¿Nunca segundas partes fueron buenas?

Diez mandamientosLa lectura de la misa del viernes pasado contenía una de esas frases que todo el mundo recuerda: Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Una frase impactante y llena de sabiduría divina, así que no es extraño que el sacerdote celebrante se centrara en ella para decir unas palabras. De hecho, si la memoria no me falla, yo diría que siempre que he oído proclamar ese pasaje o hacer referencia a él, se ha resaltado esa misma frase. Algo perfectamente comprensible, por su importancia.

Lo que ya no me parece tan comprensible es que, según mi experiencia, no se resalta nunca la segunda parte de la idea de San Juan, a pesar de que completa y explica a la primera: En esto conocemos que amamos a los hijos de Dios, si amamos a Dios y cumplimos sus mandamientos. Y todavía más aún: En esto consiste el amor de Dios: en que guardemos sus mandamientos. Es decir, si no amas al prójimo, no es verdad que ames a Dios, y si no cumples los mandamientos no es verdad que ames al prójimo ni a Dios.

La segunda parte es igualmente impactante y llena de sabiduría divina, pero, por alguna razón, parece que no tiene el mismo éxito. Al menos, en esta época. ¿Por qué será? ¿No tendrá que ver con el hecho de que eso de “amar a tu hermano” suena bien siempre que se quede en el ámbito de lo abstracto, sin obligaciones concretas que te obliguen a hacer lo que no te apetece o a renunciar a lo que deseas? ¿No estará relacionado con la mala prensa que tienen los mandamientos y la “osadía e impertinencia” de la Iglesia que se atreve a recordarlos y pretende que sigan teniendo valor, aunque no me gusten y me molesten y sean cosas de curas y estén pasados de moda y me cueste cumplirlos y sean un rollo?

Gracias a Dios, las palabras de San Juan prescinden de eufemismos para dejar las cosas muy claras: si no cumplimos los mandamientos, eso significa que no amamos a nuestro prójimo. Por lo tanto, la primera frase que hemos citado no puede ser una coartada para convertir el cristianismo en un mero activismo social, lejos de los “ritos, normas y dogmas desfasados” de la Iglesia (como a veces se pretende, aislándola maliciosamente de su contexto). El amor al prójimo siempre va por el camino de los mandamientos de Dios. Y si no va por ese camino, es que no es verdadero amor.

La tendencia a “dejarse de normas y mandamientos” y “centrarse solo en el amor” es un monumental engaño, porque no hay auténtico amor cuando se vulneran los mandamientos de Dios. Por eso, por ejemplo, ya puede desgañitarse Sor Forcades hablando de justicia social, que si a la vez se ríe de la moral sexual de la Iglesia, lo único que hace es mostrar que no conoce a Dios. Porque quien dice: “Yo le conozco” y no guarda sus mandamientos es un mentiroso y la verdad no está en él. Y ya puede el P. Masiá afimar en japonés o en castellano que él es “pro-persona”, que si a la vez desprecia a los niños no nacidos con malformaciones y justifica los pecados contra el quinto mandamiento, la realidad es que se ha apartado del camino del amor al prójimo y del amor a Dios. Ciertamente, es possible que actúen así por ignorancia, pero en cualquier caso la Palabra de Dios presta testimonio de que esa forma de actuar no se ajusta a la verdad.

No hay que engañarse. Si dices que amas a Dios y no amas a tu hermano, eres un mentiroso. Y si dices que amas a Dios o a tu hermano y no cumples los mandamientos, también eres un mentiroso. Aunque hables las lenguas de los ángeles, tengas el don de profecía y entregues tu cuerpo a las llamas, si no cumples los mandamientos no tienes caridad y no eres nada. Si dices que eres cristiano, pero estás a favor del divorcio y de las relaciones prematrimoniales, robas en el trabajo, pasas agradablemente las tardes criticando a tu jefe con tus compañeros, no vives tu matrimonio de acuerdo con la Humanae Vitae, vas a Misa sólo cuando “te sale de dentro”, comulgas sin haberte confesado en quince años, te pasas la vida juzgando a los demás y mientes sin problema para conseguir lo que quieres, te estás engañando a ti mismo y la verdad no está en ti.

¿Son palabras muy duras? Pues sí, pero es que la realidad también lo es, porque, y esto lo dice San Pablo, el salario del pecado es la muerte. La muerte, no “vivir la vida menos plenamente”, “equivocarte", “poder ser mejor” o “no llegar a desarrollar todas tus potencialidades”. Eso es lo que se le olvidó mencionar a la serpiente en el jardín: el pequeño detalle de que el pecado trae consigo a la muerte. Y así, por el pecado entró la muerte en el mundo. Y sigue causándonos la muerte todos los días, porque el hombre es el único animal que tropieza un millón de veces con la misma piedra.

En cambio, los mandatos de Dios son mandatos de vida. No son una maldición, aunque nos muestren la realidad de nuestros pecados, sino una bendición, porque lo que hacen es arrancarnos de la muerte. El cristianismo es el triunfo de la gracia de Dios y, con ella, sus mandamientos no son pesados, pues todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo. Y lo que ha conseguido la victoria sobre el mundo es nuestra fe. Podemos amar a Dios porque él nos amó primero, podemos amar al prójimo porque Dios nos amó primero y podemos cumplir los mandamientos porque Dios nos amó primero. El salario del pecado es la muerte, pero el don gratuito de Dios es la Vida eterna, en Cristo Jesús, nuestro Señor.

45 comentarios

  
Franco
Bruno

"Si dices que amas a Dios y no amas a tu hermano, eres un mentiroso. Y si dices que amas a Dios o a tu hermano y no cumples los mandamientos, también eres un mentiroso. Aunque hables las lenguas de los ángeles, tengas el don de profecía y entregues tu cuerpo a las llamas, si no cumples los mandamientos no tienes caridad y no eres nada. Si dices que eres cristiano, pero estás a favor del divorcio y de las relaciones prematrimoniales, robas en el trabajo, pasas agradablemente las tardes criticando a tu jefe con tus compañeros, no vives tu matrimonio de acuerdo con la Humanae Vitae, vas a Misa sólo cuando “te sale de dentro”, comulgas sin haberte confesado en quince años, te pasas la vida juzgando a los demás y mientes
sin problema para conseguir lo que quieres, te estás engañando a ti mismo y la verdad no está en ti".

A menos que uno se confiese con el padre Piolini... :)

PD: ¿No te estás olvidando de algo en el otro post?
14/01/14 4:24 PM
  
Cristhian
Mi querido Bruno, San Agustin resumió esto en un solo párrafo, una cosa hermosa que trato de recordar siempre:

"Tenemos una lucha en nuestro mismo cuerpo. Nuestra vida es un combate, y el combate un peligro. Y nosotros no podemos vencer sino por merced de quien nos ama. De qué lucha se trata, lo habéis oído cuando se leyó al Apóstol. Toda la ley -dice- tiene su cumplimiento en las palabras: Amarás al prójimo como a ti mismo (Gal 5,14). Este amor procede del Espíritu Santo. Amarás al prójimo como a ti mismo. Examina primero si ya sabes amarte a ti mismo; luego te dejaré amar al prójimo como a ti mismo. Pero si aún no sabes amarte a ti mismo, temo que engañes al prójimo como te engañas a ti mismo. Si amas la maldad, no te amas a ti. "Testigo es el salmo: Quien ama la maldad aborrece a su alma (Sal 10,6). Y si aborreces a tu alma, ¿qué te aprovecha el amar a tu carne? Aborreciendo a tu alma y amando a tu carne, resucitará tu carne, mas para tormento de ambos. Por tanto, lo primero ha de ser amar al alma y someterla a Dios, para que haya orden de servicio: sirva el alma a Dios y la carne al alma. ¿Quieres que tu carne obedezca a tu alma? Sirva tu alma a Dios. Para gobernar, debes dejarte gobernar, porque esta lucha es tan peligrosa, que, si deja las riendas quien debe gobernar, la derrota es segura.
Sermón 128,4-5"
14/01/14 4:33 PM
  
Eva
Don Bruno, usted no lo oye pero le estoy aplaudiendo hasta con las orejas.

Su experiencia respecto a las homilías es la misma que la mía, similar a la de la predicación sobre el Himno a la Caridad de san Pablo. Recuerdo predicaciones sobre todas las partes excepto sobre esta: "Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve."

Pareciera que muchos cristianos han olvidado que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas y que amar al prójimo, el segundo, se ha convertido en el equivalente de dar dinero o tiempo, y si puede ser al "lejónimo" en lugar de al prójimo mejor que mejor y más méritos.

Como diría Obélix, se han vuelto locos estos romanos.
14/01/14 5:18 PM
  
Antonio1
Está muy bien, como haces, no olvidarse de la segunda parte. Tampoco estaría mal no olvidar la tercera parte. Puesto que en San Juan Cristo nos recuerda que debemos guardar sus mandamientos, no estaría de más recordar cuál es el mandamiento que el nos da: y en esto San Juan es muy clarito:

"Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor. Os he dicho esto para que mi alegría esté en vosotros y vuestra alegría sea completa. Éste es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. "

En efecto este es su mandamiento: " amaos los unos a los otros como yo os he amado".
14/01/14 5:49 PM
  
Antonio1
Por eso tiene tanta razón el Santo Padre, cuando afirma:

“Santo Tomás de Aquino destacaba que los preceptos dados por Cristo y los Apóstoles al Pueblo de Dios «son poquísimos»47. Citando a san Agustín, advertía que los preceptos añadidos por la Iglesia posteriormente deben exigirse con moderación «para no hacer pesada la vida a los fieles» y convertir nuestra religión en una esclavitud, cuando «la misericordia de Dios quiso que fuera libre»48. Esta advertencia, hecha varios siglos atrás, tiene una tremenda actualidad. Debería ser uno de los criterios a considerar a la hora de pensar una reforma de la Iglesia y de su predicación que permita realmente llegar a todos.”


14/01/14 5:54 PM
  
Bruno
Cristhian:

Me gusta mucho. Especialmente la última frase: "¿Quieres que tu carne obedezca a tu alma? Sirva tu alma a Dios. Para gobernar, debes dejarte gobernar, porque esta lucha es tan peligrosa, que, si deja las riendas quien debe gobernar, la derrota es segura".

Hay sustancia para meditar bastante.
14/01/14 6:10 PM
  
Iker
¿Por qué decimos "amor" cuando queremos decir "usar al prójimo"?

La palabra "amor" es bonita y moralmente correcta aunque esconde, a veces, un "acto de egoismo". Por eso hay momentos en que es cómodo usar la palabra "amor" e incómodo cumplir los manamientos.

En moral sexual es muy claro: "Te quiero" muchas veces significa "te quiero usar en la cama".

Pero también en otros ámbitos: Decimos que queremos mucho a nuestras madres mientras se sacrifican por nosotros. Son unos soles. Luego, cuando ya no son útiles y somos nosotros quienes nos hemos de sacrificar, las llevamos a la residencia.

O nuestro amor por los pobres, que llamamos "solidaridad" y que significa que "los que tienen más que yo paguen más para que YO y los que tienen menos que yo recibamos más". Esta es nuestra "solidaridad".

Cuando regalamos una palabra bonita, podemos dar un paquete vacío. Esa trampa no la podemos hacer si se trata de cumplir los mandamientos.

Un saludo
14/01/14 6:14 PM
  
luis
Estimado Antonio, ¿podrías dar un ejemplo de un precepto vigente de la Iglesia que no exigido con moderación y que resulta una carga para los fieles?
No tiene trampa la pregunta, yo me la vengo haciendo desde que Bergoglio escribió este desconcertante párrafo y no encuentro, en la Iglesia romana, un merito mero precepto que le haga pesada la vida a los fieles. En la Ortodoxia sí los hay, pero resulta que se las hace más liviana, según cuenta. ¿Ayuno? ¿Limitaciones a las bodas solemnes? ¿Guarda de días festivos? ¿Limosna? ¿Abstinencia sexual? ¿Celebraciones larguísimas? ¿Impedimentos por parentesco para el matrimonio? ¿Prescripciones dietarias? Mmmmm

Andale, un precepto pesadito, uno solo. De esos que te quiebran la espalda. Dilo, que me muero de intriga con los tremendos preceptos veterocatólicos que quiebran la espalda de los fieles.
14/01/14 6:20 PM
  
Bruno
Antonio:

Quizá no he explicado bien lo que quería decir en el post. Ciertamente, el [segundo] mandamiento principal de Jesús es "amaos los unos a los otros como yo os he amado". Que es equivalente a la primera parte de lo que dice San Juan en su primera carta: Quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. El post, de lo que trata es de que, según la Palabra de Dios, ese "amaos los unos a los otros como yo os he amado" implica necesariamente cumplir los mandamientos de la ley de Dios. Es decir, los diez mandamientos de toda la vida y el resto de la ley moral. Si eso no se hace, uno no está amando a los demás de verdad.

Es una precisión muy importante, porque a todo el mundo le gusta hablar de "amar al prójimo"... hasta que aterrizas en el significado concreto que tiene eso y resulta que implica, entre otras muchas cosas, no defraudar a Hacienda, no murmurar contra tu jefe, no ver pornografía, ser fiel a tu mujer hasta la muerte, tratar a tus empleados mucho mejor de lo que establece el libre mercado, la apertura a la vida en tu matrimonio, etc. Entonces empiezan las quejas sobre la Iglesia y su moral.

Pero esos mandamientos no son menos bellos y hermosos que el doble mandamiento principal, porque de hecho son sus aplicaciones concretas y reales. A la postre, son reflejos del propio actuar de Cristo, que es la vocación de todo Cristiano. Los mandamientos son las respuestas objetivas y sin autoengaños a la pregunta: ¿Qué habría hecho Cristo en esta situación?

En cuanto a la cita del Papa, creo que no la has entendido bien. El Papa está hablando de los preceptos puramente religiosos, que en el cristianismo son poquísimos (ayunar algunos días, abstinencia otros pocos, etc.), pero eso no tiene nada que ver con los mandamientos morales.

Saludos.
14/01/14 6:23 PM
  
Calígula
Don Bruno, es la primera vez que le leo y me ha gustado mucho su artículo. Yo diría que amamos al prójimo cumpliendo los mandamientos de Dios. El amor, el fetén, el auténtico, es el amor cristiano.
14/01/14 6:27 PM
  
Luiscar
Es que el Amor de Dios,infundido en nuestras potencias por el Don de SU Espiritu y alimentado por la Fe/respuesta/fruto en continuo crecimiento,es lo unico que nos hace capaces de despreciar nuestro egoismo,porque sin llevar/llevados a la Cruz nuestro egoismo/desorden/desobediencia,es imposble amar al projimo y tambien a los que nos tienen por enemigos,como Dios quiere.

El que no se deleita con los mandamientos de Dios,es porque aun vive sometido a la ley y no en la libertad del Espiritu.Somos,pues,carnales.
Los mandamientos vividos en la Gracia,son en si mismos Amor y liberacion,pero vividos en la carne son cadenas para el orgullo.

El hombre caido busca su autoestima para poder,dice, amar a los demas,porque si no me amo a mi,¿como voy a amar a nadie?. El problema es que su estima la busca en las bajas pasiones,falsas,vanas,y
perecederas. Que guapo soy,que tipo tengo,que rico soy,cuanto me van a mirar,a adular,a aplaudir..a cuantos voy a engañar ,ademas de a mi.Orgullo,codicia,lujuria,vanagloria etc.

El hombre regenerado tiene Cristoestima.Por el Espiritu Santo,se conoce a si mismo,y sabe que todo eso es vanidad,pura mentira,ego-centrismo.Solo el que es liberado del dominio,que no de la tentacion,para el crecimiento de la virtud, de todas esas pasiones y muchas otras del mismo origen,puede amar como Cristo nos amo,por nuestro verdadero y eterno bien,la verdadera salud del alma y del cuerpo.

Sabemos como piensa,com siente y el sueño al que hemos inducido a nuestra propia conciencia,y del que solo Cristo nos puede despertar de la Matriz y mostrarnos la Verdad; hemos estado alli.
La Paz de Cristo.
14/01/14 6:31 PM
  
Bruno
Luis:

No puedo entrar en la mente del Papa, pero se me ocurren unos cuantos preceptos pseudoeclesiásticos que hacen la vida bastante pesada en ocasiones. Por ejemplo:

- La obligación, en muchos colegios católicos de América, de que los padres sean católicos y estén casados por la Iglesia para llevar allí a sus hijos (contra toda la tradición de evangelización de los colegios católicos).

- La pesada carga de tener que escuchar los desvaríos de un sacerdote que se inventa por completo la liturgia, sustituyéndola por charlas inanes y superficiales.

- La sorprendentemente pesada burocracia eclesial.

- La obsesión por el compromiso parroquial en algunas parroquias, como si esa fuera la vocación fundamental del cristiano, y que termina por hacer que las mismas personas tengan que estar ahí día y noche hasta que terminan completamente quemados.

- Las reuniones parroquiales demasiado largas y demasiado frecuentes, que habrían estado cerca de desesperar al Santo Job.

- ...

Y hablo de todos por experiencia propia.
14/01/14 6:33 PM
  
Antonio1
Precisamente porque la entiendo bien la cito. Los mandamientos morales a veces son dificultados por los preceptos mal entendidos. Y todos los mandamientos morales no se entienden sin los otros dos, incluso se desvirtúan y pueden llegar a ser pecaminosos sinvel amor a Dios y a los hermanos. Por lo demás de acuerdo contigo.
14/01/14 6:34 PM
  
luis
En mi opinión, no terminamos de percatarnos de nuestra real estructura antropológica. No somos ángeles. En nosotros, todo el complejo intelectual-somático-temporal tiene que actuarse para "hacer la verdad" del amor. Creemos que con solamente entender la verdad amamos; falso; que con querer amamos; falso. La curva del amor parte de la inteligencia y va a hundirse en el más nimio de nuestros actos cotidianos. Sólo así amamos.
Y somos una unidad, una inextricable unidad de causa y consecuencia, de responsabilidad y karma. Creemos que podemos comer la manzana y seguir paseándonos en el Jardín, que podemos comulgar y seguir viviendo en pecado, que podemos no comulgar y vivir eternamente.
14/01/14 6:37 PM
  
Bruno
Antonio:

No comprendo tu comentario.

Yo no he dicho que no entendieras bien la frase de Cristo, que es a lo que se refiere tu comentario último. Y que por otra parte también es un mandamiento moral.

Lo que he dicho es que no entendías bien la frase del Papa. ¿Has visto ya que no habías interpretado bien a qué se refería?
14/01/14 6:38 PM
  
Bruno
Caligula:

¡Bienvenido al blog!

"Yo diría que amamos al prójimo cumpliendo los mandamientos de Dios. El amor, el fetén, el auténtico, es el amor cristiano"

Totalmente de acuerdo. El amor cristiano, que es el amor de Cristo.
14/01/14 6:40 PM
  
luis
Bruno, no hagas trampa, estamos hablando de preceptos eclesiales. Con lo fácil que me sería excogitar "preceptos" de algún grupo de aquellos...

By the way, me sorprende que descalifiques la política de ciertos colegios católicos que exigen que los padres sean coherentes y compartan el ideario de un colegio, caricaturizándolos en forma bastante burda y políticamente correcta. Es un off topic y tiene demasiados matices [...] pero cuando quieras lo discutimos.
14/01/14 6:43 PM
  
rocamador
"Si me amáis, guardaréis mis mandamientos".
14/01/14 6:57 PM
  
Bruno
Luis:

Ya he dicho que son preceptos pseudoeclesiásticos, pero la realidad es que son vividos por muchos fieles como pesados preceptos que les impone la Iglesia (aunque la Iglesia en este caso sea más bien un cura que abusa de su autoridad).

En cuanto a lo de los colegios, no es en absoluto una consideración políticamente correcta. Más bien al contrario. No creo que todo el mundo tenga derecho a ir a esos colegios por razones de tolerancia, indiferencia, etc. Creo que los colegios católicos tienen derecho a elegir a sus alumnos y creo que, precisamente, a los que deberían elegir ante todo es a los niños de padres no católicos o en situación irregular, para evangelizarlos.

En los países de misión, tradicionalmente una buena parte de los cristianos llegaron a serlo a través de los colegios de las órdenes religiosas. Y, sin embargo, justamente ahora que los países antiguamente cristianos pasan a ser países de misión, los colegios religiosos renuncian a esa vocación de evangelización. Me parece una barbaridad injustificable. Aunque, por supuesto, se haga con buena intención.

Tendría que suceder justo lo contrario: "¿No es usted católico? Estupendo. Tiene un 50% de descuento en las cuotas".
14/01/14 6:59 PM
  
rocamador
Quien dice que ama a Dios y no ama a su prójimo, esto es, no roba, no calumnia, no le quita el cónyuge a su prójimo, etc., es un mentiroso. Pero para guardar estos mandamientos hay que conocer y amar previamente a Dios. Si no, el cristianismo se convierte en un catálogo de preceptos y en un moralismo.
14/01/14 7:01 PM
  
luis
No coincido de ningún modo Bruno. La comparación con los colegios de misión es muy falaz, y tiene tanta similitud como la que puede tener un matrimonio de indios que quieren que los padrecitos hagan cristiano a su hijo con una pareja de homosexuales que quieren que el hijo vaya al colegio pijo del barrio.

En primer lugar, la educación compete a los padres. El colegio sólo es un delegado de estos. Si los padres no son católicos, el colegio no tiene por qué suplantar a los padres.
En todo caso, habrá que ahondar en la motivación por la que padres no católicos inscriben a sus hijos en estos colegios. Muchas veces, son extrarreligiosas, y al momento en que se les da a sus hijos una enseñanza "incorrecta" son los primeros en armar conflicto, incluso introduciendo al Estado secular con denuncias, amparos judiciales y censuras.

Lo que hacen los colegios católicos es muy sencillo: exigen suscribir un ideario, que exprese la conformidad con los preceptos que los hijos van a recibir. Es lógico, nadie deja entrar a su casa a alguien sin ciertas reglas. Esto no es "no aceptar hijos de padres no católicos" o de "divorciados" o de transexuales, como torticeramente dicen los enemigos de la educación católica. Pero si lo que se pretende es introducir niños que comiencen con conflictos de conciencia a los 7 años cuando se percatan de que viven en familias organizadas contra las leyes naturales o de la Iglesia, y queden como rehenes de padres que empiezan a presionar para que se silencie la doctrina católica, sí, es mejor que no entren o que reciban educación católica el día que se sacudan el desgraciado yugo de sus progenitores.
Lo digo por experiencia en estos colegios. Quizás no conozcas el ambiente.

Toto corde.
14/01/14 7:17 PM
  
gringo
El decálogo se centra en lo que no hay que hacer.
Pero en el Nuevo Testamento además queda claro que la inacción también es pecado.
"De ninguna manera basta con no robar la propiedad ajena, errais si guardais la riqueza que Dios creó para todos. Quien no da a los demás lo que posee, es un homicida, un asesino. Cuando guarda para sí lo que podría dar a los pobres, es responsable de las muertes de los que podrían haber vivido de esa abundancia. Cuando compartimos con los que sufren no les damos lo que nos pertenece sino lo que les pertenece. No es un acto de compasión sino el saldo de una deuda".
¿Quién escribió eso? ¿un jesuita progre, un cura de la Teología de la Liberación, un trasnochado comunista de los de "la propiedad es un robo"?.
Fue un papa, Gregorio Magno, santo, Padre y Doctor de la Iglesia.
14/01/14 7:21 PM
  
Bruno
Luis:

"La comparación con los colegios de misión es muy falaz, y tiene tanta similitud como la que puede tener un matrimonio de indios que quieren que los padrecitos hagan cristiano a su hijo con una pareja de homosexuales que quieren que el hijo vaya al colegio pijo del barrio"

En absoluto. De hecho, la comparación falaz es la tuya, suponiendo indebidamente que los padres no cristianos que enviaban a sus hijos a los colegios católicos en Japón o en el Norte de África lo hacían para que los cristianizaran. Lo hacían, en la mayoría de los casos, para que recibieran una buena educación que no podían recibir en otro lugar y no se preocupaban de cuestiones que les parecían menos importantes, como las religiosas, o pensaban que su hijo no se iba a creer nunca esas cosas tan raras. Es decir, exactamente igual que lo que sucede hoy. Y luego había problemas, exactamente igual que hoy.

Si la motivación de los colegios es evitar problemas legales, bastaría con explicar claramente a los padres que se trata de un colegio católico, incluso haciéndoles firmar que se dan por enterados, como tú dices. Pero la realidad es que en bastantes casos no es suficiente con eso, sino que se exige que los padres sean católicos y estén casados por la Iglesia. No me lo estoy inventando yo, ni es un invento de la prensa anticatólica. Me consta.

Ya sé que un niño de padres no católicos da más problemas al colegio. Pero benditos sean esos problemas, que son los mismos que tuvieron San Francisco Javier y los grandes misioneros. Son problemas y dificultades reales pero, precisamente por serlo, darán frutos de vida eterna. Y, en muchas ocasiones, llevarán a la conversion del niño y de los padres. Exactamente igual que sucede en los colegios de países de misión (o sucedía, porque muchos de los colegios religiosos de hoy solo tienen de religiosos el nombre).
14/01/14 7:36 PM
  
luis
Bruno: es imposible un colegio católico sin una base mayoritaria de familias católicas. Es imposible una escuela católica con hijos mayoritariamente de divorciados o concubinarios. Y los niños que provienen de familias no católicas, deben ingresar previa firma de un ideario, por parte de los padres, de aceptar que se enseñe la doctrina católica en su integridad. Como en el bautismo.

Aún así, hay problemas gravísiimos, que trascienden las dificultades que minimizas, y se relacionan con el grave disturbio que produce en un niño vivir en una familia que en su escuela califican de anticristiana o antinatural. Es similar al problema del bautismo. Si seguimos pensando que los padres son irrelevantes en la educación de los hijos, nos seguiremos confundiendo.

Y sin mencionar el escándalo de los otros niños. No te imaginas los problemas. Por eso Pío XI en su Divinis Illius Magistris hablaba de escuela católica para alumnos católicos.

Puede haber excepciones, pero los padres deben ser personas de buena voluntad y las cosas deben quedar muy claras, como en el bautismo. La regla general, como en el bautismo, es: los hijos, la religión de sus padres. Después, las excepciones, pero son excepciones.

Te lo digo con medio siglo de experiencia en colegios católicos, en distintos lugares del mostrador.
14/01/14 7:58 PM
  
Bruno
Gringo:

Sí, el es principio del destino universal de los bienes, que siempre ha formado parte de la doctrina católica.

Sólo un par de pequeñas matizaciones:

- El decálogo tiene mandamientos expresados de forma positiva: amar a Dios sobre todas las cosas, honrar al padre y a la madre o santificar las fiestas. Y el Antiguo Testamento también condena la inacción muchas veces. La gran diferencia entre el AT y el NT es, por supuesto, el propio Cristo. Por eso, como señala Antonio, el precepto de Cristo es "amaos unos a otros como yo os he amado", que se refiere al ejemplo de Cristo y también a su gracia, porque somos incapaces de amar así sin la ayuda de Dios.

- Al Papa Gregorio Magno (como al resto del magisterio católico) nunca se le ocurrió decir que la propiedad fuera pecado, que es algo diferente.

En lo demás, de acuerdo.

Saludos.
14/01/14 7:58 PM
  
Franco
Gringo
Qué bueno que dejés tu ateísmo de lado de vez en cuando para predicar. Es un buen paso.
14/01/14 8:11 PM
  
Bruno
Luis:

"Bruno: es imposible un colegio católico sin una base mayoritaria de familias católicas"

No, eso no es cierto. Porque, de nuevo, los colegios clásicos de misión tenían a menudo una mayoría de alumnos de familias que no eran católicas. Será más difícil, habrá que hacerlo de otra forma, los profesores tendrán que ser mejores o lo que sea, pero no es imposible. Contra facta...

"Y los niños que provienen de familias no católicas, deben ingresar previa firma de un ideario, por parte de los padres, de aceptar que se enseñe la doctrina católica en su integridad".

Cierto. Es evidente que debe advertirse a los padres que se trata de un colegio auténticamente católico, para que haya los menos malentendidos posibles (aunque seguirán produciéndose, en buena parte a causa de los colegios "católicos" que realmente no lo son).

"Como en el bautismo"

No, porque no es un bautismo. No confundamos lo que es muy diferente.

"Aún así, hay problemas gravísiimos, que trascienden las dificultades que minimizas, y se relacionan con el grave disturbio que produce en un niño vivir en una familia que en su escuela califican de anticristiana o antinatural". "Y sin mencionar el escándalo de los otros niños"

Será un disturbio, pero el disturbio no proviene del colegio, sino del hecho anticristiano o antinatural en sí. Pretender que la causa de los problemas está en afrontar la realidad tal como es resulta ridículo. Por supuesto, todo debe hacerse con caridad, tacto y cariño, pero la verdad no es el problema.

"Si seguimos pensando que los padres son irrelevantes en la educación de los hijos, nos seguiremos confundiendo"

Yo no pienso eso en absoluto. De hecho, pienso lo contrario. Creo que hay que evangelizar a los hijos y a los padres.

"No te imaginas los problemas"

Sí que me los imagino, pero creo que evitar problemas no es lo principal. Y cuando una actividad católica se centra en evitar problemas, saltan en mi cabeza todas las alarmas.

"La regla general, como en el bautismo, es: los hijos, la religión de sus padres".

Eso no es la regla del bautismo. La regla del bautismo es el catolicismo para hijos de padres católicos. Para los demás, la regla es que se respeta la patria potestad pero, si no hay oposición explícita de los padres, se evangeliza a los niños e incluso se les bautiza si alguien se va a encargar de la educación católica.

"Te lo digo con medio siglo de experiencia en colegios católicos, en distintos lugares del mostrador".

Yo no tengo tanta experiencia, pero sí cuatro décadas, y creo que nuestros colegios tienen que tener como una de sus finalidades principales la evangelización, especialmente ahora que nuestros países han pasado a ser de misión.

Otra cosa diferente es las modalidades concretas, la proporción de familias católicas que se considere optima, las medidas para evitar matriculaciones maliciosas, la información que debe darse a los padres, etc. Pero si no evangelizamos, desapareceremos o quedaremos estancados durante siglos, encerrados en nuestros grupitos.
14/01/14 8:20 PM
  
luis
Pues no creo
14/01/14 8:28 PM
  
luis
Bruno, una cosa es una escuela de misión y otra un colegio católico.
14/01/14 8:30 PM
  
Bruno
Luis:

Una escuela de misión es un colegio católico en un país de misión. Y no sé si queda en el mundo algún país que no sea de misión.

El mío, desde luego, es un país de misión.

Y de mi colegio católico salieron al menos un 90% de agnósticos. Aunque ese es otro problema.
14/01/14 8:33 PM
  
Bruno
Eva:

Muy buena reflexión. En efecto, el himno a la caridad es otro de los textos cristianísimos que a menudo se leen con una mentalidad agnóstica.
14/01/14 9:04 PM
  
luis
Bruno, es posible que el concepto esté quedando un poco anacrónico, pero un colegio católico es básicamente un grupo de padres y de educadores católicos que dan formación católica a sus hijos. Como un club católico, las reglas de admisión las ponen ellos, porque no sólo la enseñanza o el plantel educativo es importante, sino también el ambiente. Una cosa es un niño educado entre niños hijos mayoritariamente de padres divorciados incluso al ingresar a la matrícula, otra entre niños obviamente con problemas y con divorcios advinientes (eso no se puede evitar).
A muchos padres esto nos exige muchísimo esfuerzo, y dinero, porque no es barato, he dejado una fortuna en esto. La Iglesia en estos casos cumple una función subsidiaria de la función paterna, y debe respetar nuestros deseos. Eso es un colegio católico de padres católicos. Si quieren poner un colegio de misión, gratuito o lo que sea, adelante. Si por excepción tenemos chicos hijos de familias no correctamente constituídas, adelante. Pero al menos tenemos derecho a un ambiente tradicional para nuestros hijos, en la medida que es posible en el mundo de Sauron. Y de Saruman, claro que sí.
14/01/14 9:57 PM
  
rastri
En cambio, los mandatos de Dios son mandatos de vida. No son una maldición, aunque nos muestren la realidad de nuestros pecados
_____________

-¿Y cuál es física y psíquicamente; individual y colectivamente la realidad de nuestros pecados?

-¿Es el dolor físico, es la muerte de un cuerpo decrépito; es la ignorancia, la duda o la desesperación de esta triste vida?

-O es ese fatal progreso tan ansiado que indefectiblemente, en sabio final, nos obliga a tener que admitir, que en el mejor de los supuestos : todo en este mundo es vanidad de vanidades. ¿Y entonces qué?





15/01/14 1:52 PM
  
Antón
Hay colegios católicos, como los de Fomento, que son expertos en quitar la fe a quien la traía de casa. La tierra de misión hoy también está dentro de la Iglesia.
15/01/14 3:45 PM
  
Bruno
Luis:

Curiosamente, hoy he leído este artículo:

http://www.theguardian.com/commentisfree/2014/jan/14/daughter-of-atheist-wants-to-be-catholic?CMP=twt_fd

Creo que ejemplifica justamente lo que decía en los comentarios anteriores.

Dices "La Iglesia en estos casos cumple una función subsidiaria de la función paterna, y debe respetar nuestros deseos". Creo que es evidente que no discutimos eso, sino si esos deseos son acertados del todo o no, que es algo muy diferente. Por no hablar de que incurres en una petitio principii, ya que estamos hablando de criterios de admisión, así que claramente estamos definiendo qué padres verán respetados sus deseos y cuáles no (porque no serán admitidos).

Es evidente que los padres pueden y deben desear un ambiente auténticamente católico para la educación de los hijos. Si no lo hacen, están faltando a sus deberes de padres. Sin embargo, creo que el criterio de selección de padres católicos y casados por la Iglesia no es determinante para la formación de ese ambiente y es contraproducente para otra finalidad tradicional de los colegios católicos, que es la evangelización.

A mi entender, el ambiente fundamental de un colegio es el que establecen la propia organización del colegio y sus profesores. Sólo si el colegio y los profesores no tienen una identidad fuerte, serán los alumnos los que secuestren el ambiente y el tono general del colegio (como sucede en tantos colegios "católicos", no porque los alumnos sean peores o no estén seleccionados, sino porque los profesores y directores apenas tienen identidad Cristiana).

Si un colegio católico no tiene la fuerza moral suficiente como para crear un ambiente católico en sus aulas, dudo que sea un colegio deseable, por mucho que se seleccione a los alumnos entre hijos de padres de la Adoración Nocturna. Porque, no lo olvidemos, el pecado está presente en todas partes, también entre los hijos de familias católicas.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que no estamos hablando de una sociedad, por ejemplo, islámica, es decir, con una concepción del universo estructurada y una identidad fuerte alternativa al cristianismo. Si nuestra sociedad se caracteriza por algo, es por la confusion y el relativismo, que son incapaces de fundamentar una oposición razonable general a la cosmovisión cristiana en igualdad de condiciones (y mucho menos en un ambiente católico).

Eso no quita, por supuesto, que haya prejuicios muy fuertes en algunas personas, sobre todo en relación con temas morales como los que citabas. Pero lo normal es que esos padres eviten como la peste un colegio auténticamente católico. O, si por error entraran en él, lo normal es que lo abandonen muy pronto. Por eso, los criterios de reserva del colegio a padres católicos y casados por la Iglesia no excluyen a los enemigos activos del cristianismo, que ya se excluyen a sí mismos, sino a los numerosísimos alejados que se ven incapaces de vivir la moral Cristiana por debilidad pero quieren que sus hijos tengan esa oportunidad y a los aún más numerosos indiferentes a la religion, que sólo buscan una buena educación sin ser del todo conscientes de que esa educación será buena precisamente por cimentarse sobre principios cristianos. Es decir, justo las dos categorías a las que hay que evangelizar en primer lugar.

Por eso creo que hay que tener cuidado para que el aparente bien inmediato de los hijos no nos ciegue a las necesidades del bien común, que estriba fundamentalmente en la evangelización. De otro modo, nuestros hijos estarán cómodos en su grupito católico, pero estaremos contribuyendo a una sociedad cada vez más anticristiana que les destruirá cuando crezcan y salgan del cada vez más pequeño entorno católico.

En cualquier caso, soy consciente de que este tema, en muchos de sus aspectos, es prudencial y no admite una solución maniquea. Lo que sí me parece importante es no olvidar la función evangelizadora tradicional de los colegios católicos.
15/01/14 4:06 PM
  
luis
Sí, es prudencial. Creo que hay varios modelos factibles de colegio católico. Me parece que el más deseable es el que exige educadores con fuerte identidad católica y alumnos procedentes de familias estructuralmente católicas, es decir, padres heterosexuales y casados sacramentalmente, al menos como realidad normal y abrumadoramente mayoritaria. Excepciones, las que se quiera. Pero sin familias católicas no hay colegio católico, habrá colegio de misión, que es otra cosa. Respecto del pluralismo sociológico, señalo que en la infancia es muy difícil mantenerlo. La infancia no es el tiempo del proselitismo ni del diálogo, es el tiempo de aprender, por lo que veo muy inconveniente que un niño católico se crie entre niños de otra confesión o procedentes de familias desquiciadas, por ejemplo homosexuales.
Por cierto, el mundo de Sauron -y de Saruman- volverá casi imposible este ideal, que es el de San Juan Bosco, como imposible es el Estado confesional. Siempre quedará el homeschooling.
15/01/14 4:17 PM
  
Bruno
Antón:

"La tierra de misión hoy también está dentro de la Iglesia"

Sí. Bueno, en gran parte siempre lo ha estado. Las misiones populares, por ejemplo, tan frecuentes en el siglo XIX y primera mitad del XX, son clara muestra de ello.

"Hay colegios católicos, como los de Fomento, que son expertos en quitar la fe a quien la traía de casa"

No los conozco personalmente, la verdad. Pero lo que sé de ellos no concuerda mucho con lo que dices. Los niños que conozco y que van a colegios de Fomento me han parecido siempre bastante más firmes y formados en la fe que los de casi cualquier otro colegio. Y también conozco a varios padres cuyos hijos van a esos colegios y que se han beneficiado mucho ellos mismos del ambiente católico de los colegios.

En cambio, conozco a algún que otro profesor descontento y algo rebotado con esos colegios. Pero hasta ahí llega mi experiencia.
15/01/14 4:25 PM
  
Luis I. Amorós
Interesante artículo, Bruno.
La cosa finalmente termina en el significado que damos a la palabra Amor, polisémica donde las haya.

El Santo Padre emérito, Benedicto XVI, en su Deus caritas est, trató de incidir sobre este asunto, explicando las diferencias entre los distintos tipos de amor según el término griego empleado en el AT y el NT, y qué significaba realmente el Amor predicado por Jesucristo.
Por desgracia, sus interesantísimas y atinadas reflexiones han permeado poco al mundo católico, y nada extra Ecclesia.

El mundo actual ha reducido el significado del Amor a su vertiente sentimental (y por cierto, bastante falseada por edulcoradamiento). Asimismo, yo diría que en el modernismo contemporáneo el Amor tiene cada vez menos protagonismo. No se le puede desligar de una inevitable asociación con renuncias o sacrificios hacia el objeto amado, y eso del sacrificio del egoísmo está cada vez peor visto.

Por otra parte, la ideologización del término "amor" (como de tantos otros conceptos), lo eleva a ideal ajeno a nuestra vida diaria, una suerte de actitud social y monetaria. Por eso mucha gente puede indignarse porque no se ayuda a los pobres del otro lado del mundo, mientras no es capaz de soportar a cónyuges, vecinos o compañeros de trabajo ni ocuparse de Dios, y a la vez creer sinceramente que cumple los preceptos evangélicos sobre el amor.

El Amor está siendo postergado tras la Voluntad, la Autonomía y la "libertad", que son los grandes tótems actuales.
15/01/14 8:05 PM
  
ult+palabras
Muy de acuerdo con los comentarios de Antonio1, Iker y Gringo.
En el interesante diálogo entre luis y Bruno le doy toda la razón a Bruno, pues creo que se corresponde mejor con el espíritu evangelizador que debería tener siempre la Iglesia. Además esa es mi experiencia personal y la de mis conocidos respecto a los colegios católicos.
Creo además que no se debe nunca juzgar de antemano por las apariencias. Me consta de un colegio que no quiso admitir al hijo de unos conocidos míos porque eran "comunistas" y pensaba que serían enemigos infiltrados en el colegio. De hecho la única razón que tenía este matrimonio (casados además por la Iglesia) era el buen recuerdo del padre de la criatura, que a pesar de haber medio perdido la fe seguía teniendo afecto a su colegio de la infancia. El "comunismo" había sido un sarampión universitario de la pareja que se les pasó con el tiempo, jamás tuvieron cargos políticos ni más distinción que haber estado en comisaría cuando eran jovencísimos.
A ellos les dijeron que no había plaza, pero en otro lugar comentó el director a unos amigos, que menuda cara tenían esos "comunistas" (sic) queriendo infiltrar a su hijo en un colegio religioso. Total, que perdió el afecto que aún tenía a su colegio y se alejaron aún más de la Iglesia.
Dios quiso que se fueran a otra ciudad por motivos de trabajo, y "casualmente" llevaron a sus niños pequeños al colegio de monjas más cercano a su casa, porque les pareció que funcionaba bien y ahí no habían llegado las malas lenguas.
El resultado: una familia católica, unos niños que hicieron en el colegio su primera comunión y que son hoy adultos creyentes, una hija de otro amigo ateo bautizada a los siete años, con esta pareja como padrinos etc etc.
Nada de eso hubiera ocurrido si les hubieran seguido rechazando poniéndoles una etiqueta también en el segundo colegio.
Y conozco miles de casos parecidos con toda clase de variantes.
Si me remonto a una danesa protestante que había en mi colegio, recuerdo que aunque no iba a clase de religión ni a misa, la influencia del colegio en ella hizo que se quisiera convertir al catolicismo.
En un instituto en el que trabajé recuerdo que había un musulmán que iba a clase de religión católica por simple curiosidad y el profesor de religión estaba encantado con él. No creo que conocer la religión católica le haya venido mal, aunque siga siendo musulmán. El purismo farisaico y la exclusión no creo que nunca sean buenos.
Perdón por alargarme tanto, pero es que pienso que Bruno tiene razón a partir de ejemplos concretos como estos, no desde la sola teoría.
15/01/14 8:56 PM
  
gringo
La propiedad no es pecado.
Lo que es pecado es acumular riquezas mientras tros mueren de hambre.
Y no lo digo yo, lo dice san Gregorio Magno.
El que no comparte, es según el Padre y Doctor de la Iglesia, un "asesino" responsable de las muertes de los que podrían haberse salvado.
Ahí queda eso.
17/01/14 12:20 PM
  
Franco
Sí, Gringo. Es muy noble que te preocupés por nuestra salvación, pero no estaría mal que no te olvidés de la tuya.
17/01/14 8:36 PM
  
gringo
No me preocupo por vuestra salvación, me preocupo por vuestra formación de cristianos.
Como tanto os gustan la doctrina y el magisterio, nunca dejo de recordaros lo que dicen la Biblia, las encíclicas y los textos de los Padres y Doctores.
Que algunos se piensan que con oponerse al aborto y al condón, y despotricar contra la masonería, la democracia y la izquierda ya está todo hecho.
19/01/14 12:43 PM
  
Quevedo
Gringo:

Mentir de las estrellas
es seguro mentir
porque nadie a de ir
a preguntarle a ellas

Por favor comparte tu fuente de esa cita de Gregorio Magno porque contiene ambigüedades que en las homilías que conozco de él no lo tienen. Por supuesto que él era un enamorado de la pobreza y de la ayuda mutua, pero las palabras que usas dudo que sean las originales.
21/01/14 3:02 PM
  
ult+palabras
Ahí hay que darle la razón a gringo.
21/01/14 6:05 PM
  
Franco
Gringo
Espero que Dios tenga en cuenta tu preocupación. Ojalá vos también.
21/01/14 7:35 PM

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