30 segundos para salvar una vida
Para los lectores que sepan inglés, voy a recomendarles uno de mis blogs favoritos en ese idioma. Se llama The White Lily Blog. Su autora no escribe muy a menudo, pero sus artículos son estupendos. Tiene un estilo propio, lleno de frescura incluso hablando de las cosas más profundas. Espero que algún editor se dé cuenta y la ofrezca escribir un libro.
En este artículo, cuenta su propia experiencia un día gélido de este mismo invierno en Chicago, temblando con un sacerdote y una mujer hispana ante la puerta de una clínica abortista, rezando e intentando disuadir a las mujeres que iban allí para deshacerse de sus hijos.
Treinta segundos. Es el tiempo que calculan que tienen hasta que las mujeres entran en la clínica y dejan de escucharles. Treinta segundos en los que no da tiempo a decir todo lo que querrían sobre la santidad de la vida, los hijos, Dios o las secuelas del aborto. Treinta segundos para entregar un folleto que hable de lo que no tienen tiempo de decir. Treinta segundos para pronunciar un par de frases ofreciéndoles una salida, para sonreírles, para que vean que hay alguien a quien le importan ellas y sus hijos. Treinta segundos de los que depende la vida de ese niño por nacer.
Si pueden, lean el original. Sin embargo, he traducido a vuelapluma parte del relato, para que también puedan disfrutarlo los lectores que no sepan inglés. En el momento en que tomo el hilo, un coche llega a la puerta de la clínica y la autora se acerca para hablar con la conductora…
………………………………………………………………………………
[…] la mujer que hablaba inglés se separó del trío y se acercó al coche. Hizo gestos a la conductora para que bajase la ventanilla. La mujer dudó pero, finalmente, después de comprobar el espejo retrovisor, bajó la ventanilla tres o cuatro centímetros.
La mujer que hablaba inglés le mostró el folleto azul a la conductora. “Hola”, dijo. “Me llamo Mary”. El sacerdote siempre les decía que sonriesen y se presentasen. Es cierto que eso gastaba dos segundos de los treinta que tenían, pero ayudaba. “Este folleto tiene información sobre los peligros del aborto y también incluye las direcciones y números de teléfono de centros que ayudan a las mujeres embarazadas, proporcionándoles ropas, cosas de bebé y pañales, si decide no abortar. Ahí mismo, en la portada del folleto, están las direcciones y los teléfonos. Están abiertos ahora mismo. Iré con usted, si quiere. Es todo gratis. Pueden hacerle una ecografía. Tiene una última oportunidad de pensar sobre todo esto. Por favor, cójalo y léalo. Es todo gratis.”
La conductora movió la cabeza con irritación y empezó a cerrar la ventanilla. “Ya me he decidido”, afirmó. “Ya he elegido lo que quiero hacer”. Pero no terminó de cerrar la ventanilla.
La mujer asintió. “Ya lo sé. Sé que ha pensado sobre ello. No es una cosa fácil de hacer para una mujer”. De pronto, su rostro pareció más viejo y más triste. Puso la mano enguantada en la ventanilla, cerca de donde la conductora tenía su mano por dentro del cristal. “Por favor, tome esto y léalo dentro.” Se acercó un poco más. La conductora le miraba a los ojos y se acercó también. La mujer que hablaba inglés podía sentir al Padre Stephen mirándola, al susurrar: “Déle otra oportunidad a Dios”.
La conductora dejó de mirarla a los ojos. Comenzó a cerrar la ventanilla y gruñió: “¡Ya he pensado en ello! Así que ¡déjeme en paz!”
La otra mujer siguió mirándola a los ojos y se inclinó para acercarse un poco más a la ventanilla mientras el motor rugía para continuar. “Por favor,” susurró. “¡Otra oportunidad!”
La conductora dudó un segundo y, después, inclinando la mirada, suspiró, bajó otra vez la ventanilla y dijo, con voz cansada y paciente con todas las ancianas del mundo, incluyendo esta irritante mujer: “Bueno, vale. ¡Démelo!” Lo cogió por la ventanilla, con sus lindas uñas pintadas de rojo, y condujo el coche a través de la puerta de entrada.
La mujer que hablaba inglés volvió al grupo y continuaron con el rosario. Otros dos mejicanos, un hombre y una mujer de mediana edad, con sus rosarios en las manos enguantadas, se unieron a ellos. El viento cada vez era más frío, pero ellos seguían rezando. Era un día horrible para matar a un niño, pensaban todos en un idioma o en otro. No es que haya buenos días para hacer algo así, es simplemente lo que pensaban siempre, junto a las vallas de las clínicas abortistas, mientras multitud de mujeres, día tras día y año tras año, entraban en sus coches para matar a sus hijos. 50 millones desde la legalización del aborto y nunca era un buen día.
Estaban a medias de un Ave María en español del último misterio gozoso, pensando en esa última mujer que había entrado, una hermosa mujer afroamericana que habría tenido un niño guapísimo, cuando volvió a salir por la puerta, dejando la clínica. Y les pilló totalmente desprevenidos, rezando y recordándola.
“¿Se…. marcha?” Preguntó sorprendida Mary, la mujer que hablaba inglés, caminando hacia el coche, por el lado del pasajero. “¿Se…. marcha? ¿No lo va a hacer?”, preguntó Mary a través del vidrio, mientras la acompañante bajaba la ventanilla, esta vez del todo. La mujer afroamericana asintió con la cabeza, haciendo que sus lindas extensiones de pelo se agitasen.
“Sí, me marcho. No voy a hacerlo.” Miró directamente a Mary. “Lo he leído,” dijo. “Tenía razón. Tiene razón. Sé que tiene razón. No es seguro y sé que no lo es. Y está mal. Sé que está mal. Nadie tiene que decirme que está mal.”
Mary se quedó un momento en silencio, porque estaba llorando. El sacerdote y los tres mejicanos, la mujer joven y la pareja mayor, se habían acercado al coche y todos estaban llorando. Y sonreían. Si el viento no hubiera sido tan frío, puede que sólo hubiesen estado sonriendo. Este bebé, este bebé había costado […]
23 comentarios
Toda una "puesta en escena" de la tragedia del cristianismo, sin necesidad de escenarios de "interior", es decir saliendo del Templo.
Esto es lo que los primeros cristianos "esceificaban" en el circo romano.
¿Que sentido tiene la vida sin niños? La de noches que hemos llorado mi esposa y yo los dos que tenemos en el cielo y eso sabiendo que ha sido algo natural. Mi hijo de 6 reza por ellos y siempre los cuenta como hermanos.
Cuanta falta hace personas que les recuerden a estas chicas que lo que llevan en su vientre no son celulas juntas, como les venden los abortos, sino seres humanos completos que un dia si les dan oportunidad los veran caminando y riendo.
Christian no sabía que habias perdido dos bebés, seguro que interceden por todos vosotros y por la comunidad
Como dices, todo esto suena a los primeros cristianos. A mí me ha recordado a la Carta a Diogneto, que habla de que los cristianos son iguales a los demás hombres... pero no viven igual que los demás hombres.
Si somos cristianos, se tiene que notar en nuestra forma de vivir.
Es verdaderamente increíble que se hable del aborto como un "derecho", es como si se hablase del derecho al robo, a los malos tratos, al asesinato o a la mentira... un despropósito.
Pienso en "la mujer que hablaba inglés",no tanto en sus palabras,en sus ademanes,en sus gestos,sino en su mirada,y,en el tono de su voz.La mirada de "la mujer que hablaba inglés" debió y debe ser la mirada del Señor,esa que "puso en el joven (rico)",esa mirada que recibió la de María en las bodas de Caná.También debió ser la mirada de María a Jesús crucificado,la del sacerdote enamorado de Cristo, cuando alza la Sagrada Forma.¡Es tan importante la mirada!,"la mujer que hablaba inglés" lo sabe,pero no ensaya su mirada ante el espejo,sino ante el Sagrario.
PS Muy buena la traducción,no encontré ningún anglicismo.
Me temo que, por falta de tiempo, he tenido que traducir muy rápidamente y la traducción no hace justicia al original. Además, faltan las explicaciones del principio. Ella habla de sí misma como "la mujer que hablaba inglés" porque la otra mujer hispana estaba allí para hablar en español y el sacerdote hablaba también en polaco.
En cualquier caso, a mí también me llamó la atención lo de la mirada, que está claro que es algo fundamental en un encuentro tan importante en sólo 30 segundos. Me ha gustado mucho tu frase sobre los ensayos ante el Sagrario y no ante el espejo. Está claro que esa mirada se le ha "pegado" de quien miró así al joven rico, como dices.
Un saludo.
Gracias por traer este texto.
No se si el trabajo de la escritora sea la voluntad de Dios para mi. Ruego diario que El me demuestre. Pero parece que si podía dar la visión de un día extraordinario como este, una vida salvada, bastante claro para causar lagrimas, tal vez esta bien con Dios si tiro me tiempo escribir.
Ustedes pueden ver como duro es mi español, pero como fácil es, los pocos palabras se necesita para comunicar las esenciales a una mujer entrando el clínico. El peligro. El pecado. La dirección de unos que pueden ayudarte. Por favor, escucha a Dios, esta tratando en este minuto de darte amor y gracia. Nada mas. El milagro es, unas escuchan, y despiden.
Por favor, ruegue para mi español, y para todos los “sidewalk counselors” del mundo en este aniversario en los estados unidos de la decisión cruel que abrió las puertas para la Muerte Roja.
En Cristo y Maria,
Jan Baker
Y nos vino a visitar Jan Baker justo el dia que el papa Benedicto xvi nos alienta a anunciar a Cristo en internet.
"El Papa Benedicto XVI también alentó a los jóvenes católicos "a llevar al mundo digital el testimonio de su fe. Amigos, sentíos comprometidos a sembrar en la cultura de este nuevo ambiente comunicativo e informativo los valores sobre los que se apoya vuestra vida".
Animo! A ocupar todos los medios posibles para llevar la buena noticia a todos los hombres.
El griego que hablaran los apóstoles debía de ser bastante parecido a tu español y, sin embargo, evangelizaron y dieron testimonio por todo el mundo conocido. El Espíritu Santo nos empuja a evangelizar como podamos, aunque sea por señas.
Muchas gracias otra vez por esta historia.
Un saludo en Cristo.
Gracias por esa frase de Benedicto XVI, voy a escribir algo sobre ella.
Por cierto, eso sí que es adelantarse, porque parece ser que es del discurso que el Papa pronunciará mañana.
Cristian tu ves a tus hijos un préstamo, mis padres un regalo, dos formas de ver que la vida es un don de Dios
A rezar bravo por esos bebes y quien sabe si algun dia nos tocara ser “sidewalk counselors” tambien!
La lucha esta que empieza.
Dejar un comentario