Declaración del Arzobispo Hepworth sobre la Respuesta de la Santa Sede (a los Anglo-católicos)
En las últimas tres semanas, cada uno de los Obispos y Vicarios generales que firmaron la Petición a la Santa Sede del 5 de octubre de 2007 buscando “la reunión colectiva con la Santa Sede” ha recibido una respuesta formal. Estas letras, del prefecto de la Congregación de la Doctrina de la Fe, Cardenal William Levada, completa el proceso de la respuesta de la Santa Sede a la Petición, e inicia el proceso de nuestra respuesta formal a la Constitución Apostólica.
El cardenal plantea el punto en su carta que:
Esta disposición (la Constitución Apostólica con las Normas y el Comentario) constituye la respuesta definitiva de la Santa Sede no sólo a su solicitud original, sino también a los otros de similar naturaleza que han sido presentados en los últimos años.
En la Petición, los obispos piden
… una manera comunitaria y eclesial de ser Anglicano-Católicos en comunión con la Santa Sede, atesorando a la vez la plena expresión de la fe católica y nuestra tradición a la que hemos llegado en este momento.
En otra parte, afirman que la Comunión Anglicana Tradicional se formó, en parte,
para buscar la comunión plena y visible como un cuerpo, en particular la comunión eucarística, en Cristo, con la la Iglesia Católica Romana …
El Cardenal, en su carta, reconoce nuestra petición
que de alguna manera se podría encontrar el recibimiento a los grupos de religiosos y fieles de la Comunión Anglicana Tradicional a la plena unidad visible de la Iglesia Católica, en una estructura que podía ofrecer el apoyo y el testimonio de las muchas gracias evidentes de la tradición anglicana.
Continúa el añadido que, en el período transcurrido desde la presentación de la Petición, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha concluido un largo y detallado estudio con el objetivo de poner a disposición
Un modelo adecuado y viable de unidad orgánica para vosotros y otros grupos similares.
En el último párrafo de su carta, el cardenal Levada afirma que:
Soy muy consciente del delicado proceso de discernimiento, que sin duda deben ser emprendido por muchos de nuestros hermanos y hermanas Anglicanos, y no menos de los difíciles asuntos prácticos que tendrán que hacer frente.
Se proponen los pasos iniciales que deben ser tomados en la respuesta.
Yo he respondido al cardenal Levada, dándole las gracias una vez más por la generosa comprensión pastoral en lo que ha escrito para nosotros. He reiterado mi agradecimiento por el carácter innovador e histórico de la Constitución Apostólica. Tomo nota de que el Santo Padre la semana pasada reconoció la labor de la Congregación para la Doctrina de la Fe en la producción de la Constitución Apostólica. El Papa Benedicto XVI dijo a la congregación que la
La unidad es, de hecho, primariamente unidad de fe, apoyada por el sagrado depósito, del que el Sucesor de Pedro es el primer custodio y defensor. (…) La fiel adhesión de estos grupos (de los anglicanos) a la verdad recibida de Cristo y propuesta por el Magisterio de la Iglesia no es en modo alguno contraria al movimiento ecuménico, sino que muestra, en cambio, su fin último, que consiste en alcanzar la comunión plena y visible de los discípulos del Señor.
He señalado en mis comentarios iniciales sobre la respuesta de la Santa Sede en octubre pasado que nuestra obligación era “mantener la oración y la reflexión” que se plantea como una posibilidad que no ha estado disponible para las comunidades de los anglicanos desde la ruptura de la Reforma. Nuestros obispos, a petición mía y de la Santa Sede, han mantenido su silencio hasta que todo el proceso de promulgación se ha completado.
La próxima semana, publicaré un comentario sobre la Constitución para los miembros de la Comunión Anglicana Tradicional. Ahora que se ha recibido una respuesta formal, también haré publico al mismo tiempo, el texto de la Petición. En mi declaración, serán establecidos los pasos que deberán ser tomados por todo el Colegio de los Obispos, y por cada parte de nuestra Comunión. Hago hincapié en que este «proceso de discernimiento» se refiere al principal mandamiento de Jesús a su Iglesia. Ni puede ser apresurado ni tomado a la ligera. Pero también pongo de relieve que una forma de lograr la unidad se ha creado y es una respuesta directa e inmediata a nuestra Petición, y retrasar la aplicación de la plenitud de la comunión que hemos buscado sería un desafío grave a la voluntad de Jesús para su Iglesia. Ahora bien, sobre todo, debemos ser sensibles a nuestro Señor, y sensibles unos con otros.
El proceso que estamos siguiendo es el siguiente:
1. Estamos ya en discusión detallada y fructífera con los otros grupos Anglicanos mencionados por el Cardenal, y con los obispos designados para actuar de enlace con nosotros por la Conferencia Católica de Obispos en varias partes del mundo.
2. En las próximas semanas, en Japón, América Central, Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda y el Estrecho de Torres, y un poco más tarde en la India, África y Europa, yo tendré la oportunidad de reunirme con muchos de los clérigos y personas de nuestra Comunión. Reuniones regionales de obispos, clero y pueblo están siendo organizadas en cada lugar de nuestra Comunión. Tengo muchas ganas de estar con vosotros.
3. Llamaré a reunión plenaria del Colegio de los Obispos para la Pascua de 2.010. Los obispos harán una respuesta formal a la Santa Sede, que será seguida a su debido tiempo por medidas canónicas en los miembros eclesiales de la Comunión Anglicana Tradicional.
Mientras tanto consideramos nuestra respuesta, hacemos bien en leer una y otra vez las palabras de Jesús en la gran oración a Sul Padre por la unidad de Sus seguidores, y para medir nuestra respuesta con Sus palabras.
Y también debemos leer con atención las palabras iniciales de la Constitución, en la que el Papa Benedicto XVI explica en detalle su respuesta a nuestra petición:
En estos últimos tiempos el Espíritu Santo ha impulsado a grupos de anglicanos a pedir en varias ocasiones e insistentemente ser recibidos, también corporativamente, en la plena comunión católica y esta Sede apostólica ha acogido benévolamente su solicitud. El Sucesor de Pedro, que tiene el mandato del Señor Jesús de garantizar la unidad del episcopado y de presidir y tutelar la comunión universal de todas las Iglesias, no puede dejar de predisponer los medios para que este santo deseo pueda realizarse.
Fuente: The Anglo-Catholic.
2 comentarios
nuestro afecto de siempre.
Desde Mêxico.
Pedro Rodrìguez Ocampo.
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