Oraciones cotidianas que vuelven el mundo del revés
Una de las consecuencias más sutiles del pecado original es nuestra tendencia a despreciar las cosas pequeñas y cotidianas como si no tuvieran importancia y a desear volublemente lo espectacular, lo grandioso y lo nuevo. A Dios, en cambio, le gusta lo pequeño: basta leer los Evangelios para darse cuenta de ello.
Teniendo en cuenta esa predilección de Dios por lo humilde, es triste que apenas prestemos atención a uno de los tesoros más humildes y a la vez más valiosos que nos ha entregado la Iglesia: las pequeñas oraciones tradicionales de todos los días. A menudo, esas oraciones son las que han transmitido la fe concreta y real de generación en generación, al paso de los siglos. Nuestra relación concreta y cotidiana con Dios se basa en gran parte en ellas.
Por desgracia, las librerías religiosas y casas de convivencias están plagadas de libros, cursos y talleres de espiritualidades orientales, introducciones “cristianas” al zen o la práctica del yoga, la oración centrante, el reiki y demás zarandajas, que generalmente lo que consiguen es alejar poco a poco de Cristo a quienes las practican. Quizá sea hora de que descubramos que ya tenemos en casa lo que nos hace falta. Quizá lo que más necesitemos sea volver a descubrir, como niños, las sencillas oraciones cotidianas y maravillarnos ante ellas. La cuaresma podría ser una buena ocasión para hacerlo, un tiempo de gracia en que renovar nuestra oración de todos los días.
Con esa idea, he escrito un libro que quizá pueda resultar útil a los lectores: Oraciones cotidianas que vuelven el mundo del revés. En él se reflexiona con cariño y asombro sobre catorce oraciones tradicionales, como el ángelus, la señal de la cruz, el rosario, el Yo confieso, el sanctus, las jaculatorias, el amén y, por supuesto, el avemaría y el padrenuestro, entre otras. Cada capítulo es una meditación sobre una de estas oraciones, que resalta algunos de sus contenidos más profundos y sorprendentes para “abrir el apetito” y que el lector siga meditando sobre ellos por su cuenta.
Reflexionar acerca de esas oraciones es una aventura emocionante y no exagero en absoluto al decirlo. Tienen una profundidad inigualable, superior a la cualquier manual de Teología y a la de todos los libros de los filósofos de la historia. Si nos detuviésemos a pensar en ellas, encontraríamos que son una escuela de santidad y un tesoro inagotable de fe y esperanza. Expresan, mejor que ninguna otra cosa excepto el propio evangelio, la mente de Cristo.
No digo esto como promoción del libro, sino porque esa ha sido mi propia experiencia al meditar sobre las oraciones cotidianas mientras lo iba escribiendo. Pocas cosas podrían transformar nuestra oración y nuestra vida tanto como aprender de nuevo a rezar las oraciones de todos los días que a menudo recitamos sin pensar, al modo de ciegos que viven en un paraje de belleza sobrecogedora sin darse cuenta de ello.
Estas oraciones, que tienen siglos o milenios de antigüedad, no han envejecido nada. Los que envejecemos somos nosotros, fatigados y entumecidos por el pecado, y por eso necesitamos volver a enamorarnos de ellas, descubrir de nuevo sus milagros y maravillas. Si lo hacemos, se abrirán nuestros labios para alabar al Señor y, recuperada la ingenuidad de los niños, nos asombraremos y no podremos evitar comentar a los que están a nuestro alrededor: “¿Has visto esto que dice el avemaría? ¿Te has fijado en lo asombrosa que es la señal de la cruz? ¿Sabes por qué pedimos que se haga la voluntad de Dios, si Dios es todopoderoso para hacer su voluntad?”.
Tengo que hacer una advertencia, sin embargo. Se trata de oraciones tan poderosas que pueden volver el mundo del revés y a menudo así lo hacen. Quien quiera rezarlas bien, debe estar dispuesto a correr ese riesgo.
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Para comprar el libro:
Formato papel: 9,99 euros
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37 comentarios
Con toda la complejidad del mundo moderno, este libro espero que nos ayude a encontrar la verdadera sencillez y simplicidad como camino de autenticidad en la relación con Dios.
Habitualmente, todo lo nuevo, que busca ser más auténtico, acaba convirtiendo las cosas en algo rebuscado y ajeno a su esencia.
Lo tradicional suele tener ese poso de haber pasado el filtro de la fe vivida por otros, que criba lo innecesario y se queda con lo auténtico
Le digo a mi Pepe que se vaya agenciando uno.
Gracias!
Yo, como siempre, como soy de la Galaxia Gutenberg, lo adquiriré en formato papel. No sé rezar con tablet ni con aparatos electrónicos y espero poder morirme sin tener que hacerlo.
Acabo de venir de hacer Adoración al Santísimo, que es una práctica diaria para mi, y suelo utilizar el Magnificat o misales para determinadas oraciones, pero, cuando entro en una iglesia, siempre apago el móvil o cualquier otro aparato. Al salir de la iglesia parroquial, en un altar lateral, están Santo Domingo de Guzmán, con el perro a los pies, y Santo Tomás de Aquino con la Summa Teológica en las manos y me paro para pedir a los santos dominicos, guardanianes de la Fe, que intercedan por la Iglesia. Ya sé que a un joven de hoy en día no le sorprendería que Santo Tomás de Aquino tuviera una tablet entre las manos, pero a mi me daría un susto de muerte.
Imprescindible para todos los lectores de Bruno.
Y lo del precio, ¿dónde he visto antes lo de los dos decimales en 99?. Yo, por si acaso, me lo voy a pedir antes de que llegue el redondeo por haber terminado la promoción, ¡y pronto, no se vayan a acabar!.
"Lo tradicional suele tener ese poso de haber pasado el filtro de la fe vivida por otros, que criba lo innecesario y se queda con lo auténtico"
A veces se dice que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Algo parecido se podría decir de la Iglesia, tanto humanamente por sus dos milenios de historia (o tres, si contamos el antiguo testamento) como sobrenaturalmente, por ser depositaria de una sabiduría anterior a la creación del universo.
"tampoco viene demasiado a cuento decir que las oraciones tradicionales tienen una profundidad inigualable, superior a la cualquier a todos los libros de los filósofos de la historia"
No sé si viene a cuento decirlo, pero es cierto. El hecho de que la razón y la fe no se contradigan no quita que la fe sea infinitamente superior a la limitada razón humana. Lo necio de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.
Nada de eso le quita valor a la filosofía. Lo que hace es revelar el valor infinito y eterno de la revelación divina condensada en las pequeñas y humildes oraciones de todos los días, que, a diferencia de las altas filosofías, están al alcance de cualquier analfabeto. Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños.
En cualquier caso, dudo que nadie crea que precisamente yo quiera denigrar el papel de la razón y la reflexión racional. Basta leer los cientos de artículos dedicados a esos temas en este blog.
Saludos.
"Enhorabuena por el libro, Bruno. Que sirva a los fines que te has propuesto cuando lo escribiste"
Gracias. Por ahora, ha servido para que yo pase unos meses meditando sobre las oraciones cotidianas. Con eso el libro está más que amortizado, porque he notado que ahora las rezo mejor, con más detenimiento y provecho y comprendiendo un poco mejor su profundidad insondable. Me he dado cuenta, con temor y temblor, de que vuelven mi mundo del revés.
Aparte de eso, el único fin es animar a los lectores a emprender ese mismo camino que yo me he alegrado tanto de recorrer.
"¿Qué nos propones para rezarlas bien?"
Bueno, he escrito un libro entero para proponer eso, así que no es fácil decirlo en unas líneas, pero, en resumen, propongo que no nos limitemos a recitar las oraciones cotidianas, sino que dediquemos tiempo a meditar sobre ellas. De esa forma, descubriremos riquezas y profundidades que no sospechábamos y, después, cuando recitemos esas oraciones todos los días, lo haremos de forma incomparablemente más rica y consciente.
El libro está formado por meditaciones sobre una docena de oraciones cotidianas, que intentan mostrar esa profundidad y la forma en la que estas oraciones, bien rezadas, vuelven el mundo del revés. Por supuesto, las meditaciones no agotan el contenido de esas oraciones, sino que se proponen despertar el gusto del lector por ellas y mostrarle de forma amena algunas de sus riquezas.
"Por cierto, lo de volver el mundo del revés me suena al Mooreeffoc chestertoniano"
¡Bien visto! Dios vuelve el mundo del revés para volver del derecho lo que había trastocado el terremoto del pecado original. La terrible fuerza de la rutina hace que nos parezca que el mundo caído por el pecado es lo normal, pero las oraciones tradicionales dan la vuelta por completo a ese mundo caído para que podamos contemplar de nuevo el plan que tenía Dios para este mundo.
Vale. Pero mis recuerdos del parvulario, cuando tenía una mirada expectante y atemorizada ante lo que no comprendía, fue el acueducto (no el puente) que devolvió el agua vivificante a mi actual catolicismo.
Será que no estoy capacitado para nada grande, pero como la petite Thérèse de Lisieux, me quedo con la ternura,con la dulce intimidad que sientes cuando rezas en la penumbra.
"Me compraré el libro, pero en cuanto te vea, habrás de firmármelo o ¡vive Dios! que nos batiremos a espada"
Firmaré, firmaré, con tal de no enfrentarme a tu espada, vencedora en cien batallas como la del franchute aquel.
"pues para no proponértelo, a fe que lo consigues"
Je, je. No tengo ninguna habilidad para vender. De hecho, mis libros son los que peor se venden de la Editorial. Mis propios gustos no son los de la mayoría de la gente y soy incapaz de adaptarme a los gustos de esa mayoría para tener más éxito. Qué le vamos a hacer.
En cualquier caso, gracias por comprar el libro. En efecto, como indica la portada, es un buen libro para hijos pródigos que quieren volver a casa para estar junto a Él. Ese es nuestro verdadero Hogar.
Saludos.
"En realidad el libro, no sé cómo estará escrito, no es ninguna novedad. Hay multitud de libritos con oraciones de siempre, pero nunca viene mal uno más por si se encuentra algo que una no sabía y ayuda a meditar"
Como dice Alejandro, el libro no es una recopilación de oraciones, sino que está formado por meditaciones sobre esas oraciones. Estoy seguro de que encontrarás cosas que no sabías o en las que no habías pensado, aunque, por supuesto, lo importante es lo que ya sabemos pero necesitamos que nos recuerden una y otra vez.
"Yo, como siempre, como soy de la Galaxia Gutenberg, lo adquiriré en formato papel. No sé rezar con tablet ni con aparatos electrónicos y espero poder morirme sin tener que hacerlo"
A mí me parece incomparablemente más satisfactorio el papel, pero desde hace años he ido haciéndome alérgico a los libros viejos (que eran prácticamente los únicos que leía durante mi juventud, porque los nuevos son muy caros), así que ahora me veo obligado a leer a menudo en formato electrónico, si no quiero estar hecho polvo de alergia.
"lo maravilloso, milagroso de lo Pequeño es lo que da la Felicidad, es la Felicidad en este Mundo y Eternamente!"
Eso es. La felicidad está en lo pequeño, porque Dios ha querido estar en lo pequeño para que pudiéramos encontrarlo.
"El bellísimo Padre Nuestro, la bellísima y dulcísima Ave María, el formidable y precioso Credo"
Sí. Ya he dicho que son más profundos que los libros de filosofía, pero además son más bellos que los mejores poemas, como dices.
Saludos.
Ahora estoy de Misión con el Camino en el extranjero pero cuando vuelva por Semana Santa, lo compraré.
A veces se hace necesario algo sencillo que, como dices, no se vaya por las ramas del Zen y las cosas raras y ayuden a rezar.
Si me gusta te habrás ganado una lectora. Lo que la editorial también agradecerá.
También me encanta el Bendita sea tu pureza, me parece de lo más alegre.
Cuando era pequeña tenia problema con : cuatro esquinitas tiene tu cama, cuatro angelitos la guardan, "La Virgen en medio", no podia comprender como la Virgen podia estar en medio de la cama, que era donde dormia yo.
Siempre me he he tomado en serio todo lo que dicen, desde mi apreciación claro...
Manoletina - "Le digo a mi Pepe que se vaya agenciando uno"
Pepe Jacobo - "Genial, deseando echarle un vistazo"
Veo que vas ganando puntos para el Concurso de Marido del Año.
"Ahora estoy de Misión con el Camino en el extranjero"
¡Estupendo! Mucho ánimo y oraciones desde aquí.
"pero cuando vuelva por Semana Santa, lo compraré"
Espero que te guste.
Hago una excepción y le doy paso a su comentario de más arriba, porque son buenos los versos.
"También me encanta el Bendita sea tu pureza, me parece de lo más alegre"
Me acuerdo de cuando la rezaba en el colegio y muchas veces la rezo con mis hijos por la noche.
"Cuando era pequeña tenia problema con : cuatro esquinitas tiene tu cama, cuatro angelitos la guardan, "La Virgen en medio", no podia comprender como la Virgen podia estar en medio de la cama, que era donde dormia yo"
Nunca había oído esa versión, la verdad. En la mía, solo salían los angelitos.
Nunca he tenido ese problema. La mía era:
" Cuatro esquinitas tiene mi cama,
cuatro angelitos la guardan
Y la Virgen María,.con su manto la tapa".
Cuatro esquinitas tiene la cama, cuatro angelitos la guardan, La Virgen en medio, anda entra y reposa, no temas a ninguna cosa.
Cotidianas - Que vuelven el mundo al revés.
Voy a ver que mi hijo me haga la transacción. A mi me la juega la técnica. Pero bendita técnica que me va a permitir leerte con este Tema que me llama mucho la atención.
Una pregunta:
¿ Qué opinas de los añadidos al Avemaría, y que llegan como deseos de nuestra Señora?
" Santa María madre de Dios ( y madre nuestra, Corredentora de la humanidad, difunde la llama de tu gracia sobre toda la humanidad) y ruega por nosotros pecadores ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.
Gracias, Bruno. ¡Felicitaciones por tu amor a lo simple y sencillo!
Muchas gracias por el comentario. Me alegro enormemente de que sirva de algo lo que escribo. No hay ninguna, ¡ninguna!, disciplina tan fascinante como la Teología. Sin duda es la reina de las ciencias.
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