Toca la pandereta (villancico)
Después de un par de artículos polémicos, he pensado que sería bueno dedicar el domingo a algo más tranquilo y alegre y ofrecer un villancico a los lectores. Este villancico lo compuse hace un par de navidades, al darme cuenta de que la mayoría de la gente hace fiesta en esta época del año por costumbre, pero sin celebrar nada. Si les preguntas, la mayoría te dirán que es fiesta porque sí, porque hay que hacer fiesta, pero sin ninguna razón real que afecte a sus vidas. Quizá por eso tanta gente está harta de la Navidad.
Es un villancico muy sencillo, como lo son tantos villancicos de todas las épocas, porque la alegría es siempre sencilla. Es la tristeza la que resulta complicada. Esta canción no es más que una expresión de la alegría profunda de los cristianos, porque recordamos que ha nacido nuestro Señor.
Al leer la primera lectura de la Misa de hoy, del profeta Isaías, resulta fácil imaginar el anhelo del pueblo de Israel, esperando durante siglos que Dios cumpliera lo prometido y enviara al Mesías para salvar a su pueblo, para hacer andar a los cojos, ver a los ciegos y hablar a los mudos, para enjugar las lágrimas de todos los rostros. Miles de millones de no cristianos están hoy en esa situación, esperando que suceda algo que les dé esperanza, un signo del cielo de que su vida tiene sentido. Por eso los cristianos tenemos que proclamar con alegría ante el mundo que Dios ha cumplido ya sus promesas. Que nos ha enviado ya al Salvador, a su Hijo querido, hecho hombre como nosotros. Que nos ha amado sin medida y sin que lo mereciésemos.
Cuando uno contempla al Niño en el pesebre, que es para nosotros el signo y la realización del amor que Dios nos tiene, no puede sino ponerse a cantar. O quien desafine bastante, como yo, puede tocar la pandereta o aporrear un tambor, que para eso no hace falta gran talento musical.
Como verán los lectores, he huido de la moda de tantos pseudo-villancicos actuales que intentan ser políticamente correctos aguando el significado cristiano de los villancicos. No cantamos porque haya nevado y sea una blanca Navidad, ni porque suenen los cascabeles, ni porque haya luces por las calles, ni siquiera porque esté reunida la familia, sino que cantamos al Niño Dios, que es el Salvador que se nos ha dado, y cantamos a su Madre, concebida sin pecado.
Me gusta recordar que el Evangelio de Lucas habla de que los ángeles también cantaban. En cierto modo, al cantar por la alegría de que ha nacido el Señor nos unimos a esos ángeles cantores. En el cielo resuenan también las canciones porque está presente esta misma alegría. Ya decía San Francisco de Sales que un santo triste es un triste santo, porque si la fe no es para nosotros una fuente de alegría, incluso en medio del sufrimiento, es que probablemente no hemos experimentado aún la acción de Dios en nuestra vida.
Las imágenes del vídeo son todas de nacimientos de distintas épocas y países, que pueden ayudar a hacer presente para nosotros el misterio de la Navidad. Espero que les guste y que contribuya a que, contemplando a Dios hecho hombre por nosotros, surja en todos una alegría profunda y real. Como dice la Escritura, estad alegres, porque el gozo en el Señor es nuestra fortaleza.
…………………………………………..
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Los ángeles también
Cantan al mismo son
Y en el cielo se escucha
Una canción.
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Cantemos el milagro
Que hizo el Señor,
Para mostrarnos
Su gran amor.
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Lay, laray…
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Y que viva la Madre
Que este Niño nos dio,
Que el pecado de Adán
No conoció
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Mudo debe de ser
El que no canta hoy,
Porque no ha de encontrar
Día mejor.
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
Lay, laray…
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
El Señor esta noche
Sus promesas cumplió,
Porque al fin nos ha dado
Un Salvador.
Toca la pandereta,
Dale fuerte al tambor,
Que es hora de cantarle
Al Niño Dios.
16 comentarios
Precioso el villancico, pero el vídeo no va, no funciona, dice que no está disponible. A ver si se puede arreglar.
Un cordial saludo.
No puedo tampoco escuchar el precioso villancico que has compuesto. Me gustó mucho el anterior, de éste sólo puedo hablar de la letra. Me parece una forma genial de celebrar la navidad en familia (aunque algunos, cuando Dios repartió oído musical, debimos de ponernos en otra cola...). ¿Posdrías darnos la dirección del vídeo en Youtube? Me gustaría guardarlo para poder escucharlo sin tener que entrar al post cada vez, y enseñárselo a mis amigos y familiares. Gracias.
Ya funciona el villancico. De todas formas, podéis escuchar éste y el anterior en Youtube. Lo más fácil es ir a www.youtube.com y en "Búsqueda" (search), poner los títulos: "Toca la pandereta" o "Sucedió en aquellos días". También podéis ir directamente a las direcciones:
http://www.youtube.com/watch?v=iHWA7I-ho4w
http://www.youtube.com/watch?v=SHmRrdNuB8o
Cursis, tontos y lelos, disculpar el tono, pero donde esté un villancico de Bing Crosby, ó de Nat King Cole ó de Dean Martin, que te reconcilian con la Navidad, que se quiten estas monsergas alucinantes que pones aquí, so pelanas.
[...]
[Los insultos gratuitos están de más]
Muy buenos. El de "Sucedió en aquellos días" casi que me gusta más aún. Mis felicitaciones.
Un cordial saludo.
A mí también me gusta más el otro. Pero cada uno es apropiado, creo, para momentos diferentes. Éste quizás es mejor con niños, a los que les encanta tocar la pandereta y el tambor.
A ver si te gusta así: Me encanta el villancico, lloré de alegría al escuchar esas notas del pentagrama dedicadas a loar al Niño Dios. Cuanto admiro a Sofia, y a Ana_MS, ellas sí saben apreciar la belleza de la Navidad en familia. Aprenderé a imitarlas, en mi casa`pondré un Nacimiento, y un villancico de Raphael, el Tamborilero, que botito.
No se te da mal la ironía. El tono pasteloso está muy bien conseguido.
A mí me parece muy bien que discutas todo lo que quieras con Ana, Sofía o con quien quieras (de hecho, yo me paso el tiempo discutiendo en este blog y ésa es, en parte, su función). Sin embargo, creo sinceramente que los insultos sólo dificultan la discusión real de los temas.
Además, como anfitrión de este blog, no puedo permitir que se insulte a mis "huéspedes", sean quienes sean. Como dice la Carta a los Hebreos: "No os olvidéis de la hospitalidad, gracias a ella hospedaron algunos, sin saberlo, a ángeles".
Eres bienvenida en este blog, pero recuerda, por favor, no insultar a los otros comentaristas.
Un saludo.
Una piedra blanca:
Creo entender que te estás refiriendo al artículo anterior. Estoy convencido que, al final, la salvación depende de la relación personal entre Dios y cada uno. Los dogmas no pueden sustituir esa relación, sino que sólo están al servicio de ella, para evitar que se desnaturalice. Sólo Dios te conoce de verdad, sólo él sabe quién eres en realidad, sólo él puede darte esa piedra blanca con un nombre escrito. Y menos mal que es así: si nuestra salvación dependiese de los hombres, incluso de los mejores, íbamos aviados.
En ese sentido de servicio a una verdadera relación con Dios, entiendo yo lo que dice un poco antes el ángel a Pérgamo: Dios aborrece las herejías de nicolaítas y de Balaam porque, al ser erróneas, no llevan al hombre hacia Dios, sino que le separan de él.
En cuanto al principio de Pérgamo, a mí me ayuda ahora en Adviento recordar que la espada de doble filo, que es la Palabra de Dios, la blande el ángel (y no yo, aunque pudiera parecer otra cosa por el nombre del blog), por lo tanto a mí me corta como a los demás.
Lo cierto es que estoy muy necesitado de conversión, de que ese bisturí de dos filos que lleva el Señor corte la materia muerta que rodea mi corazón. Espero que Dios me conceda convertirme en este Adviento y esta Navidad.
La mayor parte de las canciones en inglés tienen de bueno que para entender la letra hay que prestar más atención. Porque la mayor parte de las letras no parecen de Quevedo precisamente. No seamos anti-chauvinistas.
El primero lo puse el primero porque es mi favorito.
De todas formas, como veréis (os iré poniendo alguno más), parte de la diversión para mí es que sean muy distintos unos de otros: los hay más movidos, otros para niños, algunos con melodía sencillísima, casi un recitativo, otros más teológicos, uno a cuatro voces (que aún no he grabado más que de prueba), incluso uno con ritmo de salsa.
Un saludo y que aceleres muchas partículas.
Esta Navidad a ver si escribo una letra y te la mando y si quieres le pones música. A ver cómo ando de tiempo. En Ginebra me ha ido muy bien todo (tanta suerte casi que no es normal) y eso quiere decir más trabajo para las vacaciones.
El problema del de 4 voces es que aún no lo tengo grabado. Éramos cuatro amigos para grabarlo pero uno de los cuatro (yo) desafinaba terriblemente, así que no fue posible conseguir una buena grabación.
Me alegro de lo de Ginebra. A ver si cae un año de estos un Nobel de física español.
Me parece buena idea lo de la letra del villancico.
José de María:
Muchos saludos y espero algún día poder ir a rezar ante la imagen de la Virgen de Guadalupe.
Para cursi,tonta y lela tu, tia payasa.
Anda y largate de aqui con tu basura musical, que tienes un oido enfrente del otro.
Dejar un comentario