Por la boca muere el pez: Entrevías se define
Creo que las que ha recogido Religión Digital son muy esclarecedoras. Estas declaraciones son una protesta contra las acusaciones de profanación de la Eucaristía y de sintonía plena con lo que afirmó ayer el Cardenal Rouco, en su homilía del Corpus, sobre la Eucaristía.
Si las afirmaciones se hubiesen detenido ahí, no habría nada que objetar. Al contrario, sería bienvenida esa declaración de intenciones de adecuarse a lo que afirma la Iglesia. Sin embargo, en este caso, como tantas veces sucede, la necesidad de seguir hablando delante del micrófono ha estropeado el asunto. O, desde otro punto de vista, más bien ha dejado claras las cosas, ya que ha mostrado sin lugar a dudas lo que piensan en la ex-parroquia sobre la Eucaristía.
Por un lado, afirman que en la Última Cena, se comulgó con pan y con cordero. En primer lugar, hay que decir que resulta absolutamente imposible comulgar con pan. Se comulga con el Cuerpo de Cristo. En fin, eso podría pasar, suponiendo que es una forma de hablar. Lo que no se puede tomar de ninguna buena manera es lo de que los apóstoles comulgaron con cordero. No es cierto: puede que en la Última Cena se comiera cordero (o quizá no), pero la comunión y la cena no eran lo mismo. La Iglesia lo ha defendido siempre (el propio San Pablo separa ya ambas cosas para no confundirlas). Esta declaración muestra que en la ex-parroquia no se conoce (o se rechaza) la fe de la Iglesia sobre la Eucaristía, para sustituirla por ideas menos escandalosas para los no creyentes relativas al símbolo de compartir que es una comida fraterna.
Afirman también que utilizar panes consagrados durante la comunión se acerca a las prácticas más puras de la religión y se realiza “en muchísimas comunidades de España y en grupos más cercanos a la Iglesia oficial, como son los neocatecumenales” De nuevo, un desconocimiento grande de lo que afirma la Iglesia. No está prohibido usar pan para la Eucaristía (de hecho las formas que se utilizan no son más que pan), lo que está prohibido es usar pan con levadura, como el que se vio en las fotos de Entrevías. El pan debe ser ázimo, sin levadura, como el que usan las comunidades neocatecumenales y como lo son también las formas, de un tipo u otro, utilizadas en la práctica totalidad de las parroquias.
Finalmente, en respuesta a las palabras del Cardenal, que recordó que los que no son cristianos tienen absolutamente vedado el recibir la comunión, uno de los sacerdotes de Entrevías afirmó que expresó que su iglesia está abierta a todos, “sean del partido político o clase social que sean, o no sean creyentes”. Esta frase, en sí, no escandaliza nada. Lo mismo podrían decir todas las parroquias. No recuerdo que en ninguna iglesia me hayan interrogado nunca a la puerta sobre mis creencias. Sin embargo, como respuesta a las palabras del Cardenal, las palabras toman otro matiz, pues se utilizan para justificar que varios personajes reconocidamente ateos comulgaran en la celebración del otro día.
En Entrevías se sabía perfectamente que muchos de los asistentes eran ateos, ya que se había alardeado de ello ante la prensa. En ese caso, no hay justificación para que se les permitiera o, más bien, se les animara a comulgar. La Iglesia está abierta a todos, pero los sacramentos sólo los puede recibir quien tiene fe. De nuevo se desconoce o se rechaza una dimensión fundamental de la fe de la Iglesia sobre la Eucaristía.
Creo que estas declaraciones vienen a confirmar lo acertado de la acción del Cardenal al cerrar una parroquia que no aceptaba (o desconocía) la fe de la Iglesia. Para mí es algo muy triste. No creo que nadie pueda alegrarse de que se cierre una parroquia. Sin embargo, parece que no cabe duda de que era tristemente necesario.
16 comentarios
Si esos curas vivieran adecuadamente su ministerio presbiteral estarían obedeciendo a su obispo. A fin y al cabo fueron ordenados como colaboradores del orden de los obispos, como todos los curas. Pero parece que se han convertido en los obispos de su parroquia, sin ninguna otra referencia.
AL final, ellos son los más jerárquicos de todos, ya que se erigen a sí mismos en jerarquía absoluta.
Siempre me han emocionado los relatos de sacerdotes en cárceles o campos de concentración que, tras conseguir de alguna manera unas gotas de vino y un poco de pan, podían celebrar la eucaristía a pesar de su encarcelamiento, a veces utilizando sus manos como caliz y patena.
Lo que en esos sacerdotes era heroísmo es, sin embargo, dejadez o rebeldía en el que lo hace sin razón o como provocación.
Con su actitud, se han apartado ellos mismos de la Iglesia.
Vi las imagenes del otro día en YouTube, y me dio verguenza y pena; y pense en las primeras comuniones y bodas llenas de personas que les da igual lo que se celebra, pero estas no saben lo que hacen; en San Carlos son sacerdotes que si saben lo que hacen y lo hacen con conciencia plena. Que Dios les abra los ojos y el corazón...
"Habéis de comerlo....ceñidos los lomos, calzados los pies .... y comiendo de prisa: es la Pascua de Yahvé."
El pan ácimo (sin levadura) es el recuerdo de aquella huída. Si este significado se pierde, queda un poco de superstición, una exigencia hueca, o simplemente no queda nada.
En cuanto a lo que dicen que Cristo en la última cena celebró con pan, pues decirles que Cristo y sus apóstoles eran judíos y como judios celebraron la pascua judía y ésta se celebraba con pan azimo (pan sin levadura) como así se lo mandó Dios a Moisés en la primera pascua judía.
Por cierto, ¿cuántos de vosotros, católicos practicantes, comulgáis cuando no estáis seguros de estar en gracia de Dios? Espero que ninguno...
Verdaderamente, es un relato escalofriante. Quiero creer que esas cosas se harían por ignorancia.
Sería interesante conocer la razón de la intervención en este preciso momento.
Completamente de acuerdo contigo. Es un peligro para todos los sacerdotes el convertirse en los protagonistas de sus parroquias y, como consecuencia, ocultar al Señor que es el único verdadero protagonista en la Iglesia.
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