Familia en misión en Japón
Después de leer un de este blog sobre la evangelización de Japón, un lector me envió un testimonio de su propia experiencia, que me pareció interesantísimo.
Fernando, su mujer Kuki y sus hijos pertenecen a una comunidad del Camino Neocatecumenal y fueron a Japón, como misioneros, para anunciar el Evangelio con su palabra y con sus vidas. Me parece significativo que el Papa les animó a proclamar con su “acción misionera que solamente en Jesucristo, muerto y resucitado, hay salvación”.
En el Camino, además de sacerdotes y laicos solteros, se envían también a veces familias enteras a la misión, para que, con su vida cristiana normal, en su trabajo, en los colegios, entre sus vecinos y amigos, sean un signo en medio de sociedades que no conocen a Cristo.
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Somos Fernando y Kuki, tenemos 6 hijos y estamos en estas tierras del sol naciente desde hace 6 meses. Llegamos como familia en misión, enviados por el Papa Benedicto, dejando todo en nuestra tierra, nuestra casa y el resto de nuestra familia. Poniendo toda nuestra vida, para un fin: el anuncio de Jesucristo que murió y resucitó por todos los hombres
Ahora te contare un poco por qué se nos ocurrió salir a la misión. Un día, en medio de una Eucaristía, sentí un dolor agudo en el corazón. Acudí a Dios y le pedí que me quitara ese dolor. Entonces sentí que me hablaba, mostrándome toda mi vida en imágenes y diciéndome como me había cuidado en todos estos años, y me había preservado de muchos sufrimientos. Yo le preguntaba que quería de mí, siendo su respuesta que hay tanta gente que sufre y no conoce a Dios, que nadie le ha hablado nunca de su amor, y que yo era una privilegiada por tener lo mas importante que un hombre realmente necesita en su vida.
Así llegó el final de la celebración y preguntaron si había alguien que sintiese que Dios le estaba llamando para la evangelización, así que vi con claridad lo que me estaba pasando, miré a mi marido y le dije: Fernando, ¿nos levantamos para ofrecernos? Y, sin saber bien cómo, allí estábamos de pie los dos.
Han sido dos años largos de prueba, para confirmar si debíamos ir o no y, curiosamente, todo han sido signos para corroborar la misión. También ha habido comentarios de todo tipo, opiniones de familia y gente conocida, unos a favor y otros en contra de la misión. Pero este tiempo ha servido para dar testimonio a tanta gente que nos pedía una explicación de esta decisión.
Hemos visto cómo Dios nos sostenía en los momentos de duda y miedos que surgen de pensar en una nueva vida: cambiar todo, dejarlo todo, abandonar a nuestras familias y amigos, incluso olvidarnos del buen nivel de vida que llevábamos, con todo tipo de lujos y caprichos. En resumen, dar un salto en el vacío.
Lo importante de todo esto es que sabíamos a ciencia cierta que no estaríamos solos, que Dios nos precedía. Pero esto no lo entiende la mayoría de las personas a las que se lo explicábamos, porque no tienen experiencia de Dios en sus vidas. Yo sé que todo lo que soy, todo lo que tengo me lo da Dios, como un regalo cada día, no me lo gano yo por mis esfuerzos. Así que, con ese convencimiento, puedes ser más libre: es Él quien hace mi vida día a día, no yo.
Llegamos a Japón el día 24 de julio, tras dos años de espera en Madrid, ya que para entrar en este país hacía falta un visado, ya fuera de trabajo o de misionero. El visado de trabajo oficial no lo ofrecen hasta llevar 10 años viviendo aquí, así que un obispo dio su visto bueno, a pesar de las críticas que sufrió por ello, y conseguimos el visado de misioneros y así entramos.
Ya en Japón, no nos ha faltado de nada en ningún momento. Todo el proceso de nuestra misión está lleno de detalles del amor de Dios. Verdaderamente, Dios da el ciento por uno: eso lo experimentamos toda la familia, así que nadie nos puede decir lo contrario, es un sello imborrable. Y eso es lo que queremos los dos para nuestros hijos, lo más importante: que sepan quien se fía de Dios, Él no le defrauda y que sus padres dejaron un día todo lo que poseían materialmente hablando, por algo mucho más importante: hacer la voluntad del Padre.
Los japoneses nos han sorprendido, porque son muy amables, al menos con nosotros. Todos los vecinos y las madres de niños del colegio se acercan hasta casa para conocernos. Como comprenderás, no tenemos ni idea del idioma, pero, sin hablar mucho, ya tenemos grandes amigos aquí. Quieren ayudarnos de alguna manera, trayendo fruta, verdura, pasteles, ropa, etc.
Invitamos a todos a entrar en casa, que vean a los niños, la cruz que tenemos bien grande en el salón, los iconos de la Virgen, el Belén (en Navidad), etc., y poco a poco, nuestros hijos, que son los mejores misioneros de la familia, van trayendo a casa a jugar a sus amigos del colegio. Algunos japoneses hablan un poco de inglés, y gracias a eso, nos entendemos algo. Ya hemos podido explicar a alguien el por qué estamos aquí, nuestra misión, nuestra manera de vivir.
Lo pesado del tema es que no hay ninguna comunidad neocatecumenal en nuestra ciudad, Osaka, y, para ir a la Eucaristía, tenemos que ir a otra ciudad, Yamatokoriyama, a una hora larga de coche. Así que recorremos todos los sábados una provincia, desde Osaka a Nara, con todos los niños en una furgoneta. Hay que pagar por usar las autopistas y sale carísimo, por lo que la gente apenas se mueve de su casa.
Sin embargo, ha sido providencial, porque así, gracias a Dios, podemos ayudar a un marista de 82 años que hacía un gran recorrido, solo, enfermo y en tren para dar el servicio a esa comunidad de cristianos. Es un cura viejito, que no puede ni con su alma, pero que da su vida por los pocos hermanos de la comunidad. Todo es muy precario, pero con nuestros hijos, están empezando a dar vidilla al asunto, y vienen más jóvenes ahora. Entre semana, para poder tener una celebración de la Palabra, hay que alquiler un espacio en un edificio de oficinas, en el centro de una inmensa ciudad como ésta.
La gente está muy sola aquí, sin esperanza. Están educados como los samuráis, para ser fuertes, para no expresar sus sentimientos en público y para vivir confiando únicamente en sus fuerzas, de manera que es el país con mayor índice de suicidios del mundo. Los matrimonios viven muchas veces vidas paralelas, los hijos crecen sin cariño… En fin, más o menos esto es lo que vamos conociendo.
Nos da pena ver que a veces se pierde el tiempo en la Iglesia en debates estériles, mientras en este país no se conoce el amor de Dios, sólo la competencia y el consumismo exacerbado. Que las ganas que San Francisco Javier tenía de ir a la Universidad de la Sorbona a denunciar la indiferencia del mundo occidental, nos impulse a anunciar la cruz de Cristo.
REZAD POR LA EVANGELIZACIÓN DE JAPÓN.
Un abrazo y la paz de Jesucristo con vosotros.
Fernando y Kuki.
(P.S.: las respuestas a las preguntas, en el .)
30 comentarios
Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento.
Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de manjar sólido.
Pues todo el que se nutre de leche desconoce la doctrina de la justicia, porque es niño.
En cambio, el manjar sólido es de adultos; de aquellos que, por costumbre, tienen las facultades ejercitadas en el discernimiento del bien y del mal.
Creo que estarán encantados de responder.
Me llama la atención que no sepan el idioma. ¿Cómo van a evangelizar?.
en mi comunidad somos dos matrimonios levantados para la mision ad gentes
que el señor os bengiga
A pesar de los miles de kilómetros que nos separan, en espíritu me siento junto a vosotros. Creo que, de alguna forma, nuestras vidas quedaron unidas aquel 29 de mayo de 2005 en el que, nerviosos y con miedo por la incertidumbre, escuchamos las palabras "Japón" (vosotros) y "Noruega" (nosotros). Hoy el Señor está cumpliendo esta palabra... que Él siga sosteniendo la evangelización.
Os echo de menos y espero veros pronto.
Desde Kristiansund (Noruega), os quieren vuestros amigos Sara y José Antonio
Y todo... !porque Dios hace maravillas!
Y ahora ustedes... ¡y en Japón! Todo ha de germinar y crecerá y dará frutos y se multiplicará. Y Dios se manifestará y Jesucristo será acogido y habrá esperanza y la alegría irá inundando corazones creyentes...
Fernando, Kuki, gracias por habernos dado a conocer vuestro testimonio, por habernos dado la posibilidad de acompañaros en la oración. Les tendremos muy presentes.
ejem
Kuki y Fernando: felicidades por las bendiciones que Dios derrama sobre vosotros. Rezad por tantos millones de católicos tibios que nos perdemos en chorradas por internet y no evangelizamos todo lo que podemos. Gracias por vuestro ejemplo y mucho ánimo.
Gracias por vuestro testimonio. Me alegro de ver que el Señor actúa, y con fuerza, en vuestra vida; en la de todos vosotros, incluídos los niños. Porque "mientras nosotros morimos, el mundo recibe la vida". Ánimo, os echamos mucho de menos y os queremos mucho. Rezamos por vosotros. Un beso muy fuerte desde Madrid.
las bienaventuranzas, siendo el texto más importante de la iglesia, no es un texto ?cristiano? pues no hay en ellas ni bautismo ni eucaristía, ni encarnación ni Trinidad, ni iglesia ni credo? Aquí sólo importa el hombre las bienaventuranzas podrían ser de Sócrates o Mahoma, de Buda o de Krisna.Y, sin embargo, ellas son el programa de identidad de Jesús , su verdad más honda, la felicidad de los hombres y mujeres del mundo.
creo que X. Pikaza no se ha leido el libro del Papa sobre Jesús de Nazaret, porque a las bienaventuranzas, como a lo demás, les da un profundo sentido cristológico.
cuando salio el libro de ratzinger, Pikaza dedicó varios posts a su comentario
o sea que sí se lo ha leído
lo cual no es imprescindible para entender las bienaventuranzas
o no hay que entenderlas necesariamente como las entiende el papa
mas bien usted no lee a pikaza y por eso puede opinar sobre el libro del papa, sobre bienaventuranzas pero no sobre pikaza
Me ha gustado mucho leer vuestro testimonio y ver como gente anónima se interesa por vosotros y por vuestra misión.
Hablaremos pronto. Desde Almería os queremos.
Lourdes, Fernando y Alejandra.
muchas gracias, yo necesitaba haber sabido de vosotros, necesito creer que el Evangelio no es una utopía, que Cristo ha Resucitado verdaderamente!!!, que yo podré ser feliz algún día.
Soy Ana de Barcelona,la segunda de siete hermanos, tengo 16 años.Tambien fuimos enviados por el papa en enero del 2006 a filipinas como familia en misión, me alegra saber de otras familias que al igual que nosotros sin tener conocimiento alguno del idioma,saben que se puede evangelizar. Nosotros tubimos que regresar a Barcelona quatro meses más tarde,pero mis padres se volvieron a lebantar en la pasada convivencia de inicio de curso.
Es maravilloso como hasta el último dia mi padre daba testimonio de jesucristo,a una mujeer que vivía en la calle con dos cartones delante de nuestra casa.O como mi madre al montarse en el taxi,al volver de comprar y daba testimonio con su experiencia,o cuando estubieron dos de mis hermanos y mi madre ingresados en el hospital, como mi madre invitaba a los doctores e infermeras a las catequesis.
Al principio se hace dificil aceptar que tienes que dejar a todos tus amigos,el colegio,tu casa...Pero el señor te da el ciento por uno.
La paz de Cristo resucitado sea con vosotros.
Me ha encantado leer vuestro testimonio aunque ya lo conocía de primera mano.
Son estupendas las gracias que el Señor derrama sobre nosotros cuando nos fiamos de Él. Yo lo sé bien por el año que he pasado de misión en Venezuela, además de por todas las veces que se ha mostrado Dios en mi vida en medio de mis alegrías y de mis sufrimientos, tanto en la misión como fuera de ella.
Ahora, al terminar esa misión y empezar una nueva etapa, me viene a la memoria el recordar que Dios ha actuado y que proveerá con todo lo necesario. Porque cuando se recibe la Vida Eterna es para vivirla ya ahora en la tierra y nada nos puede por tanto separar del amor de Dios, ni la angustia, ni la persecución, ni el hambre, ni la desnudez...
Desde España "tierra de misión" a Japón "país de misión" unidos en la comunión de los santos.
Un fuerte abrazo y que Dios os bendiga ...
Mientras vamos hacia la Pascua caminando.
Soy Luis Carlos un chico colombiano de 23 años de edad, d elos cuales hace 10 años pertenezco a la tercera comunidad de san pedro y san pablo en Dosquebradas- Risaralda (Colombia)por motivos de estudio viajo a Noruega en agosto a la ciudad de Trondheim a 200km de Kristiansud donde me he enterado que hay un equipo en misión hace tres años allí, la verdad me gustaría contacterme con ellos para asi seguir viviendo el camino quien a través de él, el señor me ha sacado del fangod ela cienaga. El proximo fin de semana voy junto a mi comunidad para el segundo escrutinio, estoy muy contento y deseoso de vivirlo. Saludos mi correo es [email protected]. Saludos y que la paz sea con vosotros
Para mí vuestro testimonio es un milagro y una prueba inmesa del amor que Dios tiene hacia el hombre.Cada vez que miro atrás y recuerdo vuestra vida veo como Dios es fiel y cómo tiene poder para cualquier cosa. Sois un enorme testimonio de que la Iglesia está viva y unida en Cristo y de que para Dios no hay nada imposible. Vuestro testimonio es impresionante y particularmente me ayuda mucho en el combate de la Fe, con vuestra vida uno ve patente el poder Dios y la fuerza que tiene para hace una nueva creación.
Tengo mucha suerte de compartir vuestra vida como hermana de comunidad.
Un abrazo muy fuerte de Sara,Miguel y Miguelín y para los chicos.
Rezad por nosotros. Os queremos.
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