Pensamiento del día: paz en tiempos de desolación
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No importa tanto entender
cuanto saber que Dios sabe
ni tanto lo que uno hace
cuanto dejar que haga Él.
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17 comentarios
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Vivimos en un mundo que se muere. La civilización occidental cristiana, que durante dos milenios transformó por completo la historia de los hombres, se encuentra hoy en franca decadencia y, salvo milagro, se vislumbra ya su práctica desaparición. Ante un panorama tan desolador, este libro nos ofrece cuatrocientos epigramas, o frases cortas e incisivas en verso, que se dejan de tonterías y van directamente al grano.
Epigramas para un mundo que se muere refleja una visión profundamente cristiana que a la vez lamenta lo perdido, critica sin piedad los males y errores de nuestro tiempo y ofrece una esperanza firme. Gobiernos indignos, filosofías modernas, cristianos acomodados, clérigos desnortados y tantas otras lacras de nuestro tiempo reciben punzantes (y merecidos) dardos, pero sin caer en el pesimismo o la desesperanza ni perder el saludable buen humor. Este libro, además, hará las delicias de los aficionados a Twitter. ¡Citable diez veces al día!
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Sí, es de la catedral alemana de Münster, en 1946, es decir, después de los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. La Iglesia no puede dejar que algo tan poco importante como una guerra mundial interfiera con lo verdaderamente esencial, que es el Santo Sacrificio por el que Cristo nos salva.
“Cuanto dejar que haga Él” es una declaración herética, la herejía llamada “quietismo”, muy propia de los “muy piadosos “, que esperan “sentados” a que Dios “lo haga”.
Asi, con más Sabiduría de Dios podemos conocer mejor la Voluntad de Dios, para poder, así, nosotros cumplirla en nuestra vida
Espero que a alguno se le abra el entendimiento sobre esta materia, aunque dejamos el don del Entendimiento para otro momento, pues cada día tiene su afán, como bien dice el Señor.
Saludos
¿Por qué será que los que, como usted, han declarado expresamente repetidas veces que rechazan la Tradición y el Magisterio de la Iglesia, están tan dispuestos a llamar herejes a los demás (siempre sin tener ni idea de lo que dicen, por supuesto)?
"Saber qué Dios sabe es una pretensión pretenciosa, nunca mejor dicho"
Ya mete usted la pata desde el principio, porque en el poema no dice eso. El acento en "qué" lo ha puesto usted porque le ha dado la gana, para crear una frase que no tiene nada que ver con la que yo he escrito. En el epigrama se habla de saber que Dios sabe. Hay muchas cosas que no entendemos, pero sabemos que tienen un sentido y que Dios conoce ese sentido. Y eso nos basta.
Pero usted siga fabricando un muñeco de paja imaginario y luego venciéndolo heroicamente.
"Cuanto dejar que haga Él” es una declaración herética, la herejía llamada “quietismo”, muy propia de los “muy piadosos “, que esperan “sentados” a que Dios “lo haga”"
Como le señalaba, usted, que ha dicho verdaderas herejías en esta página no sé cuántas veces y se ha reafirmado en ellas, no es el más indicado para llamar hereje a nadie.
A eso se suma que sus conocimientos de a) gramática y b) teología son evidentemente muy, muy reducidos. "Ni tanto lo que uno hace cuanto dejar que haga Él" no significa que no haya que hacer nada, sino que lo más importante es lo que hace Dios y que pecar es, precisamente, negarnos a aceptar la voluntad y la gracia de Dios, algo que es evidente para cualquier católico y, además, dogma de fe.
"Espero que a alguno se le abra el entendimiento sobre esta materia"
Efectivamente, así lo esperamos, porque, aunque todos lo necesitamos, usted, que está hundido hasta el cuello en la ciénaga del subjetivismo, la herejía y el error, lo necesita desesperadamente para dejar de engañarse y de hacerse una religión a su medida.
Saludos.
Al 'hacer lo que Dios quiere', ponemos por obra algo que entendemos que es su voluntad. Nos puede costar lágrimas, pero al saberlo con claridad, es llevadero y tenemos las fuerzas: un paso hacia la vocación definitiva, por ejemplo.
En cambio no es tan fácil aceptar que todas las circunstancias componen 'lo que Dios hace' o permite en su providencia para nuestro bien. Es esto último lo que nos libra de la soberbia, en definitiva, lo que nos hace santos que es la vocación principal y última a la que estamos llamados.
Gracias, Virginiano, por destacar la belleza de la foto. Debo acostumbrarme a detenerme en ellas, ya que este blog las tiene bellísimas normalmente.
amor de Dios hacia el hombre, y le enseña el modo como debe amar a Dios. Esto es la Sabiduría.
hombre: “Con mi suave perfume y con estarme siempre dirigida hacia el cielo, intento
enviar un homenaje a mi Creador; también tú, haz que todas tus acciones sean olorosas,
santas, puras, no hagas que el mal olor de tus acciones ofenda a mi Creador”. ¡Ah,
hombre! repite la florecita, “no seas tan insensato de tener los ojos fijos a la tierra, sino
elévalos al Cielo, mira, allá arriba está tu destino, tu patria, allá arriba está el Creador mío y
tuyo que te espera”
-Jesús a Luisa Piccarreta-
"Todo lo creado habla del amor de Dios hacia el hombre, y le enseña el modo como debe amar a Dios".
En efecto, cuando los ateos se quejan de que Dios no habla, yo me río, porque no hace otra cosa que hablarnos en, literalmente, todo lo que vemos, oímos y tenemos a nuestro alrededor.
"No es tan fácil hacer lo que Dios quiere como querer lo que Dios hace..."
A juzgar por lo que sigue, creo que esta frase está al revés. Supongo que debería ser algo así como: "Es más fácil hacer lo que Dios quiere que querer lo que Dios hace".
Por algo en el padrenuestro se pide esto último, hágase tu voluntad, para que nuestro corazón se vaya acostumbrando a amar esa voluntad y no solo a obedecerla.
No sé quién estará oficiando en esa catedral en 1946, su Obispo durante toda la Guerra fue el Beato Clemens August Graf von Galen pero murió en marzo de ese año y dudo mucho que pueda ser él. Esa catedral fue testigo de los famosos sermones contra la eugenesia que el Obispo von Galen dio desde el púlpito entre julio y agosto de 1941. No sé de qué enfermedad murió pero fue nombrado obispo de Münster en 1933-fecha del ascenso de Hitler- y lo fue hasta después de terminar la guerra, por lo que sospecho que pertenece a ese grupo de personas, como Theodor Haecker o el Beato Rupert Mayer, que fueron las últimas víctimas de la conflagración y murieron por agotamiento físico debido a las tensiones que tuvieron que soportar. Hay muchos tipos de martirio. ¡Que Dios les tenga en su Gloria, siervos fieles!
No importa tanto entender
cuanto saber que Dios sabe
ni tanto lo que uno hace
cuanto dejar que haga Él.
Es decir ¡Hágase tu Voluntad! que repetirían muchas veces cada vez que rezaban el Padrenuestro. En circunstancias menos graves nosotros tenemos que hacer lo mismo. ¿O no son menos graves?
Y tanto que son graves. Gravísimas. Nunca en la historia, la Iglesia se había entregado al poder del mundo, de forma -y fondo- tan lacayuna. Da pena. Esto, la entrega total y sin condiciones al enemigo, para la salvación de las almas (finalidad de la Iglesia católica) es peor y más perjudicial que todas las guerras habidas y por haber en el mundo. Qué Dios se apiade de nosotros.
Rezar, mortificacion, penitencia, ayuno y milagros.
Sí.
Quería decir "No es tan difícil hacer lo que Dios quiere, como querer lo que Dios hace". Pero se me ha liado.
Gracias.
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