Más audiencia que el debate
Me ha gustado especialmente este comentario de Nachet en mi de esta mañana, así que, como es bastante extenso, lo coloco aquí como un artículo independiente, para que tenga más difusión.
A veces, la costumbre hace que no nos demos cuenta de las profundas raíces que, a pesar de todo, sigue teniendo la Iglesia en España. La presencia de millones de cristianos en un país tiene que notarse en algo.
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A propósito de lo que comentas, los directivos de las grandes cadenas de TV consideran que el minuto de oro que ayer logró TVE con el debate (aproximadamente 7-8 millones de espectadores) es un logro absolutamente bestial, que se consigue 1 o 2 veces cada año y, normalmente, con un partido de la Champions o una superproducción de Hollywood.
Y, sin embargo, cada domingo, 9 millones de españoles acuden a misa. Todos y cada uno de ellos. Y no se sientan en el sillón y encienden el mando: deben vestirse e ir específicamente a un sitio, a veces teniendo que recorrer grandes distancias o con climatología adversa (o arrastrando a niños o adolescentes). Y lo que se encuentran allí no es un espectáculo creado para seducirles, como en la televisión, sino con un rito rutinario, en ocasiones aburrido, y en algunos casos, aparentemente diseñado para disuadirles de acudir, por lo monótono o estrafalario. Y sin embargo, 9 millones de españoles, en esta sociedad de la información donde el hedonismo es filosofía y lo religioso motivo de burla, siguen acudiendo a celebrar el santo sacrificio del Señor cada domingo. En las fiestas grandes ese número se dobla.
¿Acaso no es esto un signo del Poder de Dios? ¿Acaso no es signo de la fortaleza de nuestra Iglesia en tiempos difíciles? ¿Acaso puede algún poder en España reunir a 700.000 de personas un 30 de diciembre para defender algo tan cotidiano como la familia? ¿Acaso puede alguna persona en España decir que 900.000 personas fueron para verle a él, como el santo Padre en Valencia en pleno verano de 2006?
La Iglesia es fuerte. Es fuerte porque el Espíritu Santo (aunque pese a algunos mezquinos) está en ella, en sus sacramentos, presbíteros, sus obispos y sus papas. Pero también es fuerte en España por la cantidad y calidad de sus miembros.
Seamos conscientes de nuestra fortaleza, no para avasallar ni para imponer, pero sí para no ser ganado lanar de los poderes temporales. Sólo somos ovejas de Cristo: en el mundo estamos, pero no somos del mundo.
Y este comentario mío también habla de política y de elecciones. Un abrazo, Bruno.
10 comentarios
¿Cuántos van al cine un día de fiesta?
¿Cuántos visitan a sus familiares enfermos en los hospitales?
¿Cuántos acuden a las playas o al campo un fin largo de semana?
¿Cuántos acuden al supermercado el sábado por la mañana?
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¿Y cuántos han dicho NO a esa "costumbre" inveterada de celebrar de ese modo el domingo?
HUMANISMO SIN CREDOS
Aunque no era la razón principal para escribirlo, al releerlo creo que debemos sacar una enseñanza: es preciso recuperar la admiración que debemos sentir por ese milagro cotidiano de la transformación del pan y del vino en el cuerpo y la sangre del Señor. A veces la eucaristía no recoge con toda la solemnidad precisa ese precioso y central momento de la misa.
Tengo la vanidad subida: tú me dedicas un artículo y los masones anticatólicos entran ex-profeso en este blog para intentar desacreditarlo. Pocas veces lo han hecho. Debe de haberles jorobado mucho.
Después de asistir a misa.
¿Cuántos van al cine un día de fiesta?
Después de asistir a misa.
¿Cuántos visitan a sus familiares enfermos en los hospitales?
Antes y/o después de asistir a misa.
¿Cuántos acuden a las playas o al campo un fin largo de semana?
Y asisten a misa
¿Cuántos acuden al supermercado el sábado por la mañana?
Y asisten a misa el domingo
Según los estudios realizados, son 9 millones de personas en España, que realizan todo lo que les apetece, cumplen sus obligaciones sociales, y acuden puntualmente a misa.
Los cristianos formamos el movimiento vivo de la ética y de la moral en España, les guste o no a quienes nos critican.
Porque un país necesita saber que posee una retaguardia de gente con amor, dispuesta a vivir en paz, y preparada y dispuesta para perdonar agravios.
Y lo que es más importante, sin límite de tiempo entre legislaturas, es decir, de por vida.
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Como humanos, hemos cometido infinidad de errores, hemos creado, incluso, dioses a nuestro capricho, y cometido injusticias.
Pero nos lo quieren achacar, perversamente, como grupo, y no como individualidades. Es posible que como grupo, haya mayoría de malos cristianos que de buenos, pero si hablamos de los políticos, de los militares, de los miembros de otras iglesias, pues "mejoran" esas cifras.
No existe otra ideología en la que el amor sea la primera palabra, y la más importante.
Amor, perdón, paz, solidaridad, ¿quién ofrece más, en gratuidad?.
Abrazos.
El texto de Ezequiel habla de una promesa del Señor al pueblo judío. En ese momento, el pueblo estaba dividido en dos, el Reino del Norte y Judá al Sur. Aunque la brecha parece insalvable, Dios les promete que él mismo les dará la unidad, de manera que serán "una sola cosa". Esta promesa se cumple, ante todo, en Jesucristo, que ha creado una única Iglesia Católica y Apostólica, a la que están llamados a pertenecer todos los pueblos de la tierra, sin distinción de razas, culturas ni lenguas. Los católicos, mediante el bautismo y la eucaristía, somos "una sola cosa" con Cristo y, por lo tanto, también con los demás miembros de la Iglesia.
En cuanto al texto de la primera carta a los Corintios, San Pablo alude probablemente a una costumbre supersticiosa de algunos miembros de la comunidad de Corinto, que se bautizaban "en nombre" de otras personas que habían muerto sin ser cristianas. El propio San Pablo no acepta esa práctica, ya que habla de "los que se bautizan por los muertos", sin incluirse a sí mismo. La cita como un argumento contra los Corintios, que dudaban de la resurrección, cosa que era contradictorio con la superstición de bautizarse por los muertos (porque, si no iban a resucitar, era absurdo intentar hacer cualquier cosa por ellos).
En cuanto a lo de la cantidad, estoy de acuerdo. La fuerza de Israel no le venía de su número, sino de que Dios estaba con ellos. Eso sí, en los lugares en que hay muchos cristianos, lo lógico es que las leyes y el gobierno lo reconozcan y respeten su opinión y su forma de vida.
Si en algo no me he explicado bien o tiene más preguntas, estaré encantado de profundizar más en estos temas.
Un saludo.
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