Una vela a Dios y otra al diablo
Me encanta, a la vez que me estremece, el refrán español que compara algo con “poner una vela a Dios y otra al diablo”. El refranero tiene una capacidad sorprendente de trasladar ideas abstractas y doctrinas a imágenes sencillas y de fácil comprensión. En vez de hablar de la coherencia de vida, el compromiso o el discernimiento, habla de poner velas, algo que todos hemos hecho o hemos visto alguna vez. En este caso, la imagen es durísima, porque poner una vela al diablo es algo que una persona normal no puede imaginar sin estremecerse.
La idea que hay detrás del refrán, como sucede muchas veces, no es original del refranero, sino que es la traducción popular de una frase del Evangelio: No podéis servir a Dios y al dinero. Es una de esas frases que, una vez dichas, resonarán hasta el final de los tiempos y que tienen la fuerza de una espada de doble filo para cortar en dos nuestra hipocresía, mostrando así la contradicción entre nuestros actos y nuestra supuesta fe cuando van por caminos distintos. Es una frase que deberíamos escribir en el umbral de nuestras puertas, en nuestras mesas de trabajo y en nuestras tarjetas de crédito.
Estos días, se habla mucho en Internet de algo que me parece un ejemplo perfecto de lo que dice esta frase: la Universidad Católica de Notre Dame, en los Estados Unidos. Como ya sabrán los lectores, dentro de ocho días la conferencia de inauguración del curso de esta Universidad Católica será pronunciada por el Presidente Barack Obama, como han hecho otros Presidentes antes que él.
Hasta aquí, todo normal. Se trata de una Universidad estadounidense de prestigio y es lógico que quiera contar en esta ceremonia con la participación del Presidente del país. Sin embargo, los organizadores no se quedaron ahí, sino que decidieron honrar al Presidente más abortista de la historia de los Estados Unidos con un doctorado honoris causa. Esto ya no es normal en absoluto, porque, además, el doctorado que va a recibir Obama es un doctorado en Derecho.
Fíjense en lo surrealista que es el asunto. Una universidad católica reconoce como uno de sus maestros en Derecho a una persona que ha hecho todo lo posible por defender el absurdo jurídico de las leyes abortistas, el despropósito de poner plazos a la dignidad humana, la superioridad de la ley positiva sobre el derecho natural e, incluso, la prohibición a los médicos de auxiliar a los niños que hubieran sobrevivido a un aborto provocado. Es decir, se nombra doctor en Derecho a una de las personas que más han hecho por desmantelar la idea cristiana de lo que es el Derecho y la Justicia.
Como es lógico, cuando se anunció la noticia del doctorado honoris causa de Obama, se levantaron voces de protesta en todo el país. Hasta ahora, 60 obispos norteamericanos e innumerables blogs, páginas webs, publicaciones impresas y católicos particulares han pedido públicamente que se anulara la ceremonia. Mucho antes de este suceso, ya la Conferencia Episcopal había prohibido a todos los organismos católicos que honraran públicamente a políticos comprometidos con la legalización del aborto, como algo diametralmente opuesto a la moral católica.
¿Cuál fue la reacción de la Universidad? Intentar volver a hacer lo mismo, poner de nuevo una vela a Dios y otra al diablo. Como iban a honrar al presidente más abortista de la historia de los EE. UU., creyeron que lo ideal era “compensarlo” otorgando la Medalla Laetare, el galardón más prestigioso que concede la Universidad, a una conocida defensora de los niños no nacidos: Mary Ann Glendon, antigua embajadora de los Estados Unidos ante el Vaticano y presidenta de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales. Desgraciadamente para ellos, eligieron mal. La Sra. Glendon, como católica sincera y auténtica, prefirió rechazar la Medalla antes que colaborar en una ceremonia que, evidentemente, estaba en contradicción con su fe.
Como podrán imaginar, este despropósito de la Universidad de Notre Dame es sólo la culminación de su trayectoria de abandono progresivo del catolicismo, a lo largo de muchos años. Supuestamente es una universidad católica, pero ofrece multitud de actividades de propaganda musulmana, protestante o budista. Teóricamente está sometida a la doctrina de la Iglesia, pero defiende casi cualquier ideología contraria a la fe y a la moral católicas. Al igual que otras universidades, la Universidad de Notre Dame, desde hace muchos años, ha decidido apostar por lo que vende y ser políticamente correcta, en lugar de asumir lo que el Arzobispo Edwin O’Brien de Baltimore ha llamado “la carga tradicional e inevitable de ser sólidamente católica”.
En mi opinión, este caso muestra que se cumplen las palabras de Cristo: No podéis servir a Dios y al dinero. No dice “no debéis”, sino “no podéis”, es imposible, no hay forma de conseguir que el corazón humano se dedique por entero a Dios y a la vez continúe esclavizado por el dinero. Lo que ha conseguido la Universidad de Notre Dame es dejar de ser católica. No es que lo sea menos, ni es que haya aumentado el pluralismo o la diversidad. Ya no es católica, como tantas otras universidades. La palabra “católica” de su nombre es una reliquia histórica, como las togas que se usan en las graduaciones universitarias, un simple detalle pintoresco sin ningún significado real. Se le pueden aplicar unas palabras del Apocalipsis no menos estremecedoras que las del título de este artículo: “tienes nombre como de quien vive, pero estás muerta”.
15 comentarios
Si el relativismo y lo políticamente correcto es algo muy grave para el cristianismo y si eso no debería ser seguido por un cristiano...qué podemos pensar de que así se produzca un centro católico es una pregunta que, respondida por quien corresponda de tal centro católico, debería hacer que dejáramos de malpensar del mismo.
Sin embargo, estoy seguro que la deriva anticatólica que, según dices, ha tomado tal Universidad, no acabará aquí. Seguro que irá a pero, si eso es posible.
Me alegro mucho de verte por aquí.
Sin duda, Ananías y Safira intentaban servir a Dios y al dinero o poner una vela a Dios y otra al diablo. Es decir, intentaban que Dios se contentara con algunas cositas para poder reservarse ellos lo demás, sin injerencias divinas. Pero Dios nos pide la vida entera... para dárnoslo todo después.
Ricardo:
Muchos saludos. Me temo que a Notre Dame le da igual que proteste el mundo entero, pero es lo único que podemos hacer aparte de rezar, supongo.
Por desgracia, es algo bastante común en muchos centros de formación teóricamente católicos. Y no se limita a Estados Unidos, en España podríamos dar muchos ejemplos.
A mí me ha gustando bastante y también me ha sorprendido la reacción de los obispos norteamericanos. Creo que se puede decir que, a grandes rasgos, han ido mejorando en los últimos años, al igual que en otros países. Sólo han desentonado las declaraciones de algunos obispos eméritos que han dicho que les parecía muy bien lo del doctorado honoris causa...
El poner las dos velas que mencionas es la mejor manera manera de no ponerla a ninguno,y,así quienes practican la "doble vela" aparecen ante nosotros amargados,enfurruñados y lejos de dar testimonio "del que ha Resucitado".De ahí que derroten,en sentido marengo,de aquí para allá buscando honores y recompensas,aun pagando el precio de hincar la rodilla.
Hace unos pocos días murió la cantante Mari Trini,un icono musical,poético y cultural de la generación inmediatamente anterior a la mía, pero de la que participé intensamente,sin duda.Hay una canción que ella cantó,originaria de L.E.Aute,pero que con su voz fuerte y desgarrada, adquiría un aire bien diferente al original,se titula "El alma no venderé",y dice así:
El alma yo no venderé.
Aunque me vengan a ofrecer
la eternidad y la riqueza,
me quedaré con la pobreza.
El alma yo jamás la venderé.
El alma yo jamás la venderé.
Quiero vivir intensamente
en los paisajes con mis gentes,
con la alegría en una mano,
con el dolor en la otra mano.
Me gusta que al caer la tarde
encuentre a alguien que me aguarde.
No quiero lujo, ni grandeza;
tan sólo espero que me quiera.
Y, si algún día la vendiera,
al mismo diablo yo lo hiciera,
prefiero el fuego del infierno
a que un mortal fuera mi dueño.
¿Lo entendería el rector de Notre Dame University?
Catolicismo "de letrerito" o de chapuza, que le decía el Padre.
Casi toda la vida de Newman fue una lucha contra la chapucería catolica. Muy parecido a Castellani, hay un libro del biografo de Castellani que son las conversaciones (in Arcadia) entre Castellani y Newman.
Es lo mismo que dice San Pablo: "todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él". La Escritura está llena de frases que nos dicen esto mismo. Es más, podría decirse que toda la Biblia, de una forma u otra, nos está diciendo esto: Escucha Israel, el Señor nuestro Dios es un sólo Dios, amarás al Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas.
No conocía la palabra "marengo" en el sentido de "hombre de mar", sólo me sonaba el color y la batalla. Siempre es bueno aprender algo nuevo.
Es triste, pero es verdad que estas cosas equivalen a vender el propio alma por algo que, en definitiva, es basura, ya tome la forma de dinero, prestigio, aceptación...
Pues sí, el catolicismo que se limita a la etiqueta, lo que tiene es que es poco católico, poco universal en el sentido más noble del término.
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