Viernes veganos
El alcalde de Nueva York, caput mundi para los amigos, ha decidido que, en los colegios públicos de la ciudad, los viernes solo se ofrecerá un menú vegano. Nótese que no es vegetariano (una opción que permitiría que los colegios salieran del paso ofreciendo pizza o macarrones con queso, que son probablemente las comidas más frecuentes de los niños norteamericanos), sino vegano, lo que excluye cualquier comida de origen animal, como el queso. Dudo que la medida tenga efectos beneficiosos para la salud de los niños, aunque supongo que al menos servirá para dejar claro quién manda.
En fin, la noticia me ha avergonzado y entristecido bastante, pero confieso que no es tanto por que los pobres niños tengan que soportar el tofu, los sándwiches de mantequilla de cacahuete y alguna otra especialidad similar igualmente desagradable. A fin de cuentas, la comida de los colegios de todo el mundo parece estar destinada a hacer comprender lo antes posible a los tiernos infantes que la vida es un valle de lágrimas, así que no notarán mucho la diferencia. No, mi vergüenza tiene otro motivo: el contraste.
La noticia de Nueva York me ha hecho pensar en algo que no es noticia y que nos toca mucho más de cerca. Por propia experiencia y, después, a través de mis hijos, he podido constatar que, en la mayoría de los colegios católicos, la comida que se ofrece los viernes es indistinguible de la de los demás días. La abstinencia de carne ha desaparecido por completo y, con ella, la idea de que el viernes es un día de penitencia, en el que recordamos la pasión de Cristo.
Conviene señalar que, a menudo, con el laudable objetivo de ofrecer una dieta variada, otros días se ofrecen en esos mismos colegios religiosos platos que no contienen carne. Es decir, que no les costaría nada asignarlos al viernes. Pero ni siquiera se hace ese pequeñísimo esfuerzo de poner los huevos o el pescado el viernes, en vez del jueves. Eso indica que o bien no saben lo que es la abstinencia o bien la aborrecen activamente, como algo que podría darles una apariencia demasiado católica.
Si esto sucede en un entorno protegido, como es un colegio católico, no hace falta mucha imaginación para entender que la abstinencia prácticamente ha desaparecido entre los católicos en general. En las parroquias no se predica sobre ella, en las familias no se transmite y los propios obispos han procurado aguarla lo más posible, sustituyendo su obligación por vagos sacrificios personales indeterminados que inmediatamente cayeron en el olvido. Una costumbre católica que constituía uno de los signos de fe más más patentes para todo el mundo (hasta el punto de que, por ejemplo, los protestantes ingleses llamaban despectivamente a los católicos “fish eaters”, comedores de pescado), ha sido borrada de un plumazo por pura desidia o, peor, por el deseo de acomodarse al mundo y no distinguirse en nada de él.
¡Qué vergüenza y qué tristeza! Los agnósticos son capaces de mandar que no se coma carne los viernes en los colegios por motivos más bien dudosos y, en cualquier caso, puramente terrenos, mientras que nosotros somos incapaces de hacerlo por el reino de los cielos. Si antiguamente la abstinencia era un signo de fe para el mundo, el hecho de que los viernes veganos hayan sustituido los viernes de penitencia es un signo de vergüenza para nosotros.
¿Cómo no va a estar el cristianismo de capa caída en occidente? La gente del mundo cree en sus modas pasajeras mucho más que nosotros en la verdad eterna. Se sacrifican por esas modas, mientras que nosotros no somos capaces de sufrir la más pequeña incomodidad. Más aún, ellos se enorgullecen de sus ideologías y nosotros nos avergonzamos de la fe. Y no hemos hecho más que hablar de un pequeñísimo detalle aparejado a una pequeñísima incomodidad. ¿Qué sucederá con las cosas que cuestan de verdad? Quien es infiel en lo poco, con más razón será infiel en lo mucho. No es que nos ganen, es que hemos tirado las armas al suelo y nos hemos rendido sin luchar.
87 comentarios
He conocido muchos casos así. Y esto solo es un tema concreto y relativamente poco importante, pero sucede lo mismo con todo lo demás. Sufrimos una terrible desistencia de la misión de enseñar, el munus docendi, de la Iglesia. No es extraño que tantos cristianos no crean en la fe y la moral católicas: ¿cómo creerán, si nadie les predica?
Estupendo artículo. Efectos de la invasión sobre la moribunda cristiandad. De esto espero que surja un resto fiel. Porque aunque la cristiandad sucumba, el cristianismo nunca morirá. No mientras haya al menos un cristiano de verdad de corazón.
Creo que muchos de los que peinamos canas recordamos el tiempo en que incluso en los colegios públicos del nuevo régimen se rezaba para dar gracias a Dios por la comida y los viernes eran de abstinencia. ¿Tanto ha cambiado la sociedad en su médula? No, han cambiado las leyes, y con ellas nos han hecho creer que hemos cambiado como pueblo más de lo que lo hemos hecho.
Hay una corriente a nivel mundial,(declaraciones del ministro de consumo), de limitar la ingesta de productos de origen animal, las causas es otro tema.
El canon número 125,es el que establece que todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal; ayuno y abstinencia se guardarán el miércoles de Ceniza y el Viernes Santo.
En estos tiempos no estaría de más que la Iglesia decretase, además, otro día, por ejemplo los Miércoles, como los días del agradecido consumo de carne roja (optativo, está bien), inmenso don de Dios a los humanos.
Eso aunque más no sea para asegurarnos de que nadie piense en la Iglesia que lo que contamina al hombre es lo que entra por su boca y no lo que sale de ella.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
Saludos cordiales.
"ni en los Seminarios, ni en las Residencias religiosas, ni en las Casas de Espiritualidad, ni en muchas de las comunidades religiosas, salvo contadas excepciones, se respeta la abstinencia"
Recuerdo una convivencia parroquial celebrada en una casa de religiosos mercedarios. Era viernes de cuaresma y los simpáticos mercedarios nos pusieron pollo para comer.
"¿Tanto ha cambiado la sociedad en su médula? No, han cambiado las leyes, y con ellas nos han hecho creer que hemos cambiado como pueblo más de lo que lo hemos hecho"
En efecto, algo que tantos católicos fieramente democráticos parecen olvidar es que las leyes y el comportamiento de las autoridades seculares tienen un efecto enorme en la moral de la gente. No tiene sentido "alegrarse" de que salga elegido un gobierno de políticos inmorales y anticristianos, como hacen periódicamente y de forma pública nuestros obispos, porque ese gobierno arrastrará a mucha gente a la inmoralidad y a alejarse de la Iglesia.
Por otro lado, hay algo mucho peor aún que las leyes inmorales y anticristianas: una Iglesia tibia y acomplejada. Porque no ha habido ninguna ley que obligara a los católicos a comer carne los viernes ni a los colegios católicos a poner salchichas en el menú ni a los sacerdotes a dejar de hablar de estas(y muchas otras cosas). Es algo que hemos hecho nosotros solitos. En particular los encargados de precisamente lo contrario, como señalaba Fulgencio más arriba. Por eso digo que no nos ganan, sino que nos hemos rendido nosotros.
"A esa pulga de brócoli le quitas el brócoli y la mejoras"
Yo añadiría "sustancialmente": la mejoras sustancialmente.
"Efectos de la invasión sobre la moribunda cristiandad"
Bueno, cristiandad hace unos cinco siglos que ya no existía. Lo que aún quedaban era países (más o menos) católicos, que hoy prácticamente ya no existen.
"De esto espero que surja un resto fiel"
Amén.
"carne roja ... inmenso don de Dios a los humanos"
Me descubro ante tamaña sabiduría teológica.
Saludos cordiales.
Mi villa es célebre a nivel nacional por tres motivos: Sus boinas, sus chuletones a la brasa y por sus alubias rojas con sacramentos, es decir, acompañadas de tocino, chorizo, berza, morcilla y guindillas, regadas liberalmente con el bonum vinum qui laetificat cor hominis.
Yo me comprometo a convertir veganos al chestertoniano sentido común, y de no conseguillo, ¡VOTO A BRÍOS! siempre quedará el pilón de la fuente de la plaza.
Bueno, hemos de mirar hacia delante y aferrarnos a Cristo. Ya no vale ser tibio.
Hay que reconocer que la CEE al menos da una lista algo más explícita que en otros países.
En mi caso personal no tengo voz ni voto sobre lo que se come, así que fuera de Cuaresma (donde si que soy pesado en evitarlo) me veo obligado a sustituir la abstinencia por lecturas bíblicas durante una hora. Es curioso que quizás gracias a esto haya leído la Biblia más que si todo esto no hubiera ocurrido así
En mi casa solo se respetaban los viernes de Cuaresma por lo que supongo que la abstinencia del resto del año hace tiempo que no se predica. En general todas las penitencias, del tipo que sean, han ido disminuyendo paulatinamente, no hay más que ver las que te dan después de una confesión (si es que consigues confesarte).
En el pasado, cuando la Iglesia tenía un peso social importante, no hacia falta que una fuera muy cumplidora porque los colegios no ponían carne, los restaurantes tampoco y se cumplía por inercia en muchos casos. Ahora es cuando una tiene que acordarse y tener presente el precepto.
De todas formas este un precepto que puede ser muy costoso o no según lugares y épocas. No era lo mismo para la gente del Norte, que habitualmente guisaba con tocino, que para la del Sur, que guisaba con aceite vegetal. Hasta un potaje de garbanzos es difícil de hacer sin ningún tipo de grasa y, para el que no dispone de aceite, el menú podía consistir simplemente en pan o castañas, mientras que el que guisa con aceite puede hacerse un potaje de vigilia para chuparse los dedos y los dos cumplen el precepto, pero no con el mismo grado penitencial.
Estamos muy descarriados en la ascesis, nos cuesta demasiado guardar los días de ayuno porque hemos reducido esa práctica al mínimo de miércoles de ceniza y viernes santo. Creo que tenemos que aprender de los coptos y comenzar a guardar ayuno los miércoles y viernes de todo el año (salvo solemnidades, que ahí tenemos que festejar como buenos católicos, jeje).
Es un tema no menor, el retorno al paraíso del que caímos en Adán, comienza por el acto contrario al que nos hizo caer, por el ayuno. Si vivimos en tiempos en que nos cuesta tanto desarrollar la templanza, es porque ya nos hemos olvidado del ayuno. Cristo comenzó su misión ayunando 40 días, y la primera tentación que le hizo el demonio no fue otra sino la de comer, como la que le hizo a Eva y a través de esta a Adán.
Como los coptos, y también otros orientales, tenemos que volver a la lectura y las prácticas de los padres del desierto, adaptadas, claro, a los distintos modos de vida y obligaciones de cada quien. No es fácil, pero la buena noticia es que por la gracia es Dios quien lo hace en nosotros, aunque como la gracia supone la naturaleza, sea un proceso largo y penoso hasta comenzar a conseguir logros, pero lo peor siempre es no comenzar. Y Cristo siempre está tocando la puerta para que comencemos, y con paciencia perseveremos a pesar de no ver avances, o de ver muy pobres, y con humildad no nos sorprendamos de que así sea.
Una persona de mi edad puede hacer un ayuno con bastante facilidad, a no ser que éste sea de varios días. De hecho para hacer el ayuno yo suelo evitar la madalena o la tostada en el desayuno porque la mayoría de los días ni meriendo ni ceno. Ya sé que las personas mayores estamos exentas, pero debe de ser porque la edad facilita tanto el ayuno que ni merece la pena nombrarlo.
Algo especialmente sorprendente cuando Cristo insiste en que seamos perfectos. Y Cristo jamás pide algo que no esté a nuestro alcance.
Creo que Bruno lo clava en su frase: Si no somos capaces de ser fieles en lo poco, no podremos ser fieles en lo mucho.
Excelente post, Bruno. ¡Muchas gracias!
Saludos cordiales.
Qué podemos esperar de una vida espiritual casi que muerta en los puestos de más responsabilidad en la guía de los fieles en la Iglesia? Consuela y llena de esperanza saber que “portae inferi non praevalebunt adversus eam" (Mt. 16, 18).
La rendición, querido Bruno, tiene nobleza: reconocemos ante el oponente que es más fuerte que nosotros. No es el caso. Como apuntas, la estrategia del enemigo ha sido no obligarnos a lo contrario de lo que debíamos hacer, no nos ha hecho sacar nuestra alma militante y resistente, escarmentado de que lo que así cosechaba era fidelidad y martirio. Nos ha dicho que no había guerra y que habíamos ganado... y nos lo hemos creído. La soberbia de siempre. Entrampados en la técnica creemos vivir en el reino de los mil años, donde las normas ya no rigen. Un cielo que apesta a pocilga, pero mientras no muramos y alguien nos diga que somos santos... Somos los hijos pródigos de la Historia de la Salvación, que hemos dilapidado nuestra herencia y ahora nos alimentamos de bellotas entre cerdos.
De todas maneras, como pueblo católico, siempre hemos esperado que las instituciones políticas encarnaran una verdad moral y hemos confiado en que lo hacían bajo la mirada de Iglesia (la cual también ha esperado del poder temporal una libertad y ventajas mayores de las necesarias), nunca la hemos visto como algo al margen de nuestro ser nacional, de ahí que, cuando han ocupado su lugar otras ideas que representaban un nuevo poder, hayan sido capaces de volvernos locos y que, salvo las familias fieles y disciplinadas, las menos, el resto, que somos más bien volubles (y por ahí iba mi intervención de antes), hayamos sucumbido al vaivén de la mentira; pero, aun así, cuando rascas debajo de la mugre que se nos ha adherido, todavía hay buen metal para una última batalla. Es cuestión de bruñirlo.
2. En el Código de Derecho Canónico, canon 1250 se lee: “En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de cuaresma”. Y en el 1251: “Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal”.
3. ¿Es un atentado contra nuestra libertad esta imposición? No, sino que la libertad cristiana comprende, y debe recordar cada centinela, que la penitencia del viernes del Santo Sacrificio de la Cruz es por mi rescate y libertad, y que por mis pecados personales, ¿qué pecado si desaparece la confesión, qué penitencia, qué moralidad?, mi Señor y Rey lo condeno y llevo a la Cruz y soy reo engañado del señor de los esclavos.
4. Cuando la perplejidad es continua en los actos del prójimo y/o en los propios, por ser contrarios a una auténtica vida cristiana es porque no se tiene verdadera fe en la vida eterna, no se tiene verdadera fe en Cristo, se es católico a lo Biden.
5. En la Iglesia local española se apostó en 1986 por el modernismo del giro teológico y antropológico radical del CVII.
6. La CEE por su competencia y derecho canónico “puede determinar con más detalle el modo de observar el ayuno y la abstinencia, así como sustituirlos en todo o en parte por otras formas de penitencia, sobre todo por obras de caridad y prácticas de piedad”.
7. Así, pues, la CEE determinó sustituir por otra cosa: “Se retiene la práctica penitencial tradicional de los viernes del año, consistente en la abstinencia de carnes”, aunque sin perder el carácter de los viernes como penitencial en nota aclarativa. “En la Iglesia universal, son días y tiempos penitenciales todos los viernes del año y el tiempo de Cuaresma”, reafirma la nota de los obispos españoles. Aunque, la ambigüedad fue servida en bandeja de plata: “puede ser sustituida, según la #libre voluntad# de los fieles, por cualquiera de las siguientes prácticas recomendadas por la Iglesia: lectura de la Sagrada Escritura, limosna (en la cuantía que cada uno estime en conciencia), otras obras de caridad (visita de enfermos o atribulados), obras de piedad (participación en la Santa Misa, rezo del rosario, etc.) y mortificaciones corporales”.
En los Estados Unidos (y por desgracia también empieza en España) tienen un gravísimo problema de obesidad infantil.
Y esos niños obesos serán adultos enfermos de diabetes, cáncer de colon, cardiopatías, etc.
Los macarrones con queso y las pizzas están muy bien para los días festivos, pero no son precisamente alimentos saludables para una dieta infantil.
A mí no me entristece que los niños coman cosas saludables y eso va más allá de los mantras del tofu y la quinoa que se usan por parte de la derecha para burlarse de los progres.
Las lentejas de las abuelitas de toda la vida también son veganas.
No soy partidario del veganismo, los españoles ya tenemos la dieta mediterránea que es la más saludable del planeta, pero el motivo de promocionar ese estilo de vida vegano en América es compensar la cultura de la comida basura.
Por favor, que no nos cuelen otra más............
Qué son unas lentejas sin su buena morcillita: lentejas viudas. Así se han conocido siempre las lentejas de vigilia. Se pueden comer, no lo negaré. Hasta se debe en su momento. Pero no me sean sacrílegos y las comparen con las lentejas bendecidas por la grosura de la tierra. Como no se puede comparar a un católico fetén con un protestante (sobre todo, el que se cree católico).
Algunas personas hemos descuidado lo de la carne de los viernes, entre otras cosas, porque nos gusta mucho más el pescado que la carne.
Si yo comiera bacalao al pil pil los viernes si que estaría pecando.
Solo en la merienda, me costaba no tomar chorizo o salchichon, esto cuando era joven, que casi siempre se me olvidaba, ahora no lo como más que excepcionalmente.
Mi padre era una persona muy sobria, y si nos ha educado en la mentalidad de que hay que hacer mortificación. Esto sobre todo lo he visto de mayor, debido al medio ambiente, pensamos que es imposible hacer ayuno, o mortificarse con la comida, pero es posible, y no cuesta tanto, pequeños detalles, te van fortaleciendo la voluntad, y te vas ejercitando en una forma de vida más cristiana.
La Virgen en Medjugorje pide ayuno y si lo pide es porque es bueno, y en algunos casos necesario, en los momentos dificiles que vivimos en la Iglesia.
"El idioma sabe más que nosotros"
Clarividente afirmación. Daría para un post. O para una serie de ellos.
Las cochinadas de Martínez de Irala eran católicas y, por lo tanto, no asoma el puritanismo como bien se ha dado cuenta. Simplemente se trataba de un pecador.
Pero estos tristes veganos fornicadores, hipocresía pura, dan mucha pena porque no sabe una dónde ponerlos de tan vacíos que están.
Ni en trescientos mil años el mundo moderno alcanzará la sabiduría de la Iglesia.
"Es un tema no menor, el retorno al paraíso del que caímos en Adán, comienza por el acto contrario al que nos hizo caer, por el ayuno. Si vivimos en tiempos en que nos cuesta tanto desarrollar la templanza, es porque ya nos hemos olvidado del ayuno. Cristo comenzó su misión ayunando 40 días, y la primera tentación que le hizo el demonio no fue otra sino la de comer, como la que le hizo a Eva y a través de esta a Adán"
Muy bueno.
Porque es una sabiduría divina que se hace carne.
En la división de los pecados capitales en carnales (gula y lujuria) y espirituales (el resto), debida a san Gregorio al darles su número, sin embargo, lo que usted atribuye a la pereza es lo que dice santo Tomás, con buen criterio, que pertenece a todos: también en los carnales hay un acto del espíritu, de la razón, aunque sea carnal, enferma (la lujuria trae ya atado de antes por el cuello al que huelga con vicio), del mismo modo que los espirituales terminan en un aspecto carnal (claramente en la avaricia). Pero, como dice usted, suelen ir todos de la mano: qué es la suelta de la lujuria si no se la ceba con gula y ebriedad; ¿no anda detrás de ese espíritu posesivo del cuerpo ajeno que no es propio como lo es el del propio esposo o esposa un espíritu de avaro? ¿No debe de haber un cuerpo muelle y perezoso para andar buscando esos divertimentos? ¿No terminan en enfado todas esas alegrías?
Si usted desea ser un católico coherente y está en un hogar católico que sirva a católicos que a lo mejor no tienen muy en cuenta estas cosas ya, como la mayoría, si puede hablar con la dirección, su obligación está en señalarle que no les sirven como debieran y quizá pudieran reordenar el calendario de comidas pasando la carne de los viernes a los sábados o a los jueves. No creo que coman carne todos los días. No sería tampoco sano. Y estoy seguro que usted sabe preparar otros platos maravillosos sin carne de bicho con patas si la intendencia lo permite.
No ignoro que es gente que lo pasa mal, que no va allí por gusto y que, en cierto modo, ya penan; contra su voluntad, pero penan. Y estar a su lado, como hace usted, sirviéndoles en sus necesidades corporales es obra de misericordia, y Dios se lo pagará, que no hay mejor pagador. Pero Dios paga mejor que nada la fidelidad, lo que se hace por amor a Él, pensando en Él, como lo sería en esos días conservar, en lo que pudiera caer de su lado, la venerable norma de la Iglesia que nos pide acordarnos del Hijo de Dios en la Cruz que nos redimió. Creo que además, así, les prestaría un servicio para que volvieran a sentirse católicos, parte de una comunidad espiritual, y no meros individuos con hambre y sed que estarán de la misma manera horas más tarde. Lo hemos comentado antes: si quienes están al frente no se preocupan también por la salud espiritual de quienes tienen a su cargo, éstos, nosotros, al final tampoco lo hacemos en general porque bastante tenemos con lo que tenemos.
Es lo que se me ocurre decirle así, a bote pronto. Y agradecerle el servicio que presta a nuestros hermanos.
Si hay un problema de obesidad infantil, pues me parece lógico que en las escuelas públicas se procure dar a los niños una alimentación sana.
Y si por una vez se quita la ideología de cualquier debate, ya sería el colmo que no pudiéramos ponernos de acuerdo en que los niños deben comer sano.
No soy partidario del veganismo porque el cuerpo humano necesita vitaminas y proteínas de origen animal, ya dije que lo ideal es la dieta mediterránea y a ver si los yanquis la descubren.
Pero me parece bien que por un día los niños neoyorquinos dejen las hamburguesas y las pizzas y los hotdogs y coman legumbres, hortalizas y fruta.
A nosotros como españoles nos parecerá sorprendente, pero en USA hay niños que nunca comen frutas en casa.
Los que en el futuro adopten esta ideología, tendrán graves problemas nutricionales ( o los evitarán a base de pastillas).
Los veganos vienen a creer que no hay diferencias entre la vida animal y humana. Contradicen absolutamente lo que dice la Biblia, pues sostienen que no es lícito el empleo de animales para satisfacer las necesidades del hombre.
Ningún católico consciente puede ser vegano.
Pero también es ridículo criticar que un solo día se tome un menú vegano, y decir que prácticamente no se va a notar en la salud.
Si se trata de cambiar una dieta de grasas saturadas y azúcares por otra de legumbres, cereales, hortalizas y frutas, claro que se nota positivamente el cambio en la salud.
En cuanto a la pérdida de la costumbre de abstenerse de comer carne los viernes, pues en la medida de lo posible se podrá hacer a nivel familiar.
Los colegios católicos sí deberían tener un menú sin carne los viernes, pero como nunca he tenido oportunidad de llevar a mis hijos a un colegio de curas (y visto lo visto da igual) pues no sabía esa situación.
También creo que es una costumbre algo desfasada, porque no comer hamburguesas pero zamparte una lubina o un pulpo a la gallega no veo que sea mucha penitencia.
Hace tiempo que la carne dejó de ser un lujo.
Antiguamente se podía pagar la bula para comer carne los viernes de cuaresma, otra costumbre que me alegro que se pierda porque parecía un privilegio de gente adinerada que se podía permitir el comer carne en cuaresma, mientras otros no la comían más por economía que por virtud.
Una vez leí el informe de un antropólogo que había estudiado a pueblos que vivían sin azúcar y pueblos que vivían sin sal. En cualquiera de los dos casos es posible la subsistencia, razón por la cual alguna autoridad bienintencionada podría privarnos de las dos cosas.
Según él (me refiero al antropólogo) el azúcar es aceptado inmediatamente, aunque no se haya probado con anterioridad, mientras que la sal necesita un periodo de adaptación. En el caso de los tlaxcaltecas, que estaban rodeados de pueblos tributarios de los aztecas que les habían prohibido venderles sal, necesitaron una generación para acostumbrarse.
No es extraño que no hayas mandado nunca a tus hijas a un colegio religioso, pero no por falta de oportunidades sino por elección. Yo tampoco he estado nunca en un colegio de monjas, la verdad sea dicha, pero es que entonces no hacía falta porque los canónigos de la catedral que venían a dar clases de religión eran tomistas. Las madres que enviaban a sus hijas a colegios de monjas lo hacían por su más selecta educación en cosas no fundamentales, como reglas de urbanidad y buena educación, cosa que el instituto no daba y porque estaban más "recogidas". Pero ya me gustaría a mí confrontar su educación religiosa con la del P. Chico, que era el canónigo que nos tocaba a nosotras, porque aquel se dedicaba al meollo del asunto.
Todas las profesoras que trabajaron conmigo y tenían mi edad pasaron por colegios de monjas, la mayoría de las veces internas, pero había alguna que confundía los Cerros de Úbeda con los cedros del Líbano, cosa que me hubiera costado a mi muy mala nota, por que, no sé cuál era su pericia, mas la capacidad del canónigo para dejar las cosas claras, tanto en Doctrina como en Historia de la Iglesia, era más que notable. De las monjas no tengo ni idea.
Pero ya tenemos a otro condenado en la lista de malvados de Infocatólica, el alcalde de Nueva York, su delito: que una vez a la semana los niños que usan los comedores de las escuelas públicas comerán un menú vegano.
El exceso es malo. Eso se sabe desde tiempos del templo de Apolo en Delfos. Ya sabes que además de "Conócete a ti mismo" otra inscripción era "De nada demasiado".
Se ha calculado que un niño de doce años de hoy en día ya ha consumido más azúcar que su abuelo en toda su vida.
Se lo puedes consultar a cualquier pediatra, la diabetes aumenta cada año en los niños.
Tenemos a los abuelos más longevos del mundo porque ellos comían dieta Mediterránea.
Pero sus nietos desayunan bollería industrial, y cenan comida basura.
Cuando alguien intenta corregir eso, se le acusa de querer destruir el campo y de convertirnos en veganos por decreto.
No he matriculado a mis hijos en colegios de curas primero porque en mi localidad no hay y no quiero mandarlos internos, segundo porque no tengo dinero y tercero porque igual me salen más ateos que en uno público viendo lo que se cuenta de esos centros.
Si el estado va a enseñar a mis hijos lo que le pete, les va a dar de comer cómo le da la gana, les va a enseñar comportamientos sexuales, les va a dirigir por aquí y por allí ¿qué les queda a los padres? Te lo diré claro: les compete en exclusiva aguantar a los hijos que el estado ha enseñado y en los que ellos no han tenido ninguna participación y siempre temblando no se los vayan a quitar.
La reducción de la libertad es ya tanta que todo el mundo está constreñido, a ver lo que me dejan hacer y lo que no. Estamos en la misma situación que los negros en las películas antiguas: Sí, bwana, ese estado de colonialismo que tanto te saca de quicio algunas veces y que tan alegremente aceptas en otras.
Para algunas cosas bien que te gusta que el Estado intervenga.
El Estado según tú sí está para meter en la cárcel a las mujeres que abortan, pero no para vigilar la salud de los niños.
Pues la vida de los niños importa dentro y fuera del útero.
Y si el Estado no tiene nada que decir, pues que cierren los colegios públicos.
Y el Ministerio de Sanidad y las consejerías de salud.
Y que desmonten la Seguridad Social.
Si el Estado no debe preocuparse por los hijos por qué iba a hacerlo por los padres y abuelos.
Que cada palo aguante su vela y quedemos todos en manos de nosotros mismos, de nuestros familiares y la caridad privada.
Con la excusa del peligro totalitario nos cargamos el estado del bienestar, porque ese es el discurso engañabobos del neoliberalismo.
Si tu niño está gordo es tu problema. Y cuando sea un adulto enfermo y le dé un infarto o un coma diabético y se muera en la calle, mala suerte.
Ya te dije que aquí el que escribe mucho ya se sabe quién es.
Y si los estado sacan el dinero de sus contribuyentes es que el estado se debe a ellos y no al revés. No les pagamos para que se metan en nuestras casas, les pagamos para que sepan dónde están sus límites.
Saludos cordiales.
Si los padres tuvieran claro que la alimentación es pésima, supongo que podrian mandar una queja a los organismos competentes.
* Efectivamente, lo acabo de mirar, y es demócrata. ¿Por qué será que una acierte sabiendo tan poco de política y menos de los EE.UU? ¿Quo Vadis, USA?
Dijo de forma solemne que no iba a escribir más en este portal; se despidió con gran gozo para todos, pero como el alcohólico no puede separarse de su botella, vuelve con nick diferente a ver si cuela.
"A los niños de los colegios no se les puede privar de carne ningún día por motivos religiosos, ya que la abstinencia solo obliga a partir de los 14 años"
Primero, no tiene sentido ninguno hablar de "privar" de carne a los niños, porque nadie come carne a todas horas, como ya se ha señalado en el artículo. Segundo, el hecho de que algo no sea obligatorio no equivale a que no se deba hacer, así que ese "no se les puede" sobra. Tercero, al colegio se va hasta los diecisiete años y en los colegios también hay profesores y otros profesionales, que acostumbran a tener más de catorce años y a comer. Cuarto, cuando en una familia hay personas mayores de catorce años y menores, lo normal es que la comida del viernes que todos comen sea de abstinencia, que es la opción más lógica porque para unos tiene que serlo y para otros puede serlo y conviene que lo sea. Lo mismo se puede decir de un colegio. Quinto, como podría corroborar cualquier padre de familia, la única forma de crear el buen hábito de la abstinencia (como prácticamente todos los hábitos) es empezar desde niños y no desde la adolescencia, que es muy mal momento para casi todo.
Cada día, además de salirse más del tema, dice disparates mayores.
"El alcalde de Nueva York padecía diabetes tipo 2 y gracias a una dieta vegana pudo revertir el grave estado de salud que tenía"
No es el tema, pero no está de más señalar que no recuperó la salud gracias a hacer una dieta vegana, sino gracias a hacer dieta. Que fuera vegana o no es algo irrelevante para la diabetes (y una comida vegana podría perfectamente ser malísima, porque puede estar hecha de dulces). Lo que indica que, con su medida, ha impuesto arbitrariamente algo a los niños de los colegios que, en sí mismo, no necesitan y solo por que le da la realísima gana. De lo que deducimos que su motivación es, muy probablemente, dejar claro que él manda en los niños, como tienen la mala costumbre de hacer los políticos progres.
"Para algunas cosas bien que te gusta que el Estado intervenga. El Estado según tú sí está para meter en la cárcel a las mujeres que abortan, pero no para vigilar la salud de los niños."
Sin ánimo de ofender, el disparate alcanza aquí cotas inimaginables. Es como si dijera que, porque el Estado puede mandarte conducir por la derecha de la carretera, también puede mandarte que conduzcas tu coche bajo el agua o en la lava de un volcán. Es una analogía malísima y completamente ilógica. El aborto es un asesinato y un mal moral gravísimo que nunca debe realizarse y que priva a una persona de lo más valioso que tiene, mientras que comerte un trozo de pizza es algo inocuo en sí mismo. El Estado no es el padre de esos niños (aunque los políticos crean que les pertenecen), sino que los padres de esos niños son... redoble de tambor... ¡sus padres! Que es a quienes les toca tomar esas decisiones por ellos. Las decisiones sobre los hijos corresponden a los padres salvo en extremos gravísimos (entre los que, evidentemente, se cuenta el aborto, pero no se cuenta que este viernes coman pizza o no).
"Y si el Estado no tiene nada que decir, pues que cierren los colegios públicos. Y el Ministerio de Sanidad y las consejerías de salud. Y que desmonten la Seguridad Social."
No me molestaría mucho, la verdad. Pero, en cualquier caso y como ya le he señalado, su analogía está mal hecha, así que la reducción al absurdo no funciona.
Saludos cordiales.
EL CAZADOR PACIENTE
Sicuti Cervus desiderat ad fontes aquarum, ita desiderat anima mea ad te Deus.
Como el Ciervo desea a las fuentes de agua, así mi alma te desea a ti, Oh Dios.
Dios no duerme. Tampoco en su vigilia
tiene cansancio, desazón o sueño;
y siendo de su Amor tenaz empeño,
darle caza al ruin hombre que se exilia,
no decrece jamás , y más le auxilia
cuando el duro pecado de él es dueño.|
Así faltando Adán no frunce el ceño,
sino que en otro Adán se reconcilia.
Si hay Alguien que es paciente por natura,
y que cual Cazador bien avezado
tras la presa sedienta se apresura,
no dudes que ese es Dios. Oirá, el Venado,
el rumor de la Fuente clara y pura ,
y allí dará su cuerpo fatigado.
Permíteme que haga unas reflexiones sobre la abstinencia te agradeceré tu opinión.
Creo que es importante que individualmente, y colectivamente en una socuedad catolica, se haga algún tipo de costosa manifestación de agradecimiento y reconocimiento a Dios.
Y la Santa Madre Iglesia cuya cabeza es el Vicario de Cristo puede y debe decir en que debería consentir este reconocimiento con cierto sacrificio.
Si fuera posible el mismo.para todos. O teniendo en cuenta la circunstancias de cada pueblo.
Si en un momento se puso con la comida, no deberías ser ningún problema que se recomiende o se mande de otra manera.
Es una respuesta moderna a lo que plantea.
Están usando de cebo y antifaz a Ucrania, mientras la intención es que Europa y Rusia caigan en la trampa por la que se autodestruirían mutuamente los dos bloques de la cristiandad greco-romana, dejando el campo libre a la tiranía del NOM.
Es un plan siniestro, urdido a espaldas de Europa, pero creo que ha sido descubierto oportunamente por Putin, y comunicado a sus amigos europeos.
Putin les ha avisado a Inglaterra y a E.U. que no entrará en este juego, pero que si ellos insisten en provocar la guerra entre Rusia y Europa, Rusia actuará con las armas nucleares a discreción. Está dispuesto a jugarse. Jamás aceptaría la hegemonía anglo-americana sobre Rusia y el resto del mundo.
Esta es la situación. Los europeos deben despertar a la real situación que los amenaza.
La ORACIÓN es más urgente que nunca. No hay una LÍNEA ROJA que pisar, YA LA ESTÁN PISANDO.
Pero. la Virgen no va a permitir que el triunfo de Su Corazón Inmaculado en el mundo lo sea sobre una humanidad desquiciada.
María va a derrotar al NOM.
Sus promotores comprenden que se les acaba el tiempo. Europa despierta, y Rusia no le hace el juego, e inteligentemente defiende el sentido comín de una alianza con Europa.
Inglaterra y E.U. quedarán en la estacada, derrotados y humillados para siempre, o ARRASADOS.
Sólo Dios lo sabe.
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