Cristianos de ayer y de hoy (VI): Efrén, el Arpa
En los próximos artículos de esta sección, vamos a ver algunos textos de Doctores de la Iglesia, es decir, de algunos santos a los que la Iglesia ha proclamado como maestros de la fe. De entre ellos, nos fijamos hoy en San Efrén, nacido en Siria (hoy Turquía), alrededor del año 306.
Vivió como un asceta, dedicado a la meditación y a la enseñanza de la fe, y, humildemente, nunca quiso ser más que diácono. Al final de su vida, con ocasión de una gran hambruna y una terrible epidemia que azotaron a aquella zona, consiguió convencer a los ricos de la ciudad y organizó un sistema de reparto de los alimentos y de voluntarios que ayudaban a los enfermos. A los pocos días, agotado, murió.
Efrén fue, además de santo, un gran poeta, por eso se le conocía como el “Arpa del Espíritu”.
Fue nombrado director de la escuela de canto de la ciudad de Edesa y sus himnos se cantaban en las iglesias de toda Siria, de manera que la fe pudiera llegar a todos por medio de la música.Fíjense en la belleza de estos fragmentos que les ofrezco, muestra de que el corazón de su autor, ensanchado por la gracia, está detrás de ellos. También resulta interesante notar que muchas de las cosas que dice sobre la Virgen, sobre el primado de Pedro o sobre el sacrificio de la Eucaristía, suelen atribuirse erróneamente a la alta Edad Media (¡casi mil años después!)
Pueden encontrar estos textos y otros más y .
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Sobre la Virgen
Señora Nuestra Santísima, Madre de Dios, llena de gracia: Tú eres la gloria de nuestra naturaleza humana, por donde nos llegan los regalos de Dios. Eres el ser más poderoso que existe, después de la Santísima Trinidad; la mediadora de todos nosotros después del Mediador que es Cristo; Tú eres el puente misterioso que une la tierra con el cielo, eres la llave que nos abre las puertas del Paraíso; nuestra Abogada, nuestra Intercesora. Tú eres la Madre de Aquel que es el ser más misericordioso y más bueno. Haz que nuestra alma llegue a ser digna de estar un día a la derecha de tu Único Hijo, Jesucristo. Amén.
Jesucristo azotado
Tras el vehemente vocerío contra Pilatos, el Todopoderoso fue azotado como el más vil de los criminales. ¡Qué gran conmoción y cuanto horror hubo a la vista del tormento! Los cielos y la tierra enmudecieron de asombro al contemplar Su cuerpo surcado por el látigo de fuego, ¡Él mismo desgarrado por los azotes! Al contemplarlo a El, que había tendido sobre la tierra el velo de los cielos, que había afirmado el fundamento de los montes, que había levantado a la tierra fuera de las aguas, que lanzaba desde las nubes el rayo cegador y fulminante, al contemplarlo ahora golpeado por infames verdugos, con las manos atadas a un pilar de piedra que Su palabra había creado.
¡Y ellos, todavía, desgarraban sus miembros y le ultrajaban con burlas! ¡Un hombre, al que El había formado, levantaba el látigo! ¡Él, que sustenta a todas las criaturas con su poder, sometió su espalda a los azotes! El, que es el brazo derecho del Padre, consintió en extender sus brazos en torno al pilar. El pilar de ignominia fue abrazado por El, que sostiene los cielos y la tierra con todo su esplendor. Los perros salvajes ladraron al Señor que con su trueno sacude las montañas y mostraron los agudos dientes al Hijo de la Gloria.
Jesucristo hablando a Pedro
Simón, mi discípulo, te he hecho el fundamento de la santa Iglesia. Te he llamado “roca” para que sostengas todo mi edificio. Tú eres el supervisor de aquellos que construyen una iglesia para mí en la tierra. Si deseasen construir algo prohibido, no se lo permitas, porque tú eres el fundamento. Tú eres la cabeza de la fuente de la que brota mi doctrina. Tú eres la cabeza de mis discípulos. A través tuyo han de beber todas las naciones. Tuya es esa vivificante dulzura que concedo. Te he escogido para ser el primogénito en mi institución y heredero de todos mis tesoros. Las llaves del reino te las he dado, y he aquí que te hago príncipe sobre todos mis tesoros.
Sobre la sala de la Última Cena
¡Oh tú, lugar bendito, estrecho aposento en el que cupo el mundo! Lo que tú contuviste, no obstante estar cercado por límites estrechos, llegó a colmar el universo. ¡Bendito sea el mísero lugar en que con mano santa el pan fue roto! ¡Dentro de ti, las uvas que maduraron en la viña de María, fueron exprimidas en el cáliz de la salvación!
¡Oh, lugar santo! Ningún hombre ha visto ni verá jamás las cosas que tú viste. En ti, el Señor se hizo verdadero altar, sacerdote, pan y cáliz de salvación. Sólo El bastaba para todo y, sin embargo, nadie era bastante para El. Él fue altar y cordero, víctima y sacrificador, sacerdote y alimento.
La Palabra de Dios
¿Quién hay capaz, Señor, de penetrar con su mente una sola de tus frases? Como el sediento que bebe de la fuente, mucho más es lo que dejamos que lo que tomamos. Porque la palabra del Señor presenta muy diversos aspectos, según la diversa capacidad de los que la estudian. El Señor pintó con multiplicidad de colores su palabra, para que todo el que la estudie pueda ver en ella lo que más le plazca. Escondió en su palabra variedad de tesoros, para que cada uno de nosotros pudiera enriquecerse en cualquiera de los puntos en que concentrara su reflexión.
La palabra de Dios es el árbol de vida que te ofrece el fruto bendito desde cualquiera de sus lados, como aquella roca que se abrió en el desierto y manó de todos lados una bebida espiritual. Comieron —dice el Apóstol— el mismo alimento espiritual y bebieron la misma bebida espiritual.
Aquel, pues, que llegue a alcanzar alguna parte del tesoro de esta palabra no crea que en ella se halla solamente lo que él ha hallado, sino que ha de pensar que, de las muchas cosas que hay en ella, esto es lo único que ha podido alcanzar. Ni por el hecho de que esta sola parte ha podido llegar a ser entendida por él, tenga esta palabra por pobre y estéril y la desprecie, sino que, considerando que no puede abarcarla toda, dé gracias por la riqueza que encierra. Alégrate por lo que has alcanzado, sin entristecerte por lo que te queda por alcanzar. El sediento se alegra cuando bebe y no se entristece porque no puede agotar la fuente. La fuente ha de vencer tu sed, pero tu sed no ha de vencer la fuente, porque, si tu sed queda saciada sin que se agote la fuente, cuando vuelvas a tener sed podrás de nuevo beber de ella; en cambio, si al saciarse tu sed se secara también la fuente, tu victoria sería en perjuicio tuyo.
Da gracias por lo que has recibido y no te entristezcas por la abundancia sobrante. Lo que has recibido y conseguido es tu parte, lo que ha quedado es tu herencia. Lo que, por tu debilidad, no puedes recibir en un determinado momento lo podrás recibir en otra ocasión, si perseveras. Ni te esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni desistas por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco.
22 comentarios
Me resulta muy intructivo el final: "Ni te esfuerces avaramente por tomar de un solo sorbo lo que no puede ser sorbido de una vez, ni desistas por pereza de lo que puedes ir tomando poco a poco".
Otra cosa digna de mención es cuando desciendes a la arena de los comentarios de los participantes. Me sorprende demás de claridad la finura y el trato exquisito que demuestras con todos ellos.
Yo te lo agradezco. Sigue así.
Sofía, "de la abundancia del corazón habla la lengua" ¿verdad?
Dicen que es imposible; pero yo creo que tu mal puede curarse. Eso sí, poco a poco, y visitando, "La Espada de doble filo, con asiduidad.
Dios es VALOR
Un cordial saludo.
No te pongas así, que aunque te te dé un poquito de caña: te aprecio. Además, pienso que debes ser una chiquita bastante guapa. Prefiero tu opinión, por la que puede tener de sincera, que la de toda esa gurrufalla de eclesiásticos cobardones y mantenidos, que piensan que pueden engañar a Dios.
La Santa Doctrina, es la Ciencia más hermosa que podría haberse soñado, pues todo lo cumple con excelencia y a la medida exacta de cada uno de nosotros.
La pena es que llevamos muchos años de "rollito" y de ocurrencias; y hemos llegado adonde hemos llegado: a la deorientación general, al sinsentido, al triunfo de la mentira, y a la maldad misma. Afortunadamente, todavía podemos recurrir a los Doctores (Y Doctoras) de la Iglesia, y bebiendo en la fuentes puras, casi nos aseguramos los buenos resultados para todos. saludos. estamos a tiempo, y es la ocasión
Dios es VALOR
Siento que te haya molestado lo que te digo. Intento decir la verdad tal como la veo y me parece que ese es el fundamento de cualquier diálogo. Cuando creo que algo de lo que dices no cuadra con ser católico, te lo digo, porque creo que eres adulta y mereces que se te diga la verdad.
Sigo pensando que un católico no puede recibir lo que enseña la Iglesia simplemente como unos consejos de los que cada uno coge lo que quiere. Eso es perderse lo bueno de la Iglesia.
Por supuesto, yo ni quiero ni puedo excluirte de la Iglesia. Uno está dentro o fuera de la Iglesia por lo que hace y cree. Ni siquiera el Papa con una excomunión echa a nadie de la Iglesia, sólo certifica que está fuera.
Dios te bendiga.
Otra cosa que quería decirte, por si no me he expresado bien alguna vez, es que yo nunca he he intentado condenarte a ti ni a nadie. Me tomo muy en serio lo de no juzgar a las personas que dice el Señor.
Sólo discuto opiniones. En lo demás, supongo siempre la buena fe y la sinceridad de quien aparece por aquí. Cuando tú o cualquier otro afirma algo con lo que no estoy de acuerdo, pienso que se equivoca honradamente y con buena intención. Por eso me parece que es un deber de justicia y caridad el ofrecer mi opinión distinta o lo que dice la Iglesia sobre ello, y luego cada uno es libre de aceptarlo o no.
Espero que tú y los demás lectores tengáis también la caridad conmigo de decírmelo cuando penséis que me equivoco, especialmente si son cosas importantes, que es en las que no conviene equivocarse.
En cualquier caso, tus opiniones son bienvenidas en este foro.
Bienvenido al blog.
Espero tus comentarios, que seguro que pueden aportar nuevas perspectivas a los asuntos.
Ortodoxo:
Una bienvenida a ti también.
Un saludo, "chica mona"
Siento que lo que entiendas sea exactamente lo contrario de lo que digo.
No me importan más las ideas que las personas. Intento buscar y proclamar la verdad porque las personas necesitan esa verdad para ser felices, incluida tú e incluido yo.
Por eso discuto ideas y opiniones, que pueden ser verdaderas o falsas, con valor o sin él. En cambio, creo que las personas son todas infinitamente valiosas (¿cómo no voy a creerlo, si mi Señor ha dado la vida por todos y cada uno de los hombres?) y que no me corresponde a mí juzgarlas.
Es cierto que pienso que tienes ideas que no son católicas, pero no creo que haya nada vergonzoso en ello. Todos tenemos ideas erróneas o incompletas y tenemos que convertirnos para actuar y pensar cada vez más según Dios. Yo no pongo en duda en ningún momento tu amor a Dios, pero sí creo que tienes algunas ideas que no se ajustan a la fe de la Iglesia. Te repito que si te lo he dicho es porque creo que te mereces escuchar lo que yo pienso que es la verdad. Si no me importases como persona, no te contestaría o te daría la razón que es lo más fácil.
Vuelve o no a esté blog, lo que tú quieras. En cualquier caso, siempre serás bienvenida y perdona si en algo te he ofendido. Seguiré hablándole a Dios de ti, como hago desde hace tiempo, y espero que tú también reces por mí.
Un saludo.
No soy del Opus Dei.
Aún así, me gustaría decir que las tres o cuatro personas del Opus que he conocido más "de cerca" me han parecido bellísimas personas, cristianos sinceros y muy razonables.
Todo lo que tenés de amor propio lo tenéis de otra cosa; que tiene un nombre, pero que no lo voy a decir.
La eternidad es muy larga: tenéis tiempo de ....
Dios es VALOR
No me has molestado en absoluto.
Espero no haber dado la impresión de ser ni de considerarme perfecto, porque la verdad es que lo que soy es un perfecto desastre. Menos mal que el Señor tiene misericordia de mí. Como te he dicho, me vendrán muy bien tus oraciones.
la educacion y la paciencia que Bruno ha demostrado contigo no la habrias tenido en ningun otro blog,
[...]
Ademas, para ti el dialogo es que te den la razon en todo, y deja de hacerte la martir, y haber si es verdad y no vuelves por este blog, cosa que dudo.
Algunas de las obras más famosas que tiene Efrén son villancicos e himnos sobre la navidad, así que es muy probable que tenga alguno sobre los santos inocentes. Echaré un vistazo a ver si lo encuentro.
Por otro lado, creo que en algunos iconos se representa a veces a San Efrén en el momento de su muerte como un niño inocente al que Jesús lleva al cielo.
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