10.01.17

La apostasía de la razón

No creo que sorprenda a nadie si digo que el pecado típico de nuestra época es la apostasía. Los católicos han abandonado y siguen abandonando la fe por millones. Muchos de ellos lo habrán hecho sin culpa propia, por supuesto, como resultado de la mala catequesis y el mal ejemplo recibido, pero eso no quita que el pecado objetivo de nuestra generación sea enorme: nuestro mundo vomita la fe, reniega de Cristo y se arroja en brazos de ídolos menos exigentes, como el bienestar económico, la ecología o la democracia, entre tantos otros.

A esto hay que añadir, como también sabemos todos, que muchos han abandonado la fe pero permanecen en la Iglesia como apóstatas silenciosos, más o menos conscientes de su propia apostasía. Por desgracia, uno también se encuentra con clérigos en esa situación, a menudo amargados por la contradicción en la que viven. El daño que esto hace a la Iglesia es enorme, porque los catequistas, padres, vecinos y clérigos que no tienen fe inevitablemente tienden a destruir la fe por donde pasan, sembrando todo de sal para que no vuelva a crecer nada durante generaciones.

Supongo que esto bastaría para un artículo enjundioso, porque la apostasía masiva es una herida terrible para la Iglesia, pero me temo que va unida a otro problema no sé si más grave, pero sí más básico: la apostasía de la razón.

Leer más... »

5.01.17

Si Lutero fuera testigo del Evangelio, los católicos seríamos testigos del Anticristo

Veo que el Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos se reafirma en llamar a Lutero “testigo del evangelio”. Es ley de vida: cuando uno cree que ya ha visto todos los disparates del mundo, siempre hay alguien que le sorprende.

No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que decir que Lutero fue un testigo del Evangelio es lo mismo que decir que lo que proclamaba era cierto, al menos en esencia. Si no se quiere decir eso, es que las palabras utilizadas no significan nada y, en vez de hablar, lo que se está haciendo es emitir ruidos sin sentido, gruñidos animales propios de quien ha abandonado la razón, sustituyéndola por lo políticamente correcto.

Leer más... »

3.01.17

El santo Nombre de Jesús

Hoy la Iglesia conmemora el santísimo Nombre de Jesús, una fiesta que siempre me ha parecido preciosa y especialmente tierna, propia de cristianos que se han hecho como niños por la gracia de Dios. Como enseña la Escritura, no se nos ha dado otro nombre bajo el cielo que pueda salvarnos.

Decía San Bernardino de Siena:

“Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, donado al llegar la plenitud de la gracia. No pienses en un nombre de poder, menos en uno de venganza, sino de salvación. Su nombre es misericordia, es perdón. Que el nombre de Jesús resuene en mis oídos, porque su voz es dulce y su rostro bello.

¡Oh nombre glorioso, nombre regalado, nombre amoroso y santo! Por ti las culpas se borran, los enemigos huyen vencidos, los enfermos sanan, los atribulados y tentados se robustecen, y se sienten gozosos todos. Tú eres la honra de los creyentes, tú el maestro de los predicadores, tú la fuerza de los que trabajan, tú el valor de los débiles. Con el fuego de tu ardor y de tu celo se enardecen los ánimos, crecen los deseos, se obtienen los favores, las almas contemplativas se extasían; por ti, en definitiva, todos los bienaventurados del cielo son glorificados".

Para celebrar este día, invito a los lectores que lo deseen a recitar las letanías del santo Nombre de Jesús:

Leer más... »

30.12.16

Las influencias de Leonardo Boff

Confieso que no suelo leer a Leonardo Boff, porque no me sobra el tiempo como para perderlo con seudomisticismos más bien superficiales. El día de Navidad, sin embargo, aparecieron unas declaraciones suyas especialmente interesantes, en una entrevista concedida al periódico alemán Kölner Stadt Anzeiger.

Antes de continuar, me gustaría advertir a los lectores que probablemente no convenga dar una fiabilidad absoluta a las palabras de don Leonardo, ya que es muy posible que, como se dice en España, esté llevando el agua a su molino. Es decir, que exagere o incluso deforme las cosas pro bono suo.

Aunque la entrevista tiene más cosas interesantes de las que quizás podamos hablar otro día, creo que lo más llamativo es que el Sr. Boff afirma que el Papa pidió su colaboración cuando estaba escribiendo la encíclica Laudato Si sobre la ecología y que lo cita en ella:

Leer más... »

23.12.16

Villancico navideño: Señora María

Como ya he contado alguna vez, en mi familia tenemos la costumbre de inventar un villancico para Navidad y cantarlo juntos. Aprovecho, pues, para felicitar el Nacimiento del Señor a los lectores, amigos y familiares con el villancico de este año, grabado con los niños. Podrán disfrutar de una gran interpretación musical… si asisten a un concierto en otro sitio. Aquí se trata, más bien, de sana algarabía, caos infantil, la felicidad de las pequeñas cosas y alegría navideña.

El villancico se llama “Señora María” y, como verán, es muy sencillito, centrado en el llanto y la risa del Enmanuel, o del Niño Manuel, como se le llama castizamente en los villancicos tradicionales.

Leer más... »