San Columba, apóstol de Escocia
“Hubo un tiempo glorioso en que Irlanda era conocida como la Isla de los Santos”. Así comienza el texto de la cubierta trasera del libro San Columba, apóstol de Escocia. Es una frase impresionante, no solo por la extraordinaria época a la que se refiere, sino también por el triste hecho de que los católicos españoles no conocemos prácticamente nada sobre ella.
A mí, la verdad, me ha impresionado leer este libro acerca de ese “tiempo glorioso”, en que Irlanda estaba tan repleta de santos que resulta imposible seguirles la pista o, a veces, incluso distinguirles unos de otros (por ejemplo, hay más o menos un centenar de santos llamados Colman). Cuando empecé a leerlo, pensé inmediatamente en que tenía que traducirlo para que otros disfrutaran también de él.
Es un libro corto, entretenido y fácil de leer, de cien páginas, un aperitivo veraniego, pero espero que tenga en quienes lo lean el mismo efecto que tuvo en mí: avivar el deseo de conocer más sobre la Isla de los Santos, sobre San Patricio, San Brendan, Santa Brígida, San Kevin de Glendalough, San Finnian, San Oena, San Moinan, San Ninian, San Oran, San Mhobi, San Enda el Bienaventurado, San Abban, los innumerables Colmanes santos y tantísimos otros. Y, por supuesto, San Columba.
¡Vaya santo, San Columba! Un santo “de los de antes”, de los tiempos en que la conversión del paganismo aún estaba cercana y los cristianos creían de verdad, con naturalidad y sabiendo que la fe católica era la única salvación para el ser humano. Incluso sus defectos eran recios y grandes: siendo ya abad, pero movido por un orgullo aún no dominado, provocó una tremenda batalla entre dos ejércitos por la posesión de un Salterio copiado a mano. Claro que, después, para hacer penitencia, se embarcó con sus compañeros en barquitos hechos de mimbre y pieles de animales y se lanzó a convertir todo un país pagano con sus monjes, la actual Escocia. Lo logró y hoy es patrono de Irlanda y, a la vez, de Escocia (el libro fue escrito por una piadosa y patriótica monja escocesa, Frances Alice Forbes).
Sin complejos ni ñoñerías, igual bendecía a los fieles que daba cobijo a los necesitados o hacía caer la justicia fulminante del cielo sobre opresores y asesinos. Con la misma naturalidad con que pasaba largos ratos en oración o copiando códices en su abadía de la isla de Iona, se plantaba frente a los reyes paganos pictos para anunciarles a Cristo, mediaba entre reyes cristianos, fustigaba a nobles sinvergüenzas o se enfrentaba a los temibles druidas que tenían dominados a los pictos. O escribía versos, porque además fue un gran poeta.
El libro exhala, en fin, un aire de frescura y de fe siempre nueva para nosotros, cristianos modernos blanditos, tan cansados, aburridos y de vuelta de todo, que no creeríamos en un milagro aunque lo viéramos con nuestros propios ojos, porque hace tiempo que perdimos la esperanza y aún no nos hemos dado cuenta.
¡Que el gran San Columba y los demás santos irlandeses rueguen por nosotros desde el cielo para que recuperemos el fuego ardiente de la fe, la esperanza y la caridad!
…………………….
106 páginas
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46 comentarios
Tremenda historia. Tantos santos sin conocer. Me la pido leer.
Dios acreciente nuestra Fe. Fortalezca nuestra Esperanza. Nos perfeccione en la Caridad.
La verdad es que todos los libros que habéis publicado de F. A. Forbes son muy buenos, aunque a mi los que más me gustaron fueron los de San Pío X, y, sobre todo, Santa Mónica.
"Pedido"
Je, je. Nunca fallas. Puntual como un reloj.
"todos los libros que habéis publicado de F. A. Forbes son muy buenos, aunque a mí los que más me gustaron fueron los de San Pío X, y, sobre todo, Santa Mónica"
Santa Mónica: Las lágrimas de una madre es el libro más vendido de todos los de la Editorial Vita Brevis con gran diferencia. Todos los de FA Forbes son entretenidos, agradables de leer y buenos, pero es verdad que ese tiene algo especial (además de que nunca faltan las madres que sufren y rezan por hijos problemáticos o con problemas).
"Tantos santos sin conocer"
El lema de la editorial es Ars longa, vita brevis, pero podría ser Multi sunt sancti, vita brevis.
"Dios acreciente nuestra Fe. Fortalezca nuestra Esperanza. Nos perfeccione en la Caridad"
Leer vidas de santos es apropiadísimo para las tres cosas.
Cierto que San Bonifacio iba con otras intenciones, pero no deja de ser "Apóstol de los germanos", lo que indica que las Islas Británicas e Irlanda estaban en disposición de envíar misioneros al continente.
Cierto que Irlanda es la Isla de los Santos, pero ingleses, y supongo que galeses, hubo también muchos. Lo que hizo Enrique VIII con la "Dote de María" (Dowry of Mary) "no tiene perdón de Dios", entendiendo eso como frase popular y no como otra cosa, por eso lo pongo entrecomillado.
"Cierto que San Bonifacio iba con otras intenciones, pero no deja de ser "Apóstol de los germanos", lo que indica que las Islas Británicas e Irlanda estaban en disposición de envíar misioneros al continente"
Bueno, los "ingleses" quedaron muy machacados desde que las invasiones de anglos, sajones y daneses destruyeron gran parte del cristianismo de lo que hoy es Inglaterra, sobre todo en el este (sobrevivió mejor en Gales y Cornwall). Hubo que reintroducirlo desde Roma por un lado y desde Irlanda por otro. Pero, en efecto, el hecho de que ya en el siglo VIII hubiera todo un San Bonifacio y además con la osadía de ir a evangelizar el continente muestra el grandísimo vigor que tuvo esa doble reintroducción del cristianismo en Gran Bretaña.
De aquellos santos, mi preferido es san Patricio, y su "Confesión" es preciosa lectura, más breve aún que esta vida de san Columba.
San Patricio, creo que luego de formarse con su tío, nada menos que san Martin de Tours, se fue a pasae un tiempo al gran monasterio de san Honorato, en la isla de Lerins, otra isla de santos, aunque mucho mas pequeña que Irlanda, donde a parte del gran Honorato, tal vez conocio san Juan Casiano, autor de grandes obras como las Colaciones y las instituciones cenobiticas, que trajeron a occidente buena parte de la sabiduria de los padres del desierto. Luego pasó años junto a san German de Auxerre, uno de los grandes evangelizadores de Inglaterra.
Con esa escuela de santos, además de su experiencia personal como esclavo en Irlanda, donde comenzó a tener grandes encuentros misticos con la Trinidad Santa, se forjó el que a mi modo de ver es el modelo máximo de misionero que tiene la Iglesia.
De mis otros dos santos favoritos, san Antonio el grande y san Bernardo, lei la vida del primero escrita por san Atanasio, otro librazo, pero del segundo no he leido una vida que me satisfaga; solo lei el libro de Thomas Merton, pero no es propiamente una vida de san Bernardo.
Los descendientes católicos de esos anglonormandos que se afincaron en irlanda se llamarían después, en el siglo XVI, "Old English", en contraposición a los colonos protestantes ("New English"). Los "Old English" se unieron definitivamente a los gaélicos en las Guerras de los Tres Reinos, contra los protestantes, y los terminó derrotando Cromwell.
AD RELIGIONES NON-CHRISTIANAS
NOSTRA AETATE
Frase de Marco Tullio Ciceron.
Estimado Bruno, le pido obre como Cicerón ante mi abuso de su paciencia al tratar una cuestión ajena a su artículo.
Me llama la atención el silencio ante las amenazas de una guerra que podría destruir duramente al hemisferio norte. No es necesario citar fuentes de información publicadas por todos los medios.
Se sabe del peligro, pero no se habla de él, ni el Vaticano, expuesto a ser reducido a escombros, ni los gobiernos ni los medios que debieran alertar a las poblaciones.
El peligro es real, lo advierten los máximos responsables.
Mi deseo es que los pueblos cristianos de Europa, E. U., Rusia y otros, vean cómo subsistir en caso de una catastrofe general, que reduciría los espíritus en lo físico y en lo anímico, expuestos a sobrevivir como tribus errantes en espera de que la tribulación purificadora reuna a la humanidad en la gran familia de los hijos de Dios.
La extinción de las naciones como entes definidos sería una consecuencia lógica del tumulto universal.
Y en el caso de san Columba, con esfuerzos y aflicciones en el apostolado.
Hoy en día, el ideal es disfrutar, como propone HAKUNA, y la santidad consiste en estar siempre alegres, como decía don Bosco (frase malinterpretada si las hay).
la Fe se palpa porque es etérea a veces y otras tan sólida como una roca. Por otra parte, aunque este libro solo los mencione, no puede una menos que echar un ojito al Libro de Durrow y al Libro de Kells, de una originalidad y belleza extraordinarias, de manera que es más que evidente el poder creativo de la Fe y los efectos que produce cuando el hombre quiere de verdad alabar a Dios.
Es más que evidente que en esa época lejana se levantaron verdaderos gigantes sobre cuyos hombros nos asentamos los enanos. No es la única, desde luego, porque tenemos al Beato de Liébana, que es del S. VIII, haciendo lo mismo en Cantabria. Pero se trata de los mismos Gigantes Cristianos tocados por la Mano de Dios según su propia disposición porque Dios saca lo mejor de cada uno, tanto si es celta como si es hispano-romano.
Ya sé que hay un San Procopio y un San Cucufato (muy venerado en Cataluña con el nombre de Cugat), pero como estoy más acostumbrada como que me son más conocidos, pero estos me caen llovidos del Cielo, nunca mejor dicho.
"¿No es un nombre en latín, no? Porque en ese caso Columba significaría "paloma""
Los idiomas se mezclan y, en particular en el caso de los nombres, es frecuente que se identifiquen los que suenan parecido.
Colm o Colum se identificó con el latín Columba, porque sonaban de forma muy similar y en este caso significaban lo mismo, paloma. El santo tenía como sobrenombre Columcille, o Columkill, que significaba en gaélico paloma de la Iglesia.
"me he quedado maravillada de la cantidad de abades, monjes, santos, que proliferaron en esa zona entre los S. VI-VII"
Cuánto me alegro. A mí me pasó lo mismo. Por eso he traducido el libro.
"al Libro de Durrow y al Libro de Kells, de una originalidad y belleza extraordinarias"
Preciosos.
"Es más que evidente que en esa época lejana se levantaron verdaderos gigantes sobre cuyos hombros nos asentamos los enanos"
Así es, gracias a Dios.
"¿ Santos de antes? Esa frase me suena mal. Los santos son de siempre."
Nada hay en nuestra fe que diga que todos los santos canonizados sean iguales. En épocas blanditas y faltas de fe, como la nuestra, llaman la atención y parecen excepcionales cosas que en otras eran cotidianas.
Tiendo a pensar que las virtudes heroicas de Pablo VI, Juan XXIII y Carlo Acutis, por poner tres ejemplos conocidos, habrían parecido más bien normalitas en otras épocas y a nadie se le habría ocurrido canonizarles. Eso no quiere decir que no sean santos, por supuesto. Es la Iglesia la que canoniza, no yo, y no tengo ninguna dificultad en creer que estarán en el cielo, intercediendo por nosotros. Es solo que el listón de la canonización (no de la santidad) está más bajo en nuestra época.
"Yo me pregunto honestamente si tenemos la misma Fe que tenía san Columba"
La fe es la misma, qué duda cabe. Pero es evidente que generalmente nosotros somos mucho más tibios. En la época de Columba, multitud de jóvenes acudían a monasterios en los que se vivía una vida tan dura que nos parecería insoportable. Porque tenían fe y querían ir al cielo. Hoy los monasterios están vacíos, porque gran parte de los monjes y los seglares han perdido la fe.
"Hoy en día, el ideal es disfrutar, como propone HAKUNA"
No conozco mucho de Hakuna (aunque lo que he visto me gusta más bien poco), así que solo puedo decir que esa idea, hablando en abstracto, es completamente ajena a la Escritura y a la Tradición de la Iglesia. Está muy bien disfrutar cuando Dios quiere ("cuando perdiz, perdiz", dijo Santa Teresa), pero pensar que en disfrutar está lo principal del cristianismo es una tontería moderna, de cristianos que tienen que justificar ante el mundo una fe que ya no les convence del todo. Seguimos a un Crucificado y la Cruz es el camino hacia el cielo.
Cuando estudié la evangelización de América, que es diez siglos posterior a San Columba, todavía maravilla el celo que demostraban, no hacían más que llegar a un lugar y, en cuanto se asentaban y formaban un monasterio, ya estaban preparados para partir hacia otro lugar dejando atrás apenas dos monjes que continuaran la labor. El superior de los 12 Apóstoles Franciscanos que llegaron a México, Fray Martín de Valencia, a los pocos años de llegar ya estaba esperando el galeón de Manila para irse a China, como si México y China no estuvieran en dos extremos del mundo. Al final pasó algo, no recuerdo qué, y tuvo que quedarse, pero para ser un fraile más contemplativo que activo no se paró en barras.
Por muy buenos que seamos, Farias, no tenemos ni color. El tiempo de ellos les exigió unas proezas que hoy ya no hay necesidad de hacer.
Cómo pudo escribir aquellos libros maravillosos San Columba, teniendo en cuenta sus peripecias personales, hace avergonzarse a cualquiera. La dedicación de los misioneros americanos escribiendo catecismos y libros en las lenguas más variopintas mientras viajaban continuamente, abruma.
Lo dicho: enanos sobre hombros de gigantes.
El llamado de la Virgen es urgente, nos dice Ella.
Debemos asumir y actuar conforme al señorío de sacerdotes, reyes y profetas que se nos ha encomendado.
Sobre la Tierra, los mundos, y sobre las naciones, sus jefes y sus pueblos.
Porque debemos orar por su salud física y espiritual, en tanto somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo.
Se nos ha confiado trabajar por el Reino, lo que implica guardar el bien de todos nuestros hermanos.
Tomemos conciencia de la responsabilidad que tenemos ante los momentos decisivos que amenazan con la guerra a la humanidad toda.
La Virgen nos llama con urgencia, seamos dóciles hijos fieles.
"Es muy posible que en otros tiempos adolescentes del tipo de Carlo Acutis hubiera muchos más, de manera que tardaban en canonizarlos, hoy en día es un caso tan particular que se han apresurado a hacerlo"
En este caso no hace falta comparar con otros tiempos más recios. Quizá no me he enterado bien, pero yo diría que todo lo que he leído del Beato Acutis lo he visto decenas o cientos de veces en jóvenes (y no tan jóvenes, claro) que he conocido. Es lo que en otro tiempo se llamaba un "joven piadoso" y hace menos tiempo, con una expresión horriblemente pelagiana, llamaban un "joven comprometido". Como es lógico, ojalá hubiera muchos más, pero resulta llamativo que ahora canonicen algo así. Quizá he conocido a tropecientos canonizables, sin saberlo. O quizá es que el listón ha bajado mucho.
"Lo del "santo súbito" se ha puesto de moda, pero antes era bastante raro que la canonización siguiera rápidamente a la muerte de la persona tenida como santa"
Muy sabiamente, a mi entender.
"pero con lo que sé de los defectos graves de los pontificados de Juan XXIII y Pablo VI me basta para pensar que no deberían ser canonizados ni en las épocas antiguas, ni en estas, ni en las futuras"
Tiendo a pensar lo mismo, porque la principal virtud de los que gobiernan es la prudencia, como dice Santo Tomás, y difícilmente puede ser ejemplo de prudencia un Papa que ha presidido una hecatombe brutal endógena de la Iglesia. En fin, gracias a Dios no me corresponde a mí canonizar a nadie y supongo que los que los que decidieron su canonización se fijarían más en su vida y su piedad privadas, que yo no conozco.
El fundamento de la canonización de alguien es que la Iglesia declara que esa persona está en el cielo, intercediendo por nosotros, y yo eso no tengo ningún problema en creerlo de ninguno de los citados yni en decir de corazón: San Juan y San Pablo, rezad por nosotros.
En cuanto a su ejemplo, en fin, los santos también se equivocan en algunas ocasiones y, visto lo visto, a veces en muchas. El extremo sería San Dimas, que se equivocó en casi todas, pero acertó en la más importante.
Lo que es una pena es que en Inglaterra no quedara ninguna Iglesia sajona o britónica en pie. A partir de Hastings, las derribaron todas, y aunque la arquitectura normanda es sublime, se perdió mucho.
Yo tampoco, pensando en los Apóstoles de tales nombres :-)
Bromas aparte, entiendo que parte de la piedad es rezarles con confianza si la Iglesia nos los propone como intercesores. Tal vez hasta por ser ellos precisamente los protagonistas de los desastres de la Iglesia, estén más prontos para repararlos con su intercesión.
Trataré de no entrar más a Infocatólica.
Si no me sirve de nada, salvo enojarme, tiene poco sentido,
Dios los ayude.
Tiene usted toda la razón. Dios le bendiga y le guarde.
Y siga con las poesías, que el mundo necesita más belleza.
En Poesía o en componer versos soy ABSOLUTAMENTE TRADICIONAL, en el sentido que existen acentos, ubicación de los mismos, métricas, rimas, y buen sonar de las palabras. Y la fluidez y buen andar de la composición. Y el buen uso de las licencias poéticas.
Muchas veces uno no lo logra, pero hay que tender a eso y seguir aprendiendo.
ALGUIEN ME DIJO . (23 0 3 2024 )
Alguien me dijo, quedo y muy despacio:
Si pretendes trovar el son de antaño,
has errado en el tiempo, el siglo, el año,
y habitas un Palacio
que no tiene ni puertas ni ventanas,
destinado al fracaso, sin mañanas,
y que lleva cual lema y frontispicio
ser antro del error y el desperdicio.
¿ Quien domina a los siglos y a los gustos?.
Nerón se sienta egregio ante las gradas,
y a sangre y muerte obliga a degradadas
letrillas que son sustos;
y hoy se imponen cual formas valederas
las carencias de formas y chorreras
que ruedan cual cascadas hacia abajo ,
campanas sin concierto y sin badajo.
¡Hombres y vates del mester hodierno!,
Pregunto ¿ Qué en los siglos quedaría,
si Manrique, dejada su porfía,
jugando a ser moderno,
de sus Coplas quitara toda rima,
descuidara la métrica y la estima
de la música suave y del acento? :
Ni siquiera el recuerdo de un momento.
Y si del dulce canto que nos llega
en las voces do cuentan su fracaso
los pastores del magno Garcilaso,
tan sólo el vate entrega
de sus héroes insulsa relación;
¿ Quien pondría en sus versos atención?
Tan sólo dos fracasos, mil ovejas,
y enterradas por siempre tales quejas.
Y si de la Ascensión y del Salinas,
de las Odas y Vida retirada,
de la Noche Serena, es despojada,
por ser sólo pamplinas,
la armonía de voces de Fray Luis;
¿ quien podrá asegurar que allí feliz,
en semejante yerta telaraña
brillaba el mayor vate de la España?.
Y qué decir de Lope y sus mil obras,
De Don Tirso, don Ruiz y Calderón.
Quitado todo estilo a la función,
apenas serían sobras,
señaladas en índices con prisas,
o quizás dieran pábulo a mil risas,
que tuvieran tan necio mazacote
por digno del escarnio y capirote.
Quitadle el buen sustento al gran Quevedo.
¿ Quien pondría atención a su advertencia,
señalada en prosaica impertinencia
y con prosaico dedo?.
Y su jocosa rima de narices ,
no valdría ni dos o tres perdices;
y los versos de Roma y sus murallas
ni el tiempo durarían de unas Fallas.
Y así tantos poetas que alumbraron
con ingenio y esfuerzo en tiempos idos.
Sin sus modos, irían consumidos
cual ríos que pasaron,
cuyas aguas ya secas o perdidas,
nada dan en futuras recorridas,
porque nada que admire en ellos marcha,
sino tan sólo mañanera escarcha.
Quizás al fin, vencido y sin arrestos,
deponga cual Quevedo yo mi lira ;
pero es su vieja edad que al vate inspira,
a mí ,los vanos gestos
de un ya muerto trovar abandonado
que me tiene tal vez empecinado
en poner, rimas, métricas y acentos,
que hoy en día se juzgan aspavientos.
Si buscas milagros, mira:
muerte y error desterrados,
miseria y demonio huidos,
leprosos y enfermos sanos.
El mar sosiega su ira,
redimense encarcelados,
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos
El peligro se retira,
los pobres van remediados;
cuéntenlo los socorridos,
díganlo los paduanos.
El mar sosiega su ira,
redimense encarcelados,
miembros y bienes perdidos
recobran mozos y ancianos.
Ruega a Cristo
por nosotros,
Antonio glorioso y santo,
para que dignos así
de sus promesas seamos.
Amén.
Este responsorio lo aprendí de mi abuela y si hay algún Antonio por aquí considérese felicitado.
Muy buena idea de compartir el responsorio a San Antonio de Padua
Mi padrino de bautizo se llamaba así y tomé mi primera comunión el día del Santo, así que me lo aprenderé para rezarlo.
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