Qué me importan los dogmas

catecismoDesde que escribo en este blog, he recibido multitud de comentarios que, más que negar un dogma u otro, lo que hacen es prescindir enteramente de los dogmas. Ayer, que hablábamos del Credo, esta actitud fue especialmente evidente. Se afirma que lo único importante es querer a los demás o, como mucho, que basta con saber que Dios es nuestro Padre y que nos quiere. Lo demás, se dice, son “barroquismos”, “cosas de teólogos”, “antiguallas” que alejan el cristianismo de la gente y que no tienen ni ninguna importancia.

Mi primera impresión ante todo esto es que resulta curiosísimo que, en dos mil años de historia de la Iglesia, sólo ahora nos hayamos dado cuenta de que todo eso de los dogmas no tenía ninguna importancia. ¿A nadie le sorprende que, generación tras generación, la Iglesia haya vivido pendiente de los dogmas como algo que afecta al núcleo de la vida cristiana y, de repente, ahora descubramos que era irrelevante? La Iglesia de todas las épocas ha considerado que el que no profesaba la fe de la Iglesia se separaba de ella, incluyendo la primera Iglesia de los Apóstoles:

Todo el que se extravía y no permanece en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que permanece en la doctrina, ése tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros y no lleva esa doctrina, no le recibáis en casa ni le saludéis, pues el que le saluda comunica en sus malas obras” (2Jn 9-11).

La insufrible arrogancia de nuestra época considera con desprecio a la Iglesia de los milenios anteriores, prescinde frívolamente de Concilios y Papas, mira por encima del hombro a San Atanasio, San Agustín, Santo Tomás, San Cirilo de Alejandría, San Buenaventura, San Ambrosio, San Hipólito, San Juan Crisóstomo, San Gregorio Nacianceno, San Basilio, San Ireneo y multitud de otros santos y Padres de la Iglesia que consideraron los dogmas como algo esencial para la vida cristiana.

Estoy convencido de que la actitud de “lo que importa es ser buenos y querer a los demás” es, generalmente, una resurgencia del pelagianismo. Esta herejía pensaba que nosotros podíamos “ser buenos” y alcanzar el cielo por nuestras propias fuerzas. Para Pelagio la gracia de Dios no era necesaria, con el compromiso humano bastaba. Jesús sólo había venido a la tierra para ser un ejemplo para nosotros.

Es totalmente cierto que lo más importante es el amor que tengamos. Al atardecer de la vida, nos examinarán del amor, como decía San Juan de la Cruz. Pero es que ese amor no puede ser cualquier amor, tiene que ser el amor de Jesucristo, que es la caridad cristiana. La fe y la gracia son necesarias para vivir el amor de Jesucristo. Sin la fe vivimos, en el mejor de los casos, un amor superficial, sensiblero, birriosillo, meramente humano, propio del que ama solamente a los que le aman, como hacen también los paganos.

Cristo nos mandó: amaos unos a otros como yo os he amado. Es decir, con su mismo amor, aceptando a los demás como son, poniéndonos por debajo de ellos como el que sirve, amando a los enemigos, dando la vida entera por los demás. Eso está más allá de nuestras fuerzas. Somos totalmente incapaces de hacerlo. Sólo con la fe y la gracia de Dios se hace posible. Para poder amar así, tenemos que saber cómo nos ha amado Jesucristo, experimentar ese amor, conocerlo, saborearlo y contemplarlo. Sólo mediante la fe alcanzamos ese amor. Si no, seremos incapaces de amar a los demás de esa forma.

Los dogmas, en esencia, sirven para evitar errores sobre ese amor, para impedir que nos conformemos con otros amores que no son el de Dios. Pondré un ejemplo muy claro: el credo proclama que Jesucristo no es una criatura, sino que es Hijo de Dios y Dios verdadero, engendrado por el Padre desde la eternidad (…Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre). Creer eso no es algo secundario. Es esencial, porque el hecho de creer realmente en el amor de Jesús depende de que creamos en que él era verdaderamente Dios. Es totalmente distinto sentirse amado por el Dios eterno que lo ha creado todo y tiene mi vida en la palma de sus manos que simplemente sentirse amado por un señor como otro cualquiera que vivió hace dos mil años. La “fe” del que cree que Jesucristo era un simple ser humano como lo demás no trae la salvación, porque lo que transforma la vida es que sea el mismo Dios el que, por amor a ti, se ha hecho hombre y ha dado la vida por ti, siendo tú un pecador y sin merecértelo en absoluto.

Es importante recordar que los cristianos no creemos propiamente en los dogmas, sino más bien en las realidades que designan los dogmas. De hecho, se puede decir que el único dogma (la “enseñanza” fundamental de Dios y de la Iglesia para el mundo) es Jesucristo y de que todos los dogmas particulares lo son por referencia a él. Los dogmas no son más que humildes ayudas al servicio del encuentro con Cristo. Son señales en el camino que, de vez en cuando, te dicen: no sigas por ahí, que ahí no está Cristo.

Los dogmas nos indican quién es Dios verdaderamente y cuáles han sido sus acciones. A menudo, la resistencia a los dogmas y a la moral de la Iglesia es señal de que no aceptamos a Dios como es. Estamos apegados a un dios de pega que hemos construido a nuestra propia imagen. Quien vive en adulterio y no quiere dejarlo se imagina un Dios que “no se preocupa de esas cosas”. El que piensa que la religión es algo puramente íntimo que no tiene que afectar a la vida social rechaza instintivamente que Cristo se encarnase “en tiempos de Poncio Pilato”, es decir, que Dios haya entrado en la Historia humana, de manera que absolutamente todo lo que hacemos tiene que ver con Dios. Los que creen que los elegidos de Dios no deben sufrir nunca, sino ir de triunfo en triunfo, como les sucede a los musulmanes, rechazan que Jesucristo muriera realmente en la cruz. Podríamos seguir así con todos los dogmas.

Lo que importa no es cómo nos gustaría que fuera Dios, sino cómo es realmente. La salvación no viene de nuestras ideas, sino del Dios verdadero y eterno. Consciente de nuestra debilidad, Jesucristo fundó la Iglesia y dejó en ella, como don suyo, el Espíritu Santo para que la guíe a la verdad. El Catecismo, utilizando una preciosa comparación, afirma: como una madre que enseña a sus hijos a hablar y con ello a comprender y a comunicar, la Iglesia, nuestra Madre, nos enseña el lenguaje de la fe para introducirnos en la inteligencia y la vida de la fe.

El credo es la expresión solemne de nuestra fe, de más precio que el oro, porque a través de ella recibimos el amor de Dios, que supera todo conocimiento. ¿Qué me importan los dogmas? Esa pregunta ya se responde en el bautismo de adultos, en el cual el sacerdote pregunta al catecúmeno: “¿Qué pides a la Iglesia de Dios?” Y la respuesta es: “La fe". El sacerdote pregunta de nuevo: “¿Y qué te da la fe?” La respuesta del catecúmeno es muy sencilla: “La vida eterna".

…………….

Nota: Como estoy de viaje, republico en el blog este artículo, que escribí hace cinco años.

29 comentarios

  
Alfredo
Buen post.

Vivimos unos tiempos en los que mucha gente dice creer en Dios, pero modelando a ese dios para que encaje en su propia vida.
Si Dios es nuestro Creador, ¿no será que debemos moldearnos para encajar nosotros en Él?

Los dogmas describen a Dios y a su Reino. Nos enseñan su naturaleza y nos adentran en un conocimiento más profundo de su Ser. Nos acercan a su entendimiento.

Si no se aceptan los dogmas, no se acepta a Dios.

Un saludo.
22/10/12 2:41 PM
  
Cristiano Indignado
Al respecto de uno de los Padres de la Iglesia que cita, "San" Cirilo, le diré que difícilmente puede ser Palabra de Dios la opinión de un fanático como ese señor, que se encargó de destruir la Biblioteca de Alejandría y perseguir, hasta la muerte, a los que no pensaban como él. Hecho que, dicho sea de paso, propició que poco tiempo después el Islam ocupase Egipto sin ninguna clase de esfuerzo, monofisismo aparte.

Como por otra parte la oposición de los obispos de occidente al nestorianismo (cuyas diferencias teológicas con la doctrina oficial eran prácticamente imposibles de discernir por el pueblo llano de entonces, y me atrevería a decir que para el de ahora también) propició en última instancia la caída del Imperio Bizantino en manos también del mahometanismo.

Por no mencionar que en el Siglo XVI, con la Reforma luterana, San Agustín pasó de ser cabecera de muchos clérigos a ser prácticamente denostado como incitador de esa misma reforma, en temas como La Ciudad de Dios.

En la Historia de la Iglesia, en cuestión de dogmas, hay muy pocas luces y muchas sombras. Cuestiones de puro detalle, otras destinadas a aumentar el poder de la Iglesia (sin que Dios en este caso tuviese mucho que ver) y las más discusiones filosófico-teológicas de difícil comprensión para el profano.

Hubo otros autores, olvidados y silenciados, cuyas posiciones teológicas fueron de mucho valor para la Iglesia. Tenemos a Boecio, a Juan Scoto y a otros muchos. Incluso dentro de los Padres de la Iglesia se ven influencias muy positivas de autores como Plotino o Averroes, por ejemplo, o escritos como el Pseudo-Dionisio, gracias a lo cual se introdujo a Platón y a Aristóteles de nuevo dentro de la cultura europea.

Todo eso en cuanto a dogmas antiguos. Los modernos son bastante más opacos e incomprensibles, como el de la Infabilidad Papal, teniendo en cuenta la poco edificante conducta de los Papas en la Edad Media y moderna (simonía al comprar el cargo, Papas nombrados siendo adolescentes de 12 años, injerencias del poder eclesiástico en el imperial y viceversa, hasta algún escándalo de índole orgiástica en la misma sede Papal [como en el período llamado "pornocracia", con figuras como la "Papisa Juana", por otro nombre llamada Marozia] y demás), que excluyen, de facto, la posibilidad de atribuir a hombres imperfectos esa omnisciencia que el dogma actual reclama. O mandamientos de la Iglesia, como el celibato, que en su tiempo se dictaron para evitar que los sacerdotes casados pudiesen transmitir bienes de la Iglesia a sus herederos o comprarlos incluso (simonía de nuevo), pero que ahora carecen de cualquier sentido.

Como ve, el tema no es blanco o negro, sino que tiene una amplia gama de grises. Los suficientes como para considerar que, fuera de Dios, que es el único Santo, no existe nadie perfecto sobre esta tierra, y que la línea que delimita la frontera entre el dogma y la herejía es tan difusa que es imposible de discernir en muchos casos. Al menos, con ojos humanos que se ha de comer la tierra.
22/10/12 2:43 PM
  
Chimo Vice
"Cristiano Indignado". San Cirilo de Alejandria no es padre, sino Doctor de la Iglesia. No he leído tu diatriba pero intuyo las barbaridades que habrás podido soltar en la misma.

Para tu conocimiento, la denominada Biblioteca de Alejandría fue fundada por Pantero, un intelectual de origen heleno que acabó convirtiéndose a la fe católica. Por otra parte, hay que decir que desde mitad del siglo II aproximadamente, lás elites intelectuales de esta ciudad, Alejandría, en su gran mayoría ya eran católicas y habían olvidado las supersticiones paganas.

C. Indignado. Este es un post para gente seria con cultura, para arrebatos anticatólicos tienes otros medios en los que expresarte.
22/10/12 3:19 PM
  
Percival
Cristiano indignado: la indignación lo ciega. ¿Usted francamente cree que ese resumen de leyendas negras es "historia"? ¿Cree sinceramente que puede argumentar así y ser tomado en serio?
Si simplemente está desahogando una rabieta, lo entiendo. Pero vomitar odios no le va a ayudar a encontrar paz.
Pero si lo que pretende es lanzar suciedades a diestra y siniestra sobre la dogmática cristiana y la historia de la Iglesia, que no deja de tener sus sombras, ciertamente, pero pretendiendo apagar así las muchísimas luces que tiene, está simplemente faltando a la verdad. Por ignorancia, y así tiene razón Chimo Vice; o por malicia, y entonces es un troll.
Y eso que escribe: "que la línea que delimita la frontera entre el dogma y la herejía es tan difusa" es quizás por miopía y astigmátismo de su fe. Porque precisamente el dogma ES la frontera.
Salirse del dogma es salirse de la ruta que lleva a Cristo. Y por lo tanto desfigurar la fe y la caridad. Y reducir finalmente el amor a una filantropía más o menos sentimentaloide, o a un pretexto farisaico para parecer un progre liberacionista. Precisamente en contra de la caridad auténtica que se quiere defender.
Vaya sí es importante también la integridad de la fe, que asume completo el dogma para no perderse a sí misma.
22/10/12 3:51 PM
  
Yolanda
Cristiano Indignado lee a Küng (por encima), a Tamayo (con toda la profundidad que es posible, o sea, poca)y ha visto la peli de Hipatia,

Además de eso, poco. Pero le entiendo...

Bruno, recuerdo este post de hace cinco años como si fuera de ayer. Y recordaba mis intervenciones con bastante fidelidad. Así que lo he buscado en su alojamiento original y ¡cómo me he sonreído! La verdad es que esperaba verme mucho más "fiera" y radical. Y me ha sorprendido verme, dentro de lo que era aquella época, bastante más razonable de lo que me recordaba.

De todos modos, ¡cómo hemos cambiado! Y no sólo yo... que por allí hay unos cuantos nicks conocidos y alguno bastante borde, jajajaja
22/10/12 4:02 PM
  
José Carlos
Bruno, me ha gustado mucho este artículo tanto por su contenido, el cual suscribo plenamente, como por su estilo sencillo, claro, directo y sobre todo muy positivo.

Además es muy apropiada su republicación en este año de la Fe.
22/10/12 4:12 PM
  
maria-a
Exelente, Bruno!!
Como Siempre!
Contigo está el Espíritu de Verdad!

Bendiciones!!
22/10/12 5:40 PM
  
pollito
Cristiano indignado ¿Cristiano ignorante?:

No se puede criticar lo que no se comprende. La infalibilidad papal, como sabe cualquier niño preparándose para la 1ª comunión, no significa impecabilidad... ha habido papas muy malos, seguramente -como los puso Dante- en el infierno, y sin embargo tan infalibles en materias de fe y costumbres como los papas más santos.

Y por cierto, la Biblioteca de Alejandría fue destruida ya en tiempos islámicos... doscientos años después de la muerte de S. Cirilo.
22/10/12 5:56 PM
  
vicente
a mí sí me importan los dogmas, la fe de la Iglesia.
22/10/12 5:59 PM
  
Eduardo Jariod
Ante un dogma se pueden adoptar dos posiciones: aceptar su contenido y creerlo, o rechazarlo. Pero en la afirmación enfática "qué me importan los dogmas", la oposición es mucho más profunda, pues lo que se rechaza es el dogma mismo por el hecho de ser dogma, con independencia de sus contenidos. No es que no crea en que Dios es uno y trino; es que no creo nada que no pueda abarcar la razón, sea sobre lo que sea.

En estas estamos hoy. No es que no se asuma el Credo: es que no se quiere creer.
22/10/12 6:00 PM
  
Luis Fernando
El tío tiene el cuajo de hablar de la papisa Juana. Es un fenómeno, oye.

:D

Un consejo. No caigáis en su trampa. A los trolls les encantan convertirse en el centro de atención de los blogs donde participan y si se les hace caso, hacen que los comentarios se aparten del contenido de los posts. Lo cual, señores míos, es una falta de respeto al bloguero.
22/10/12 6:01 PM
  
Luis López
Muy buen post, y creo que llega al núcleo de la cuestión: todos y cada uno de los dogmas de la Iglesia, sin excepción, son cristológicos, en cuanto que su último sentido es manifestar la realidad y verdad del Verbo de Dios, hecho hombre para nuestra rendención.

Hasta los dogmas mariológicos tienen su sentido último en Cristo. La Maternidad Divina confirma que en las entrañas de María residió Dios; la Virginidad Perpetua, muestra la divinidad de Cristo por la intangibilidad del Arca que le albergó; la Inmaculada Concepción también muestra la divinidad de Cristo, en todo idéntico a nosotros salvo en el pecado, lo que motivó el sublime privilegio del Cielo para nuestra Madre; y finalmente la Asunción, muestra la realidad de la resurrección plena de Cristo, como primicia de la nuestra.

Y finalmente se cierra la posibilidad de errar en la definición de la realidad de Cristo, mediante el dogma de la infalibilidad papal (que absolutamente nada tiene que ver -habría que recordárselo a cierto indignado- con la imprecabilidad).
22/10/12 6:22 PM
  
Dirección InfoCatólica
Mientras Bruno está de viaje los comentarios en este blog pasan a estar moderados antes de publicarse.
22/10/12 7:09 PM
  
Xristoforos Theotokou
Para Cristiano Ignorante:

San Cirilo de Alejandría fue un gran doctor de la Iglesia. Que tenía mucho carácter pues sí, como otros santos, pero ni él mandó quemar la Biblioteca de Alejandría, ni persiguió a muerte (seguro que está pensando en el caso de Hipatia, un caso en el que hay más política que religión y que no hay que olvidar que si los alejandrinos mataron a Hipatia, 50 años antes se habían cargado a su obispo y 50 después a otro). Es más, sólo mira las cosas más extraordinarias que decía:
"Dios te salve, María, Madre de Dios, tesoro veneradísimo de todo el orbe, antorcha inextinguible, corona de virginidad, cetro de recta doctrina, templo indestructible, habitación de Aquél que es inabarcable, Virgen y Madre, por quien nos ha sido dado Aquél que es llamado bendito por excelencia, y que ha venido en nombre del Padre. "
Y lo de la rápida anexión del Islam de Egipto tiene mucho que ver la política seguida desde Constantinopla a nivel económico y religioso.

Y por cierto, te sorprendería lo interesadas que se mostraban las personas en Oriente con respecto a la teología, y tenían bien claro que María es Madre de Dios y no Madre de Cristo pero no de Dios.

Meterte a tratar la caída de Bizancio recurriendo a querellas del s. V tiene tela, pero mucha...

San Agustín, denostado... curioso teniendo en cuenta que los dominicos usaban su Regla, y que había órdenes que lo tenían como su patrón y fundador espiritual como los ermitaños agustinos (actuales agustinos).

Y con respecto a la influencia de autores paganos, bueno, sólo recordar cierta frase de un dominico llamado Tomás de Aquino "Toda verdad, la diga quien la diga, procede del Espíritu Santo".

Como ya se te ha dicho más arriba, infalibilidad no es impecabilidad, por tanto nos da igual los hijos naturales que tuviera Alejandro VI o el juicio a Formoso, porque la infalibilidad no está de acuerdo a su conducta de vida sino a la dignidad que ostenta.

Lo del celibato, está visto que no entiendes el origen monacal del clero occidental y las glorias y alabanzas que los santos han dedicado a la vida de celibato por amor a Dios.

Finalmente, "Sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto".
22/10/12 8:27 PM
  
Luis Fernando
El argumento del indignado se resume de la siguiente manera: Como a lo largo de la historia de la Iglesia ha habido gente muy chunga que ha participado de manera decisiva en la promulgación de dogmas de fe, y dado que la discusión dogmática ha provocado multitud de persecuciones de ortodoxos contra heterodoxos y viceversa, los dogmas de fe han de ser relativizados porque son obra de hombres y no de Dios.

Semejante aseveración demuestra una absoluta falta de fe católica en quien la profesa y, de paso, fe en Dios, quien habiendo declarado en la Escritura que la Iglesia es columna y baluarte de la verdad no podría admitir que la misma cayera en el error sobre aspectos fundamentales de la Revelación.

La cosa es bien simple. O uno cree que Dios gobierna la Iglesia a pesar de los pecados de sus miembros, Papas incluidos, o no lo cree. Y si no lo cree, cae en el relativismo, en el libre examen, en el cristianismo hecho a imagen y semejanza de la opinión propia y particular que se tenga sobre lo que dicen o dejan de decir los evangelios.

Partiendo de esa realidad, se puede entrar a refutar los gruesos errores históricos señalados por el indignado en sus comentarios. Pero es perder el tiempo. Aunque todo lo que dijera fuera cierto, eso no cambiaría ni un milímetro la fe católica sobre la infalibilidad de la Iglesia en materia dogmática, que abarca no solo la infalibilidad de los concilios ecuménicos sino la del Papa. Hablamos, insisto, en una infalibilidad a la hora precisamente de proclamar dogmas de fe. Hay otras cuestiones sobre los que la Iglesia se pronuncia que no requieren su infalibilidad.


Aun así, y en base a aquello de "como muestra un botón", diré -de memoria y sin poder consultar los libros de historia en los que aprendí el tema porque ando de mudanza- que el punto 2 del último comentario del acatólico indignado está muy lejos de corresponderse con la verdad. O sea, sí es cierto que no se guardaron las formas al comienzo del Concilio de Éfeso. Es cierto que Cirilo quiso solucionar el tema sin esperar a la llegada del Patriarca de Antioquía y los legados papales. Y cuando llego Juan, patriarca antioqueño, se montó un buen cirio. De hecho, hubo que esperar a la llegada de los legados papales para poner fin a todo el embrollo y que se ratificaran todos los puntos doctrinales en discusión, con anatemas y disposiciones correspondientes.

Por tanto, decir que "los obispos partidarios de la postura católica de Cirilo llegaron antes y cerraron las puertas a los orientales, partidarios de Nestorio. De esa forma se resolvió el "Tercer Concilio Ecuménico" es no tener ni repajolera idea de lo que realmente ocurrió en dicho concilio.

Insisto en que es innecesario perder el tiempo con quien intenta usar la historia de los papas y concilios como elemento para no aceptar la validad de los dogmas. Pero es que además, cuando uno estudia esa historia de verdad, lo que emana de la misma es la indudable presencia de la mano de Dios guiando a su Iglesia por la senda de la verdad en materia de fe. Como dijo el Beato Henry Newman, "estudiar la historia de la Iglesia es dejar de ser protestante". Por supuesto, para hacerse católico.
22/10/12 10:23 PM
  
José Carlos
Dedico la siguiente cita del Concilio a nuestro escéptico amigo indignado.

«Es característico de la Iglesia ser, a la vez, humana y divina, visible y dotada de elementos invisibles, entregada a la acción y dada a la contemplación, presente en el mundo y, sin embargo, peregrina; y todo esto de suerte que en ella lo humano esté ordenado y subordinado a lo divino, lo visible a lo invisible, la acción a la contemplación y lo presente a la ciudad futura que buscamos.» (Concilio Vaticano II, Constitución Sacrosanctum Concilium)
22/10/12 11:36 PM
  
Luis López
Nestorio, por lo que conocemos, era muy buena persona, Cirilo seguramente no.

Pero la realidad es que Cirilo tenía razón y Nestorio era un hereje. Dos razones fundamentales, una material y otra formal.

La material: Según Nestorio, Dios "habitó" en un hombre, escindiendo por lo tanto la realidad de Cristo en dos personas, una divina y otra humana. Nestorio negaba el dogma fundamental mantenido por la fe apostólica desde el principio: que el Verbo se hizo carne ("se encarnó") y habito entre nosotros", prefiriendo Nestorio hablar de "yuxtaposición". Pero Cristo es una sola persona, persona divina del Verbo, que tomó carne en las entrañas de María (Jn. 1,14) y por lo tanto tenía una doble naturaleza (divina y humana).

La formal: el Papa -que es quien por voluntad de Cristo confirma la fe de los cristianos (Lc. 22,32)- así lo consideró. "Roma locuta, causa finita"
23/10/12 10:00 AM
  
Cristiano Indignado
Por partes, Luis Fernando:

1.- Se puede creer en Dios sin necesidad de ser católico. Hasta el momento, te falta la capacidad de escrutar en las conciencias de los demás para juzgar quién tiene fe, y quién no. Eso sólo puede hacerlo Dios. Y veo que lo haces muy a menudo.

2.- No creer que en muchos casos (no en todos) no es Dios quien gobierna la Iglesia, sino los hombres, no es caer en el relativismo. Otras confesiones que conoces practican el libre examen y no por ello son menos cristianos, ni tienen menos fe. Además, la conciencia es un aliado de primera mano para Dios.

3.- Señáleme los errores históricos mencionados, porque la mayoría de lo que le he escrito procede de autores de reconocido prestigio. En Historia de la Filosofía me he guiado por ellos, y especialmente, por la claridad de contenido, por la obra de Bertrand Russell, que tiene de todo menos de ser poco riguroso. Entre ellas, la cita que suscita su crítica.

4.- No se puede separar la conducta de la infabilidad. Eso es un argumento retorcido de quienes pretenden "nadar y guardar la ropa". En lo bueno, es el Espíritu Santo. Lo malo no importa. Pues sí importa. Nadie con un espíritu crítico puede aceptar que de un malvado puedan salir verdades de fe. Ni que esté presente la caridad cristiana en quien suscita persecuciones sangrientas contra otros. Lo siento, el argumento de la infabilidad papal es que no hay por dónde cogerlo. No resiste una crítica filosófica seria. A Kant, por ejemplo, se le pondrían los pelos de punta.

Si en lugar de eso se aceptase que la Historia de la Iglesia también tiene sombras, todo resultaría más fácil. En esa humildad estaría su fuerza. Pero para los que nos consideramos cristianos sin apellidos son más importantes otras verdades, emanadas del propio Evangelio: Amar a Dios y a nuestros semejantes, Aceptar que Cristo fue el Hijo de Dios y practicar su mensaje. Perseguir a los hermanos NO es practicar el Mensaje. Juzgarlos por verdades parciales NO es practicar el mensaje.

El resumen último de mi mensaje es que se puede ser cristiano sin necesidad de estar adscrito a ninguna confesión reconocida. De hecho, es una realidad cada vez más frecuente.

El por qué, algunos tendrán que hacer examen y averiguarlo. En todo caso, será Dios quien tenga la última palabra, y juzgue quién está equivocado, y quién no.
23/10/12 11:49 AM
  
Nelson Medina
Brillante. Oportuno. No te digo más elogios para no tentar la vanidad, Bruno. Dios te bendiga.

Agrego algo: observemos cómo, detrás del desprecio al dogma cristiano y católico está también la desconexión entre verdad y libertad, o entre bien y verdad. El bien se ve como fruto del puro apetito, de la espontaneidad buenista, o de un consenso social que se asume... dogmáticamente. Lo "bueno" es, por dogma postmoderno, lo que la sociedad secularizada declare como tal.

Esa "bondad," indigesta y de muchos modos contradictoria consigo misma, no resiste análisis. Se refugia es su dogmatismo intolerante, subjetivista, rabioso, arrogante. Esa pésima "bondad" sólo habla de Cristo para negarlo, desfigurarlo o blasfemar de su Iglesia.

De ahí la increíble capacidad de nuestra sociedad "racional" y "desarrollada" para detestar a un hombre como Benedicto XVI. El Papa que el Espíritu Santo nos ha dado es exactamente la peor noticia que podían recibir los que creen en el dogma buenista, ultrasecularizado y subjetivista. Pero también hoy Cristo cumple su promesa: "He orado por ti, Pedro, para que tú fe no desfallezca."
23/10/12 1:20 PM
  
gringo
Si me permiten unas precisiones, Chimo Vice la biblioteca de Alejandría fue fundada por Ptolomeo I uno de los diadocos de Alejandro Magno en el s. IV a. C.
LO que dice cristiano indignado sobre la "papisa" Juana no es que realmente existiera dicha mujer que según la leyenda se hizo pasar por hombre y llegó a ser papa, sino que durante el llamado "siglo de hierro" de la historia romana (s X), las familas nobles de la ciudad se disputaban para los suyos el cargo de papa, y una de esas familias estaba comandada por una mujer conocida como Marozia (antigua porstituta, de donde el término "pornocracia") que consiguó sentar a su hijo en la silla de Pedro (Juan XI) y gobernó la Iglesia a través de él, dando origen a la leyenda de la "papisa".
23/10/12 2:31 PM
  
Luis Fernando
Acatólico indignado:
1.- Se puede creer en Dios sin necesidad de ser católico

LF:
¡No me digas!

Acatólico indignado:
No creer que en muchos casos (no en todos) no es Dios quien gobierna la Iglesia, sino los hombres, no es caer en el relativismo.

LF:
Eso es contradictorio con lo que Dios dice de la propia Iglesia. Hablamos de gobierno en todo lo relacionado con la Revelación.

Acatólico indignado:
3.- Señáleme los errores históricos mencionados...

LF:
No estoy para perder el tiempo. Tirando de memoria he desmontado ya una de tus afirmaciones sobre un concilio ecuménico. Pero no dedicaré medio segundo más a ese debate.

Acatólico indignado:
4.- No se puede separar la conducta de la infabilidad.

LF:
Porque lo dices tú claro. O sea, la Iglesia señala los límites de la infalibilidad y tú vas y sueltas que no te vale. Y como no te vale, la Iglesia no es infalible. Mira a ver si encuentras algún donatista de nuevo cuño que crea lo mismo que tú. Aquí entre los católicos pierdes el tiempo.

Como decían los padres de la Iglesia, "no puede tener a Dios por Padre quien no tiene a la Iglesia como Madre". Y tú, voluntariamente, has renunciado a tener a la Iglesia como Madre. En ti no cabe la disculpa de la ignorancia invencible. Por tanto, creo que sobre ti se aplica lo de "extra ecclesiam, nulla salus". Si no te arrepientes y te conviertes al catolicismo, estás en claro peligro de condenación eterna. Ruego a Dios que dejes atrás tu soberbia y puedas ser salvo.

23/10/12 2:54 PM
  
Tony de New York
'Nadie con un espíritu crítico puede aceptar que de un malvado puedan salir verdades de fe'


Que CONFUSIóN!

Bien dicen las Sagradas Escrituras:
14 El que NO es espiritual no acepta las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son tonterías. Y tampoco las puede entender, porque son cosas que tienen que juzgarse espiritualmente.
1 Corintios 2, 14.
23/10/12 4:00 PM
  
Luis Fernando
Antes de que se me olvide. Dice el indignado:
Nadie con un espíritu crítico puede aceptar que de un malvado puedan salir verdades de fe.


Pues bien, es dudoso que haya habido en la historia de Israel un Sumo Sacerdote más malvado que Caifás. Sin embargo:

Juan 11,49-52
Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada, ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.
Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación. Y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.

23/10/12 4:27 PM
  
Pignatelli
No quiero entrometerme en el duelo dialéctico de LF con indignado, pero me parece que el segundo incurre en pelagianismo. ¿Por qué de un malvado no pueden salir verdades de fe? ¿Tenemos que ser ya buenos para que actue el Espíritu? Ahí tenemos a Pedro, que siendo pecador y débil confesó a Jesús. Y bien podemos recordar lo que le dijo Jesús: que esa afirmación no nacía de él, sino del Espíritu.
23/10/12 4:42 PM
  
Luis López
Cristiano indignado, me asombra que vd., siendo -según afirma- cristiano, diga que "Ningún espíritu crítico puede aceptar que de un malvado surgan verdades de fe" o que "No se puede separar la conducta de la infalibilidad". Pues fíjese lo que dice por ejemplo Don Marcelino Menéndez y Pelayo en su imprescindible "Historia de los Heterodoxos españoles" (Libro IV, Preámbulo):

"¿Para que ennegrecer más este cuadro recordando las liviandades de Sixto IV y Alejandro VI? Si alguna prueba necesitáramos de lo indestructible del fundamento divino de la Iglesia católica, nos la daría su estabilidad y permanencia en medio de tantas tribulaciones; el no haber emanado error alguno de la Cátedra de San Pedro, fuese quien fuese el que la ocupaba, y el haber tenido la Iglesia valor y constancia para reformar la disciplina y las costumbres de la manera con que lo llevó a cabo en el siglo XVI".

Mire, Sr. indignado, si Vd. leyera la Biblia se daría cuenta de que Dios, para transmitir su Palabra, emplea a quien le da la gana, desde un burro (Num. 22, 28-30), un niño (Mt. 21, 14-16), hasta los mismos paganos (Esd. 1,1) ¿Quién es Vd. para decirle a Dios que no emplee a tal o cual persona para transmitir lo que quiera? ¿Es que Dios nos exige ser impecables o si no no nos habla? ¿Olvida Vd. que Dios vino ante todo y sobre todo por los pecadores? Usted parece cátaro más que cristiano.

Finalmente, decirle que por supuesto se puede creer sin ser católico. Yo puedo creer en Apis, en Neptuno, en el Zodiaco, en Alá, en Buda o en el fundador de la cienciología. O puedo también creer en un Jesús hecho a mi imagen y semejanza, pero ni los unos ni éste pueden salvarme.

Y en efecto, Dios -el de verdad, no el hecho al capricho del hombre- nos juzgará a todos. Y seguro que será misericordioso con los que han/hemos errado. Pero no lo será -no lo dude- con los que por soberbia se empecinan en el error.
23/10/12 6:17 PM
  
Alfonso Carles
Cristiano Indignado:
No se puede mantener una discusión sobre cuestiones tales como la fe y los dogmas sin antes saber en esencia qué son tales cosas para la Iglesia Católica:
1) Fe según la Iglesia Católica es "una virtud sobrenatural por la que, con inspiración y ayuda de la gracia de Dios,creemos ser verdadero lo que por Él ha sido revelado, no por la intrínseca verdad de las cosas, percibida por la luz natural de la razón, sino por la autoridad del mismo Dios que revela, el cual no puede ni engañarse ni engañarnos"[Denz 1789].
2) Dogma: es cuando "la Iglesia propone, de una forma que obliga al pueblo cristiano a una adhesión irrevocable de fe, verdades contenidas en la Revelación divina o también cuando propone de manera definitiva verdades que tienen con ellas un vínculo necesario" (Catecismo N. 88).
3) Por tanto, decir que de un malvado no pueden salir verdades de fe es creer que la fe es cosa exclusivamente del hombre, y no también de Dios. La fe no prescinde de la libertad. Se puede tener fe y no actuar conforme a ella, y ser un malvado. Mira el pecado de Satán sino.
La Iglesia Católica dice: La fe es en sí misma un don de Dios. Mas aun cuando el asentimiento de la fe no sea en modo alguno un movimiento ciego del alma; nadie, sin embargo,“puede consentir a la predicación evangélica”, como es menester para conseguir la salvación, “sin la iluminación e inspiración del Espiritu Santo, que da a todos suavidad en consentir y creer a la verdad” [Conc. de Orange, v.178 ss]. Por eso, la fe, aun cuando no obre por la caridad [cf. Gal. 5, 6], es en sí misma un don de Dios, y su acto es obra que pertenece a la salvación; obra por la que el hombre presta a Dios mismo libre obediencia,consintiendo y cooperando a su gracia, a la que podría resistir [cf. 797 s ¡ Can. 5].
4) Así, negar algunas verdades de fe, en el fondo es no tener fe, porque es negar que es Dios quien revela y da la fe. Quien así actúa se guía por su propia razón y criterio, no por el respeto a la autoridad de Dios que revela. Por eso es que la Iglesia dice que "Deben creerse con fe divina y católica todas aquellas cosas que se contienen en la palabra de Dios escrita o tradicional, y son propuestas por la Iglesia para ser creídas como divinamente reveladas, ora por solemne juicio, ora por su ordinario y universal magisterio (Denz 1789)".
En este sentido resulta imprescindible lo que dice Santo Tomás al respecto:
"El hereje que rechaza un solo artículo de fe no tiene el hábito ni de la fe formada ni de la fe informe. Y la razón de ello está en el hecho de que la especie de cualquier hábito depende de la razón formal del objeto, y si ésta desaparece, desaparece también la especie del hábito. Pues bien, el objeto formal de la fe es la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura y en la enseñanza de la Iglesia. Por eso, quien no se adhiere, como regla infalible y divina, a la enseñanza de la Iglesia, que procede de la Verdad primera revelada en la Sagrada Escritura, no posee el hábito de la fe, sino que retiene las cosas de la fe por otro medio distinto. Como el que tiene en su mente una conclusión sin conocer el medio de demostración, es evidente que no posee la ciencia de esa conclusión, sino tan sólo opinión.
Ahora bien, es evidente que quien se adhiere a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible presta su asentimiento a todo cuanto enseña la Iglesia. De lo contrario, si de las cosas que enseña la Iglesia admite las que quiere y excluye las que no quiere, no asiente a la enseñanza de la Iglesia como regla infalible, sino a su propia voluntad. Así, es del todo evidente que el hereje que de manera pertinaz rechaza un solo artículo no está preparado para seguir en su totalidad la enseñanza de la Iglesia (estaría, en realidad, en error y no sería hereje si no lo rechaza con pertinacia). Es, pues, evidente que el hereje que niega un solo artículo no tiene fe respecto a los demás, sino solamente opinión, que depende de su propia voluntad". (Suma Teológica Parte II-IIae - Cuestión 5)
5) Puedes asentir o no a estas cuestiones, ese es tu tema. Pero debes saber que si las niegas, no sigues la fe de la Iglesia Católica. Serás Cristiano, más no Católico.
6)Y curioso que sigas a Kant (protestante y anticlerical) como árbitro de las verdades de la Iglesia Católica. En tu lugar seguiría al Catecismo.
24/10/12 4:21 AM
  
José Carlos
Me ha gustado mucho el texto de Menendez y Pelayo que cita Luis Lopez.

Creo también que es milagroso y prueba de que la Iglesia, a pesar de su componente humano, está dirigida por el Espíritu Santo el hecho que esos Papas nada ejemplares en el terreno moral nunca se hayan pronunciado en el terreno dogmático contra ningún punto del depósito de la fe.
24/10/12 8:26 AM
  
santir
Si"Los agnósticos que no encuentran paz por la cuestión de Dios y las personas que sufren a causa de nuestros pecados y tienen deseo de un corazón puro están más cercanos al Reino de Dios que los fieles rutinarios", ¿no se podría decir algo parecido de un cristiano no católico, en las mismas condiciones?
24/10/12 10:36 AM
  
rastri
- Por lo que respecta a los dogmas de la Iglesia Católica, cabeza ésta del cristianismo, hay que tener en cuenta la capital circunstancia de cómo:

-Que en el dogma católico, si a bien tiene Dios, puede darse a ver y comprender en su infinita forma; Mas no puede darse a ser medido y definido en su infinito fondo.

-Dicho de otro modo: Siendo el infinito Dios un todo compuesto de infinitas partes limitadas; la parte limitada, individualmente, nunca podrá ser el todo infinito Dios.

-Y aquí San Agustin y el niño en la playa: Y cómo hombre limitado nunca podrá limitar, abarcar o medir y definir la infinita dimensión de Dios en su mente.
-Sin que por esto Dios, en su forma de ser, no se deje de ver y comprender en el llamado Misterio de la Santisima Trinidad;

- De aquí que como indefectible principio causa de todo lo que existe y existirá: existe, que existió y existirá:

- Una infinita dimensión, morada que es de un infinito morador, Dios; Donde tanto es la morada infinita como así infinito es el morador que allí mora una infinita unidad; Que nadie, sino el infinito Dios, puede medir y puede definir, ésta, su infinita dimensión como morada.

-Que el infinito Dios, sin dejar de ser infinita unidad en su infinita morada, es infinita dualidad como infinita Luz e infinita Vida que fue, es y será.

-Que el infinito Dios a su vez, sin dejar de ser infinita unidad e infinita dualidad como Luz y Vida que fue, es y será: Es infinita trinidad:
Como Luz que es en su infinito principio (Dios Padre principio de todo principio); Como Luz que es en su infinito fin (Dios Hijo fin de todo fin); Y como Vida que es en su infinito medio centro (Dios Espiritu Santo principio, medio y fin de todo lo que es infinita vida que fues, es y será.)

-Y así como justo y necesario es que este Dios, en su dogma de su unidad, dualidad y trinidad sea creido y reconocido; Injusto sea que como tal no sea tenido.







24/10/12 11:45 AM

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