Signos de la fe (V): el asombro ante un regalo

Una vía fundamental que puede llevarnos a encontrar a Dios y que, de hecho, ha llevado a encontrar a Dios a filósofos, pensadores y todo tipo de personas en todas las épocas, es, a mi juicio, la vía del asombro ante la riqueza desbordante y sorprendente de lo real.

Este asombro, que constituye una experiencia común a todos los hombres en su primera niñez, es a menudo perdido por los adultos por la demoledora acción de la rutina. Decía Chesterton (cito de memoria), que un chico de diez años se asombrará si le dices que se abrió una puerta y salió por ella un dragón. Sin embargo, un niño de dos años se asombrará sólo con que le digas que se abrió una puerta, porque aún no ha perdido la capacidad de maravillarse ante las cosas habituales. Sin duda, en este caso, la actitud más profundamente humana es la del niño, que se maravilla ante todos y cada uno de los seres que forman parte de la realidad. El asombro es asimismo, como decía Aristóteles, el comienzo de la filosofía y, creo yo, también es el de la poesía.

Esta vía nos conduce, en primer lugar, a salir de nosotros mismos y nos abre al exterior. Por otra parte, nos lleva también al carácter de don de lo real, porque la realidad reúne las tres características fundamentales de un regalo.

En primer lugar, nada de lo que nos rodea ha sido merecido por nosotros, no tenemos derecho a ello, ni lo hemos conseguido con nuestro esfuerzo (¿cómo podría ser de otro modo, si hasta el mismo ser nos ha sido dado?). Todo lo que está a nuestro alrededor no tendría porqué estar ahí. Por eso se preguntaba Heidegger, ¿por qué hay ser y no, más bien, la nada? En ese sentido, el hecho de que exista el mundo, de que exista yo, de que exista cualquier cosa es siempre un “extra", algo que no era necesario, algo que hemos recibido sin habérnoslo ganado antes.

En segundo lugar, la realidad es sorprendente. En efecto, testarudamente se obstina en no ser como yo la concibo, preveo o apetezco. Tiene una gran riqueza, que desborda nuestra limitada capacidad de comprensión e, incluso, nuestra imaginación. La realidad es, ante todo, un derroche de ser. ¿Cuántos miles o millones de planetas hay que nunca verá un ser humano? ¿Cuántos innumerables átomos hay en un grano de arena que ningún hombre contará nunca de uno en uno? La realidad no es utilitaria, como una máquina, sino que es sobreabundante en todos los sentidos.

En tercer lugar, los seres que percibimos en nuestra experiencia remiten necesariamente a más allá de sí mismos. Junto a la riqueza que percibimos en ellos, encontramos una cierta pobreza porque no son completos, ni se explican a sí mismos. Como un regalo, que es siempre regalo de alguien, las cosas que hay a nuestro alrededor miran siempre hacia fuera de ellas mismas.

Resulta, pues, evidente que todo lo que existe, como don que es, aun conservando una entidad y un valor propios (ya que, de otro modo, sería un falso don), necesariamente remite a un donante, que es su origen.

Absolutamente todo lo que encuentro o puedo encontrar en mi camino vital constituye así una “señal de tráfico” que marca la dirección hacia ese donante misterioso. De hecho, el problema fundamental para encontrar a Dios en este contexto no es la falta de indicios, sino, más bien y utilizando un símil económico, la superinflación de estos indicios que, a fuer de numerosos, van perdiendo su capacidad de llamar nuestra atención. Cada galaxia, cada estrella, cada planeta, cada montaña, cada árbol, cada grano de arena y cada átomo que existen son, por su misma existencia, flechas que apuntan hacia Dios.

En mi opinión, el hecho de que nos encontremos inmersos en un mundo de señales que apuntan en una misma dirección pero vivamos mirando en la dirección opuesta, es el mejor indicio de que algo no marcha bien, de que nuestras relaciones con el mundo, con los demás hombres y con Dios están trastocadas, de lo que teológicamente llamamos el pecado original.

Me resulta curioso que se plantee como objeción contra de Dios la falta de indicios de su existencia, porque lo que sucede es exactamente lo contrario. Nos hemos cansado de escuchar los gritos que da el universo entero hablándonos de Dios y, sin darnos cuenta, nos hemos puesto tapones para estar más cómodos. Basta con que nos los quitemos un poco, para escuchar de nuevo el canto de alabanza que la creación entera entona para su Señor.

Montes y cumbres, bendecid al Señor.

13 comentarios

  
Bruno
Sofía:

Sin duda, los hombres a menudo somos un obstáculo para encontrar a Dios.

Por nuestro ser creado por Dios, constituimos señales que indican el camino hacia Dios (de hecho, señales mucho mejores, porque hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios).

Sin embargo, somos los únicos seres de esta tierra que podemos rebelarnos contra nuestra condición de criaturas y enmendarle a Dios la plana. Cuando hacemos eso, en vez de señalar a Dios nos señalamos a nuestro propio ombligo y somos un obstáculo para los demás en el camino hacia Dios.
30/07/07 3:40 PM
  
Bruno
Eso es:

"Fijos los ojos en el que inició y completa nuestra fe: Jesús, que, renunciando al gozo inmediato, soportó la cruz, despreciando la ignominia" Heb 12,2

Un saludo.
30/07/07 4:47 PM
  
Carmen Bellver
¡Dios mío, cómo están los sofocos veraniegos!. Calma a todos. Nadie tiene la respuesta definitiva al enigma del otro. Sólo podemos dar indicios de nuestro camino, de nuestra fe.
Pero aún así, no seguimos la misma ruta unos y otros.
Sofía para mí eres una creyente, me da igual si eres o no ortodoxa. Porque en definitiva tu relación con Dios es única e irrepetible.
Bruno, yo intento ser fiel a la fe que vivo como un don, después de años en el congelador de la indiferencia. Claro que habían motivos personales para ello.
Por eso insisto, todos somos un misterio, nadie puede tener la patente de nada.
Me asusta esa confianza de que yo estoy en lo correcto y los otros no. Creo que en eso hay que tener más humildad.
Paz y Bien amigos.
30/07/07 5:10 PM
  
Bruno
Carmen (I):

No sé si comprendo muy bien lo que dices.

Yo no creo poseer las respuestas para todo, pero estoy convencido de que el que sí posee las respuestas para nuestra vida es Jesucristo. También estoy convencido de que Jesucristo fundó la Iglesia Católica y que garantiza, por medio de su Espíritu, que la Iglesia nos dé la verdad en materia de fe y de moral.

Como he dicho ya media docena de veces, no pongo en absoluto en duda que Sofía sea creyente, sino que, al contrario, estoy convencido de ello. Yo, en el misterio de su vida y su relación con Dios, no puedo meterme. Además, supongo siempre su buena intención y su sinceridad.
30/07/07 5:32 PM
  
Bruno
Carmen (II):

Lo que sí puedo decir (y, de hecho, tú también lo has dicho más de una vez) es que elegir lo que se quiere de la fe y moral católicas y dejar lo demás no es una actitud católica.

Eso no quiere decir ni que yo sea superior, ni que crea que tengo todas las respuestas, ni sea un excluyente ni nada por el estilo. Sólo quiere decir lo que dice: que la fe es un cuerpo, una unidad y no se puede partir en trozos entre los que elegir.

En cualquier caso, yo no me he molestado en lo más mínimo con Sofía, que siempre es bienvenida. De nuevo, si en algo he podido ofenderla, me disculpo sinceramente.
30/07/07 5:33 PM
  
juvenal
Muy bueno el post, leí a Chesterton de adolescente, y me pareció disparatado y surrealista, pero leyendo a C S Lewis, a quien tenía por racional y le concedía un crédito ilimitado, en su biografía Sorprendido por la Alegría, se refería a Chesterton como el hombre vivo más sensato que conocía, eso me llevó de nuevo a Chesterton y descubrir que todo es un regalo y que es absurdo pretender tener derecho a nada, ni siquiera a la existencia, creo que es la tesis que sostiene en toda su obra, cuando pone el ejemplo del diente de león.
Recomiendo vivamente a Chesterton como lectura para el verano.
30/07/07 5:46 PM
  
Bruno
Juvenal:

No hay nadie como Chesterton. Lo increible es que une esa sensatez con un ingenio desbordante.

Me uno a tu recomendación para el verano. Como novelas, entretenidísimas las del Padre Brown, el hombre que fue jueves, el Napoleón de Notting Hill o el Club de los oficios absurdos.

Como obras algo más densas, Ortodoxia o el Hombre Eterno.

Eso sí, hay que buscar una buena traducción.
30/07/07 5:57 PM
  
Bruno
Sofía:

Que la fe católica es una unidad y no se pueden elegir unas cosas sí y otras no, lo han dicho todos los papas, santos y concilios de la historia.

Yo entiendo que puedas pensar otra cosa, pero ¿por qué te molesta tanto que tengamos opiniones diferentes sobre esto?
30/07/07 6:03 PM
  
J. Silva
"Ya que, una vez más, Señor, como en los bosques del Aisne, también en las estepas de Asia, no tengo ni pan, ni vino, ni altar; me elevaré por encima
de los símbolos hasta la pura majestad de lo real, y te ofreceré, yo que soy tu sacerdote sobre el altar de la tierra, el trabajo y la pena del mundo."
(Teilhard de Chradin)
Sofìa, sabemos que estàs por ahì... niña rebelde y necesaria. Y que nos seguiràs echando una miradita... ¡Una sonrisita por el amor de Dios!
30/07/07 8:27 PM
  
Montaraz
Jo, que bronca. Es dificil razonar con la sangre caliente. Mañana lo haremos mejor, con más calma. Recordad que el bien hace poco ruido y el ruido hace poco bien.
30/07/07 9:52 PM
  
Bruno
Sofía:

Como a ti te parezca. Ya he borrado lo que me has dicho. Sentiré no verte por aquí (en cualquier caso, no te olvides de pedir por mí).

Un saludo cordial.
30/07/07 10:04 PM
  
anarico
Éso que habitualmente llamamos "fe" entra por el oído. Pero la "FE" virtud teologal es otra cosa; no olvidemos que virtud significa capacidad; es decir:PODER.
Aunque la Santa Doctrina, es la cosa más sencilla y natural para el desarrollo de la persona, y por lo tanto, no es necesario devanarse la sesera, Sí es conveniente y necesario, ser precisos, rigurosos y nada flojos y fulleros, sino "verdaderos israelitas".
Y si la "fe" entra por el oído; la luz entra por el ojo, así se dice en el evangelio, y no por csualidad, ni es una ocurrencia barata.
Contemplar es ver, mirar, con los ojos..
¿Qué es la oración? ¿no es un diálogo? ¿Y cuando dialogamos con alguién, no nos ponemos delante de él y le miramos?
Solamente, deseo hoy que recordemos algunas cosillas que la rutina, a veces, hace que no las tengamos muy presentes.
Dios es VALOR
01/08/07 9:58 AM
  
Atila


[...]

[Atila: he suprimido el comentario por sus descalificaciones. Creo que es mejor que nos centremos en los temas y en dar argumentos.]
01/08/07 12:34 PM

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