Progreso y doctrina

Cuando empecé a escribir este blog, que no me considero conservador ni progresista, porque pienso que esas categorías de tipo político carecen de sentido cuando se aplican a la Iglesia.

Sin embargo, he observado que por defender que un católico debe aceptar libremente y con alegría la doctrina de la Iglesia, he recibido multitud de críticas, porque parece que pensar así se considera poco progresista. Aparentemente, según piensa mucha gente, doctrina y progreso son opuestos. También he recibido críticas por ser demasiado poco conservador, curiosamente, pero de ello hablaremos en otra ocasión.

Hoy les ofrezco un breve texto de Chesterton que me ha parecido muy interesante y que trata este tema del progreso y la doctrina en su raíz. Lo he traducido del último libro de Chesterton que he comprado, Heretics. Es un libro estupendo y algún otro día traduciré algún fragmento del prólogo, que es verdaderamente genial. Me ha encantado ver que, para Chesterton, es imposible progresar o ser verdaderamente progresista, en el buen sentido de la palabra, si no se acepta una doctrina fundamental inmutable.

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El ejemplo del popular tema del “progreso” es, ciertamente, muy claro. Tal como se comprende hoy en día, “progreso” es, simplemente, un comparativo cuyo superlativo no hemos decidido. Contraponemos a todos los ideales de religión, patriotismo, belleza o simple placer el ideal alternativo del progreso; es decir, respondemos a todas las propuestas de conseguir algo que conocemos, con una propuesta alternativa de conseguir mucho más de nadie sabe qué. El progreso, bien entendido, tiene un significado muy digno y legítimo. Sin embargo, cuando se usa en oposición a ideales morales concretos, resulta absurdo.

A veces se afirma que el ideal del progreso debe contraponerse al de finalidad ética o religiosa, pero lo cierto es lo contrario. Nadie puede usar legítimamente la palabra “progreso” a no ser que tenga un credo definido y un código moral grabado en piedra.

No se puede ser progresista sin ser doctrinal; casi podría decir que nadie puede ser progresista sin ser infalible o, al menos, sin creer en alguna infalibilidad. El progreso, como su nombre indica, implica una dirección y, en el momento en el que dudamos en algo sobre la dirección, el progreso se vuelve dudoso también, en la misma medida.

Quizás nunca, desde el comienzo del mundo, ha habido una época que tuviera menos derecho a usar la palabra “progreso” que nosotros. En el católico siglo XII, en el filosófico siglo XVIII, puede que la dirección haya sido buena o mala, que los hombres hayan tenido opiniones más o menos divergentes sobre lo que habían avanzado y en qué dirección, pero sobre la dirección en sí estaban esencialmente de acuerdo y, por lo tanto, tenían la sensación genuina de progresar.

Sin embargo, actualmente, estamos en desacuerdo precisamente sobre la dirección: sobre si la futura excelencia reside en más ley o menos ley, en más libertad o menos libertad, sobre si la propiedad finalmente se concentrará o se dividirá, sobre si la pasión sexual es más sana en un intelectualismo casi virginal o en una libertad total animal, sobre si deberíamos amar a todos con Tolstoy o no respetar a nadie con Nietszche, estas son las cosas sobre las que más discutimos actualmente.

No sólo es cierto que la época que menos ha conseguido decidir lo que es el progreso es precisamente esta época “progresista”. Además, sucede que la gente que menos consigue decidirse sobre lo que es el progreso es precisamente la gente más “progresista” de esta época. La gente ordinaria, las personas que nunca se han preocupado por el progreso son los que quizá lleguen a progresar. En cambio, los individuos que suelen hablar sobre el progreso se pondrán a correr en todas direcciones cuando suene el pistoletazo de salida de la carrera.

Por lo tanto, no digo que la palabra “progreso” no tenga sentido, sino que carece de sentido cuando no se define previamente una doctrina moral y sólo puede aplicarse a grupos de personas que tengan en común esa doctrina.

Progreso” no es una palabra ilegítima, pero es evidente que sí es ilegítimo que la usemos en esta época. Es una palabra sagrada, una palabra que sólo tenían verdadero derecho a usar los firmes creyentes de las épocas de la fe.

8 comentarios

  
ciudadano
Verdaderamente creo que Chesterton es de ese tipo de escritores que merecen, no ya ser leidos, tambien releidos, a mi entender en cualquiera de sus obras tiene un mensaje realmente importante desde el punto de vista humano.
Progreso, cuando eramos más jovenes entendiamos como progreso avanzar vectorialmente, me explico, avanzar teniendo en cuenta que determinados límites, convenciones, normas, valores, no deberian de traspasarse, excepto que fueran sustituidos por otros más idóneos.
Sin embargo de un tiempo a esta parte uno tiene la sensación de que el concepto de progreso se ha convertido, en la transgresión sistemática de cualquier límite, sin necesidad de sustituir aquellos valores por otros nuevos, con lo cual la progresión, a mi entender, se convierte en dispersión.
Pues esta claro que la dispersión en que cada elemento del conjunto opta por una dirección diferente, a veces direcciones erráticas no puede conducir a un fin, a un objetivo social común.
Ante ...
21/02/08 3:34 PM
  
Carmen Bellver
"Nadie puede usar legítimamente la palabra ?progreso? a no ser que tenga un credo definido y un código moral grabado en piedra."

La verdad es que a mí me cansa esto de las etiquetas. Yo progreso en función de los acontecimientos. Ya dije en una ocasión que si querían llamarme reaccionaría lo asumía desde el sentido de "reaccionar" frente a determinados acontecimientos.

Cherteston, es un maestro.
21/02/08 4:31 PM
  
Bruno
Sofía:

Creo que no has entendido bien lo que dice Chesterton (probablemente por culpa de mi traducción, que refleja bastante mal el buen uso que hace del lenguaje este buenísimo autor).

Chesterton no dice que hay que ser infalible en todo para progresar, pero sí que al menos algunas cosas hay que saberlas con toda seguridad, porque de otro modo no existe el progreso.

Por ejemplo, el progreso tiene que ser a mejor, porque si se va a peor es un retroceso. Pero entonces, hay que saber con total seguridad que algo es mejor o que algo es peor. Si lo que hoy pensamos que es mejor, mañana pensamos que es peor, hoy progresamos en una dirección y mañana en la dirección contraria, con lo que en conjunto no hemos progresado nada.

Esto se aplica a las cosas fundamentales (que son las que marcan la "dirección" del progreso) y que deben ser fijas y seguras para que pueda haber progreso. Por supuesto, el progreso implica también por su propia naturaleza un cambio, pero no en esas cosas esenciales.

Un saludo.
21/02/08 10:42 PM
  
isabel
Dirección es manejar, dirigir, y sentido es hacia donde nos dirigimos, ó nos dirigen, en uno u otro sentido. Una orquesta puede estar dirigida por manos diestras y acertar en el movimiento apropiado, ó por el contrario una mala dirección altera el sentido de la obra, la desbarata y estropea. Aunque para todo hay gustos, lo que no es correcto es lanzarse a degüello contra los directores que no nos gustan. Más que nada, porque Bach siempre es Bach, a pesar de los émulos de Karajan.

Aclarando metáfora: Los émulos son los Obispos. Algo voy "pillando".
22/02/08 6:58 PM
  
juvenal
Bruno, por favor, referencia editorial, ¿quién escribe el prólogo, el propio Chesterton?.
Es simplemente genial.¿Leerán a Chesterton teólogos y seminaristas?
23/02/08 9:32 AM
  
Bruno
Juvenal:

El prólogo también es de Chesterton. De todas formas, este texto no es del prólogo (que ya os pondré otro día, porque me ha parecido aún mejor), sino del capítulo titulado "On the Negative Spirit".

Yo sólo lo tengo en inglés, en dos editoriales, "Ignatius Press" (una editorial fantástica, todo lo que editan merece la pena) y "Books for Libraries Press".

Un saludo,

Bruno
23/02/08 10:29 AM
  
Juan Antonio
Bruno,

la verdad es que el texto da que pensar. Se me ocurre, por ejemplo:

1) Los que siempre tienen el progreso en la boca, también creen en el
relativismo moral. ¿Cómo decir qué es progreso entonces? ¿Quizás progreso es
por definición todo lo que hace la izquierda?

2) Ahora venía para la facultad pensando en este texto y me he dado cuenta que
en mi trabajo a veces estoy igual. Hasta que de una parte no puedes decir con
seguridad "esto está bien, el resultado es correcto sin duda" no puedes pasar
tranquilo a la siguiente. Si no, te mareas llevando tres cosas a la vez y sin
saber adónde acudir.

3) Ya que hablas de Ignatius Press, su blog también es estupendo. El otro día
comentaban en un artículo que en ¿Holanda? han sugerido (algún obispo, supongo)
llamar a la Cuaresma "el ramadán cristiano" para acercarse a los jóvenes.
El artículo era para partirse.
23/02/08 12:09 PM
  
juvenal
Bruno, leer a Chesterton en inglés me supondría un esfuerzo que no puedo afrontar porque mi inglés está muy verde y un tiempo del que no dispongo, y puesto que Chesterton está jugando siempre con las paradojas un buen traductor es esencial para leerlo en castellano y enterarse de todo, así que ¿alguna recomendación sobre alguna edición en concreto?
23/02/08 11:32 PM

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