El fracaso de la Misión Joven
Hace unos días, vi que varios comentaristas del criticaban mucho la Misión Joven, que ha tenido lugar este año en Madrid por iniciativa del Cardenal Rouco. Incluso daba la impresión de que, por alguna razón, deseaban su fracaso. Se me ha ocurrido pedir a un primo mío que dé su testimonio personal de lo que hicieron en su parroquia, para que los lectores puedan juzgar por sí mismos.
No sé que pensarán los lectores, pero yo estoy convencido de que todos los que lo presenciaron no olvidarán nunca el signo de un grupo de chicos que, temblando de miedo, daban testimonio de su fe en el lugar más difícil que pudieron encontrar. Enviados por la Iglesia, han podido experimentar el cumplimiento del mandato de Jesús: Id al mundo entero a proclamar el Evangelio. ¡Y luego nos da vergüenza decir en el trabajo que somos cristianos…!
Si esto es un fracaso, ojalá fracasemos más a menudo los cristianos madrileños.
El de la foto es mi primo (el de la derecha, claro; al de la izquierda supongo que ya le conocen).
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Tengo 13 años y he tenido la suerte de participar en la Misión Joven de este año. Soy miembro de una Comunidad Neocatecumenal de la Parroquia de Santa Rita, en Madrid. Cuando pidieron voluntarios para salir a llevar la Buena Noticia a los jóvenes de Madrid, nos ofrecimos unos 25 jóvenes de la parroquia.
Íbamos en grupo, con guitarras, cantando salmos por la calle y con la cruz por delante, hasta llegar a los sitios donde habíamos planeado hacerlo. Fuimos dos días a la zona del Intercambiador de Moncloa y otros dos a la Plaza de los Cubos, en Princesa. Íbamos por la noche, para que hubiera más jóvenes, desde las 11:30 de la noche hasta las 2:00 de la mañana, más o menos.
En la Plaza de los Cubos el ambiente era mejor, pero la zona del intercambiador es una zona con mucho botellón y drogas. Empezábamos cantando salmos en la calle y luego varios jóvenes iban dando por un micrófono su experiencia personal de fe y encuentro con Cristo. Cada uno contaba la forma en la que Dios había actuado en su propia vida.
Los otros jóvenes que estaban por allí, bebiendo y de marcha, se reían, se burlaban de nosotros y, de vez en cuando, nos insultaban. Incluso nos tiraron una botella. A veces la gente se acercaba a nosotros para preguntarnos qué hacíamos y de dónde veníamos. Los que podían se ponían a charlar con ellos, para hablar individualmente sobre la fe. Les decíamos que estábamos participando en la Misión Joven, enviados por el Cardenal, para anunciar el Evangelio a los jóvenes de Madrid y les hablábamos de Dios.
Mi padre y el hermano de mi abuelo dicen que no habían visto nunca una cosa así en España en toda su vida y que ya era hora, que menos documentos, anteproyectos, esquemas que no lee nadie y más ponerse manos a la obra.
Supongo que “predicar” en esas condiciones podría parecer ineficaz o ridículo, pero estoy seguro de que la palabra de Dios es más fuerte que todos los botellones del mundo y que de algún modo hará efecto. Y eso hay que pedírselo al Señor.
Como final de esta misión peregrinamos hasta Roma para encontrarnos con el Papa. El ambiente era excelente, solamente por hacer tantos amigos y tan buenos valía la pena el viaje. Fuimos y volvimos en autobús, pero no se hizo en absoluto pesado. Estuvimos viendo Asís, Florencia, Génova etc. Todos los días rezábamos laudes y vísperas. En Roma estuvimos viendo las Catacumbas de San Calixto (¡ésos sí que eran cristianos!) y, como no, el Vaticano.
Tuvimos un encuentro con Kiko Arguello, el fundador del Camino Neocatecumenal, que nos habló sobre el arte cristiano y sus símbolos. También celebramos una Eucaristía con el Cardenal en Asís y otra en la basílica de San Pedro.
Estuvimos en Castelgandolfo, donde el Papa nos animó en un español perfecto. Nos dijo que el Evangelio atrae a los jóvenes, pese a lo que se pueda pensar. También me llamó la atención que habló de “salir al descubierto” a evangelizar, porque pensé en lo que nosotros habíamos hecho en Madrid.
El Cardenal Rouco le dijo al Papa que podía contar con los jóvenes de Madrid y así es. El curso que viene seguirá la Misión Joven, así que seguro que volveremos a salir a anunciar el Evangelio.
32 comentarios
Al menos puede servir de aldaba a muchas conciencias.
Ya estamos volviendo al estilo de S. Pablo, que predicaba en las plazas de Grecia. Al fin y al cabo, si no vienen a las parroquias habrá que salir a darles de conocer el evangelio. Y seguro que, como mínimo, a los jóvenes les habrá hecho darse cuenta de que la Iglesia existe.
Si te fijas en el Libro de los Hechos, San Pedro y San Pablo hacían cosas como estas. Hace años, cuando "todo" el mundo era cristiano, se hacía de otra manera (las famosas misiones que se hacían en los pueblos, invitando a frailes de alguna congregación que se dedicara a ello, como los pasionistas o los claretianos, con muchos frutos de conversión). Ahora que muchísima gente está fuera de la Iglesia o se ha alejado de ella hay que salir a buscarlos por las calles.
Como es lógico, la mayoría de los frutos de este tipo de cosas permanecen ocultos para los que participan en ellas y serán otros los que los cosechen ("Os he enviado a recoger lo que otros sembraron", dice el Señor).
Las veces que yo he participado en cosas así, he visto personalmente unos cuantos frutos: personas que se reconcilian con la Iglesia, protestantes que empiezan a mirar de otra forma a los católicos, musulmanes que se plantean la fe, gente que recibe una luz sobre el sufrimiento concreto de sus vidas, cristianos que se sienten sólos y ven su fe reforzada, agnósticos cuyo agnosticismo se tambalea. No está mal, ¿no?
Además hay que tener en cuenta, como tú dices, los frutos que reciben directamente los que participan, ya que la fe se fortalece compartiéndola.
En cualquier caso, por supuesto, no basta esto por sí sólo. Este tipo de acontecimientos, por su propia naturaleza, son puntuales. Momentos de gracia del Señor. Además es necesaria el trabajo constante de las parroquias y grupos cristianos que permitan que las gracias recibidas se asienten en la vida cotidiana.
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(Bruno, no se me olvida que me habías pedido un testimonio, pero es que me da corte :(
... sin embargo voy a intentarlo algo resumido, necesito un mail dónde enviarlo. Dame tiempo.)
Supongo que cada época tiene su estilo propio. En este siglo XXI, puede que desde estos rincones también se de testimonio.
Alfa, ánimo con el empeño.
Supongo que cada época tiene su estilo propio. En este siglo XXI, puede que desde estos rincones también se de testimonio.
Alfa, ánimo con el empeño.
Estoy firmemente convencido de que desde estos blogs también se puede dar un buen testimonio. Creo que, si no fuera así, no me merecería la pena el esfuerzo de escribir casi todos los días un artículo.
Alfa:
Te he enviado un correo electrónico, para que tengas guardada mi dirección. En cualquier caso, arriba del todo de la página a la izquierda hay un símbolo de un sobre, donde pone "contacto". Pulsando ahí obtienes mi dirección de correo electrónico.
Si es usted católico, quizá deba tener en cuenta que San Pedro y San Pablo predicaban también así, por la calle, pero no creo que ellos le parezcan "Hare Krishna".
Si no es católico, podría plantearse lo importante y valiosa que tiene que ser la fe para los que salen así a hacer el ridículo por las calles, sin recibir ninguna recompensa material por ello. ¿Por qué cosas estaría usted dispuesto a hacer algo de este estilo?
Un saludo
Creo que hoy en día se debe dar testimonio de otra forma, con los hechos...
Participo en una obra salesiana, y qué decir que en esto de los jóvenes y la MIsión Joven, de la cuál he participado en algún acto (supongo que no hay malas intenciones, pero sí malas formas de llevarlo acabo todo esto), creo que hay otras formas acordes con la edad, el momento y la forma de llegar a Cristo.
Lo único que hicieron con este chavalillo fue exponerle a risas sin ningún objetivo. Para empezar porque no se que tipo de testimonio tan directo del Evangelio va a dar con 13 años, que no tiene 20. Creo que hay que ser prácticos. Y coherentes.
En primer lugar, bienvenido al blog.
En segundo lugar, me sorprende mucho oír estas cosas de alguien que participa en una obra salesiana. ¿No sintió su vocación San Juan Bosco a los nueve años y, a partir de esa edad, hacía representaciones y espectáculos por las calles del pueblo para llevar a los demás chicos a la iglesia y enseñarles el catecismo? Parece que, como mucho habría que decir que Andrés lleva unos cuantos años de retraso.
En estos grupos de la Misión Joven había, por supuesto, chicos y jóvenes de todas las edades (hasta 35 años, que era el máximo que se puso).
La verdad, creo que es totalmente injustificable decir que un chico de 13 años no puede dar testimonio del evangelio. La Historia de la Iglesia está llena de multitud de niños que fueron santos e incluso mártires.
Aunque no hubiesen dicho una sola palabra, la misma presencia de estos chicos, que sufrían las burlas de los demás por causa de Jesucristo y enviados por la Iglesia, era ya un testimonio elocuente del evangelio, creo yo.
En cualquier caso, como ya he dicho antes, es cierto que no basta esto por sí solo. Es necesario también el trabajo constante de las parroquias y grupos cristianos que den una permanencia a las gracias que puedan recibirse en estos acontecimientos.
Un saludo.
La verdad, no sé que tiene que ver lo de la Cope con todo esto.
En cuanto a lo de los resultados, ya lo he tratado en un comentario anterior. Repetiré los resultados concretos que yo he visto personalmente: personas que se reconcilian con la Iglesia, protestantes que empiezan a mirar de otra forma a los católicos, musulmanes que se plantean la fe, gente que recibe una luz sobre el sufrimiento concreto de sus vidas, cristianos que se sienten sólos y ven su fe reforzada, agnósticos cuyo agnosticismo se tambalea.
A eso hay que añadir los resultados que sólo Dios ve y, como dice Sofía, que la fe de los que proclaman el Evangelio siempre se ve reforzada.
Creo que a quien se acerca así la Iglesia es al ejemplo de los Apóstoles.
Un saludo.
La iniciativa me parece bien, pero más en beneficio de los participantes (realmente es una prueba de carácter y de expresión de la propia Fé) que del "público asistente"...lo mismo llevan haciendo en la Puerta del Sol (pero exactamente lo mismo) grupos protestantes, y la reacción de la gente (entre los que me incluyo) es más salir corriendo que otra cosa...no me parece la mejor forma de predicar el evangelio, ni el sitio adecuado para hacerlo (por favor, realmente se nota que Rouco no había estado en su vida en el intercambiador de Moncloa a las 12 de la noche).
Pero por supuesto felicidades a los chicos! meritoria iniciativa!
En primer lugar, no creo que el hecho de que los protestantes hagan algo sea una señal de que está mal hecho. Los protestantes,sean del tipo que sean, rezan y nunca he visto en eso un motivo para dejar de hacerlo yo.
Además, los protestantes que salen a predicar por ahí son, en muchos casos, los mismos que consiguen que millones de católicos en Sudamérica se hagan protestantes.
Una vez más, recordaré que los apóstoles predicaban en todas partes: en las sinagogas, en plazas públicas, en cárceles, en juzgados o andando por las carreteras. Si hubiesen esperado a buscar lugares más oportunos aún estaríamos adorando a Cibeles. El propio Cristo se empeñaba en predicar también donde no debía: entre los samaritanos que odiaban a los judíos o en su pueblo donde quisieron matarle.
Escuchemos lo que decía San Pablo a Timoteo: "Te conjuro en presencia de Dios y de Jesucristo...: Proclama la palabra, insiste a tiempo y a destiempo".
Una buena parte de los que estaban de marcha donde fueron estos chicos no pisan una Iglesia en su vida, vienen de familias alejadas de la fe y tienen grupos de amigos en los que nadie cree en Dios. Si no salimos a buscarles y a hablarles de Dios, ¿quien lo hará?
No voy a repetir una tercera vez los frutos que yo personalmente he visto en personas concretas gracias a este tipo de cosas, porque parece que nadie los lee.
En cuanto a lo de cantar salmos, es una forma de llamar la atención de la gente como otra cualquiera (no entiendo muy bien porqué son mejores los juegos malabares de San Juan Bosco). De hecho, los cantos llaman la atención y la gente se acerca a escuchar los testimonios que unos y otros dan por los micrófonos.
Por supuesto, ésta no es la única forma de predicar el evangelio. En la Misión Joven se organizaron muchas otras cosas: conferencias en la universidad, oraciones, charlas en los colegios, etc.
Un saludo y espero que todo vaya bien por Suiza.
- A lo que me refiero, sin querer repetirme, es a la necesidad de "conectar" de una manera efectiva: los malabares de Juan Bosco seguramente eran una forma de atracción en ese momento y en ese sitio, aunque ahora nos parezca ridículo. Los apóstoles podían predicar hasta en burdeles, pero no me los imagino cantando salmos...el mensaje es el mismo, sin ninguna duda, pero la forma de comunicarlo...
Un abrazo
Creo que ahora entiendo mejor lo que querías decir.
Esto de salir por las calles se hizo en todas partes (en parques, en plazas, a la puerta de centros comerciales) y a todas horas (por la mañana, por la tarde y por la noche).
Por otra parte, los salmos no eran la predicación, sino una forma de llamar la atención que, de hecho, como los juegos de San Juan Bosco, funcionaba muy bien, porque la gente se acercaba para ver que pasaba (algunos incluso se ponían a bailar) y, después, escuchaban el anuncio del testimonio personal de fe de los que hablaban.
Y, como te decía, eso sólo fue una parte de muchas otras actividades más "normales" en colegios, iglesias, universidades, etc.
Lo de Andrés es su caso concreto. Fueron allí pensando que era donde más jóvenes iban a encontrar y así fue. ¿Cuál fue el fruto que dio esa predicación en particular? Ya nos lo contará Dios algún día.
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