Las primicias del día
El otro día, en uno de los salmos de laudes, el Salmista cantaba, lleno de gozo:
Dichosos los que viven en tu casa
alabándote siempre.
Con estas palabras se nos da una magnífica definición de lo que es un cristiano: el que tiene la gran fortuna de vivir dichoso en la Iglesia, alabando siempre a Dios. Laudes, la oración matinal de la Iglesia, significa en latín precisamente eso: alabanzas, porque estamos llamados a empezar cada día alabando a Dios.
La oración por la mañana, antes de que hagamos ninguna otra cosa, es muy especial y diferente de cualquier otro momento de oración del día. Antes de que salga el sol, antes de que empiecen los trabajos de la jornada, antes de que nos ocupemos de nuestros propios asuntos, nuestros ojos, nuestro corazón y nuestra mente se ponen en Dios, para que así se cumpla el primer mandamiento: amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas.
¿Cómo no va a ser tu vida un desastre, si empiezas el día quejándote de que tienes que levantarte y protestando de todos y de todo? Según empiezas la jornada, así la terminarás. Si comienzas con una maldición, tu vida será una maldición. Si por la gracia de Dios comienzas con una bendición, por la gracia de Dios todo se volverá bendición. Bendecid, porque habéis sido llamados a heredar una bendición.
¿Cómo van a convertirse las naciones si al verte notan enseguida que te has levantado como un pagano más y no como un cristiano? Al alabar a Dios en la madrugada, te impregnarás del buen olor de Cristo que se adquiere en la oración, en lugar del hedor a quejas, desesperanza y rencor que dejan tras de sí el mundo, el demonio y la carne.
Del mismo modo que los israelitas ofrecían al Señor los primeros frutos de la cosecha, los cristianos estamos llamados a dedicarle las primicias de cada día, empleando las primeras horas en alabarle. Así escogeremos la mejor parte y evitaremos que Cristo nos reproche: andas inquieto y preocupado con muchas cosas; solo una es necesaria.
Solo poniendo a Dios en el centro desde el principio, se centrará nuestra vida, en lugar de seguir viviendo dispersos, afanándonos de un lado para otro en las ocupaciones y distracciones del mundo. Solo alabando antes de la aurora al Sol que nace de lo alto y que es Cristo, nuestros pensamientos acciones estarán iluminados con la luz del cirio prendido en la misma mañana de Pascua y viviremos como resucitados.
Al bendecir a Dios nada más levantarnos, nuestros labios se van entrenando y van aprendiendo día a día cuál es su destino: alabar a Dios para siempre en la Jerusalén celeste. Cantaré eternamente las misericordias del Señor. De este modo, cuando nuestra boca bendice a Dios, nuestros oídos escuchan su Palabra, nuestros ojos contemplan su gloria y nuestro corazón arde por obra del Espíritu Santo, empezamos a gustar ya, desde el principio del día, cómo será el cielo. El inmenso regalo de la alabanza matinal nos dirige y orienta infaliblemente hacia el Alfa y la Omega de nuestra existencia, para que no nos perdamos como ovejas sin pastor, sino que caminemos seguros hacia nuestra verdadera patria.
¿Qué razones puede tener un cristiano para no empezar el día con alabanzas a su Señor? Las mismas que alguien que se muere de sed para rechazar un vaso de agua, ninguna y menos que ninguna. Que Dios nos conceda hoy la gracia de alabarle cada mañana y así poder decir, con verdad: bendeciré al Señor en todo tiempo, en mi boca siempre su alabanza.
20 comentarios
Y no te cuento lo que significa hacerlo durante Adviento y Cuaresma todos los días a las 6:30 AM en la Parroquia junto al Párroco y una comunidad Cristiana. La Paz.
"a las 6:30 AM en la Parroquia junto al Párroco y una comunidad Cristiana"
Je, je. Un verdadero regalo de Dios, aunque los ojos se empeñen en cerrarse un poco.
Y, por la comunión de los santos, no es solo la parroquia y la comunidad, sino toda la Iglesia la que reza junto a nosotros. Y también el propio Cristo, que no se separa nunca de su Esposa. Una maravilla.
Ciertamente, como casi exclama Bruno, debemos iniciar nuestro día alabando y agradeciendo al Señor por este bien precioso de despertar diariamente en Su Reino fundado entre nosotros aquí en la Tierra.
Alabemos y agradezcamos al Señor por Sus Primicias que nos colman de gozo espiritual, esto es, los latidos al unisono del Sagrado Corazón de Jesús y del Corazón Inmaculado de María.
Son también primicias que Dios permite como advertencias a un mundo apostata y pervertido.
Que rechaza a Cristo y a Su Madre.
Que silencia sus Mensajes..
Que prefiere en su orgullo ignorar la derrota del consumismo.
Que secretamente se dispone al suicidio, porque sus razones para vivir no son suficientes para renunciar a su actual condición de servilismo al poder mundial que ejercer el demonio.
Saludos.
Un post maravilloso.
Gracias, Bruno.
El desafio para Europa es: apostasia y derrumbe, o Conversión.
Si los restos de su patrimonio cristiano la alejan de un suicidio de destrucción por la guerra nuclear, o la Providencia dispusiera la desactivación del aparato bélico mundial, la humillación de la tribulacion purificadora que sobrevendrá para todo el mundo, la conducirá a la Conversión.
Entonces, Europa recuperará su alta condición de foco de la civilización cristiana y ayudará con su testimonio a la Conversión pedida por Dios al mundo entero.
Como ya le he indicado otras veces, en las revelaciones privadas no se puede decir propiamente que algo es un mensaje de la Virgen (o de Cristo, etc.), sino que se trata, más bien, de lo que el vidente ha entendido de lo que le haya podido comunicar la Virgen. Es decir, algo análogo a lo que sucede en la oración, cuando cualquier cristiano recibe una moción del Espíritu Santo y probablemente solo la entienda a medias, en el mejor de los casos, además de mezclarla con sus propias ideas y suposiciones.
En consecuencia, no admito en este blog que esas interpretaciones se presenten como si fueran mensajes literales de Dios, la Virgen o los santos, porque eso lleva casi inevitablemente a atribuirles características que solo corresponden a la Escritura.
"Y para que necesitará un dios todopoderoso tantas alabanzas..."
No las necesita para nada, como es lógico, pero eso no quita que sea justo y necesario alabarle, y que nuestra naturaleza encuentre en esa alabanza su felicidad y perfección.
"mucho más lo sos en tus posteos propositivos"
No todos piensan lo mismo. Los artículos combativos son leídos por mucha más gente que los de este estilo.
"los post de la Anunciación que habéis escrito y aparcado en la barra de navegación lateral izquierda"
Crear una sección en la que se fueran recuperando los mejores posts del pasado fue una idea genial de Juanjo Romero, que ha tenido mucho éxito entre los lectores.
Ahora estoy sintiendo interpelación. Gracias.
Fructífera Cuaresma.
"Me siento un poco lejos de ustedes, ya me perdonarán. Demasiado Marta, y a veces ni eso"
Je, je. Ser como Santa Marta no es poca cosa a la que aspirar.
Lo cierto es que al menos el autor del blog es un desastre y un pobrecillo que no tiene nada de lo que presumir. Las cosas que digo en artículos como este me las digo a mí mismo antes que a nadie (y así sé que por lo menos le servirán a una persona).
De todas formas, para consagrar a Dios las primicias del día no hace falta rezar laudes a las seis de la mañana ni nada complicado. Basta reservarle los primeros pensamientos, con una jaculatoria o un simple "buenos días, mi Señor". Si luego Dios nos concede una estupenda oración de laudes o lo que sea menester, miel sobre hojuelas, pero que no falte la firme intención de que el comienzo del día sea para él, que eso está al alcance de todos.
Creo que es suma imprudencia desechar el reconocimiento de su AUTENTICIDAD por los obispos competentes.
Así, cabría silenciar el triunfo del Corazón Inmaculado en el mundo anunciado por María en Fátima, y la Misión de la Virgen, enviada por Su Hijo.
Quien rechaza o disminuye la Misión actual de María, desestima al Mismo Cristo que nos envía a Su Madre como última instancia de salvación de este mundo sin Fé y apostata.
Es la Sede de la Sabiduría, Quien Encarnó en su seno al Verbo del Padre, Trono y Santuario de la Santísima Trinidad.
Por eso, debemos escuchar a la Virgen cuando habla como .Madre de la Sabiduría.
Ella es Madre y Reina de la Iglesia, e ilumina a ésta sobre todo cuanto piensa, conocer, habla y obra.
Nadie aventaja a la Madre de Dios en su Misión de enseñar y revelar la Palabra del Padre, Cristo Señor.
Hoy, reina una gran ignorancia y confusión al respecto, lo que ha llevado a la parálisis de la Iglesia en su predicación del Reino.
Para iluminar a la Iglesia, a la humanidad y al universo todo, viene María como Arca de Salvación, como Aurora de Cristo que se Manifiesta "en preparacion del Camino a Su Venida".
La Virgen, Madre y Reina de todo lo creado, Madre del Verbo Creador Jesucristo Rey del Universo, Esposa del Espíritu Santo, Trono y Santuario de la Santísima Trinidad, Hija Predilectisimo del Padre, no habla por Si misma sino como profeta de Su Hijo.
Habla cuando quiere, dónde quiere, como quiere y a quien quiere.
Su Dignidad está por arriba del Papa, es Madre de la Iglesia, por lo tanto del Vicario de Su Hijo.
La Iglesia tiene la competencia de discernir por medio del obispo del lugar, cuando una manifestacion es auténtica. Hecho lo cual, la Iglesia junto con todos sus miembros, clero y fieles, deben prestar la maxima fe y veneración a sus Palabras.
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