El miedo y el temor de Dios
“El miedo es retoño de la vanagloria e hijo de la increencia. Un alma orgullosa es esclava del temor y, al poner su esperanza en sí misma, termina por sobresaltarse por el más pequeño ruido y tiene miedo a la oscuridad. Quien se ha convertido en siervo del Señor, solo teme a su Señor. En cambio, quien carece de temor de Dios suele asustarse de su propia sombra”.
San Juan Clímaco, La escala del paraíso, 21.
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Coda: Nuestra época poscristiana ha abandonado el temor de Dios e, inmediatamente, ha quedado esclavizada por los miedos. Especialmente el miedo a la muerte y al sufrimiento, manifestado en los desesperados intentos de ocultar esas realidades (ya sea a través del aborto de niños “no deseados", la eutanasia de enfermos, el abandono de ancianos en asilos, la eugenesia de niños especiales y un interminable etcétera), para poder vivir como si no existieran.
Más importante es, sin embargo, la falta de temor de Dios entre los cristianos. Cuando los hijos de la Iglesia se dedican alegremente a mundanizar el cristianismo y a deformar su doctrina, el temor de Dios brilla por su ausencia. Cuando los prelados se congratulan, hablan de la “primavera de la Iglesia” y se dan palmaditas en la espalda mientras literalmente pierden naciones enteras para Cristo, uno se pregunta si realmente creen en el Juicio de Dios. Cuando se niega en la práctica la existencia del pecado y del infierno, se anima al pecador a permanecer en sus pecados bajo capa de una falsa misericordia y se trocan los mandatos de Dios por los dictados de lo políticamente correcto, ¿cómo no pensar que el tiránico temor del qué dirán ha sustituido al temor de Dios? El malvado escucha en su interior un oráculo de pecado: “No temo a Dios ni en su presencia”.
A veces, sin embargo, la tentación es más sutil. Es justo y necesario que suframos por la terrible crisis de la Iglesia, pero cuando el sufrimiento se convierte en desesperanza quizá se deba a nuestra falta de temor de Dios, a que creemos que sabemos mejor que Él lo que nos conviene, a que ponemos nuestra esperanza en nosotros mismos y en nuestras fuerzas en lugar de levantar los ojos al cielo. El temor de Dios es el principio de la sabiduría. Seamos sabios.
60 comentarios
Antes no es que hayan perdido el temor de Dios, es que ni lo consideran, es que para muchos sencillamente no existe, asi que no temen lo que no consideran que existe o no quieren que exista, que también se da.
Ahí está la descripción de todo pecado. Por ese oráculo se coquetea con la tentación, y cuando se coquetea con la tentación, sea carnal, mundana, espiritual, se apaga el deseo de hacer la voluntad de Dios, de agradarle, de creer y gozar en su presencia, y entonces se oscurece el intelecto y, primero, el pecado ya no parece grave, ya no parece una ofensa, una violencia al bien y a la verdad, y finalmente ya se comienza a ver como algo deseable para el cuerpo y para el alma.
"La coda que has puesto es muy poética, pero sencillamente no es cierta como tal."
Quizá convenga explicarlo un poco más. El ser humano se mueve por dos cosas: el amor y el temor. Eso lo saben desde San Agustín hasta los budistas o un niño pequeño.
La "pura y simple comodidad" existía igualmente hace cincuenta o sesenta años en España, pero a la inmensa mayoría de la gente le habría horrorizado escuchar que el Estado tuviera que permitir y pagar el asesinato de niños, ancianos y enfermos. El temor de Dios y sus mandatos estaba presente, aunque fuera de forma vaga y heredada, y nadie se atrevía a defender que su comodidad valiese más que la vida de otros o incluso que la propia. Como los seres humanos de todas las épocas y naciones, temían sufrir y amaban la vida cómoda, pero el temor y el amor de Dios suponían un freno real para la absolutización de esos temores y amores egoístas (aunque, por supuesto, su efectividad dependiese de las personas, los momentos y las situaciones en concreto).
Sin embargo, desaparecieron el amor y el temor de Dios e, inevitablemente, los hombres pasaron a moverse por el amor a sí mismos y el temor de sufrir, que ya no tienen freno ni límite. Sin temor de Dios, el temor al sufrimiento domina y esclaviza al hombre. Por eso, si un embarazo no deseado les va a hacer sufrir, acaban con el niño, porque no quieren sufrir. Por eso, si el abuelo con Alzheimer les fastidia la vida y, encima, les recuerda que ellos también van a envejecer y a morir, lo abandonan en un asilo. Etcétera.
En ningún sitio he dicho que la gente se mueva en esto por la razón o la filosofía. Se mueven por el amor y el temor, como todos los seres humanos, y si en la sociedad poscristiana han desaparecido el amor y el temor de Dios, lo que queda es el amor propio y el temor al sufrimiento.
Como es lógico, todo esto lo digo a grandes rasgos, porque Dios es la Verdad y el Bien, y en todo ser humano, por su propia naturaleza, queda siempre un cierto respeto a la verdad y al bien, aunque no sepan o no quieran saber que es lo mismo que Dios.
¿Creemos que somos nosotros con técnicas de la psicología y el márquetin los que vamos a conseguir atraer a los dispersos y conseguir "nuevos socios"?
Me pregunto....
La telediarios, por ejemplo, son una fábrica del miedo a todo porque sólo se ocupan de desgracias, desde estadísticas terribles hasta casos concretos más terribles aún. El abandono de Dios tiene esas consecuencias que en los temerosos de Dios no se dan, e incluso hoy los temerosos de Dios vemos mucha hybris fabricada en este mundo. Mi padre, que ignoraba su herencia griega, tenía un repelús especial por la desmesura y se daba cuenta enseguida cuándo las aguas traspasaban su cauce y producían inundación, él que era tan aficionado al fútbol, perdió interés cuando ya sólo salían unos cuantos equipos "míticos" e icónicos" y algunos futbolistas se convirtieron en ídolos . Algunos deportes, la política, la gastronomía, el feminismo y las cuestiones del LGTBI están salidos de sus cauces naturales y otras cuestiones referentes al espíritu se han constreñido. No hay más que ver los telediarios que siempre hablan de lo mismo. Es como una huida hacia adelante mezcla de los adelantos científicos para retardar el envejecimiento y la proliferación de cánceres, dan continuos sobresaltos fomentando esperanzas y creando miedos a la vez. Me pregunto qué habrá detrás de esta táctica del palo y la zanahoria.
Si Dios no existe, todo está permitido. Es el principio elemental.
Entonces nos ponemos a saciarnos de todo tipo de placer, de todo lo que nos impida volver la mirada hacia Dios. Buscamos entretenimientos hasta extremos inimaginables (dependiendo de las posibilidades de cada uno). No dejamos que la mente descanse, que medite, porque en el fondo de nuestro ser sabemos que existe el "peligro" de escuchar la voz de Dios.
Sí. En el fondo es la ausencia de Dios la que provoca que vengan siete demonios a habitar la casa.
...pero N.S. Jesucristo volverá y querrá morar en su templo santo. Que Él nos conceda la gracia de reconocerlo y volvamos a recuperar ese santo temor.
"No dejamos que la mente descanse, que medite, porque en el fondo de nuestro ser sabemos que existe el "peligro" de escuchar la voz de Dios".
Como dijo C. S. Lewis por experiencia propia, "un joven que desee seguir siendo ateo tiene que tener muchísimo cuidado con lo que lee. Hay trampas por todas partes".
Citado por Candela Sande en un bello artículo titulado "Alain Delon nos presenta a su última pasión: María", y que, añado yo por su hubiera alguna duda, es la Santísima Virgen (Alain Delon, octogenario ya, fue, para el que no lo sepa, un guapísimo galán del cine francés, al que no le faltó en la vida nada de lo que la mayoría pensaría puede hacer feliz a cualquiera).
Todavía nuestra generación se puede volver a la fe que un día nos predicaron; pero, ¿llegará un día en que se pueda aplicar a nuestros descendientes aquello de "¿Y cómo creerán en Aquel de quien no han oído (predicar)?"
Haces muy bien, Bruno, en traernos las doctrinas de los Santos Padres: es algo en que coinciden todos los conversos del protestantismo, que fue el empujón final (para una correcta interpretación de las Sgdas. Escrituras).
"La cifra importante no es la gente que se considera cristiana o practica con veinte años, sino la que muere cristiana”.
Muy buena frase. Dios tiene mucha paciencia y nunca se rinde.
Cuando el hombre se inclina ante el mundo y sus circunstanciales apetitos, entonces éste pierde la noción de Dios.
Yo no temo a Dios, le veo, le amo, le respeto y le considero como tal pero no le temo.
En mi filosofía digo que no hay que temer al que es superior a uno mismo; sino al que es menor.
En la universal Ley de Jerarquías se sostiene que en la medida que el hombre como ser superior se rebela contra su Dios; su ser superior. El animal como ser inferior al Hombre se rebelará contra su amo el Hombre, su ser superior. Y de éste como animal en rebeldía se rebelará el vegetal... etc.
Hoy día, este planeta Tierra, estaría lleno de agradables animales, en total jerarquía, cada cual sumiso a su inmediato superior; y siempre preocupado por su inmediato inferior.
Para una vez que Don Nadie escribe algo con sentido común, vas y le rectificas...
¿Desde cuándo el hombre (y la mujer) se mueve solo por amor y por temor?
Sin profundizar mucho, se me ocurren, la comodidad, el placer, la envidia, el instinto de supervivencia... y por no hablar de los actos reflejos de los que seguro que alguno de esos expertos en Santo Tomás que tiene en la web puede escribir un ladrillo macizo.
Y hay más.
El integrismo siempre ha sido reduccionista. le interesa que no haya puntos de vista (más que el suyo).
Por eso se reducen ustedes a San Agustín y Santo Tomás. ¡Cómo si después de 1274 no se hubiera descubierto nada nuevo!
Le recuerdo que la Tierra no es plana.
El temor (miedo) es la puerta de entrada al lado oscuro.
Ten cuidado no te acabes convirtiendo en un Sith.
Y mucho menos la sabiduría.
Un recipiente con agujeros no puede contener agua.
El que Bruno me deje o no comentar en su blog (el que entre o no no lo puede evitar) es algo que debes preguntar a él.
Me inclino a pensar que me soporta con la santa paciencia que no tenéis otros.
Además, nunca hubo una serpiente en el jardín del Edén (que tampoco existió) que prometiera nada a una Eva que no existió y por lo tanto no pudo llevar al pecado a un Adán que tampoco fue.
Como metáfora es muy mala. Como argumento muy pobre.
Tu puedes hacerlo mejor.
Personalmente no tengo nada que sumar ni oponer a la tesis que apunta que nos hemos embarcado, no sé si más epicúreamente que nunca antes, al carro de la comodidad indiscriminada, que parece ser que lleva a algunos a límites ya hasta criminales. En este sentido, solamente quiero añadir otras situaciones no por tolerables menos tristes, y que directamente no puedo comprender muchas veces. Un par de ejemplos: los abuelos "depositados" en centros donde los van a cuidar mucho mejor que nosotros (a quienes nos correspondería, ¿o es que esa cruz es "perdonable"?) o los tan traídos y llevados métodos naturales para evitar el embarazo, que bajo mi punto de vista serán todo lo morales que se quiera, pero que no dejan de ser otro tipo de "trampa" para evitar aquello de "abrirse a la vida".
Tenga cuidado, porque si sigue haciendo preguntas sinceras sobre temas concretos, corre el peligro de terminar encontrando la verdad.
Claro que comprendo su sorpresa al encontrarse, por primera vez, de acuerdo con Juan Nadie.
"¿Desde cuándo el hombre (y la mujer) se mueve solo por amor y por temor? Sin profundizar mucho, se me ocurren, la comodidad, el placer, la envidia, el instinto de supervivencia..."
Si profundiza un poco sobre el tema, verá que en todos esos casos lo que mueve al hombre es el amor y el temor. Por ejemplo, analicemos la comodidad. Sin duda, muchas cosas se hacen para aumentar o evitar perder la comodidad propia... pero, ¿por qué la propia? ¿De dónde esa curiosa especificidad de que usted busque la comodidad de una persona concreta entre los siete mil millones de personas que hay en el mundo y no de otra persona cualquiera? La diferencia está, obviamente, en su amor a sí mismo. Usted quiere su propio bien, porque tiene ese amor por sí mismo que no tiene, por ejemplo, por un nonagenario chino del pueblo de No-Sedong-Deh, en la provincia de Guandong, de quien nunca ha oído hablar. Por eso busca la comodidad (y en general, todos los bienes) para usted y no para el anciano chino.
"El integrismo siempre ha sido reduccionista. le interesa que no haya puntos de vista (más que el suyo)"
Al integrismo (palabra con la que, supongo, quiere decir "catolicismo") lo que le interesa es la verdad. Y verdad, por definición, solo hay una.
"Por eso se reducen ustedes a San Agustín y Santo Tomás. ¡Cómo si después de 1274 no se hubiera descubierto nada nuevo!"
No he conocido a ningún católico que solo hubiera leído a San Agustín y Santo Tomás, pero supongo que hay de todo en este mundo. En cualquier caso, lo que era verdad en 1274 no deja de ser verdad hoy.
"Le recuerdo que la Tierra no es plana"
Siempre me ha sorprendido ese extraño dogma de fe anticristiano de afirmar que los medievales creían que la Tierra era plana. Cualquiera que sabe algo de astronomía sabe que el manual más extendido de esa materia en la alta Edad Media era el Almagesto de Ptolomeo, que no solo señala que la Tierra es redonda, sino que estudia la latitud, longitud, etc. Santo Tomás, San Isidoro de Sevilla, Alfonso X el Sabio o San Beda hablan de la redondez de la Tierra con total naturalidad, como algo conocido y dado por supuesto por sus lectores. El beato Germán de Reichenau, de quien ya hablamos en este blog, calculó su circunferencia.
Saludos.
"No sé por qué Bruno te deja entrar aquí"
Oportet haereses esse. Para que la verdad resplandezca.
¡Qué! ¿ Ya hemos aprendido la diferencia entre oxímoron y oximorón?
Pues, no, Haddock, ni ha aprendido eso ni está ducho en metáforas, son los fallos de la cultureta del momento que cree que una metáfora hay que hacerla utilizando la tabla de elementos químicos que "si existen", cuando cualquiera, que haya estudiado composición literaria, sabe que en la construcción de éstas lo único importante es si lingüisticamente la asociación es estética y, por supuesto, comprensible para el lector.
Es decir que el ateo más ateo puede decirle a otro: " es usted Mefistófeles", siempre que el otro sepa algo de literatura, pero, claro, si éste le responde que el tal Mefistófeles no existe cae en el más espantoso de los ridículos que es, exactamente, lo que hace él con la serpiente del Edén, metáfora perfectamente válida independientemente de que se crea o no en lo que dice el Génesis.
Este señor se aburre [...] y por eso se viene aquí a discutir. Lo que sea.
Si mañana escribe Bruno un post alabando el arroz y conejo, pues habrá que hacerle la contra.
Sin usted pretenderlo ha alimentado a la bestia. Le ha puesto en bandeja al limitado Hugo Etc. un nuevo nick que empleará pronto: "El Cebiche"
Y Bruno: El que Manoletina desahogue su pena en este portal porque su santo marido al que ama con justificado fundamento no sepa distinguir el cesto de la ropa sucia de la lavadora, (esto pasa a muchos santos varones ) no es motivo para censurar sus comentarios.
¡Ni que se metiera ella con pobres desgraciados cuya una de sus pocas gratificaciones en esta vida es incordiar a los católicos !
Mi abuela dijo que la bombilla eléctrica ahuyentó a los fantasmas, pero las bombas atómicas caídas en Hiroshima y Nagasaki introdujeron un miedo nuevo. Vamos de miedo en miedo y, como no son suficientes, nos inventamos otros. Mi sobrina mayor, que vive en Norteamérica, le contó el otro día a su padre que el asunto de los abusos de ciertos individuos en Hollywood se había vuelto una histeria colectiva en California y le dio las gracias por haber sido tan bien educada que a ella no le afectan y "no tengo que ir de psicólogo en psicólogo contando mi triste niñez" (sic).
Es decir que ya empieza a pensar que puede pertenecer a la clase privilegiada, no de la burguesía, sino de los que tienen padre, madre y una infancia segura. ¡Ojo! que en un futuro puede que eso constituya un auténtico "hecho diferencial" entre unas personas y otras, cosa que en tiempos de San Juan Climaco seguramente no existía: el miedo a los orígenes desconocidos, aunque, supongo, que el miedo a los padres maltratadores si existiría, pero vaya usted a saber si en menor medida.
El alejamiento de Dios es una fuente de miedos sin ninguna duda porque el temor de Dios es la fuente de seguridad mayor que tenemos en esta vida, si no le temes a Él harás cualquier cosa y temerás a tu prójimo pero no como algo saludable, que es el Temor al Todopoderoso, sino con un temor insano que te hace desconfiar de los demás y de ti mismo y buscar protección en supersticiones varias.
"aunque no he leído "La Escala del Paraíso", me dan ganas de leerlo porque esta pequeña muestra que nos ofrece Bruno de sus escritos es un aperitivo que abre el apetito"
¡Objetivo conseguido!
Dios te bendiga siempre
Lo primero es que, lo siento, el privilegio de ser de Murcia es de muy pocos. Sí, la clase privilegiada con padre, madre, huerta, playa, sierra, invierno de un mes al año, cuatro doctores de la Iglesia, y fundamento de la historia de Europa, ya existe. Lo siento por mi amiga Palas, por San Juan Clímaco y por todos los demás. Hay un abismo en el que los de aquí no pueden pasar aquí y los de aquí no pueden pasar a allí, aunque en verano mandemos telegramas para que alguien nos traiga agua en la punta del dedo.
Lo segundo es que Haddockina es una chismosa. Si yo le cuento que mi marido mete la ropa sucia al frigorífico, la leche en la secadora, los platos sucios a la lavadora, etc, está muy feo que lo luego lo vaya chimpando.
Lo tercero es que yo no me he metido con "Cebiche". No es mi estilo meterme con la gente. Solo que con la abstinencia a la hierba de los hobbits, pues bueno, algo he comentado de lo de su cuñada de 25 años y el aire libidinoso de su comentarios....
El pobre Cebiche ya tendrá bastante con tener que explicárselo a su hermano, digo yo.
Y cuarto, como siempre, Palas, toda la razón. Aquí en aquesta Región privilegiada, hace pocas semanas las organizaciones LGTBIQ mandaron un escrito a todos los colegios, públicos y concertados para pedirles que no celebraran el día del padre y de la madre.
Y es que como tú dices, por mucho que nos afanemos, la historia del ser humano va a ser, hasta el Último Día la de "oí tu voz, tuve miedo y me escondí". Con la vaca, la leche, los bitcoins, la hierba de los hobbits y lo que sea.....
En este artículo aparecido en REL, esta mujer habla de que detrás de ella hay un agujero negro. ¿No es esto una fuente de inquietudes y de miedos? ¿bastará con quitar del calendario el día del padre y de la madre para que ella ignore las realidades más importantes de nuestra vida terrenal, aquellas que nos anclan a la vida? Ahora ella es madre y la necesidad de saber quiénes fueron sus padres se hace más y más angustiosa.
¿Estamos o no estamos creando miedos y desasosiegos? Ni Dios ni familia, peor que en el s. VII.
Puede que en toda su vida se acordaran poco o nada de sus creencias, pero es difícil encontrar a un actor o actriz que, habiendo sido católico, esté fuera de un cementerio católico. En el último instante uno vuelve a sus raíces, raíces que están contenidas en sus biografías. ¿Qué será de los que no las tengan?
En la edición digital del 17/06/18 de “El mundo”, con el titulo “Antinatalistas: el movimiento que busca acabar con la especie humana” puede verse un buen ejemplo de los resultado del nihilismo actual.
Aunque los propios cultores de la novedad no lo sepan o lo disfracen de "ismos" prosaicos más o menos de moda (ecologismo, animalismo), creo se trata de otra manifestación del cíclico retorno del eterno pesimismo dualista gnóstico para el cual el mal ya es la propia materia -ergo, si la materia es el mal, hay que evitar que se expanda con el nacimiento humano.
tu mismo has puesto el ejemplo perfecto.
El amor a uno mismo no es amor. Eso se llama egoísmo o narcisismo. Pero puedo comprender que te cueste entender la diferencia.
Manoletina,
el arroz con conejo esta de muerte mortal. Especialmente el que hacen en mi tierra manchega con conejo de monte.
[...]
"El Universo era para los gnósticos una gradación, desde lo más sutil (Dios) hasta lo más bajo (la materia). Así el demiurgo como creador y ordenador del mundo material, se convierte en encarnación del mal, aprisionando a los hombres y encadenándolos a las pasiones materiales".
Desde este punto de vista los ecologistas y animalistas no parecen tener muchos puntos en común con los gnósticos.
"El amor a uno mismo no es amor. Eso se llama egoísmo o narcisismo. Pero puedo comprender que te cueste entender la diferencia."
El amor a uno mismo por supuesto que existe y es bueno y necesario. ¿O es que cree que es egoísta, por ejemplo, comer lo que necesita para vivir o estudiar o respirar? Todo eso son ejemplos de un amor adecuado a uno mismo. El egoísmo, en cambio, es un amor desordenado a uno mismo, es decir, excesivo, puesto por encima de otras cosas más importantes, no acorde con la verdad, etc.
Por eso se nos dice que amemos al prójimo como a nosotros mismos. De hecho, una gran parte de las carencias de nuestro amor a los demás vienen de que no nos queremos bien a nosotros mismos.
En cuanto algo no entra en vuestros planteamientos le ponéis el adjetivo de desordenado, y pensáis que con eso vale.
Como si el "orden" tuviera algún valor real.
Hay egoísmos muy ordenados (que se lo pregunten a los que sufrieron el exterminio nazi en Auschwitz si les mataban ordenadamente o no)
El egoísmo no es "amor desordenado" ni tampoco temor; es falta de amor. (igual que el frío no existe. Es ausencia de calor)
El amor es ineludiblemente relación y uno no puede relacionarse más que con otros.
Por eso Dios no tenía más opción que crear, porque es la única manera de poder ser amor. Sin su creación Dios no tiene sentido.
La prueba más evidente de que el orden, en si mismo, no tiene valor real alguno es que la obra más importante de Dios, aquella de la que en el Génesis se dice "Y vio Dios que era bueno" (El Universo), tiende inevitablemente al desorden (segundo principio de la termodinámica).
Y también te lías con los conceptos, Auschwitz no tiene nada que ver con el egoísmo, llamar así al odio en estado puro es una estupidez. Nadie que yo sepa ha utilizado el adjetivo egoísta para calificar a Hitler, si lo hubiese sido mejor habrían ido las cosas. Menudo cacao mental tienes, no me extraña que no te guste el orden dado el estado caótico de tus pensamientos.
muchas gracias por sus aportaciones, muy apreciables.
Sin embargo yo tendría ciertos reparos respecto de la extensión influencia gnóstica en nuestro tiempo, tal vez sea mayor de lo que pensamos. El filósofo de la historia y politólogo Eric Voegelin (cuya obra hay quien, seguro exageradamente, equipara a la de Spengler) aconsejaba a sus alumnos que, si querían comprender los grandes movimientos de masas del siglo XX (stalinismo, fascismos) leyeran los tomos de "Adversus herejes" de San Ireneo de Lyon -esos herejes son los gnósticos.
Para Voegelin la visión del enemigo como mal absoluto en los conflictos mundiales del siglo XX tiene raigambre gnóstica.
Ya ve que esto del gnosticismo da para mucho.
"Dios no tiene necesidad ninguna de nada o no sería Dios"
¿Y eso quien te lo ha contado? ¿Ha sido el propio Dios quién te lo dijo?
Supongo que ya que suplantas a una diosa griega entiendas mucho de las "necesidades" de los dioses, pero estarás de acuerdo conmigo que esos dioses tenían ciertas "necesidades" mucho más prosaicas, tanto que llenaron la tierra de héroes bastardos.
A Dios lo conocemos por lo que su Hijo dijo de Él y no recuerdo ningún párrafo del Evangelio donde diga que Dios no tiene ninguna necesidad.
Tampoco dice que estuviera obligado a crearnos, pero eso se deduce fácilmente de la condición amorosa de Dios.
No tiene sentido que un Dios que es Amor (con mayúsculas) se pase la eternidad papando infinito sin amar a nadie.
Pero claro si tú entiendes a Dios como un señor con barbas blancas, vestido de túnica, sentado sobre una nube y con su hijo Jesucristo (Éste con barba negra) gobernando el Universo (reducido a la Tierra, ya que están sobre una nube), pues en fin... a mi sobrino de 12 años le enseñan ya otras cosas sobre Dios. Te estás quedando tan anticuada como tu nick.
Sr Bruno, ahora en serio. Lamento un off topic, pero es que no tengo otra opción.
He leído un artículo de Sandro Magister en el que un cardenal justifica la anticoncepción artificial, se entiende no abortiva.
Yo siempre he pensado que la Iglesia podría permitirla, pero eso es una opinión personal, con un fundamento limitado. Consciente de ello, me guio siempre por lo que explica la Iglesia que hasta hace unos años se decía que tenía doctores y nunca nos había dado motivo de duda.
Se supone que yo me debería poner contento, porque ahora al cabo del tiempo me dan la razón.
Sin embargo todo esto me huele muy mal. En realidad no es un cardenal el único que justifica cargarse por la vía de hecho la HUMANAE VITAE, sino que son varios, pero esos otros lo hacen con falacias muy burdas.
El que me preocupa es el primero que tiene un discurso mucho mas elaborado.
Si Ratzinger, o Sarah, o Burke de repente me dijesen razonadamente que los anticonceptivos artificiales son lícitos, y si la mayoría de la Iglesia lo viese igual en comunión, no tendría dudas, sin embargo, que lo digan estos colaboradores de Bergoglio, me hace sospechar.
Yo no estoy de acuerdo con ciertas cosas que usted hace o dice, pero creo que incluso cuando se equivoca es sincero, aunque a veces pueda ser incongruente.
Y tengo claro que dispone usted de una capacidad de análisis y de exposición brillantes, y muy eficaces.
Yo creo que podría usted echar un vistazo a lo que dice ese cardenal, hacer un análisis de los suyos.
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