Si no existen, tienen que inventarlas
He leído, en varios blogs norteamericanos, una noticia que me ha resultado curiosa. Electronic Arts, una marca de juegos de ordenador va a sacar al mercado un videojuego basado en la Divina Comedia. En el juego, Dante, un mercenario italiano, tiene que atravesar los nueve círculos del infierno para salvar a Beatriz. Como se trata de un juego de lucha y destrucción, se entiende que el infierno dantesco constituya un escenario perfecto para el mismo: monstruos, diablos, horrores, pecados personalizados y Lucifer en persona se enfrentan a Dante para evitar que salve a su amada.
Por lo visto, sin embargo, el aprovechar un escenario inédito para el juego no era la principal motivación de sus creadores. Parece ser que lo que estaban buscando era crear escándalo entre los cristianos, y, sobre todo, reacciones airadas de obispos, sacerdotes, entidades religiosas o predicadores condenando el juego. Una forma desgraciadamente bastante común de conseguir publicidad gratis, a costa de la Iglesia.
Lo curioso del caso es que les salió mal el invento. El juego, anunciado en Internet, pasaba desapercibido, sin condenas ni rechazos. Como no consiguieron escandalizar a nadie pero su proyecto de marketing exigía protestas, vestiduras rasgadas y, a ser posible, fanáticos escandalizados tirando piedras, la empresa decidió inventar las protestas.
Contrataron a un grupo de veinte falsos manifestantes cristianos para que se plantasen ante el Centro de Convenciones de Los Ángeles, gritando eslóganes contra el juego y pareciendo todo lo inquisitoriales e intolerantes que pudieran. Las pancartas mostraban mensajes como “Cambia tu PlayStation por una PrayStation” (literalmente, una “estación de oración”) o “El infierno no es un juego”. También jugaban con las iniciales de la empresa E.A. como abreviatura de Anticristo Electrónico.
Como ha sucedido tantas veces últimamente, quien descubrió el pastel fue algún bloguero avispado e, inmediatamente, la información se transmitió por todo el mundo. La empresa, actuando astutamente como el administrador injusto de la parábola, reconoció públicamente que todo era un montaje. Previsiblemente, los blogs religiosos de todo el mundo han comentado dicho montaje, dando aún más publicidad a la empresa. Resultado probable: más ventas para el videojuego cuando salga a la venta el año que viene.
Como no creo que el juego sea peor que otros de su estilo, ni suponga ningún tipo de amenaza para la fe, lo que más me ha hecho pensar de todo este asunto es la habilidad de la empresa. Parece que ha encontrado una estrategia publicitaria perfecta. Si no se descubría su artimaña, los medios de comunicación anticristianos se reirían de los manifestantes y, por contraste, ensalzarían el juego. Si se descubría la argucia, como de hecho ha sucedido, blogs y medios de comunicación de todo tipo criticarían o admirarían su forma de actuar y, a la postre, contribuirían también a dar publicidad al juego.
Esta estrategia, sin manifestantes falsos pero en lo demás de forma similar, se ha utilizado muchas veces y, probablemente, seguirá utilizándose. Novelas y películas que falsean la historia y la naturaleza de la Iglesia como El Código Da Vinci o Ángeles y Demonios, exposiciones u obras de “arte” que mezclan la religión con la pornografía, manifestaciones que consiguen mayor audiencia burlándose de eclesiásticos o de figuras sagradas, historiadores que sólo son conocidos por tesis absurdas pero dañinas para la Iglesia… Todo ello recibe gran parte de su popularidad del escándalo de los cristianos y de sus protestas ante los medios de comunicación. ¿Qué habría que hacer ante estas técnicas publicitarias a costa de la Iglesia? ¿Es mejor ignorarlas para no darles publicidad? ¿O la defensa del Evangelio exige que se refuten los errores, se muestre públicamente la deshonestidad y se defienda la imagen del cristianismo y de la Iglesia?
Quid vobis videtur?
15 comentarios
Además, tengo un condenado con mi apellido en el circolo ventesimottavo del Inferno, para peor vecino de "Maometto" así que me encantaría hablar con mi pariente florentino. Me temo que el juego no debe ser muy fiel para bajar "nelle tenebre eterne, in caldo e in gelo"
Aunque suene egoísta en labios de un cristiano, en mi opinión, acerca de este tema lo que tenemos que hacer es procurar nuestra salvación y dar a los demás la oportunidad de salvarse, presentándoles a Cristo. Luego cada uno, con todos los datos en la mano, optará por el camino estrecho y empinado o por el ancho y llano.
Dios nos pedirá cuentas por nuestros actos hacia los demás, no por los actos de los demás.
Voy a incluir esta historia a partir del próximo curso en mi repertorio de ejemplos sobre cómo funcionan los medios de comunicación y la publicidad en particular.
Al igual que a Borges, todavía me sigue emocionando la mirada final que Beatrice dirije a Dante poco antes de alcanzar el poeta la contemplación de la Trinidad.
¿Qué puede hacerse? La discusión es inútil, por lo intrincado de los fenómenos y por la absoluta cerrazón de los que mienten y se niegan a tomar en cuenta cualquier razonamiento. Y sin embargo, no parece difícil la mostración de la insostenibilidad de la mentira. Creo que es esencial recogerla, mostrarla, hacer que su contenido quede vinculado a sus autores sin que estos puedan desentenderse de ella una vez que ha cumplido su misión desorientadora. Hay que recordar, con la evidencia y escrupulosidad que permiten los recursos actuales, lo que alguien ha dicho y está dispuesto a olvidar.
Cuando se entere mi esposa de lo que han hecho con la joya de la literatura italiana imagino que entrará en un arrebato de ira importante... ¿se lo digo o no?
jeje
un abrazo
Lo que debemos evitar en estos casos es caer en el fanatismo barato que no hace más que confirmar a esta gente sus manipulaciones. La educación en estos casos es primordial y hay que empezar por enseñar a los creyentes la Verdad para que sepan dar respuesta a esta gente.
Gracias a un amigo, llegó a mis manos hace un mes una demo de este videojuego y, pese a las incorreciones que presenta respecto a la obra de Dante, es uno más de la gran retaíla de bazofias de juegos de "aventuras" que existen en el mercado. No le auguro mucho éxito.
Supongo que, como es mi caso, muchos no habiamos tenido noticia del juego hata leerlo aquí. No es que por ello vaya a salir corriendo a comprarlo, pero no deja de ser un medio más de difusión.
Esto me recuerda un poco las campañas que se han montado con ciertas películas y obras de teatro. Si no hubieran tenido las campañas de rechazo que tuvieron, habrian pasado sin pena ni gloria.
Como dice D. Bruno lo que suelen buscar es el rechazo de los cristianos para que a su vez les hagamos, gratis, la campaña publicitaria.
Como decia al principio, creo que la mejor política con los provocadores es ignorarlos. Cuando vean que no consiguen su objetivo cambiaran su línea de marketing.
En este tipo de casos, estoy de acuerdo con usted. De hecho, éste es un buen ejemplo de que ignorar estas cosas funciona. Su primera idea debió de ser que conseguirían publicidad para el juego sólo con anunciarlo porque la Iglesia Católica protestaría porque trataba del infierno, tres o cuatro grupos protestantes les llamarían hijos de satanás... y la realidad es que no sucedió nada.
Precisamente por eso, han tenido que seguir una táctica alternativa y utilizar falsos manifestantes cristianos. Pero eso sólo funciona una vez o dos, luego deja de ser novedad y aburre.
Sin embargo, en otros casos, puede ser necesario orientar a la gente. Por ejemplo, las novelas originales de las películas famosas Código Da Vinci, etc. estaban escritas con tal desparpajo y malicia que podían engañar a muchos que las leyeran, haciéndoles creer cosas absurdas sobre el cristianismo o la fe. No en que hubiera conspiraciones, que eso era evidentemente invención, sino en los datos "históricos" que se daban como ambiente, que eran falsos pero con muy mala idea. Supongo que, en esos casos, puede ser necesario explicar, dar datos, etc.
Por eso no me preocupa nada, la verdad, este juego. Es uno más de los miles que hay y el hecho de que se ambiente en el infierno, no va a hacer que nadie crea más o menos.
En la última película de este tipo, Ángeles y Demonios, de cuatro o cinco frases que se decían en el anuncio emitido en las televisiones, una hablaba de una masacre realizada por la Iglesia Católica, mientras se enseñaban huesos innumerables (por cierto, si no recuerdo mal, en la novela original la "masacre" eran cinco personas, que no existieron, por supuesto). Es decir, el anuncio estaba claramente dirigido a provocar. Sin embargo, esta última vez no hubo apenas reacciones por parte de los cristianos y la película ha pasado sin pena ni gloria, sin alcanzar ni de lejos la resonancia que tuvo el Código da Vinci.
Eso sí, lo que ha hecho la empresa de videojuegos me sugiere una pregunta: ¿Habrá sucedido más veces? ¿Es probable que otros escándalos famosos hayan sido provocados e instigados o incluso fingidos en gran parte por empresas?
Un saludo
El fin último de cualquier empresa es la obtención de beneficios. Y, claro está, el fin, en este caso, justifica los medios. Tampoco debemos olvidar la influencia que diversos lobbies (gay, masones, ateos, etc.) tienen en el comportamiento de los consumidores. Está claro que, en determinados casos, si una empresa no se pliega a sus exigencias, puede verse afectada en lo que más le duele: la pasta.
Vuelvo a insistir: pedagogía y más pedagogía es la única vía para evitar que ciertas actuaciones manipuladores terminen por influir en los creyentes.
Por lo que he visto en la página web de la empresa, el parecido entre la obra de Dante y el juego es más bien escaso. Sin embargo, ¿quién sabe? Puede que esto sirva para que a algunos les entre la curiosidad y vayan a la obra en sí o para que les suene alguna frase del original que introduzcan en el juego. Al menos lo de "Lasciate ogne speranza, voi ch'intrate" y no me extrañaría que Dios pudiera servirse de esa frase alguna vez para acercarles a él. La cultura cristiana, incluso de tercera mano, puede tener efectos sorprendentes.
Saludos.
Me gusta de tu comentario, sobre todo, la invitación a centrarnos en lo esencial. Estoy de acuerdo en que nos da igual que alguien se enriquezca o no utilizando para ello el escándalo de los cristianos.
Lo que temo es que algunas de estas campañas, no ésta del juego, pero sí otras, contribuyan a oscurecer ante el mundo el testimonio cristiano o a hacerlo más difícil. Si, por ejemplo, el Código da Vinci consigue convencer a mucha gente de que la Iglesia siempre ha estado contra la ciencia, el conocimiento y la verdad, cuando esas personas oigan hablar del Evangelio tendrán ya barreras construidas contra él y será mucho más difícil evangelizarlos. Creo que eso sí que hay que tenerlo en cuenta.
El caso concreto de "El código Da Vinci" merece un tratamiento diferente (y no la burda pantomima del juego este). Como muy bien apuntas, el autor, en el prólogo, expresaba abiertamente que los datos que se daban (falsos, torticeros, manipuladores o sencillamente inventados) sobre el cristianismo, especialmente el primitivo, eran producto de "investigaciones independientes", y que eran algo así como la verdad ocultada por la gran conspiración vaticana. En esos casos, que se pueden tachar evidentemente de calumnias anticristianas muy maliciosas (abonadas, repito, por la general ignorancia de la gente, tristísima en el caso de sociedades católicas), sí es mandatorio establecer la Verdad, emitiendo refutaciones punto por punto, explicando el mensaje evangélico y la realidad de la Historia de la Iglesia.
De ese modo damos oportunidad a la gente para que conozca el mensaje cristiano. En la sociedad actual, tan secularizada, e inclinada por los mass media a considerar superstición las creencias religiosas, sobre todo la cristiana, incluso est etipo de polémicas pueden servir para despertar el interés por estos temas, ya en desuso, y pueden ser un arma de evangelización. Siempre sin enfadarse, sin odio ni acusando al calumniador de X o Y males, sin preocuparnos por "la repercusión mediática", como si fuésemos empresarios que temen perder ventas. Sencillamente poniendo blanco sobre negro, y sin olvidar rezar por los que nos calumnias. Como dijo Nuestro Señor, cada vez que nos atacan nos están bendiciendo ante Dios.
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