Monseñor Carrasco Rouco y el sentido común
Leo en el blog de la Cigüeña y en Religión Digital que el Papa ha elegido como obispo de Lugo a D. Alfonso Carrasco Rouco.
Debo decir que, siendo la naturaleza humana la que es, no me ha sorprendido ver que, inmediatamente, se producían comentarios sugiriendo o denunciando nepotismos e influencias del Cardenal Rouco como la causa de este nombramiento.
Me voy a limitar a señalar un pequeño dato de sentido común: es igualmente injusto nombrar a alguien obispo sólo por ser sobrino de quien es, que no nombrar a alguien obispo sólo por ser sobrino de quien es.
En principio, creo que se debe suponer la buena fe de la Santa Sede en nombrar un obispo debido a sus méritos y no a circunstancias totalmente irrelevantes.
Me temo que es probable que aquellos que, sin ningún tipo de prueba ni justificación, se lanzan a hablar de nepotismo, influencias, politiqueos, etc. no hacen más que revelar su propia forma de actuar dentro de la Iglesia. De lo que abunda en el corazón, habla la boca.
Por mi parte, fui hace tiempo alumno del Profesor Carrasco Rouco y me alegro de poder decir que fue siempre un profesor excelente y muy exigente. Vayan desde aquí mis felicitaciones para él y mis oraciones para que el Señor le conceda ser un obispo santo según su corazón.
19 comentarios
Sería una pena no nombrar a don Alfonso obispo "por ser vos quien sois", como dice el acto de contricción. Será un buen obispo, seguramente y no olvivemos que el Espíritu Santo está detrás de todo esto. Si no, ¿en qué leche creemos?
por otra parte, cuando los obispados conllevaban rentas (como en la edad media), uno podía entender lo de los enchufes, pero a ests alturas de la película, y tal y como está el tema, si el obispo hubiese querido favorecer materialmente a su sobrino, le hubiese recomendado que colgara los hábitos y se hiciera profesor de universidad, que cabeza de sobra tiene para ello.
Totalmente de acuerdo. Recuerdo un grupo de seminaristas que habían podido ver de cerca los sufrimientos por los que tenía que pasar su obispo. Cuando alguien les decía "si te nombraran obispo algún día" solían responder "Dios me libre".
Y por otra parte, ¡vaya cruz que tiene don Alfonso, por ser sobrino de quién es! Creo que los mal pensados nunca le van a dejar demostrar su no o si, valía
Cualquier párroco de pueblo tiene que andar arrastrándose ante su obispo para que le autorice y le ayude a financiar una pequeña obra imprescindible. El obispo de la diócesis no tiene que pedir autorización para hacer una obra, incluso innecesaria y fastuosa.
Arzobispo hay que lleva gastados en tres años miles de euros en acondicionar una y otra vez (recuérdese la tela de Penélope) su casa, en la que vivió durante veinticinco años largos el obispo anterior.
Por cierto, ser hoy obispo no me parece una ganga. Desde luego a mi no me gustaría serlo.
Yo no conozco y no tengo en contra más que este argumento; ninguno a favor, mas que creer que el Espíritu está detrás: pero eso no quiere decir que sea esa la voluntad del Espíritu; sólo que "permite". Y ya lo sabemos: Dios no sólo puede escribir derecho sobre renglones torcidos, sino que ¡escribe!
Contra la argumentación de este artículo, hay en este mismo periódico otros opinadores que acreditan muy bien su opinión contraria...
Por mi parte, y en relación con este artículo, creo que la penúltima argumentación no dice más que "por la boca muere el pez". creo que el autor no haría mal en aplicarsela a sí mismo, y sacar conclusiones. Tanto más que, a la penúltima, le sigue la última: "...fui hace tiempo alumno..."
En primer lugar, bienvenido al blog.
No me he debido explicar bien. No se trata simplemente de que cuando no se sabe sobre una cuestión, el "sí" y el "no" tienen la misma probabilidad de ser ciertos. Más bien quiero decir que sería injusto privar de un buen obispo a la Iglesia sólo porque su tío sea cardenal. Y, en mi opinión, eso es lo único que los comentarios le reprochan a D. Alfonso.
En cuanto a datos, he leído los comentarios de otros blogs y los únicos "datos" en el sentido propio del término los ha dado Antonio Sierra y los reproduciré en el siguiente comentario.
La frase "de lo que abunda en el corazón habla la boca" no significa lo mismo que "por la boca muere el pez". Significa en este caso que, cuando uno sospecha, sin razón real alguna, actitudes inmorales en los demás, es probablemente porque dentro de esa persona hay algo retorcido.
No entiendo muy bien lo que sugiere usted al referirse a que fui alumno de D. Alfonso. Lo único que eso significa es que estuve, con otras treinta personas, en las clases de una asignatura suya hace más de diez años. Casi con seguridad, él no se acordará de mí, pero como yo recuerdo perfectamente que sus clases eran excelentes y es la única información directa que tengo de él, lo he mencionado. Desde luego, los comentaristas que han hablado de falta de nivel intelectual no saben en absoluto de lo que hablan.
Bienvenido también al blog.
Esas generalizaciones no parece que añadan mucho a la cuestión. Los obispos que yo he conocido no se ajustaban en nada a ellas.
No me voy a meter en casos particulares que no conozco, pero si el obispo anterior que menciona había vivido 25 años en esa casa, ya iba haciendo falta una reforma ¿no?
Temo que el pensar como el mundo ha sido siempre un peligro para los obispos, aunque, probablemente, hoy se manifieste de forma diferente. Como dices, creo que es esencial que un obispo vea todo con los ojos de Dios. Un saludo.
"Sería más fácil hablar de nepotismo si el sobrino hubiera hecho toda su carrera a la vera del tío. Pero de su biografía se desprende:
1. Que inició sus estudios cuando su tío ni siquiera era auxiliar.
2. Que en todo momento, hasta 1992, estuvo vinculado a la diócesis de Mondoñedo; no a Santiago de Compostela.
3. Que pasó a San Dámaso en 1992, cuando todavía faltaban dos años antes para que su tío fuera promovido a Madrid."
La pregunta que uno se le ocurre es que una persona que parece tan valiosa, y que tiene el handicap de ser sobrino, ¿no le podian haber encomendado la misma reponsabilidad en otro pais?.
Por otro lado las dote que avalan a D. Alfonso parecen ser de tipo intelectual. Sinceramente creo que en el momento actual son más necesarios al frente de las diocesis pastores antes que intelectuales, ya se que ambas cosas pueden coincidir pero ¿es este el caso?
"Cuando juzguéis, no hagáis acepción de personas" etc, etc
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