Envejecer es un coñazo
Oscar Tusquets Blanca (Barcelona, 1941) es un arquitecto, diseñador, pintor y escritor español. Lleva a gala su muy cercana amistad con Salvador Dalí y haber diseñado algunos fantásticos edificios, como el Auditorio Alfredo Kraus o la estación de metro Toledo de la ciudad de Nápoles. Supe de él por un par de estupendos libros que me recomendase mi hermana (las deudas librescas ¿cómo se devuelven?) “Más que discutible” y “Todo es comparable”, ambos sobre estética. Escribió alguno más con temática similar como “Dios lo ve” o “Contra la desnudez” que siendo interesantes, lo son menos. Suele ocurrir que con el paso de los años muchos escritores sienten deseos de recapitular sus vidas y transmitir la experiencia acumulada; algo de ello tiene el volumen que hoy reseño.
Con un título tan provocativo como “vivir no es tan divertido, y envejecer, un coñazo” uno espera encontrarse con un personalísimo trabajo estimulante. Y hay varias cosas de interés. Al comienzo encontrará el lector tras un muy interesante capítulo sobre los memoriales edificados a los caídos en la Gran Guerra unas referencias a sucesos actualísimos como es la pandemia que nos asola. No me gusta nada encontrar en mis lecturas la actualidad. Para ello ya tengo los diarios. La actualidad envejece como el papel de los periódicos, muy rápido, y convierte en caduco aquello entre lo que se mezcla. El texto por ello, considero que envejecerá mal. Encontrará después un memorial de niñez y juventud. Algunos recuerdos dalinianos y profesionales, interesantes. Unas hilarantes razones sobre porqué envejecer es un coñazo y unos capítulos un tanto decepcionantes, sobre la muerte y la eutanasia. Temo que más que su increencia sea un insuficiente conocimiento de lo que sostiene el cristianismo y lo que pregona (y no lo que dicen que pregona)
Se fija el autor principalmente en temas económicos (el porcentaje del gasto hospitalario en el último año de vida del paciente ronda el 40% del total de su vida) como si lo que costase mantener a alguien con vida fuese decisivo. ¿Acaso no gastamos mucho dinero en rescatar a gente perdida en altas montañas con helicóptero o a gente en alta mar? ¿Es que los años de la vejez carecen de valor en sí mismos? Es claro que debemos aprender a morir mejor, más tranquilos y con menos angustias y no prolongar de cualquier manera la vida, a cualquier coste. Es mejor dedicar los últimos momentos al buen morir. Pero se da una cierta mezcla de conceptos como son el de eutanasia, cuidados paliativos y ensañamiento terapéutico en el libro. Creo en este tema abusa de tópicos de tipo religioso para atacar la postura contraria a la eutanasia y adolece de falta de lecturas en aquellos que defienden los cuidados paliativos como una buena manera de morir sin perder un ápice de dignidad. Dice el presidente del colegio de médicos de Madrid que “cuando un paciente pide la eutanasia lo que está pidiendo es que le cuides”. Y en esa línea se ha mostrado siempre Jacinto Bátiz, autoridad nacional en el tema de los cuidados paliativos que indica “una ciencia médica que necesita de la eutanasia tiene que transformarse tan pronto como sea posible en una medicina que procure cuidados cuando ya no hay curación”. Tal y como se ha planteado en España la ley de la eutanasia se puede decir que habrá eutanasia para todos, cuidados paliativos para algunos.
TUSQUETS, Oscar
“Vivir no es tan divertido, y envejecer, un coñazo”
Anagrama, 2021
4 comentarios
Me parece que antes esto nunca fue así. El que tenía una idea de algo pues la compartía, como mucho, con su ámbito doméstico. Pero ahora todos, todas y todes quieren crear, la tan manida, "concienciar social" de que lo que ellos piensan es la "summae veritatis". Así de importantes se creen, así de influyentes. Esa, creen, es su manera de dejar huella de su paso por este mundo. Pues que se vayan con su huella de carbono a tomar el viento y nos dejen a los demás en paz
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NOTA DEL BLOGGER: Muchas gracias por el testimonio.
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