Eucaristía para cristianos de primera
Hace poco escribí un artículo, “", en el que criticaba, con afecto, una opinión de Juan Carlos Rodríguez, misionero español en Uganda. Este misionero comboniano afirmaba que, teniendo en cuenta la situación particular de África, había que permitir comulgar en la Eucaristía a las parejas que conviven sin casarse o a divorciados vueltos a casar por lo civil. Como ya dije, en mi opinión, eso equivaldría a considerar equivocadamente a los africanos “cristianos de segunda”, incapaces de vivir la moral evangélica.
Para que no parezca que se trata de una diferencia de opinión entre los misioneros “que conocen la situación” y yo, que estoy muy lejos de ella, me ha parecido interesante mostrar la opinión sobre este tema, que coincide con la mía, de otro misionero español que lleva trabajando 42 años en Zimbawe, D. Ángel Floro, actualmente obispo de Gokwe y publiqué ayer en el blog.
Estas declaraciones corresponden a su intervención en el Sínodo de los obispos sobre la Eucaristía.Como verán los lectores, Mons. Floro reconoce, al igual que el P. Rodríguez, el problema que supone que muchos cristianos no se acerquen a la Eucaristía debido a su situación matrimonial contraria a la moral eclesial. Sin embargo, no pretende aguar el Evangelio para que se ajuste a esa situación, sino, por el contrario, animar a los cristianos de Zimbawe a ajustar su vida al Evangelio, aunque eso les suponga esfuerzo y dificultad. También recoge la importancia de recibir, cuando sea necesario, el sacramento de la Penitencia para participar en la Eucaristía, de forma análoga a “lavarse las manos” antes de participar en una comida.
Por último, me ha llamado la atención que considera que las culturas africanas no son un obstáculo sino, al contrario, una ayuda, con la debida catequesis, para la comprensión de la Eucaristía como sacrificio, además de banquete de comunión.
Con mis oraciones y saludos, tanto para Monseñor Ángel Floro como para el P. Juan Carlos Rodríguez, “heraldos del Evangelio” en tierras lejanas.
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Nuestras liturgias eucarísticas convocan a muchas personas y constituyen efectivamente una fiesta y una celebración, con una participación activa que se expresa con la alegría y el gozo de los fieles por medio de cantos y danzas.
Quisiera presentaros los principales desafíos que nuestros fieles deben afrontar, los cuales no son de naturaleza teológica sino de naturaleza pastoral:
1. La primera dificultad es la disponibilidad y el acceso a la Eucaristía para muchos de nuestros católicos. La escasez de sacerdotes y el hecho de que nuestros fieles están diseminados en vastas zonas rurales, que además sólo disponen de un sacerdote para celebrar la Eucaristía, una o dos veces al mes o a veces más.
Esta situación desafía la centralidad de la Eucaristía en la vida de nuestros fieles. ¿Pueden nuestras comunidades rurales que, sobre todo, se basan en la celebración de la Palabra, ser llamadas comunidades eucarísticas? Éste es un problema interesante que podría discutirse en nuestros grupos.
2. El segundo desafío es la relación entre la Eucaristía y el matrimonio. En concreto, la Conferencia Episcopal de Zimbabwe ha publicado este año una segunda Carta Pastoral de la Eucaristía sobre este argumento, exhortando a los fieles a que aprecien la importancia de la Eucaristía y su relación con la dignidad del sacramento del matrimonio, y animándoles a que regularicen su situación. Muchos católicos que en su juventud se acercaban a la Eucaristía ya no lo hacen en su vida adulta a causa de sus matrimonios irregulares.
3. La Eucaristía y el sacramento de la Penitencia proponen un tercer desafío. Nuestros fieles entienden la relación entre la Eucaristía y el sacramento de la Penitencia y se acercan con frecuencia a este sacramento. Se considera la Penitencia como un acto de “lavarse las manos” antes de la comida, que es una costumbre muy extendida; y la Eucaristía es esta comida. Entre nuestros jóvenes las nuevas tendencias parecen no apreciar la confesión como antes se hacía. Esta constituye un reto para nuestros sacerdotes y operadores pastorales.
4. Para muchos de nuestros fieles la Eucaristía es, antes que nada, un alimento que tiene sus raíces en la última cena del jueves santo y no tanto un sacrificio que abraza el entero misterio pascual. Habría que ofrecer a los fieles una catequesis profunda sobre la Eucaristía entendida como sacrificio. Ellos, evidentemente, tienen la capacidad de comprender este aspecto a la luz de su fe tradicional.
5. La Eucaristía y su dimensión social entre nuestra gente. Nuestros fieles todavía tienen mucho camino que recorrer para entender la Eucaristía como fuente y necesidad para compartir con los demás sus riquezas y posesiones con un espíritu de solidaridad y como expresión de su comunión con Cristo y su Iglesia. Es decir, un compromiso verdadero para construir una sociedad más fraterna y más justa.
Otro reto que también tenemos por delante es cómo hacer la Eucaristía más importante para los enfermos, los minusválidos físicos y mentales, las minorías marginadas, los prófugos y refugiados.
“La Iglesia celebra la Eucaristía y la Eucaristía construye la Iglesia” Éste es el desafío más grande para todos nosotros.
Mons. Angel FLORO MARTÍNEZ, I.E.M.E., Obispo de Gokwe (ZIMBABUE)
26 comentarios
A una pregunta que le hizo el Obispo de Albacete en esa charla ¿Cómo se podía reconocer a la persona que realmente se habían convertido al catolicismo allí en las misiones? La respuesta de Monseñor Floro fue clara: " En que han aprendido a perdonar".
Me ha gustado mucho esa frase que citas de Monseñor Floro. Ojalá se pueda decir también de los cristianos en España.
Me dice la Iglesia: "pues que vivan como "hermanos" para poder comulgar (!)
Esto quiere decir que la expresión más profunda de quererse los dos, está en oposición a la unión con Cristo en La Eucaristia ! Donde está el Dios de la compasión y de la misericordia, cuando ponemos la ley por encima de las personas ?
JoseRA, un saludo. Como persona que vive en el mundo actual (no en un monasterio, sino metido en el mundo, en toda la extensión de la palabra) hasta las cejas, entiendo totalmente tus apuntes y objeciones al drama de tantas personas divorciadas y recasadas (también yo conozco casos muy cercanos). Pero necesito que me ayudes, porque entonces ¿cómo concilio el Dios de la misericordia que imploras con este mandato explícito de Jesús?
"El que repudia a su mujer y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer repudiada comete adulterio" (Lc 16, 18)
¿Acaso Jesús no es el Profeta de la misericordia? ¿tengo yo autoridad para saltarme un mandato explícito del Señor en este punto?
Teniendo en cuenta que fue Jesucristo ("El que se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio, y el que se casa con una mujer divorciada comete adulterio") quien estableció esa posición de la Iglesia (de la única Iglesia, no creo que pueda hablarse de una Iglesia oficial y otra no oficial), quizá habría que pensar que sabía muy bien de lo que hablaba.
Es muy posible que uno no entienda bien algo de lo que dicen el Evangelio y la doctrina de la Iglesia, pero en ese caso, con humildad, uno lo acepta y pide la gracia de comprenderlo algún día, sabiendo que puede fiarse de Cristo y de su Iglesia.
Con franqueza, me agrada ver que cuando se aparta usted del Evangelio es por intentar ser misericordioso, pero lo que ocurre, a mi juicio, es que lo hace de una forma errada.
Si se fija, al aceptar el divorcio de esas personas, lo que hace es privarlas de la posibilidad de experimentar un amor que pueda durar hasta la muerte, que nada ni nadie pueda romper, que sea incondicionado... un amor como el de Jesucristo. Cristo no le ha amado a usted ni me ha amado a mí mientras las cosas iban bien y, cuando nos hemos apartado de él, se ha buscado a otro a quien amar que fuera mejor persona, él ha permanecido fiel incluso cuando nosotros éramos infieles. Nadie ha dicho que fuera a ser fácil, pero Dios nos llama a ser como su Hijo.
En cuanto a lo que dice de la Eucaristía y comulgar, los que viven en situación de pecado grave tienen que asistir a la Eucaristía igual que lo hacen los catecúmenos: escuchando la Palabra de Dios que los transforme, pero sin poder aún recibir el Cuerpo de Cristo. El que se encuentra en esa situación necesita volver a ser un catecúmeno, aprender a dejar que Dios guíe su vida y sea lo central en ella, hasta que pueda cambiar lo que no está de acuerdo con el Evangelio en su vida y acercarse a recibir el perdón que Dios está deseando darle.
Un saludo cordial.
En el Sínodo se discutió el tema de la segunda unión, lo cual quiere decir que no es algo cerrado. La Iglesia oriental es mucho más misericordiosa en estos casos. Valdria aquí "prefiero la misericordia al sacrificio" ?
Aquí pongo un fragmento de un artículo que he encontrado. Quizás ésto te pueda servir (es de Pagola, pero que nadie se inquiete, que no va contra la ortodoxia):
"Es impensable encontrar en Jesús exhortaciones dirigidas a mujeres para concretar sus deberes domésticos y su sumisión al varón, como se pueden encontrar en la Misná o en las primeras comunidades cristianas. Lo que más hacía sufrir a las mujeres era saber que, en cualquier momento, su esposo las podía repudiar abandonándolas a su suerte. Este derecho del varón se basaba nada menos que en la Torá: «Si resulta que la mujer no halla gracia a los ojos del varón porque descubre en ella algo que no le agrada, le redactará un libelo de repudio, se lo pondrá en la mano y la despedirá de su casa». Los escribas discutían el sentido de estas palabras. Según Shamai sólo se podía repudiar en caso de adulterio; según los seguidores de Hillel bastaba encontrar en la esposa «algo desagradable». Mientras los docto...
El planteamiento llegó hasta Jesús: «¿Puede el marido repudiar a la mujer?». La respuesta de Jesús sorprendió a todos. Si el repudio está en la Ley, es por la «dureza de corazón» de los varones y su actitud machista, pero el proyecto original de Dios no fue un matrimonio patriarcal. Dios creó al varón y a la mujer para que fueran «una sola carne». Por eso, «lo que Dios ha unido, que no lo separe el varón». Apoyándose en la voluntad originaria de Dios, Jesús pone fin al privilegio machista del repudio y exige para las mujeres una vida más segura, digna y estable dentro del matrimonio. Dios no quiere estructuras que generen superioridad del varón y sumisión de la mujer. En el reino de Dios tendrán que desaparecer".
http://www.13chema.es/Documentos/PagolaJES%C3%9ASyla%20MUJER.doc
Un cordial saludo.
1) Entre católicos, no se trata sólo de convencer, sino también, en su momento, de creer y obedecer. En este caso, quien está encargado de discernir la fe y la moral cristianas no es usted, ni soy yo, ni es B. Häring, sino el Magisterio de la Iglesia, que ha dejado muy claro durante siglos este asunto.
2) La frase "misericordia quiero y no sacrificios" se refiere a los sacrificios de animales del templo. Como aquí nadie propone que se sacrifiquen bueyes y carneros cebados, no parece que tenga que ver con este asunto. Como ya he dicho, es necesario actuar con misericordia, pero con la verdadera misericordia que se ajusta a la verdad y no a lo que les apetece a los implicados.
3) La forma actual de celebración del matrimonio es tardía, porque es algo que puede cambiar, pero el matrimonio sacramental e indisoluble entre cristianos viene desde Cristo y S. Pablo y existía ya en las primeras comunidades.
4) En cuanto a lo que dice sobre la conciencia, la clave está en la expresión que utiliza, la "sana conciencia", que en católicos no puede actuar contra la doctrina y la fe de la Iglesia, sino sólo en su aplicación concreta (ya que, de otro modo, esas personas, siguiendo su conciencia y haciendo subjetivamente lo que deben, habrían dejado de ser católicos).
5) Para la Iglesia no existe un "fracaso matrimonial" en el sentido en que usted utiliza el término, como un matrimonio que se ha roto y ha dejado de existir. Ese matrimonio, si se produjo de verdad (y no fue nulo) sigue existiendo hasta la muerte de uno de los esposos, aunque sea en situaciones dificilísimas de abandono, infidelidad, etc., porque, repito, participa del Amor de Cristo por su Iglesia, que no desaparece ante abandonos, infidelidades, etc.
6) Cuando habla de "Iglesia oriental", realmente quiere usted decir "Iglesia ortodoxa", que se ha separado de la práctica católica en este punto y de la práctica cristiana de los primeros cuatro siglos, como puede ver en esta página (en inglés).
7) Sigue usted sin decir nada ante el hecho de que lo que enseña la Iglesia sobre el divorcio lo dijo el mismo Cristo, con palabras mucho más duras que yo. Y a él no le faltaba misericordia.
Yo soy consciente de que muchas veces es difícil vivir como Dios quiere y más aún decir a otros la verdad cuando eso les duele y no es lo que quieren oír, pero, en mi experiencia, es lo único que ayuda de verdad.
Un saludo cordial.
El texto que citas de Pagola es, creo yo, un ejemplo perfecto del principal problema que tiene todo su libro: está convencido de que para conocer al "verdadero Jesús", hay que prescindir de lo que enseña la Iglesia y la Palabra de Dios, para ir al resultado de sus investigaciones. Es decir, piensa que la fe de la Iglesia es un obstáculo para conocer a Jesús, en vez de ser el único medio para conocerle de verdad.
Por ejemplo, cuando dice "Es impensable encontrar en Jesús exhortaciones dirigidas a mujeres para concretar sus deberes domésticos y su sumisión al varón, como se pueden encontrar en la Misná o en las primeras comunidades cristianas", está contraponiendo (su interpretación del) Evangelio a (su interpretación de)las cartas de San Pablo, como si la Palabra de Dios pudiera contradecirse y enseñar cosas distintas. Piensa, además, que la fe de los Apóstoles, de la Iglesia primitiva y de la Iglesia actual sobre este tema (y muchos otros) no corresponde a lo que Cristo enseñaba, lo cual, si fuera verdad, implicaría la necesidad de cerrar la Iglesia Católica mañana mismo.
Por otra parte, su interpretación de este pasaje es una muestra clarísima de una ideología que ciega para no ver la realidad. Pensar que el texto del evangelio se refiere únicamente a la igualdad de la mujer y no a cómo es el matrimonio, implica "borrar" la referencia que hace Jesús al matrimonio en el Genesis ("una sola carne") y, especialmente, el hecho de que llama adúltera a la mujer que se vuelve a casar (lo cual no pega nada con la idea de que únicamente la estaba defendiendo contra los varones machistas).
Sin duda, Jesucristo consideraba iguales en dignidad al hombre y a la mujer y eso se ve cuando habla del matrimonio, pero está hablando del matrimonio y no únicamente de la igualdad hombre-mujer, lo cual es evidente para cualquiera que no quiera meter su ideología en el texto en lugar de escuchar lo que el texto tiene que decir.
Además, en la Iglesia Católica le corresponde al Magisterio discernir el sentido de la Escritura en un punto concreto y, en este caso, lo ha hecho una y otra vez (por cierto, desde el mismo siglo I, como se puede ver en el vínculo que he dado en el comentario anterior).
Un saludo.
JoseRA, la Iglesia ortodoxa y las protestantes se acogen a la expresión de dudosa interpretación "excepto en caso de adulterio/concubinato" que aparece en Mateo, y que ha tenido interminables debates, en torno a si "porneia" quiere decir esto o lo otro, o si la expresión aramea es "excepto" o "incluso". Lo cierto es que si Jesús hubiese admitido el adulterio como motivo de repudio, no habría hecho otra cosa que seguir la escuela de Shamai (como bien dice Pagola), y no se explica porqué sus discípulos, unas líneas después, se mostraban tan escandalizados con sus palabras "si tal es la condición del matrimonio, más valiera no casarse". Por otra parte, este apunte no aparece en el mismo texto d...
Por último, me gustaría saber de que manera se puede saber que "el pasado fracaso matrimonial" no se va a repetir en el "nuevo compromiso adquirido". Ese discernimiento es muy difícil, aunque admito que sin duda hay casos así. En cuanto a la regla de Haring, si la conciencia no está rectamente formada en el Señor, entonces esa regla puede servir perfectamente para justificar conductas contrarias al plan de Dios.
Teólogos escolásticos y la impureza ritual de la mujer
Teólogos de la Edad Media continuaron con la retórica contra la supuesta impureza ritual de la mujer.
?No se permite a las mujeres visitar una iglesia durante su período menstrual o después del nacimiento de un niño. Esto es porque la mujer es un animal que menstrua. Por tocar su sangre, las frutas no madurarán. La mostaza se degenera, la hierba se seca y los árboles pierden su fruto antes de tiempo. El hierro de enmohece y el aire se obscurece. Cuando los perros la comen, adquieren rabia.? Paucapalea, Summa, Dist. 5, pr. § 1 v.
Las mujeres no debe...
Las mujeres no pueden tocar los vasos sagrados. El nacimiento de un niño conlleva una doble maldición: ?Hay dos mandamientos en la Ley (Antigua), uno pertinente a la madre cuando da a luz, el otro al parto mismo. En relación de la madre que da a luz, si dio a luz un varón, debe evitar en...
La supuesta ?impureza ritual? de la mujer llevó a muchas prohibiciones en la ley de la Iglesia
La supuesta ?impureza ritual? de la mujer entró en la Ley de Iglesía, principalmente, a través del Decretum Gratiani (1140 DC), el cual se convirtió en ley oficial de la Iglesia en el año 1234, una parte vital del Corpus Iuris Canonici (Código Canónico) que tuvo vigencia hasta el 1916.
Las mujeres no pueden distribuir la comunión
Las mujeres no pueden enseñar en la iglesia
Las mujeres no pueden enseñar o bautizar
Las mujeres no pueden tocar los objetos sagrados
Las mujeres no pueden tocar o llevar puestas vestimentas sagradas
Las prohibiciones rituales contra las mujeres bajo el Corpus Iuris Canonici (1234-1916) pueden verse en los siguientes ejemplos:
Las mujeres no pueden ser ordenadas
Una mujer no puede bautizar
Una mujer no puede tocar el corporal
Las...
Una mujer no puede bautizar
Una mujer no puede tocar el corporal
Las mujeres no pueden recibir la comunión durante sus períodos menstruales
Las mujeres deben recibir la comunión en la mano sobre una ?toalla de eucaristía? o en la lengua
Las mujeres deben llevar velo al recibir la comunión
Las mujeres no pueden cantar en la Iglesia
La ridícula prohibición a las mujeres de ?cantar en la Iglesia? fue reiterada más de una vez por la Sagrada Congregación de la Liturgia. Niñas y mujeres no podían ser miembros de ningún coro eclesial (decreto del 17 de septiembre de 1897). ?Las mujeres no pueden ser parte del coro; ellas pertenecen a la categoría de los laicos. Coros separados de mujeres también están totalmente prohibidos, excepto por serias razones y con permiso del obispo? (decreto del 22 de noviembre de 1907). ?Cualquier coro mixto de hombres y mujeres, aunque se ubique lejos del santuario, está totalment...
El Código Canónico promulgado en 1917 contenía los siguientes cánones, basados en la supuesta impureza ritual de la mujer:
Las mujeres son la última opción como ministras de bautismo
Las mujeres no pueden distribuir la sagrada comunión
Las niñas ni las mujeres pueden ser servidoras del altar
Sólo hombres pueden recibir el Sacramento del Orden
Las mujeres deben cubrir su cabeza con un velo en la Iglesia
El lino sagrado debe ser lavado primero por hombres, antes de las mujeres lo toquen
Las mujeres no pueden predicar en la Iglesia
Las mujeres no pueden leer la Sagrada Escritura en la Iglesia
¿Cambio en 1983...
Lectoras de las Sagradas Escrituras durante la liturgia
Servidoras del altar
Comentadoras durante la Eucaristía
Predicadoras de la Palabra
Cantantes y coristas, ya sea solas o como miembros de un coro
Líderes de servicios litúrgicos
Ministras de bautismo
Distribuidoras de la Sagrada Comunión".
http://www.womenpriests.org/sp/traditio/unclean.asp
Y, a proposito, en todo ésto de los párrafos anteriores, ¿dónde está Jesucristo?. Quizás en esas pobres mujeres que, de nuevo, se vieron estigmatizadas.
Un cordial saludo.
En primer lugar, disculpa la limitación de 1000 caracteres que impone el software y que te ha obligado a partir el post en tantos trozos. Por otra parte, como veo que has tomado la mayor parte del texto de womenpriests.com, espero que no haya sido mucho problema.
Sobre lo de Pagola, lo que quiero decir es que afirma que era algo diferente lo que decía Jesús y lo que decía y dice la Iglesia, incluso la Iglesia de las Cartas de San Pablo, que son Palabra de Dios. Eso es totalmente inaceptable para un católico. La Iglesia, por acción del Espíritu Santo, nos transmite fielmente la enseñanza de Cristo y no hay que prescindir de la fe de la Iglesia para llegar a esa enseñanza.
En cuanto a todo lo que alegas, tomado de womenpriests.com: No puedo entrar a discutir cada afirmación (además, no parece que tengan mucho que ver con el tema de este artículo) pero, en mi opinión, de lo que recoge esa página una buena parte está mal traducido y otra buena parte está sacado de contexto.
Por ejemplo, una gran parte de las prohibiciones que mencionas no tienen nada que ver con impurezas de la mujer, sino con las normas cotidianas de relación entre los sexos, que son diferentes en cada época. Por ejemplo, no se permitía que hombres y mujeres cantasen juntos, porque eso se consideraba escandaloso, pero, en cambio, a nadie le parecía mal que una mujer diera el pecho a su hijo en público y hoy en día eso se mira bastante mal.
Otras muchas cosas de las que has tomado de esa página no son más que opiniones de teólogos particulares (desconocidos muchos de ellos y cuyas opiones pueden compararse a lo que diga, por ejemplo, Pagola, en el sentido de que son simplemente sus opiniones), ideas "científicas" erróneas, medidas disciplinares de algunas regiones solamente, etc. Algunas otras son directamente erróneas, creo yo, como lo de que el Código de 1916 prohibía a las mujeres bautizar.
Además, no tiene nada que ver todo eso con el hecho de que la mujer no pueda ser ordenada como sacerdote, en mi opinión.
En cualquier caso, entiendo que estamos de acuerdo en que Cristo consideraba que el hombre y la mujer eran iguales en dignidad.
Un saludo.
No, no dice que no puedan bautizar. Lo que dice es que somos la última opción y eso está en el canon 742.2. Todo esto viene a cuento de que a veces (en algún tema, como ha sido históricamente en el caso de la mujer) no nos transmite tan fielmente la enseñanza de Cristo. Como una madre no es perfecta y a veces se equivoca, prefiero pensar que estos casos se deben a que también es pecadora (además de Santa), y que a veces se deja llevar por los prejuicios (como ha sido hasta hace bien poco en el caso de la mujer), cometiendo injusticia.
Y desde luego estamos completamente de acuerdo en que Cristo consideraba a ambos sexos iguales en dignidad.
Un cordial saludo.
No se puede hacer historiografía comparada entre la Iglesia del siglo X con la del siglo XXI. En aspectos no nucleares de la doctrina, la Iglesia evoluciona con su tiempo. Debes comparar a la Iglesia con la sociedad de su tiempo, y así descubres que la impureza de la menstruación no es un invento de la Iglesia, sino que es idea común en las sociedades antiguas y en la mayoría de religiones (como las paganas, por ejemplo). ¿Sabías que el único acto jurídico público que la mujer realizaba en absoluta paridad con el varón en la edad media era precisamente el matrimonio ca...
Aquí no se trata de conseguir puestos de poder ni nada parecido. Y por supuesto que eliminó la lapidación y el repudio (solo faltaría que no lo hubiera hecho). Pero el tema es más básico que todo eso; se refiere al concepto, a lo nuclear y en eso la Iglesia, hasta 1983 se vió superada por los prejuicios. Cierto que cada época tiene lo suyo, pero la Iglesia en quién se tiene que mirar es en Jesucristo y no en las costumbres y concepciones de una determinada sociedad. Cristo transgredió todo eso y El es el modelo.
Ya he dicho anteriormente que la Iglesia también es pecadora y como compuesta de seres humanos, también comete errores. Aquí lo importante creo yo, es comprender eso y saber perdonar; en ese tema la Iglesia se ha portado muy bien, ha cambiado completamente en lo que a la mujer se refiere y eso es una manera de reconocer el error y pedir perdón.
Para que veas el concepto que se tenía, te pongo éste link:
http://www.womenpriests.org/...
Yo sí creo que las traducciones son bastante fiables, ya que alguien tan poco sospecho como Fray Nelson dice lo siguiente:
?Hasta donde llega mi conocimiento del griego, creo que la traducción que se propone al español es bastante confiable?.
Dirección.
No comparte las tesis, pero aquí dejo constancia que es un sitio serio.
No pasa nada si se reconocen los errores y se cambia la actitud (que es lo que ha hecho la Iglesia); pero sí pasa cuando no se hace o no se quiere ver (pues eso también hace daño) que creo es lo que os pasa a algunos. Comprendo que es muy doloroso para un hijo reconocer que la Madre también se equivoca, pero imaginate lo que tiene que ser para quién lo ha sufrido, unido además a la incomprensión posterior del resto de los hermanos.
Un cordi...
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