Todavía hay tiempo
Todavía hay tiempo. Aún hay sitio. Y eso que ya hemos acogido a asesinos, ruandeses, monjas, suicidas, pescadores, camioneros, marinos, grandes damas, santones musulmanes, jueces, peces, taberneros, guardias civiles, apóstoles, tortugas, escorpiones, cerdos, claveles, políticos, condenados a muerte, abuelos y sus nietos, curas, aldeanos, parturientas y muchos otros. Pero todavía quedan cuatro días para presentar relatos al I Concurso Literario Católico de Historias Cortas.
En Vita Brevis, estamos sobrecargados, pero contentos. El número de relatos está superando, con mucho, nuestras expectativas. Hay historias de todo tipo, cómicas y trágicas, históricas y futuristas, de horror y de amor, cuentos, historias de viajes y experiencias personales, pero todas tienen en común la presencia, evidente u oculta, de la gracia que transforma al ser humano.
Creo que, ante todo, está quedando de manifiesto la enorme riqueza que puede tener la literatura católica y que refleja la variedad que alberga la propia Iglesia Católica.
Historia de la tortuga y el escorpión, por Inma Escribano Albendea:
“Mientras Kumbala regresa, obstinada, con la oscuridad de la noche, a su quehacer, Basha vaga solitario por la arena. Su cola erguida y mortal no baja la guardia ante lo desconocido, mostrando lo más osado de su fisonomía, aunque bajo la gallarda apariencia se esconde un escorpión algo tímido y más necesitado de afecto. Basha fue abandonado al nacer, no por la irresponsable decisión de sus padres, sino porque así lo ordena la Naturaleza, y él y sus hermanos pronto han tenido que lanzarse a la aventura de la vida sin la protección familiar".
El hombre indiferente, por Francisco José Gambín Gallego:
“Érase una vez un hombre diferente. Era, en apariencia, un hombre normal, de clase media. […] No era muy alto ni muy bajo, y tampoco estaba ni muy gordo ni muy delgado. Estaba en la media. En lo único que destacaba era en sus ojos de color miel con finas vetas verdosas".
El candidato, por Ana Basanta:
“Abrumado, controlando la respiración y aparentando normalidad, Joaquín Gutiérrez subió ágil las escaleras al tiempo que sonaba el himno del partido. Alzó las manos saludando a afiliados y simpatizantes, que agitaban pequeñas banderas con su rostro y el lema de campaña: Juntos, podemos. Conocía las técnicas discursivas, el lenguaje corporal, el juego de lanzar preguntas para responderlas él mismo, y lideraba las encuestas de intención de voto, a pesar del fracaso en la reforma delas pensiones".
Catalina, por Lola Sánchez Lázaro-Carrasco:
“Demasiadas desventuras le habían quitado el sueño en su vida y ahora su sobrino y yerno Felipe, siempre amable con ella, seguía con la idea de la unión de ambas Coronas. Su corazón se dividía entre España y Portugal, pero no iba a dejarse arrebatar el país que le brindó una segunda oportunidad".
El retrato de la señorita Madre, por Joaquín Gómez Carrillo:
“Entonces la Dispuesta, con el mayor agrado, se volcaba en las tareas de prepararles de comer matando el mejor pollo del corral, de ponerles la mesa, de colocarles las hamacas bajo la sombra del Pino Grande para que se tumbaran a dormir la siesta; o, si se quedaban por la noche a dormir, de hacerles la cama y de fregarles los orinales. Otras veces, los señoritos se desplazaban con sus mozas jóvenes dela casa del pueblo (una casona de ricos, en calle de carrera, con puertas de madera labrada, cancela de forja y dintel blasonado con heráldica propia), las cuales metían mucho alboroto riendo, cantando, entrando y saliendo o bajando y subiendo por las escaleras, pero entonces la Dispuesta se encontraba algo más aliviada".
12 comentarios
Saludos.
web:EL PICO DE LA ATALAYA
http://jqngomezcarrillo.blogspot.com
Si lo escribo, será en una de estas noches de insomnio. Y eso porque me has prometido un premio, que si no ;-)
Un saludo muy cordial.
Acuérdate de poner en el sobre "SECCIÓN ENCHUFADOS - Premio Directo", no sea que se nos pase.
:)
Sí, el premio consiste en un viaje temporal para conocer a Cervantes, Shakespeare, Homero y Virgilio.
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Nota legal: Sin ningún gasto pagado; el premiado deberá aportar su propia máquina del tiempo.
No ví la convocatoria para esa sección, ¿qué tipo de relatos van a esa sección? ¿Relatos laudatorios a la editorial? ¿Biografías de los editores? ¿Odas laudatorias al organizador en verso alejandrino?
¡No tengo tiempo ya para participar en esa sección!
Si al final consigo presentar algo, yo me pido la vía del "rasca y gane". Con suerte pillo un premio de consolación o un "sigue probando" que me anime a eso, a seguir probando. Porque el crucero sería difícil, igual ya está comprometido para los que participan desde Alemania o par el propio editor y convocante. ôô òó
:)
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