
¿Y Rajoy? Cualquier buen Presidente tiene que saber gobernar desde la moderación, lo que suele llamarse "el centro". Precisamente esto es lo que no ha sabido hacer Zapatero abriendo tumbas, por ejemplo. Y en la próxima legislatura, con un país prácticamente quebrado, espero que el Presidente tenga la sensatez de centrarse en sentar las bases para que en 8-10 años España salga de la profunda crisis. Si el progrma de Rajoy se centra en tratar el aborto como los socialistas pero al revés, en limitar los derechos de los homosexuales y en hacer populismo en temas nacionalistas, creo que sería un presidente tan nefasto como Zapatero.
O sea, que reformar la ley del aborto sin aplicar la ley del péndulo o respetar la sentencia del TC sobre el matrimonio homosexual me parecen propuestas prudentes, con independencia de cuál sería, por ejemplo, mi concreta legislación "ideal" en materia de aborto.
Saludos
Hace poco alguien me dijo una frase que me hizo pensar:"prefiero el martirio con Zapatero que la condena eterna por tibio con la que me tienta Rajoy".
Con Zapatero, los católicos vapuleados y doloridos estamos alerta y al menos sabemos donde está quién nos odia.Con Rajoy, hay mucho más peligro de tragar con ruedas de molino y de aceptar lo que nos ofrece su programa a cambio de ceder en el "programa" de la Iglesia católica.Que nadie se escandalice con lo que digo:Con Zp me siento vivo como católico y si sufro sufre Cristo conmigo.
Un saludo
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