El cilicio de Tomás Moro
Los partidarios de Trump pueden enorgullecerse, con cierta razón, de que su candidato haya ganado las elecciones ante una fortísima oposición y haciendo gala de su postura transgresora contra el establishment y lo políticamente correcto. No conviene olvidar, sin embargo, que se trata de una “revolución” dentro de unos mismos presupuestos suicidas. Como mucho, un retraso en el camino hacia el abismo.
Si alguien quiere saber cómo es de verdad un político políticamente incorrecto, que no mire a Trump. Vaya, en su lugar, a la abadía de Buckfast, en el suroeste de Inglaterra. Este precioso monasterio benedictino fue reconstruido a finales del siglo XIX por un grupo de monjes franceses, después de haber sido destruido en el XVI por la reforma protestante.
Allí podrá contemplar el lector algo estupendo. En un altar de la abadía, desde el pasado mes de octubre se muestra a la veneración de los fieles el cilicio de Sir Tomás Moro, canciller de Inglaterra, mártir y santo. Eso sí que es algo verdaderamente diferente, a lo que no estamos acostumbrados.
Quizá sepan los lectores que Tomás Moro, después de estudiar leyes en Oxford, cuando tenía poco más de veinte años, quiso ser monje cartujo y durante un tiempo vivió junto a la cartuja de Londres. Allí fue donde adquirió la costumbre de usar un cilicio: una camisa de tela basta y molesta para llevar bajo la ropa, que le recordara los padecimientos de Cristo y no le permitiera acostumbrarse a las comodidades humanas.
Al final, sin embargo, decidió que la vida monástica no era lo que Dios quería para él, se casó, tuvo cuatro hijos y se dedicó a ejercer el derecho y a la política. Gracias a su gran capacidad y su integridad a toda prueba, desempeñó a satisfacción de todos multitud de puestos, cada vez más importantes, entre ellos los de secretario del Rey, ministro y portavoz de la Cámara de los Comunes. Finalmente, fue nombrado Lord Canciller del reino, hasta que el Rey decidió cambiar de esposa y destruir todo aquello que se opusiera a su capricho, como la Iglesia, la verdad y a su sincero y honrado canciller.
Aquí volvemos a encontrarnos con el cilicio de Sir Tomás, porque no sólo lo llevaba mientras era canciller, sino que lo llevó también cuando estaba prisionero en la Torre de Londres, esperando su ejecución. ¡Impresionante! Incluso cuando estaba a punto de dar la vida por Cristo, era consciente de su pequeñez, sus pecados y su necesidad de domeñar sus pasiones (una lección que el Rey Enrique nunca aprendió). Por otra parte, pocos santos habrá que se ajusten menos a la imagen sombría y morbosa que tiene el mundo de los sacrificios cristianos. Sir Tomás nunca perdió su sentido del humor, ni siquiera en el cadalso. Cuando iba a subir al mismo, le dijo al verdugo: “Os ruego que me ayudéis a subir. Para bajar no os preocupéis, que ya me las arreglaré yo solo”. Y después, apartando la barba que le había crecido en el cautiverio para que no la cortara el hacha, señaló: “mi barba no ha ofendido al Rey”. Todo eso antes de sus últimas palabras, que resumieron su vida: “Muero siendo un siervo fiel del Rey, pero primero de Dios”.
Un día antes de ser ejecutado, Tomás entregó el cilicio a su hija adoptada, Margaret, a la que tanto quería. La familia lo conservó durante casi un siglo y después lo entregó a las agustinas inglesas exiladas en Bélgica. En los ochenta, las agustinas se lo cedieron a la diócesis de Plymouth, que se lo encomendó a los monjes de Buckfast.
Al leer la noticia de la exposición del cilicio en la abadía, me he quedado pensando un rato sobre ella, por lo políticamente incorrecta y escandalosa (en el buen sentido) que resulta. ¡Un cilicio! ¡Y expuesto como reliquia! ¡Y de un santo que murió mártir por preferir la ley de Dios a la de los hombres y en defensa del sacramento del matrimonio, que además es el patrono de los políticos! Difícilmente podría pensarse hoy en algo menos asociable a un político que un cilicio. Quizá sea una pista para entender por qué nuestra clase política es tan desoladora, completa y horriblemente desastrosa.
Nuestra sociedad entera está basada en la idea de que te lo mereces todo y tienes derecho a todo. Eso y no otra cosa es lo que significa “Estado de bienestar", que es un concepto filosófico mucho antes que político. Del mismo modo, nuestro sistema económico está cimentado sobre la convicción de que puedes, quieres y debes consumir hasta reventar, como nos repite una y otra vez la publicidad hipnótica y omipresente: porque tú lo vales, te mereces un lujo, date un capricho… También, nuestra “moral” común (la llamada ética mundial, que tanto ha defendido Hans Küng) nos dice que la responsabilidad por las propias acciones es un mito oscurantista y opresivo, porque puedes hacer lo que quieras (especialmente en el ámbito sexual) sin que nunca tengas que sufrir ninguna consecuencia por ello. Por eso el divorcio, los anticonceptivos y el aborto son poco menos que dogmas intocables, ante los que se inclina la masa y también no pocos eclesiásticos. No es extraño que vivamos en una sociedad adolescente.
Los políticos, que al menos son astutos y saben muy bien de qué lado sopla el viento, basan sus carreras en prometer precisamente esas cosas a un populacho deseoso de que le aseguren que va a poder seguir disfrutando de la adolescencia irresponsable perpetua en la que vive. A la vez, ellos mismos encarnan esos antivalores y tienden a concebir la política como el modo más sencillo de satisfacer sus propias ansias de dinero, poder y prestigio. A cualquier precio. Sobre todo si el precio lo pagan otros. De vez en cuando hay quien se queja o quien hace bandera de la rebelión contra las “castas” y la “clase política”, pero todo sigue exactamente igual, porque nadie quiere escuchar que el problema es de fondo.
Ese problema de fondo nos lo recuerda, por contraste, el cilicio de Tomás Moro, que, a su vez, no era más que un recuerdo para su dueño de la Cruz de Cristo. El cristianismo es una religión de hombres adultos que se hacen como niños por la gracia. En cambio, los adolescentes perpetuos de nuestro tiempo no son ni una cosa ni la otra y por eso odian la Cruz, a los mártires y todo lo que les obligue a reconocer que la vida es algo muy serio. El que no toma su cruz y me sigue, no puede ser discípulo mío.
Santo Tomás fue un verdadero Santo y un verdadero Hombre. La sociedad de hoy no es que esté en desacuerdo con él, es que ni siquiera puede entenderlo, porque supera su inteligencia y su imaginación.
52 comentarios
En cuanto a lo que dices de Trump lo comparto, salvo en lo de que sería un "transgresor". Sí, es cierto, ésa es la imagen que él vendió de sí mismo y que los Media contribuyeron a confirmar. Pero no, de transgresos nada, este "American winner" es un típico producto del sistema, sólo que con un estilo diferente: no es hipócrita.
Claro que son de agradecerle algunos gestos hacia los cristianos y hacia los provida, pero como tú bien dices, esto es "Como mucho, un retraso en el camino hacia el abismo.".
Y Santo Tomás Moro, hombre extraordinario: hoy más políticamente incorrecto que nunca. Casi hasta eclesiásticamente incorrecto.
Qué hermosa frase y qué gran verdad. Parece dicha por Chesterton.
En fin, de Tomás Moro se puede decir aquello que dijo Shakespeare de Bruto en "Julio César":
"Dulce su vida fue. Los elementos
en él tan combinados, que bien pudo
orgullosa exclamar naturaleza
"un hombre ahí ved" al universo entero".
Los que se escandalizan de que la gente use cilicios no lo hacen cuando tantos se machacan en los gimnasios,se someten a múltiples operaciones estéticas, se acuestan con férulas para poner los dientes en su sitio , etc.
Por esa misma época martirizaron a Santa Margarita Clitherow, una madre de familia, (le pusieron una losa hasta aplastarla viva), que también llevó una vida penitente y sacrificada. Sin el sacrificio previo debe de ser difícil aceptar el martirio.
Como católico estoy encantado de que haya ganado Donald Trump. Prime porque los niños a punto de nacer no serán masacrados. También porque ha nombrado un gabinete provida y ha prometido jueces provida en el Tribunal Supremo. Además es un freno en el mundialismo y globalismo anticristiano.
Ha prometido que su administración, al contrario de la de Obama no será hostil con los católicos.
Son un poco tontos los creyentes que atacan gratuitamente a quienes les favorecen.
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Ni siquiera.
Que Hillary Clinton sea un completo desastre en muchos sentidos no quita que Trump también lo sea en muchos otros. No hay absolutamente nada que salve a Trump.
medita bien antes de abrir la boca.. verás que a poco que lo hagas, entenderás mejor.
La eterna sociedad adolescente... de eso va el post de hoy.
Los canonizados con la virtud del buen humor en grado heroico tienen algo especial!
Pero de lo que estoy casi seguro es de que Shakespeare pensaba como católico.
Aunque como hombre, y a pesar de conocer la naturaleza humana con esa profundidad que aún hoy nos asombra, no tenía ni una mínima parte de la valentía y la grandeza del santo inglés.
Ronald Knox a Joyce Lambert, 1944
PS: Y eso con cilicio en la Tierra y sin él en el Cielo. Esa es la respuesta, Ramontxu.
Mi consideración hacia ti es, por eso mismo, muy mejorable.
Bruno, en verdad parece que en este escrito te poseyó el espíritu de Chesterton. Gran calidad humana y cristiana, sobre todo.
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En S. Tomás Moro hasta la eutanasia era una utopia.
Es decir: sería ese ideal de vida temporal que aquí siendo de muerte, en justicia, sería imposible de alcanzar.
.
"Es inútil, por tanto, obstinarse en dejarse devorar por más tiempo por el mal y la infección que le corroen. Y puesto que la vida es un puro tormento, no debe dudar en aceptar la muerte. Armado de la esperanza, debe abandonar esta vida cruel como se huye de una prisión o del suplicio (Utopía, Libro Segundo).
Ni se nace ni se muere cuando uno quiere, Si no cuando al Señor de la vida y la muerte, en justicia, lo quiere.
Incluso a estos que tanto, la Bestia, buscó, una vez encontrados no pudo matarlos antes de que terminen de profetizar-
" Cuando hubieren acabado su testimonio, la bestia que sube del abismo les hará la guerra , y los vencerá y les quitará la vida (Ap11,7)
Dices "Que Hillary Clinton sea un completo desastre en muchos sentidos no quita que Trump también lo sea en muchos otros. No hay absolutamente nada que salve a Trump."
¿Cómo puedes decir eso?
¿Pero Cómo no te das cuenta de que Trump es un ejemplo para los cristianos?
¿No te das cuenta de que Trump es un bienaventurado, por humilde, por misericordioso, por pobre de espíritu, por limpio de Corazón?
No has analizado su ejemplar vida familiar, su práctica econica en consonancia con la doctrina social de la Iglesia, su templanza, su preocupación por el Reino De Dios y su Justicia? No te das cuenta de que Trump sabe que Cristo está en cada forastero y por eso los acoge? ¿No percibes su afán por amar al enemigo, por perdonar hsta setetenta veces siete?
Tienes unas cosas, Yolanda...
Sociedad adolescente... nosotros mismos éramos cristianos precisamente adolescentes cuando nos tomábamos en serio (o nos fomentaban tomárnoslas) todas estas cosas de la mortificación, las promesas y privaciones por aprobar asignaturas, las iluminaciones milagrosas el día del examen... Tal vez fuese una lástima, pero necesaria lástima, que la fe adulta viniese más tarde a recordarnos que "misericordia quiero y no sacrificios".
"No todos los católicos metemos en el mismo saco el divorcio, los anticonceptivos y el aborto"
Bueno, están en el mismo saco de los pecados mortales, cuando se cumplen las condiciones habituales. Y es Dios quien los puso en ese saco, no yo.
Lo de "idénticas" no lo ha dicho nadie más que usted. Es lo que los ingleses llaman un strawman argument.
"nosotros mismos éramos cristianos precisamente adolescentes cuando nos tomábamos en serio (o nos fomentaban tomárnoslas) todas estas cosas de la mortificación"
Será que Santa Teresa, San Juan de la Cruz, San Bruno, San Pedro de Alcántara y una lista innumerable de santos eran "adolescentes". A mi entender, ese tipo de afirmaciones evidentemente absurdas no hacen más que dejar en ridículo al que las hace.
Por supuesto, lo de los exámenes lo añade usted (una vez más), porque sólo parece ser capaz de enfrentarse a caricaturas y no a argumentos reales.
"Tal vez fuese una lástima, pero necesaria lástima, que la fe adulta viniese más tarde a recordarnos que "misericordia quiero y no sacrificios""
Quizá me permita que le recuerde que "sacrificios", en esa frase, hace referencia a los sacrificios de animales del Templo de Jerusalén, no a los sacrificios de los que estamos hablando aquí y para los que sólo en español se usa la misma palabra.
Por último, doña Raquel, alias don Guillermo P.F., alias don Manuel Málaga, alias don Agustín Zamora, etc., le recuerdo que está prohibido ir cambiando de seudónimo en InfoCatólica.
Meter en el mismo saco, y por tanto identificar a todos los efectos, en mi pueblo siempre han sido conceptos similares, independientemente de su denominación británica. En conciencia, y ese es el contenido y no lo anecdótico de la idea que yo lanzaba, algunos o muchos cristianos no somos de esos que se dice que tienen por "dogmas intocables" el divorcio, los anticonceptivos o el aborto. Pensaremos una cosa de uno y otra cosa de otro, y aquí paz y después gloria.
No está en mi ánimo despreciar costumbres penitenciales hoy en desuso, por mucho que enormes Santos y Santas de Dios estuviesen convencidos de que su práctica les era útil en otras épocas y mentalidades. Ni las ridiculizo ni me siento ridículo por no compartirlas ni por supuesto recomendarlas. Por otra parte, mejor me abstengo de entrar en el tema de las reliquias...
Tampoco alcanzo a comprender qué tendrá que ver esa manía que tenemos algunos de buscar nuestra felicidad a toda costa en esta única vida que Dios nos ha dado, siempre que no perjudiquemos a nadie y menos a nosotros mismos. Pero bueno, es el eterno tema...
Es curioso que un cristiano hable de "nuestra única vida", yo creía que la diferencia entre un cristiano y un ateo estaba en la trascendencia, eso que llamen vivir para la eternidad, que es justamente el título de la obra de teatro y película sobre Moro: "Un hombre para la eternidad". Claro que si yo pensara como tú no tendría prejuicio ninguno para no perjudicar a nadie, ya sabes: "Si Dios ha muerto todo está permitido" (Fiodor Dostoyevski) ya que se trata de buscar la "felicidad a toda costa".
Claro, Bruno, exigir la sangre de un animal no es lo mismo que centrarse en la sangre de las personas.
Lo del sábado y el hombre era una una cuestión administrativa, de unas normas puntuales, lo de los sacrificios era solo circunscrito a los del templo. Lo de los ricos solo para determinados ricos de su época y solo de espíritu es decir nada. Como sigas interpretando así el Evangelio resulta que la mitad de lo que dijo Cristo no es de aplicación hoy en día.
Bueno, lo que dijo Cristo sobre loan homosexuales sí es aplicable hoy en día tal cual ( ¡anda, si resulta que no dijo nada! )
BRomas aparte, es respetable el uso de silicio y demás, sobre todo en una cultura como la Edad Media, el Renacimiento, etc. Hoy en día también puede serlo. Pero hay que denunciar las exageraciones, cuando no desviaciones psicológicas reales y documentadas que se pueden dar en esta práctica.
Cristo nos pide que carguemos con nuestra Cruz, la de los que en una sociedad mundana vamos a sufrir inevitablemente los que le seguimos. Pero no nos pide que carguemos con cruces autoimpuedtas por amor al arte. Sí a Cristo lo criticaron no fue por el uso de suplicios ( no los usó) sino por comer y beber y saciar su hambre en sábado.
Hay que respetar determinadas tradiciones pero hay que deleitar la fe y la práctica religiosa, volver al núcleo del mensaje de Cristo.
Claro, Bruno, exigir la sangre de un animal no es lo mismo que centrarse en la sangre de las personas.
Lo del sábado y el hombre era una una cuestión administrativa, de unas normas puntuales, lo de los sacrificios era solo circunscrito a los del templo. Lo de los ricos solo para determinados ricos de su época y solo de espíritu es decir nada. Como sigas interpretando así el Evangelio resulta que la mitad de lo que dijo Cristo no es de aplicación hoy en día.
Bueno, lo que dijo Cristo sobre loan homosexuales sí es aplicable hoy en día tal cual ( ¡anda, si resulta que no dijo nada! )
BRomas aparte, es respetable el uso de silicio y demás, sobre todo en una cultura como la Edad Media, el Renacimiento, etc. Hoy en día también puede serlo. Pero hay que denunciar las exageraciones, cuando no desviaciones psicológicas reales y documentadas que se pueden dar en esta práctica.
Cristo nos pide que carguemos con nuestra Cruz, la de los que en una sociedad mundana vamos a sufrir inevitablemente los que le seguimos. Pero no nos pide que carguemos con cruces autoimpuedtas por amor al arte. Sí a Cristo lo criticaron no fue por el uso de suplicios ( no los usó) sino por comer y beber y saciar su hambre en sábado.
Hay que respetar determinadas tradiciones pero hay que deleitar la fe y la práctica religiosa, volver al núcleo del mensaje de Cristo. .
A nadie se le ocurrió preguntar nada a Jesús sobre el aborto o sobre la homosexualidad y por eso no predicó sobre lo que todo el mundo daba por sentado en Israel, hablar sobre ello no habría tenido sentido. La predicación de Jesús estaba limitada al tiempo que el Padre eligió para que viniera a este mundo, si se hubiera pronunciado sobre los vientres de alquiler, por ejemplo, habrían pensado que estaba loco.
Parece que Antonio1, lo mismo que mi tocayo Guillermo PF, han dejado patente su ignorancia de la penitencia cristiana con sus últimos mensajes. Consecuencias, a mi parecer, de querer compaginar a Cristo y al mundo (estar al caldo y a las tajadas dicen en mi pueblo).
"19:4¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo.
19:5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?"
Que yo sepa, Jesús, tan misericordioso, habló y especificó la diferencia y la complementariedad.
Y después de afirmar que están creados hombre y mujer, no dijo que el hombre dejará a sus padres y se unirá a otra mujer o a otro hombre y serán los dos una carne. Ni que una mujer se unirá a otra mujer.
Sarcasmos? Burlas?
Vamos, la vida PUBLICA de Trump es conocida por todas las personas.
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'¿No te das cuenta de que Trump es un bienaventurado, por humilde, por misericordioso, por pobre de espíritu, por limpio de Corazón?'
Mas sarcamos.
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'No has analizado su ejemplar vida familiar, su práctica econica en consonancia con la doctrina social de la Iglesia, su templanza, su preocupación por el Reino De Dios y su Justicia?'
Trump NO es Catolico por lo tanto NO tiene porque seguir la 'doctrina social de la iglesia.' Por lo demas es ATREVIDO creer lo que piensa Trump o saber lo que hace.
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'No te das cuenta de que Trump sabe que Cristo está en cada forastero y por eso los acoge?
¿No percibes su afán por amar al enemigo, por perdonar hsta setetenta veces siete?'
CANTIFLEAS.
Si eres Antonio 1 estás perdiendo calidad a marchas forzadas, tendré que suponer que ese "ha nadie" es un lapsus calami o que, no recurriendo al corta pega, te cuesta escribir. ¿Estás escribiendo con el móvil? Esa podía ser la explicación porque no quiero ser injusta.
Y no digo que solo esté mal lo que Cristo condena expresamente. Solo digo que las prioridades teológicas de alguno de dan de bruces con las prioridades de Cristo.
Obviamente escribo con el móvil mientras me empeño en terminar un artículo, que estoy de trabajo hasta arriba 😀
Sabes perfectamente que no puedes criticar a otros blogueros de InfoCatólica aquí. Es una falta de cortesía contra la que te he advertido varias veces. Ya está bien.
Ya te expliqué hace mucho tiempo, que esas afirmaciones sobre que "Cristo no dijo nada" acerca de un tema son irrelevantes. Y si se realizan como relevantes, son heréticas y contrarias a la fe.
Lo que dice San Pablo, que es muy clarito sobre este tema, es Palabra de Dios. Y como recordarás, Cristo es Dios, luego es Palabra de Cristo. Cristo no habla únicamente en el Evangelio, sino en toda la Palabra de Dios y la Tradición de la Iglesia (que incluye su doctrina sobre los actos homosexuales).
Si vuelves a negar eso, que es un punto básico del catolicismo, borraré todos tus comentarios, para evitar que dañes a otros presentándote como católico sin serlo.
¿Muy duro? Sí, pero es que no es la primera vez que dices estas barbaridades en mi blog. Ya te he advertido tres veces sobre ello. No te advertiré más.
"Moro no murió en defensa del matrimonio. Al contrario, tragó con el divorcio de Enrique VIII. De mala gana, evidentemente, pero tragó. Con lo que sí que no tragó fue con el Acta de Supremacía, que convertía al rey inglés en Papa en lugar del Papa. Fue eso lo que le costó la vida, su negativa expresa a aceptar la supremacía real sobre la Iglesia de Inglaterra, no la "defensa del matrimonio"".
Hasta donde puedo ver, eso no es correcto, porque separa dos cosas que estaban intrínsecamente unidas.
Obviamente, Tomás Moro hubiera aceptado una declaración legítima de nulidad del matrimonio de Enrique dada por la Iglesia, pero como esa nulidad no se dio, Enrique rompió con Roma para que sus obispos domesticados le concedieran la nulidad, que, al ser falsa, era en realidad un divorcio. Tomás Moro no aceptó nada de eso, ni la separación ni la falsa nulidad.
Otra cosa es que los que lo condenaron utilizaran como excusa que no aceptaba la supremacía real, porque al no ser Moro un eclesiástico, no tenía autoridad ninguna para determinar la cuestión de la validez del matrimonio del Rey y, por lo tanto, no se le podía juzgar por ese tema.
En vez de quejarse tanto y revolcarse en la basura, mire al Niño que nace. En Él está la solución y le quiere muchísimo.
Por desgracia, la experiencia me ha mostrado que tiende a rebuscar en la basura para justificar de algún modo sus propios problemas. Lo siento, pero este blog no está para esos desahogos. Por el bien de los demás lectores y el suyo propio.
Me encantaría decirle que no pasa nada y que todo está bien, pero no puedo. Ya sabe lo único que puedo decirle: la solución a sus problemas está en convertirse y no en intentar justificar los propios pecados. No hay otro camino para la paz y la felicidad. Huir de la cruz no sirve de nada. Si le deja, Dios le dará la fuerza para hacer lo que tenga que hacer.
Todo el lenguaje piadoso del mundo no puede hacer que su forma de actuar sea buena. Ya sé que no le gusta oírlo, pero no puedo decirle otra cosa, ni permitirle que desvíe el blog hacia sus propios líos.
Dios le bendiga.
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