Una imagen no vale más que mil comentarios
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Ayer superó este blog la cifra de 1.000 comentarios de los lectores desde su creación. A esos comentarios hay que sumar aproximadamente otros tantos que constituían mis respuestas a los mismos. No sólo me alegro por lo que supone de modesto éxito numérico de este blog, sino, especialmente, por lo que implica esta cifra en lo referente a interés que ponen los lectores en los artículos.
Cada comentario es señal de que alguien ha pensado, con más o menos detenimiento, lo que se decía en el artículo, le ha parecido bien o mal y creía que se podía añadir algo o debía eliminarse alguna cosa. En cualquier caso, se esté o no de acuerdo con el autor, los comentarios indican un interés y un esfuerzo especiales dedicados al tema tratado en ese momento.
Se dice a menudo que estamos en una época de dictadura de la televisión entre los medios de comunicación. Las imágenes, que permiten una actitud pasiva del espectador, acaparan la atención de la gente que prefiere pensar lo menos posible. La prensa escrita parecía, hace muy poco una especie en peligro, abocada a la extinción. Sin embargo, Internet ha cambiado todo esto. Los foros y, especialmente, los blogs, han supuesto un resurgir de la comunicación escrita, que está demostrando gozar de muy buena salud.
Todo esto es cierto de los blogs en general, pero me parece especialmente significativo este fenómeno en los dedicados a temas de religión. Carmen Bellver, autora de un blog muy visitado aquí en Religión Digital, decía antesdeayer, hablando de la Misión Joven, que también a través de los blogs se puede predicar hoy el evangelio. No podría estar más de acuerdo.
Los evangelizadores de todas las épocas han utilizado los adelantos técnicos que estuvieran a su alcance para proclamar el evangelio a todas las naciones. En los primeros siglos, los cristianos utilizaron la impresionante red de calzadas construida por los romanos para llevar la fe a todo el continente europeo y al norte de África. No recuerdo qué historiador señalaba que las águilas romanas que imponían la paz en Europa y en el Mediterráneo no lo sabían, pero estaban preparando la llegada de la Cruz.
En otras épocas, los misioneros han utilizado ferrocarriles, barcos, coches, aviones, la radio o la televisión como herramientas para apoyar la evangelización. Sin duda, hoy en día, Internet se ha convertido en un magnífico instrumento para hablar de Dios sin preocuparse por la distancia física. Este blog ha recibido visitas de medio centenar de países diferentes. El otro día me llamó la atención un lector que, según su IP, procedía de “Antártida - Tierra de Fuego”. Sin saberlo, la multitud de técnicos que han hecho posible el progreso de la informática y la creación de Internet, estaban preparando el camino para que unos cuantos españoles pudieran compartir su fe con personas situadas a decenas miles de kilómetros de distancia.
El grupo de personas que aparece por aquí, ocasionalmente o de forma regular, me recuerda a algo que cuenta San Agustín en sus Confesiones. Cuando por fin se convirtió san Agustín, después de décadas de haber estado alejado de la Iglesia, la que más se alegró fue, como es lógico, su madre, Santa Mónica, que llevaba años rezando por su conversión. El propio Agustín cuenta como, estando ambos en el puerto de Ostia, pasaban el tiempo hablando de la fe, del cielo y de su deseo de Dios, disfrutando enormemente de esas conversaciones. Supongo que los que aparecemos por este blog, tanto el autor como los comentaristas, no podemos compararnos con San Agustín y Santa Mónica (aunque no me extrañaría que hubiese algún comentarista que no saliese mal parado de la comparación). Sin embargo, lo que sí podemos hacer es disfrutar como ellos de hablar de las cosas de Dios en este puerto virtual al que se llega navegando por la red.
El Papa dijo ayer que la santidad es la plenitud del hombre. Una persona puede fracasar en sus estudios, en su trabajo, en sus amistades o en cualquier otra actividad que se proponga en la vida, pero si vive la santidad a la que todos estamos llamados, habrá tenido éxito como persona y su vida será plena. De la misma forma, los éxitos profesionales o monetarios, el prestigio, los avances tecnológicos, las comodidades y tantas otras cosas que ocupan nuestro tiempo apenas tienen importancia real en comparación con vivir o no la vida según la voluntad de Dios.
Habrá otros blogs que hablen de política, deportes, cine o mil y un otros temas. Por mi parte, puestos a conversar, prefiero que sea de algo que merezca la pena. Mejor dicho, de lo único que de verdad merece la pena en la vida.
20 comentarios
La crítica no es ningún problema. Al contrario, es parte de la gracia de los blogs, aunque creo que más bien deberíamos hablar de "discernimiento cristiano", que es algo a lo que todos estamos llamados.
Estoy completamente de acuerdo en que los miembros de la Iglesia somos, muchas veces, un obstáculo para encontrar a Cristo en vez de hacerlo presente en nuestra vida. Yo, al menos, soy consciente de haber sido un obstáculo más de una vez.
Por eso es necesario tener las ideas claras sobre qué cosas de la Iglesia son puramente accidentales y cuáles provienen de Dios, porque él mismo lo ha querido así, como el Evangelio, la Eucaristía (como muy bien dices), pero también los demás libros de la Escritura, los otros sacramentos, el credo, la doctrina de la Iglesia, la Tradición, etc.
Si uno se queda con las cosas le gustan de la Iglesia y rechaza las que no le van, pierde la oportunidad de convertirse, de adaptar la propia mentalidad a la de Cristo y no a la inversa.
No se trata en absoluto de condenar a nadie. Al contrario, se trata de que nadie se pierda las cosas buenas de la Iglesia, de la fe y de Jesucristo. Se trata de evitar visiones parciales que sean buenas pero podrían ser mucho mejores.
Por ejemplo, creo que ya hablé una vez de la doctrina de la Iglesia sobre la apertura a la vida. A mí, racionalmente, me costó comprender esa doctrina, pero humillé mi razón y la acepté. El resultado ha sido que Dios ha hecho maravillas en mi vida en ese tema, una sobreabundancia de gracia. La razón, como el corazón, los afectos, la imaginación, etc., necesita convertirse.
Un saludo y espero que sigas haciendo comentarios.
Me ha gustado tu frase: "quién sabe si tal vez en algún momento el Espíritu se puede valer de nuestras palabras para tocar el corazón de alguien".
Una vez me contaron la anécdota de un sacerdote que preparó durante semanas un sermón muy importante y lo pronunció delante de una gran multitud con ocasión de una fiesta solemne.
Al volver, tiempo después, al mismo pueblo, se le acercó un hombre y le dijo: Padre, el sermón que pronunció la última vez me ha cambiado la vida. He vuelto a la Iglesia, a ir a misa y a rezar y estoy contentísimo.
El sacerdote, encantado, le preguntó: ¿y qué parte fue la que te impresionó? ¿Las citas de los Santos Padres? ¿La demostración filosófica que hice...?
Pues, la verdad, le respondió aquel hombre, lo que me tocó el corazón fue cuando, a la mitad del sermón, dijo: "y ahora, pasemos a la segunda parte", porque me di cuenta de que yo tenía que pasar a una nueva vida que mereciera la pena y convertirme.
El cura, que era vanidoso pero sabio, le dio gracias a Dios y se marchó de allí mucho más humilde.
Estoy convencido, Inmaculada, de que Dios hará maravillas en medio de nuestra pobreza a poco que le dejemos. Espero que encuentres algún rato para pasar por aquí.
Un saludo,
Bruno
"Y cuànta falta nos hacìa un foro para ventilar, opinar, aprender, profundizar, exponer, nuestra vida cristiana."
Yo estoy encantado con esta oportunidad de poder hacer todo eso en este blog.
Saludos.
Un día nos tienes que contar (si no es indiscreción) esas malas experiencias que, por lo que dices, has debido tener con sacerdotes en la confesión.
Mi experiencia particular ha sido totalmente contraria: al margen de dos o tres sacerdotes desastrosos por diversas razones, la gran mayoría de los sacerdotes con los que me he confesado han sido para mí una gran ayuda.
Además sirven para otra cosa que creo más importante, y es sentir la condición de cada cual como miembro de la iglesia de Cristo, con su propia individualidad, con su perspectiva y acento particular enriquece al resto, o por lo menos si no se comparte muestra unos argumentos que meecen ser atentidos.
que te encuentras en la calle.Ossyris
Creo que es un blog muy bien llevado, donde aprendemos y compartimos todos los comentaristas.
Quiero saludar también a Sofía, que sabe que la estimo, aprecio y la tengo presente en mis oraciones. Coincido también con ella en lo que dice que la Jerarquía Católica necesita una profunda conversión a Cristo.
Enhorabuena, Bruno y gracias por tu blog.
Contra la libertad de expresión siempre se eleva la petulante opción de un Blogger para sentirse como un Dios y establecer su particular criterio dictaminando lo que está bien y lo que está mal. Borrar un comentario a lo mejor resulta tan gratificante para un Blogger como firmar una sentencia de muerte al señor Bush en sus tiempos de gobernador de Texas.
Y hay una actitud que considero barriobajera, innoble y absolutamente indecente en un Blogger y es decir: fulanito tiene la IP número tal y utiliza el servidor tal desde no sé donde.
Usar el cargo de Blogger para intentar amedrentar o cercenar al participante me parece repugnante en cualquier circunstancia. Es más noble el insulto que la amenaza. Deberían hacer un cursillo de ética algunos Bloggeros antes de abrir el tenderete.
Lo ...
Me ayudas mucho. Gracias
En muchos casos, las dudas de fe son algo bueno, porque indican que uno se toma en serio la fe y le surgen prenguntas o dificultades. El indiferente y el que sólo es cristiano de nombre no tienen nunca verdaderas dudas, ya que la cuestión no les importa lo suficiente.
La razón y la fe, aunque a veces no lo veamos, están en armonía, porque ambas miran a una única Verdad. Este Papa es un enamorado de ese tema.
Si alguina vez quieres que tratemos algún tema que te parezca interesante, no dudes en sugerirlo.
Un saludo.
Encantado de saludarte. Me alegro mucho de tener un lector asiduo en Nueva Jersey. Bienvenido al blog.
Carmen, Sofía, Vitiza, Isaías, Silva y Juvenal:
Espero que podamos seguir disfrutando de hablar de Dios durante mucho tiempo. En cualquier caso, estáis en mis oraciones.
J:
No es extraño que la Iglesia recomiende la oración diaria con los salmos, porque son una verdadera escuela de vida cristiana.
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