Don Camilo y el Concilio Vaticano II
En el año 1945, terminada la Segunda Guerra Mundial Giovanni Guareschi, que había luchado por su país en el frente oriental y tras el armisticio firmado por Italia con los aliados, sido preso de los alemanes, fundó en Milán un semanario satírico llamado “Cándido". El objeto de la sátira es fundamentalmente el comunismo italiano, la Unión Soviética y los países del pacto de Varsovia. En estas páginas nació su mayor creación, Don Camilo, famosísimo y con cara de Fernandel. Un sacerdote, íntegro, dedicado a Cristo (que lo amonesta con regularidad desde el crucifijo del altar), a la Iglesia (aunque su obispo ni le comprenda ni le aprecie) y la su grey (entre los que hay bastantes votantes de ese botarate de Peppone y su partido comunista).
No hace mucho, tuvo la suerte de encontrar prácticamente regalado un librito de cuya existencia nada sabía; “Don Camilo y los jóvenes de hoy". Tanto había reído con “Don Camilo” y con “Don Camilo y compañía” que no dudé en comprarlo. Guareschi, escritor tan católico como monárquico (un carca de los de toda la vida) no podría defraudarme. Y no lo ha hecho.
Don Camilo y su contrafigura Peppone se encuentran pasados los años (aunque intacta la fortaleza física) ante nuevos desafíos. Peppone a un grupo de comunistas chinos, puro maoísmo que exaspera a un comunismo aburguesado como el suyo. Don Camilo tiene dos frentes que se le abren a la vez; una sobrina más que díscola, un diablo lleno de energía, belleza y descaro y un curita coadjutor, esencia del Concilio Vaticano II, que gusta a don Camilo tanto como el Concilio en sí. Y entre risas y sonrisas el bueno de Guareschi aprovecha para sacudir a todo aquello que le disgusta, y el celebérrimo Concilio y sobre todo su “espíritu” se lleva una ración importante de verdades. Sorprende verlas publicadas ya en 1969 y que aún nos suenen actuales. Cierto clero español siempre tan anclado a modas ajadas.
GUARESCHI, G
“Don Camilo y los jóvenes de hoy”
Plaza y Janes, 1973
8 comentarios
Que en 1969 un italiano zumbón entendiese perfectamente lo que ahora discutimos entre aspavientos, meneos de manos y frases grandilocuentes, impresiona.
Sobre el CVII, después de Romano Amerio, Bouyer, Michael Davies y Von Hildebrand, no me atrevo a decir nada.
G. Guareschi falleció el 22-VII-1968, a los 60 años. "Don Camilo y los jóvenes de hoy" y "El lechuguino pálido" fueron publicadas después de su muerte. No sabía que también existía una obra de este autor titulada "Don Camilo y compañía".
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NOTA DEL BLOGGER: La figura de don Quiquí es maravillosa, un "curita" conciliar que sacaría de sus casillas a los de HOAC con tanto postureo.
Si localizo las que tengo en casa, las iré poniendo. Las familiares también son encantadoras.
Un pena que no se reediten. Leí casi todo lo que publicó, en mi adolescencia, mucho antes de sus muerte. Solo vi las películas cuando supe que Benedicto era aficionado a ellas y me entró curiosidad, pues siempre desconfié de las películas que se hacen sobre libros y más si era uno de mis autores favoritos.
He estado unos días sin mirar el blogg porque no me gusta que se cuestione al Concilio Vaticano II. Lo acepté cuando contaba 13 años de edad, en el momento de su clausura y ahora, con 64, lo sigo aceptando sin reservas. No vale la pena que discutamos.
Los sucesores de los dos papas bajo cuyos pontificados se desarrolló la magna asamblea se han reafirmado en la línea conciliar.
Leí el libro de Guareschi en clave de humor. Ahora voy a releerlo, ya que han pasado tantos años de desde la primera lectura.
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