Queja ante la Congregación para la Doctrina de la Fe
Con ocasión del anuncio de Luis Fernando Pérez Bustamante, en su blog , de su intención de presentar una queja ante la Congregación para la Doctrina de la Fe con respecto a las declaraciones públicas del P. Masiá sobre la virginidad perpetua de Nuestra Señora, se ha levantado una cierta polvareda.
Como siempre sucede, las pasiones se han disparado y han volado los insultos en todas las direcciones. En mi opinión, los insultos no añaden nada. Hablar de “delator”, “chivato”, etc. no tiene más sentido que descalificar a los que usan esos términos sin ninguna justificación. Apelar a la Congregación para la Doctrina de la Fe (ya sea en el Vaticano o en la Comisión del mismo nombre de la Conferencia Episcopal) en un caso concreto, es algo perfectamente legítimo, creo yo.
En principio, que los escritos de uno sean estudiados por la Congregación no tiene en sí nada de malo. Muchos santos (y otros no tanto) han pasado por ello. A fin de cuentas, es el órgano encargado por la Iglesia de discernir lo que es conforme a la fe católica y con ello realiza un servicio a todos los cristianos. Cuando uno es fiel a la fe de la Iglesia no debería tener nada que temer.
Eso sí, creo que deben darse ciertas condiciones, muy sencillas y de sentido común, para que una queja de este tipo sea algo aceptable y acorde con el Evangelio:
- Que se tengan razones serias para presentarla, es decir, que se trate de asuntos que afecten realmente y de forma grave a la fe de la Iglesia o a su enseñanza en material moral. Nada de detallitos y tonterías, para no ser guías ciegos que cuelan el mosquito y se tragan el camello.
- Que se tenga una relación real con el asunto. No tiene ningún sentido ir “a la caza de herejes” en lugares y asuntos que a uno ni le van ni le vienen.
- Haber intentado antes razonar con el interesado, señalarle que lo que dice es o puede ser contrario a la Iglesia y perjudica a otros, darle la oportunidad de que se explique o matice sus palabras, etc. Si tu hermano llega a pecar, vete y repréndele, a solas tú con él. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano.
- Actuar con humildad, siendo consciente de que uno se puede equivocar, no haber entendido bien al otro, etc. No os estiméis en más de lo que conviene; tened más bien una sobria estima según la medida de la fe que otorgó Dios a cada cual.
- Buscar el bien de la Iglesia y, sobre todo, de los más sencillos que puedan verse extraviados por lo que alguien enseña erróneamente en nombre de la Iglesia. Por eso, este tipo de quejas no tiene ningún sentido en relación con un laico, sino sólo con respecto a alguien que, de alguna manera, pueda hablar en nombre de la Iglesia, como un sacerdote, un religioso, un teólogo que afirme ser católico o un profesor de una universidad católica. Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgasen al cuello una piedra de molino…
- Que se busque también el bien del interesado, es decir, de la persona sobre la cual se presenta la queja. Esto excluye, por supuesto, todo rencor o ira contra él. La acción del magisterio, también cuando tiene que corregir, está siempre dirigida a ayudar al destinatario, que puede equivocarse de buena fe y necesita del discernimiento de la Iglesia. Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen y orad por los que os persiguen y calumnian.
- Si es posible, acudir antes al superior inmediato, para no crear escándalo ni un perjuicio excesivo al interesado.
- En la medida de lo posible, avisárselo antes al interesado y no presentar la queja a escondidas, porque el que obra según la verdad viene a la luz, para que sus obras se pongan de manifiesto, porque han sido hechas según Dios.
- No hacerlo enfadado y en caliente, sino tras pensarlo bien, porque la ira del hombre no produce la justicia que Dios quiere.
- Acompañarlo todo de oración: por uno mismo, por el interesado y por las autoridades que intervengan, para que el Espíritu Santo los ilumine a todos: Que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación para su conocimiento.
A mi juicio y salvo las condiciones “internas”, que yo no puedo juzgar, Luis Fernando cumple estas condiciones al actuar como lo hace. Quizá se le pueda reprochar no haber respetado la penúltima y aprovecho para aconsejarle que deje pasar unos días antes de enviar las quejas y así evitar que la ira deforme su criterio.
Por supuesto, otras personas pueden disentir de la opinión de Luis Fernando sobre la oportunidad de presentar una queja o sobre la ortodoxia o heterodoxia de las afirmaciones del P. Masiá, pero creo que su derecho de presentar la queja sin ser insultado es indiscutible.
En cualquier caso, creo que sería bueno que, al margen de nuestras opiniones concretas, tengamos presentes en nuestra oración a todos los afectados, para que Dios les dé discernimiento para obrar siempre y en todo a mayor gloria de Dios.
38 comentarios
Señor Moreno Mestre, creo que no es una "queja" es una denuncia. Aunque son parecidos lo significados, tienen matices importantes.
No se cuáles son las intenciones personales del señor Perez Bustamante, pero dudo que haya dado todos los pasos que usted expone que hay que dar. p.e: ¿qué relacion real tiene el señor Perez Bustamante con ese asunto?¿sabemos si ha hablado don el señor Masiá? En fin, allá cada cual con su conciencia.
Gracias por dejarme aportar en su blog.
Siempre es usted bienvenido al blog.
Moreno Mestre es el autor de otro blog de Religión Digital ("Soy físico y católico para más INRI"). Yo soy Bruno Moreno Ramos.
En cuanto a lo de queja, el diccionario la define, en el derecho civil, como "Acusación ante juez o tribunal competente..." que entiendo que es prácticamente lo mismo que una denuncia. A mi entender, en un contexto eclesial, quizá "queja" sea más apropiado que "denuncia", pero ambos serían aceptables.
Creo que LF se ha dirigido muchas veces al P. Masiá en los comentarios de su blog, aunque no sé si él le ha respondido alguna vez.
En cuanto a lo de la relación, supongo que como lector habitual y hasta hace un mes escritor en Religión Digital, LF se considera lo suficientemente afectado. Como este criterio de la relación suficiente no es un criterio de blanco o negro, entra de lleno en la discreción de cada uno.
En estos temas, la discreción personal es esencial. Como verá, yo no he presentado ninguna denuncia, aunque considero que las opiniones del P. Masiá se apartan sustancialmente de lo que enseña la Iglesia. Sin embargo, creo que LF tiene todo el derecho del mundo a presentar su queja.
Un saludo.
Bruno: Dudo mucho que Luis Fernando cumpla con bastantes puntos de lo que expones. Yo ya dije que tu te has comportado de forma correcta discrepando y disintiendo respetuosamente de Masiá. Pero Luis Fernando lleva mucho tiempo ofendiendo a Masiá y deseando hacerle callar. Bien dice un principio elemental que formuló Juan Pablo II en Madrid hace 4 años, y que bastante razón tiene: "Las ideas no se imponen sino que se proponen".
Yo, en mi humilde opinion, sigo pensando que en este contexto la palabra "denuncia" es FEA, pero es precisamente la que el autor de la misma ha utilizado. Con lo que queda claro, en principio, la filosofia de la "intencíón".
Personalmente pienso que las cosas no se hacen así, que no se arregla nada.Mas bien se empantana todo a peor.
A mi me gusta poco Masia,creame, pero ¿qué gano con denunciarlo? Si lo "expulsan" de la Iglesia ¿somos mejores todos, se beneficia en algo el cuerpo místico? En fin, digo lo mismo que antes: alla cada cual.
Gracias de nuevo.
Creo que has tocado un punto esencial que yo había olvidado totalmente señalar. Siempre es necesario tener en cuenta que "las ideas no se imponen sino que se proponen".
En este caso (y en el de cualquier queja ante la CDF) la finalidad nunca puede ser obligar a otra persona a pensar de otra forma. La finalidad sólo puede ser evitar que actúe, en nombre de la Iglesia, de forma engañosa.
Es decir, el P. Masiá y cualquier otro sacerdote, obispo, religioso, etc. son libres, como cualquier persona, para pensar lo que quieran. Sin embargo, no tienen derecho para hablar como tales sacerdotes, obispos y religiosos (es decir, como ministros y representantes de la Iglesia), afirmando cosas que son totalmente incompatibles con lo que enseña la Iglesia.
En mi opinión, sí que se les puede exigir que lo que digan públicamente se ajuste a la doctrina de la Iglesia en lo esencial o que, si en conciencia no pueden actuar así, que dejen de ser sacerdotes, obispos o religiosos católicos.
Entiendo que querer expulsar a alguien de la Iglesia para "quedarse a gusto" es totalmente antievangélico (aunque sea muy humano). De todas formas, hoy en día, resulta dificilísimo que a uno le "expulsen" (mejor dicho, le excomulguen) de la Iglesia.
Una queja o denuncia :) legítimas sí que pueden buscar una Declaración oficial de la Congregación para la Doctrina de la Fe para:
a) Evitar que los fieles puedan extraviarse al pensar que las opiniones erróneas de un sacerdote, religioso, etc. están conformes con la fe de la Iglesia
b) Ayudar al propio sacerdote, religioso, etc. a que vea que está en el error y a que deje que la Iglesia le corrija y le ofrezca su discernimiento.
Un saludo.
Yo, como cristiano mayor de edad y en consecuencia con mi fe, me fumo un puro ante las condenas de la Congregación para la Doctrina de la Fe.
Por cierto si de negar la palabra a alguien se trata en Atrio ya avisan que Luis Fernando no podrá participar en su portal hasta que no se disculpe. Me parece muy fuerte lo de estas personas, otra cosa es que a Luis Fernando le de igual el que le dejen participar en Atrio o no.
Pide aclaraciones al órgano competente. Creo que tiene derecho a pedir aclaraciones. Yo tengo verdadero interés en conocer la respuesta. Pero si queréis que sea sincera me gustaría que Masiá entrase a debate con Luis Fernando y que todo quedase claro sin necesidad de denuncias o notificaciones.
Saludos. Hace tiempo que no te leía.
Quizá no me he explicado bien. Cuando digo "dejen de ser sacerdotes, obispos o religiosos católicos" no quiero decir que los echen de la Iglesia, sino que es mejor, para ellos y para los demás, que dejen de ser obispos, sacerdotes o religiosos.
Vamos a ver: obispos, sacerdotes y religiosos representan de una manera especial a la Iglesia ante los fieles, ya que tienen encomendado un ministerio pastoral. Si alguno de ellos no puede en conciencia creer y afirmar lo que cree la Iglesia, lo lógico es que abandone ese ministerio pastoral que no puede ejercer. Es, precisamente, una cuestión de coherencia.
En cuanto a lo de "echar de la Iglesia", creo que ya te dije una vez que pienso que es imposible echar a nadie de la Iglesia: uno se va o se queda por propia voluntad (y por la gracia de Dios). La misma excomunión no "echa" de la Iglesia, sino que declara solemnemente que alguien, por su conducta, se ha marchado de ella, como una ayuda para ese alguien y los demás lo sepan, porque es la Verdad la que nos hace libres.
Finalmente, en cuanto a lo de "amordazar la conciencia", creo que mezclas cosas.
Supongo que aceptarás que, cuando uno cree que Jesús es el Hijo de Dios, queda obligado en conciencia a aceptar como Verdad lo que él decía. ¿No? Si Jesús le decía a uno de sus discípulos que era lícito pagar el tributo al Cesar, ese discípulo, que creía en él como Hijo de Dios, tenía la obligación en conciencia de aceptarlo, de preferir lo que decía el Mesías a lo que pensaba él, aunque a no le gustase o le pareciese poco patriótico. Me parece que está claro que eso no sería amordazar conciencias, sino reconocer lo obvio: Dios sabe más que yo. Cristo no obligaba a nadie a creer en él, pero no es posible creer en Cristo como Hijo de Dios y pensar que se equivoca y tú tienes razón.
Pues bien, la Iglesia Católica ha considerado desde siempre que Cristo había dado su Espíritu a la Iglesia para discernir la verdad en materia de fe y moral, con la misma autoridad de Cristo. "Quien os escucha, me escucha a mí", "Lo que ates en la tierra...", "A quienes les perdonéis los pecados..."
Si eso es así, reconocer que cuando la Iglesia dice una cosa (en materia de fe y moral) y tú tienes otra opinión, quien se equivoca eres tú, es de nuevo reconocer lo obvio: que Dios sabe más que tú.
No violenta en nada tu conciencia. Es más, es una obligación de conciencia reconocer que debes ser tú quien estás equivocado y no el Espíritu que actúa en la Iglesia y también es una alegría el saber que puedes recibir el discernimiento de parte de Dios en esas grandes cuestiones de importancia (mientras que, en la aplicación a ocasiones concretas de tu vida, es tu conciencia la que tiene que actuar basándose en ese discernimiento).
Todo lo que usted cita: libertad de pensamiento, de cátedra, democracia, etc. son quizá características ideales para una sociedad civil, pero la Iglesia es diferente (si fuera lo mismo, sería una innecesaria repetición de la Sociedad Civil).
Los católicos creemos, entre muchas otras cosas, que Jesús era el Hijo de Dios, que nos redimió de nuestros pecados, que instituyó los sacramentos, que fundó la Iglesia y la entregó su Espíritu Santo que permanece operante en ella. Todos esos presupuestos (que la sociedad civil no utiliza como fundamentos) implican que la organización de la Iglesia sea diferente de la de la sociedad civil.
Un ejemplo: si creemos que Jesucristo ha revelado la Verdad con mayúsculas, no puede existir en la Iglesia una libertad de cátedra que permita enseñar en contra de esa Verdad, sería contradictorio con la esencia misma de la Iglesia. Si alguien enseña la reencarnación en lugar de la resurrección, ese alguien deja, inmediatamente, de ser un profesor católico, porque no acepta la Verdad de Jesucristo.
Sin ánimo de ofender, su última afirmación más que a "cristiano mayor de edad" me suena a "cristiano adolescente".
Un saludo.
Coincido totalmente contigo en que siempre es mejor la claridad. Es la Verdad lo que nos hace libres.
Agradezco su respuesta aunque no puedo sino expresarle mi más completa discrepancia.
¿Acaso la democracia no es un valor para los cristianos? ¿Acaso hay algo en el Evangelio que nos lleve a rechazar la libertad de expresión? ¿No son los derechos humanos aplicables a todos los hombres en todas las situaciones? ¿Me podría Ud. explicar qué contradicción hay entre creer en la democracia como mejor forma para gobernarse y creer en Jesús de Nazaret?
Sinceramente, da pavor asumirlo, pero la Iglesia, que es también una institución terrenal (véanse los Concordatos), es una asociación autocrática, endogámica, misógina y vulneradora de los derechos humanos.
En cuanto a que Jesús haya depositado la Verdad en la Iglesia, convendrá conmigo en que es una afirmación que tiene un evidente problema epistemológico. ¿Dónde estaba la Verdad de la Iglesia cuando se justificaban las cruzadas, los tormentos inquisitoriales, cuando se publicó la "Syllabus"?
Confundi...
- Escritura, Magisterio, Tradición... y el Catecismo.
Un comentario pidiendo rectificación en el post contrario a la Fe o a la Moral es suficiente para cursar denuncia.
La denuncia es positiva: el denunciado tiene derecho a ser oído, a argumentar su acto contrario a la Fe o a la Moral ante una instancia experta.
Los católicos tenemos derecho a que los sacerdotes nos den Fe y Moral auténticas.
Los sacerdotes no son propietarios de la Fe y la Moral católicas: éstas son de Dios.
De todos modos, creo que va siendo hora de que cada uno se sitúe donde le corresponde. Hoy en día hay muchas personas para quienes la Iglesia y su Tradición de interpretación de las Escrituras no son más que unas estructuras humanas desvencijadas por el concepto progresista-dialéctico hegeliano. Pues a otra cosa, Sofía. Si lo mismo da Juana que su hermana, no debería haber mayor problema en que tengáis un acto de caridad y dejéis de dar la lata a los que queremos seguir siendo fieles a la Iglesia de San Ignacio de Antioquía, San Agustín, o Santo Tomás de Aquino.
A Masiá le pierde su vanidad de intelectual que cree que sabe más que nadie. En realidad es una falta contra sus votos y un síntoma de la debilidad de la Iglesia.
Por cierto, es curioso como insultan estos progres. Hacen los mismo en política que en asuntos de fe. No toleran la crítica. El que se opone a ellos es un integrista, ultracatólico, facha. Rezaré por vosotros y por Masiá.
Creo que la frase "explique de otra manera el porqué de un dogma y lo actualice" es esencial.
Siempre es posible y necesario explicar mejor un dogma, utilizar términos modernos más comprensibles, comprender más ampliamente su contexto, etc. (a fin de cuentas, se refieren a misterios inagotables para el ser humano, así que siempre se puede profundizar más en ellos). También es necesario a veces eliminar "recubrimientos" que el entendimiento popular o algunos teólogos hayan puesto alrededor de los dogmas pero que no pertenezcan a ellos.
Lo que no puede suceder es que se cambie lo que un dogma dice, porque entonces los dogmas no tendrían ningún sentido. "Actualizar" un dogma no puede significar negarlo o cambiarlo.
Si el dogma dice que María fue siempre virgen, eso se puede estudiar desde muchos puntos de vista: entender que no sólo es algo físico sino que conlleva necesariamente una consagración totaldel corazón a Cristo, desarrollar su relación con la virginidad consagrada en la Iglesia, utilizar conceptos modernos como la auto-donación, estudiar cómo la Tradición ha ido revelando esta verdad, verlo como un don no necesario sino gratuito de Dios, relacionarlo con que es Dios el único que da la Vida verdadera, comprender que es también una figura de la Iglesia... y mil cosas más que no puedo imaginar. También se puede eliminar cualquier resto de maniqueísmo que algunos teólogos hayan podido mostrar al relacionar el matrimonio con algo malo o pecaminoso (cosa que nunca ha dicho la doctrina de la Iglesia).
Lo que no puede hacer un católico es negar directamente el dogma y decir que María no fue siempre virgen en el sentido propio del término.
Un saludo.
Enlace permanente Comentario por Carmen Bellver [Blogger] 27.11.07 @ 20:19
Para mi pueden entrar a debate, pero prefiero una notificación oficial por que en este caso le corresponde emitirla al cadenal de Valencia, que trabaje que para eso está.
Por otra parte necesitamos dicha aclaración oficial, lo otro sería un debate entre Masiá y Luis Fernando, el tema nos interesa a todos.
me ha parecido muy equilibrado tu post. Estoy de acuerdo en casi todo,
especialmente en "Actuar con humildad" y "Buscar el bien de la Iglesia
y, sobre todo, de los más sencillos". Aunque no sé si es buena la idea de
presentar una queja, no dudo de la buena intención de Luis Fernando. De lo que
sí dudo más es de las buenas intenciones de Masiá. Pero puedo equivocarme tanto
en un caso como en otro.
Realmente me parece una polémica un poco estéril. Ayer murió una persona a la
que apreciaba y supongo que Dios no le habrá tenido en cuenta si creía que
María fue siempre virgen. El domingo estuve charlando con un profesor alemán,
hijo de un pastor luterano. Me dijo que para los protestantes (supongo que debe
haber sus diferencias) sólo hay 2 sacramentos (bautismo y eucaristía) y que
María no significa nada. No me escandalicé ni nada. Hay muchos protestantes que
aman a Cristo lo mismo que los cat...
aman a Cristo lo mismo que los católicos, aunque no acepten el magisterio de la
Iglesia.
la verdad es que yo no entiendo muy bien a qué se refiere la Iglesia diciendo
que María fue siempre virgen, antes, después y durante el parto. Pero no me
preocupa demasiado. Otras de las opiniones de Masiá me parecen más problemáticas
(siempre, según lo que cita Luis Fernando). Y no veo nada bien que un
sacerdote se dedique a dar aire a sus opiniones discordantes desde su puesto de
sacerdote. ¿Te imaginas que yo en clase fuera a decirles a los alumnos que la
física es una mierda, es todo mentira, no sirve para nada, y lo bueno es ir a
una empresa a ganar dinero a espuertas?
Me imagino que lo de la virginidad de María no debe ser interpretado al pie de
la letra. Tampoco puedo interpretar al pie de la letra que la Eucaristía sea el
cuerpo y la sangre de Cristo. Aunque eso no quiere decir que sea menos real.
Supongo que me entiendes.
Antes creía que los sacerdotes y teólogos que negaban esa autoridad y se decían católicos estaban errados, pues lo lógico es que hubiesen apostatado de su pertenencia a la Iglesia católica, para convertirse en protestantes (como hizo Luís Fernando en su momento, cuando dejó de reconocer la autoridad del magisterio). Ahora tengo la seguridad de que saben perfectamente lo que hacen. Su misión es, transmitiendo la idea de que la Iglesia y el Magisterio son instituciones humanas, cambiar por dentro la Iglesia, hasta destruir sus raíces apostólicas e históricas, romper con la continuidad de 20 siglos y crear una nueva Iglesia cómoda con el pensamiento relativista agnóstico, al que por cierto jamás combaten. Varios mensajes de este hilo confirman esta certeza.
Tu precisión sobre la Eucaristía ha estado, en mi opinión, muy acertada.
En las demás cosas que has dicho creo que hay más confusión, pero estoy preparando dos artículos que las tratan, uno sobre lo que son los dogmas y otro sobre lo del biologismo que dices, así que supongo que ya lo discutiremos en ellos.
Juan Antonio:
Me han gustado tus ejemplos sobre la fe de esa persona fallecida y sobre los protestantes. Creo que son cuestiones muy válidas e intentaré tratarlas en esos dos artículos que estoy preparando.
de Vittorio Messori, "Leyendas negras de la Iglesia" (te lo puedes bajar en PDF con el e-mule) que me resultó sumamente interesante, trataba varios temas entre ellos el de Galileo. Según Messori, Galileo fue condenado no desde un punto de vista religioso sino científico, y no por lo que decía sino por cómo lo decía: de forma dogmática, intransigente y sin dar pruebas. Y al parecer trataba de estúpidos a los que
no estaban de acuerdo. Fueron sus enemigos "científicos" los que (creo recordar) lo llevaron al Santo Oficio. También es verdad que el Santo Oficio debería haberse abstenido de intervenir en asuntos científicos.
Por último, una curiosidad si quieres. Con la relatividad general de Einstein tanto el sistema heliocéntrico como el geocéntrico son igualmente válidos (aunque uno más complicado que otro). Así que mira, tanta polémica al final para nada, como siempre.
Muy bueno lo de Galileo. El amigo G. Galilei tenía muy mal genio, insultaba y se reía imprudentemente de los que no pensaban como él y tenía la manía de presentar como hechos probados lo que aún no eran más que sus teorías.
Copérnico, por cierto, era canónigo católico.
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