Y habrá quien añore la Segunda República española
El 8 de enero de 1933, la Federación Anarquista Ibérica (FAI) realizó un llamamiento a la revolución en España. El llamamiento anarquista apenas tuvo repercusión, salvo en el pueblo andaluz de Casas Viejas, donde un grupo de campesinos, convencidos del éxito del levantamiento anarquista, se alzaron en armas la noche del día 10 al 11. La revuelta fue reprimida con enorme dureza por los Guardias de Asalto (cuerpo policial español creado durante la Segunda República con el objetivo de disponer de una fuerza policial para el mantenimiento del orden público y que fuera de probada fidelidad al régimen republicano.)
La represión resultó tan desproporcionada y contraria a derecho que el gobierno republicano, presidido por Manuel Azaña, se vio salpicado por un escándalo que horrorizaba tanto a la izquierda como a la derecha. El 15 de marzo, una Comisión de investigación elaboró un informe definitivo en el que reconocía la existencia de los fusilamientos pero exculpaba al Gobierno. Pese a ello, el gobierno de Azaña quedo muy tocado y él y los suyos no olvidarían.
El oficial de asalto Gumersindo de la Gándara, quien había declarado contra Azaña fue puesto en manos de la Justicia tras el levantamiento del 36. Fue decretada por los organismos judiciales su libertad al no haber apreciado en él ninguna conducta hostil a la república. De hecho, en el caso del capitán Gándara se podía hablar de indudable lealtad republicana. Sin embargo, a pesar de lo indiscutible de esa situación, la Dirección general de seguridad procedió el 26 de septiembre de 1936 a entregarlos al Comité provincial de investigación pública (la denominada checa de Fomento) que procedió a asesinarlo.
Sobre todos los sucesos acaecidos en Casa Viejas escribió un relato tan periodístico como literario Ramón J. Sender, de clara simpatía por el anarquismo. Una historia para recordar a los que nos hablen de las bondades republicanas.
SENDER, R. J.
“Viaje a la aldea del crimen”
Libros del asteroide, 2015
13 comentarios
No creo que nadie añore la Segunda República española, porque todos los que en estricta gramática pudieran hacerlo están criando malvas y (espero) que reconociendo lo necios que fueron.
Los actuales "añorantes" si tienen cierta edad, son televidentes estancados en los 70 perfectamente abducidos,, y si no la tienen (la edad) son okupas más o menos piojosillos que esperan la revolusión que curiosamente encumbrará a vagos e inútiles como ellos. Son incapaces de saber quién fue el siniestro Agapito García Altadell, pero si lo hicieran, lo encumbrarían como al "che" español. Y creen que Podemos es diferente y nos llevará a la felicidad de "La casa de la pradera"
El provocativo título de este post, va a suscitar la reacción de los seis trolls feos y bajitos que asedian este portal. Ignórelos y mándelos a hacer puñetas.
No hubo comisiones, ni gobierno avergonzado, ni funcionarios contra los que tomar represalias.
Por si alguien quiere recordar las bondades del régimen franquista.
La verdad, toda la verdad, nada más que la verdad.
Todo (o casi todo) en la guerra civil fue desorden y violencia. De un lado y de otro. La de los socialistas y comunistas, que emulaban a la terrible, cruel y metódica NKVD en las horrendas checas. La de los anarquistas, la más salvaje y desorganizada (haciendo honor al apodo anárquico). También la de los falangistas, a fin de cuentas imitadores fieles de las escuadras de acción fascistas y sus represalias violentas y criminales. El ejército se contagió en no pocas ocasiones, y los tribunales militares fueron con frecuencia poco más que excusas para ajustes de cuentas.
Y no obstante, cuando acabó la guerra y la marejada primera, la Causa general está considerada como un proceso judicial riguroso. Independientemente de que nos parezca condenable la pena de muerte o las penas de cárcel o trabajos forzados aplicadas en ocasiones a prisioneros políticos, estaban dentro del ordenamiento jurídico de la época en otros países, y pocos inocentes acabaron en ellas. Recordemos que estamos en los años de la Segunda guerra mundial, durante la cual los nazis primero y los comunistas después asesinaron literalmente a millones de personas.
Pero, aunque hay pocos inocentes, vale la pena dejar bien claro que los desórdenes y la inhibición de las autoridades comenzó durante la Segunda república. Los regimenes anteriores, por mantener el orden público, habían reprimido a los revolucionarios, y cuando estos llegaron al poder, se vieron en la obligación moral de cambiar de hábitos, sin tener en cuenta que el orden también es necesario para la justicia. Y que la violencia de un lado acaba justificando la violencia del otro.
Esperemos que esa inhibición no sea algo que añoren los nuevos republicanos revolucionarios cuando lleguen al poder.
Tambien conviene traer a colacion lo que ocurrio en las Cortes cuando se pidio el suplicatorio para juzgar a Jose Antonio por tenencia ilicita de armas (Se encontraron dos armas en su casa en un registro):Casi todos los diputados de la derecha (CEDA etc.) votaron a favor del procesamiento sabiendo que era firmar su muerte, que ocurrio una vez trasladado a la carcel de Alicante.
Los tiempos del Frente Popular no se pueden juzgar con criterrios del siglo XXI . Pero es conveniente distinguir entre aquellos que procedieron con honestidad y regidos por conceptos de orden superior de aquellos otros cuyos móviles estaban basados en la venganza, el odio, la envidia y el ansia de poder, para cuya consecucion no tenian ningun tipo de barreras.
"Sólo en el orden y la ley se puede aplicar serenamente y con garantías la Justicia."
Me permito re-señalar esta conclusion del primer parrafo de Luis Ignacio, de un comentario del que estaria casi al 100% de acuerdo.
Objecciones: las que le pondria al Blogger. Urko, esta entrada esta desfigurada y afectada de cronocentrismo.
J.Sender describe, con aire de "uvas de la ira" :
"despues de ver a estos hombres, da venguenza comer".
En esas condiciones sociales, identicas a las que no se leen y se ven en "tierra sin pan" o en las descripciones de Orwell de los pueblos oscenses en "homenaje a Cataluña", es muy dificil que impere el orden y la ley.
Azaña dijo del episodio (con independencia de la atribucion del celebre "los tiros a la barriga")
"Ocurrio lo que tenia que ocurrir". No se si lo dijo por conmiseracion o por arrogancia.
Saludo,
PS: se me hace raro no ver a romosov por aqui, xd
Que Dios bendiga a España y a la Iglesia.
Los Mártires!!!!!
A estos del prejuicio "sambenitista" simplemente les interesa polarizar a la actual sociedad española en franquistas y republicanos (decretando, naturalmente, que los terroristas y golpistas eran los "buenos", y los que salieron a defender eran los "malos"). Como cazaron a Gabilondo comentando con Zapatero, "nos interesa que haya tensión". Cosas del revolucionarismo criminal.
Lo más probable es que la mayoría no quiera ni volver a la república ni volver al franquismo, pero a los sembradores del odio eso no les vale.
Un saludo.
Una gran aportación, la de los cargos católicos, para la paz y la concordia en la segunda República. No hace falta añorarlos porque siguen ahí.
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