Estos titulares se están pasando

Desde hace mucho tiempo, observo con tristeza que los titulares de las “noticias” de Religión Digital se vuelven cada vez más engañosos, provocadores y amarillistas. A menudo, la verdadera noticia tiene muy poco que ver con lo que el titular anuncia. En otros casos se subrayan únicamente los aspectos que dejen en mal lugar a la Iglesia, de manera harto tendenciosa.

Se resaltan hasta la saciedad los casos de abusos sexuales de sacerdotes o religiosos, como si fueran los únicos existentes. Hace unos días, se comentaba un texto de un obispo italiano que pedía que los autores cristianos no participasen en películas inmorales y se ilustraba… con una foto indecente. Se mezclan noticias de la Iglesia con noticias negativas de miembros de otras confesiones, sin advertir que no se trata de católicos. Se exagera la importancia de todo lo que signifique división o escándalo y se olvida todo aquello que sea muestra de armonía o de santidad en la Iglesia.

El caso de hoy me parece significativo, porque muestra como se intenta hacer daño hasta en lo insignificante. Un artículo se titula “”, insinuando así de forma totalmente injustificada el supuesto fanatismo de nuestro cardenal. Lo más sorprendente es que, cuando uno busca la noticia que ha dado lugar a esa calumnia, se encuentra con que ¡no existe noticia alguna!

El texto habla de una pintada en el muro de una iglesia que muestra a Monseñor Rouco con turbante y lo compara con Osama Bin Laden. Eso, se mire por donde se mire, no es noticia. Las pintadas en las iglesias españolas, a menudo insultantes, se cuentan por miles y no tienen la más mínima trascendencia. Cabe suponer que, cuando se le otorga relevancia a una cosa como esta, es sólo con la malévola intención de vincular o comparar de alguna forma a Monseñor Rouco con los talibanes, es decir, con personajes a los que nuestra sociedad considera un paradigma de fanatismo y atraso cultural.

Todas estas cosas podrían quizá ser aceptables en simples artículos de opinión, en blogs que quieran mostrar sus argumentos de forma atractiva o incisiva o que estén destinados a defender una serie de ideas más que a informar. Sin embargo y a mi juicio, están totalmente fuera de lugar en un apartado de noticias que, por su propia naturaleza, debería intentar mantener una cierta objetividad.