Unidades católicas
La celebración, temporibus illis, del I Concurso de Blogs Católicos EDF y conocer tantas bitácoras católicas de calidad en español fue, para mí, una verdadera cura de humildad. Vi que, al lado de esos blogs, Espada de Doble Filo no es más que el esfuerzo bienintencionado, pero más bien torpe, de un pobre aficionado.
Eso sí, además de un poco más de humildad (cosa que siempre se agradece), conseguí otra cosa del concurso: encontré un montón de fuentes de inspiración para cuando tengo que escribir algo. Basta pasar por esos blogs y siempre encuentro algún tema interesante.
Así me ha sucedido hoy. En el blog Embajador en el Infierno, he leído una anécdota tan estupenda que no puedo resistir la tentación de reproducirla aquí:
El otro día [mi hija de doce años] le pidió a mi padre permiso para utilizar su casa de vacaciones y poder ir con un grupo de amigas de su club juvenil, acompañadas por un par de monitoras, a pasar unos días después de los exámenes. Conseguida la venia lo anunció al grupo.
Para situar al personal: la casa está en el interior de una zona costera, a cierta distancia del mar.
A los pocos días una de las monitoras le contó la historia a mi mujer:
Monitora: De modo que le pregunté a tu hija que a que distancia estaba la casa de la playa. ¿Sabes que me contestó?
Embajadora: Ni idea.
Monitora: Se quedó pensativa, murmurando: “Distancia….". Y con toda seguridad dijo: “¡Está a un Rosario de la playa!".
Me ha encantado la historia. Y este uso de una unidad métrica tan católica. Además, es divisible, cosa muy útil y necesaria para una unidad de medida. Por ejemplo, el metro está a dos misterios de mi casa y el banco sólo a un avemaría.
Y no sólo se pueden usar unidades católicas para este tipo de medida, también para otras cosas. Por ejemplo, ¿qué nos separa de los ateos? Un catecismo. ¿Y de los protestantes? Medio catecismo. ¿Y de los ortodoxos? Cuatro o cinco páginas.
También podemos usarlas para medir el tiempo. ¿Cuanto falta para que te jubiles? Veintiocho cuaresmas. ¿Y para terminar este trabajo? Tres laudes y cuatro vísperas. ¿Y cuánto falta para que llegue Semana Santa? Dos abstinencias.
Incluso podrían aprovecharlas los médicos para cuando tengan que aconsejar hacer ejercicio: haga todos los días treinta genuflexiones, cincuenta inclinaciones profundas y un buen paseo rezando el rosario. O para los que tengan que hacer dieta: una cuaresma de ayuno y como nuevo.
Finalmente, yo diría que podemos utilizar las unidades católicas para solucionar uno de los grandes misterios de la Física. ¿Cuál es el instante de tiempo más pequeño que puede existir? El que transcurre entre el arrepentimiento del pecado y el perdón de Dios.
33 comentarios
Tu desarrollo argumental sobre las unidades de medida religosas también excelente, sobre todo la última frase:
"Finalmente, yo diría que podemos utilizar las unidades católicas para solucionar uno de los grandes misterios de la Física. ¿Cuál es el instante de tiempo más pequeño que puede existir? El que transcurre entre el arrepentimiento del pecado y el perdón de Dios."
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Esto me ha recordado a una anecdota de Santo Cura de Ars,narrada en la breve biografía de Van Der Meersch:
una pobre mujer guarda desde hace meses su angustia por el suicidio de su marido,que se arrojó al agua, y no ha hablado con nadie de esto. se llega hasta Ars,el Padre Vianney la ve y,-esto es lo maravilloso-son conocerla de nada va y le dice:
"valor,señora.Entre el puente y el río hay espacio para arrepentirse..." Grandioso.
ME VINO A LA MENTE AQUELLA MEDIDA QUE NOS DA SAN BERNARDO: "LA MEDIDA DE AMAR A DIOS, ES AMARLO SIN MEDIDA"
LAUS DEO
Por ejemplo, cuando está hecho un huevo escalfado? pues después de 10 padresnuestos y 10 avemarías (me lo estoy inventando no lo probéis no sea que os salga crudo o muy hecho)...
yo sólo se que lo clavaba.
Gracias por este post Bruno, me ha encantado.
Un abrazo a todos
Eso en nada vuelve superfluo, al contrario, el recurso al sacramento, en el que también la gracia es la pre-moviente y la moviente. Todo es gracia, atrás, arriba y adelante.
Videtur los magistrales posts del Padre Iraburu.
-- Principio de No-granularidad del tiempo --
Medido en unidades católicas, el tiempo no es granular.
Es decir, para cualquier lapso de tiempo arbitrario, ε > 0 , por pequeño que sea, siempre puede encontrarse otro lapso temporal δ > 0 , tal que:
1) δ < ε
2) Si se comienza a contar el tiempo a partir de instante en que el pecador se arrepoiente, trancurrido un tiempo δ, el ángel custodio siempre observa que Dios ya ha perdonado al pecador.
(Fijaos en que la introducción de δ es innecesaria, pero ambas letras griegas se han consagrado en la definción de límite y la broma queda más "profesional").
La influencia de las letras griegas me ha llevado a escribir:
arrepoiente
-- Principio de No-granularidad del tiempo --
Formulación fuerte:
- El arrepentimiento se refiere a perfecta contrición
- El efecto observado alcanza al perdón de pecados mortales.
Formulación débil:
- El arrepentimiento es contrición imperfecta (atrición)
- El efecto observado puede alcanzar al perdón de pecados veniales pero, para extenderlo a pecados mortales, ordinariamente se requiere la confesión sacramental.
-- Principio de No-granularidad del tiempo --
1) Considerando que existen la Formulación Fuerte y la Formulación Débil
2) Admitido el Principio de Intertidumbre de la Contrición
Conclusión:
Si se determina la existencia de pecado mortal, para garantizar algún resultado, debe acudirse a la Confesión sacramental.
Hay que hacer notar que esta hija mía es de un místico que lo tumba. De modo que, por lo general, las categorías que utiliza para intentar entender el mundo no suelen ser las habituales. Lo cual es de gran ayuda para muchas personas, empezando por su padre.
Nachet- Tronco, muchas gracias, por un momento pensé que mi queridísima abuela te había robado el pseudónimo.
Y una última contribución- como han mencionado algunos por ahí arriba cuando España era católica, las mujeres solían medir los tiempos de cocción con oraciones. El más clásico (y funciona) es rezar un Credo cuando se está haciendo un huevo pasado por agua. Mi abuela lo hace... en latín.
Pienso que es una excelente manera de meter a Dios en las actividades cotidianas.
Yo también he visto lo del Credo para el huevo pasado por agua.
El huevo duro requiere tres Credos, creo recordar. Debe aclararse que me refiero al Símbolo de los Apóstoles. El Niceo-Constantinonapolitano no está calibrado todavía.
Y me parece que mi madre lo sigue haciendo ;-)
Si saliera el Niceo-ConstantinoNApolitano, habría que desconfiar.
Mi Padre, octogenario, suele decir, para aludir a una secuencia de tiempo ínfima: “en un sancti-amén” en alusión —deduzco— del Gloria Patri.
La que emplea mucho las oraciones cristianas para referir medidas de Cronos es santa Teresa: solía, por ejemplo, tener arrebatos del tenor de un Credo.
Dicho esto, me declaro acérrimo enemigo de la cuantificación temporal del quehacer espiritual. Pues aunque este mamífero con aliento divino vive en el tiempo, lo hace en una frecuencia kairológica más que cronológica. Decir que uno rezó media hora es tan dislate como decir que rezó kilo y medio.
Valga lo del abad de Clairvaux: mensura amoris, sine mensura amare (la medida del amor es amar sin medida). Y surge sola la pregunta: ¿amar sin medida es amar sin andar midiendo cuánto amo? No. O al menos: no sólo. Sobre todo es amar en un registro diferente al cuantificable. No es un cuánto sino un cómo... El mismo Bernardo es quien, comentando el mandato evangélico de perdonar setenta veces siete, contra todo reino de la cantidad, alumbra diciendo que no se trata de perdonar “mucho” cuantitativamente, sino que es un “setenta veces siete” horadando en las entrañas de un mismo y solo acto de perdón.
Vale para perdonar, como para rezar, como para amar. Ratzinger, en el 67, lo llama “la Ley de la desmesura” que constituye el logos/pneuma de todo lo cristiano.
el athonita
ps: si de anécdotas de niñas candorosas se trata, que cuente Luis del Dios deprimido ante el pecado del hombre: impagable.
"Sí, no tiene mucho que ver una cosa con la otra. Si la contricción es imperfecta, no es por insuficiencia de la gracia previniente, sino por deficiencia de la voluntad. Así que la gracia es siempre protagonista y no granular de su aceptación, que también es una gracia.
06/03/10 3:15 PM
Lo digo por lo de "granular de su aceptación" que se me antoja foruncular. Entre otras graciosas erupciones protagonistas de la deficiente voluntad que provienen de la insuficiente gracia de la piel. Y que no consigo acoplarlas a lo que es el Sacramento de la Penitencia por muy insuficiente que sea el portagonismo de la gracia proviniente.
Pues si vale á explicación pienso enviarla al diccionario de ideas y sinónimos de Julio Casares.
Por lo demás:
-Es conocido para cualquiera que se ha llegado al sacramento de la penitencia con fe sincera y sano arrepentimiento de descargar su conciencia y de ser perdonado: Cómo, una vez formulada la absolución; Y no antes : Siente en su interior esa tranquilidad de conciencia que se desprende del dicho sacramento.
Sino de qué, y para qué fuera lo dicho y autorizado cómo "lo que perdonáreis en la Tierra será perdonado en el Cielo; y lo que retuviéreis será retenido..."
Debe aludir a la señal de la cruz: In nomine Patris, et Filii, et Spiritus Sancti. Amen. ¡Ahí sí es ínfima!
Con el respeto de siempre...
Taras de monje posmo,,,
Me doy por "aludido" y coregido.
ath.-
Como decía Santa Teresa de Ávila: “también entre los pucheros anda el Señor”
Qué cierre, Bruno, sobresaliente!
Eso es lo que me gusta de ti, aplicas la física y la teología a la realidad de la vida de fe, te has visto? :)))
Cuál aficionada sería capaz de hacer eso, eh?
Abrazo
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