19.01.10

15.01.10

Guerra abierta contra Munilla (y defensa apasionada del mismo)

Hemos llegado a un punto en el que el periodismo, una vez más, se ha quitado la hipócrita careta de la “objetividad” y la “pluralidad de opiniones", para mostrar su rostro más asqueroso, que es el ataque a la Iglesia mediante la connivencia con los poderosos.

Primero fueron los 131 infames curas rebeldes que, ‘al cierre de esta edición’ siguen sin dimitir. Luego fueron los cuatro gatos de un grupúsculo gay-lesbico-trans(former) que se manifestó en la toma de posesión de Monseñor Munilla y ahora unas declaraciones completamente tergiversadas por la agencia EFE y que recogen, no sin cierto recochineo, los de siempre. No deja de asombrarme la extraordinaria capacidad de síntesis que tienen cuando algo les interesa. Pero es que, si se fijan ustedes, todo el aparato mediático del gobierno se ha movilizado para la ocasión:

- Cadena Ser Guipuzcoana (grupo Prisa)
-Agencia EFE (que pagamos todos los españoles, by the way)
- Jesús Bastante, entre cuyas ocupaciones está el ser columnista del Diario Público (grupo Mediapro) y su compañero de armas José Manuel Vidal, embarcado en las mismas condiciones en El Mundo.

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13.01.10

Diásporas inaceptables

Al excelente artículo de D. César Vidal de ayer en la Razón hay poco que añadir. Efectivamente, el poder político en Vascongadas se ha metido donde no le llamaban, y la tentación está en extender y generalizar a todo el conjunto de obispos, párrocos y sacerdotes.

La memoria, cosas que tiene uno, no me suele fallar con los números y de 600 sacerdotes, solo 131 se ‘lucieron’ firmando el manifiesto anti-Munilla. Y eso que algunos ni siquiera querían firmar, los muy valientes… Pero Don José Ignacio Munilla es la punta de un iceberg tan silencioso y discreto cuanto es grande la ignominia que han sufrido en su propia tierra: la de los sacerdotes que se han visto forzados al “exilio", a “emigrar” al resto de España para poder seguir formándose y predicar como sacerdotes católicos, y no como nacionalistas de púlpito. Más que al obispo, los 131 impresentables que firmaron ese manifiesto, y todo aquel que lo justificara, temen el retorno de los hermanos a los que echaron con amenazas de un futuro incierto, cuando no por la propia coacción de la violencia.

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12.01.10

Cuando el río suena...

Benedicto XVI dice muchas cosas, y uno no siempre valora lo profundo de sus mensajes. Sus últimas declaraciones sobre “matrimonio gay” y el tráfico de armas son enormemente elocuentes sobre un Papa del que se dice de todo, sobre todo que está “desconectado del mundo".

Pues bien, Vamos por partes. El Papa expone que no solo que se puede estar en contra de esas uniones gay (que no se pueden llamar matrimonio) sin ser un troglodita, sino que se puede hacer de una manera desapasionada. Y es que hay que ver más allá del simple, hecho. Un hecho que no deja de ser una manipulación populista por parte de algunos gobernantes a los que se les ha agotado el crédito de ideas que tenían para, vamos a ser bienpensantes, gobernar.

“La libertad no puede ser absoluta, puesto que el hombre no es Dios, sino la imagen de Dios, la creación de Dios. Para el hombre, el camino a seguir no puede ser determinado por el capricho o la obstinación, sino que debe corresponder a la estructura querida por el Creador", explicó Benedicto XVI.

Esa es la cuestión de fondo, a la que siempre de manera natural llega una de las mentes más prodigiosas de este comienzo de siglo. No se personaliza, no se argumenta con el prejuicio hacia aquel que, por desgracia, no puede experimentar una sexualidad acorde al orden natural. No se trata de eso, sino de encontrar la trascendencia en una cuestión demasiado contaminada por una polémica estéril.

Estoy convencido de que cuando el río suena, agua lleva. Y los Papas vienen avisando durante ya varios siglos que el Hombre se aparta cada vez más, por pura desidia, de un modo de vida acorde a lo que Dios quiere de nosotros. Ya no es que haya habido una apostasía silenciosa y masiva, a lo largo de años y décadas (y si me preguntan, acentuada en los últimos 40 años), sino que el Hombre se ha puesto manifiestamente en contra de Dios, “y a mucha honra".

Juan Pablo II denunciaba las “estructuras de pecado". En el caso de las uniones gay, promocionadas precisamente por el estado. Un estado que ha sido fagocitado por la clase política, que ya lo utiliza como instrumento para perpetuarse en el poder. Cuando se ha perdido el interés por el bien común, solo se puede hacer mal. Y ese es el principio de nuestros problemas.

Pero la estructura de pecado no afecta solo a la organización pública. Quizás no tan evidente, pero también visibles, son las estructuras de pecado tejidas en torno a ciertas iniciativas privadas, de las que hoy podemos hablar del tráfico de armas.

En sí, fabricar un arma no es exactamente malo. Lo que tuerce un propósito de defensa es a quien se vende. El ya trillado para qué. Muchos dicen “África está perdida", sin reparar en que ha sido el resto del mundo el que ha observado con enorme interés su perdición. Un continente en el que las materias primas abundan, y cuyo potencial podría dar un nivel de vida mayor incluso que en Europa, si hubiese ánimo de generar y distribuir esa riqueza. En vez de eso, tenemos a una clase dirigente, perpetuada en el ejercicio del poder en casos como Guinea Ecuatorial o Zimbabwe, que acumula el 90% de la riqueza de sus naciones. Y no solo eso, sino que desea la riqueza del vecino, por la que recurre al “primer mundo” para conseguir un juguetito más grande que el de su vecino, para machacarlo.

Sobre este otro tema siempre recomiendo una película de especial dureza. “El Señor de guerra", con Nicolas Cage me parece un retrato crudo pero realista de lo que hay detrás de todo el tejemaneje africano. La voluntad de unos pocos hombres sin más moral que su bolsillo es la que condena a muerte a millones de personas. Eso es lo que denuncia el Papa. Porque igual de injusto es que mueran millones en la barbarie del aborto, como en guerras inútiles.

Para terminar, una pregunta: Si no somos capaces de exigirnos a nosotros mismos un modo de vida recto ¿Cómo esperamos que nuestros gobiernos se comporten de manera diferente?

8.01.10

Marini tiene las cosas claras

Mira que lo he pensado: Mañana Monseñor Munilla toma posesión como obispo de San Sebastián, pero no hay que adelantarse: hoy nos vamos a Roma, y concretamente, a hablar de Monsignor Marini.

Sonó mal aquello cuando cesaron al anterior maestro de ceremonias del Vaticano. Marini è morto, viva Marini, pero es que no había punto de comparación entre ambos monseñores. El tiempo ha dado la razón a aquellos que vaticinaron que el Marini el joven iba a ser un ceremoniero bastante más fiel a la tradición de lo que había podido ser su predecesor. Poco después de tomar posesión de su nuevo cargo, veíamos que se hacía cada vez más habitual que los comulgantes ante el Papa lo hacían de rodillas, previa disposición de comulgatorio. Pequeños detalles, guiños quizás, a la forma extraordinaria.

Hoy recogemos en Infocatolica las palabras de Don Guido respecto a la Liturgia.

“La única disposición que nos permite atenernos al auténtico espíritu de la liturgia es considerar tanto la actual como la pasada liturgia como un único patrimonio en continuo desarrollo”

Con palabras como esas, es fácil de entender el pensamiento y una doctrina que Benedicto XVI y su maestro de ceremonias comparten plenamente. De las conversaciones del entonces Cardenal Ratzinger con Meter Sewald (que recogen nuestros amigos de Crux et Gladius) se desprende esa sintonía entre ambos. En Liturgia, desde luego, no se da puntada sin hilo. Tampoco es de extrañar, entonces que el Cardenal Cañizares sea el Prefecto de la Congregación para el Culto Divino -él que es de los pocos obispos españoles que se ha ‘atrevido’ a celebrar en la forma extraordinaria él mismo-.

El análisis de Monseñor Marini apunta a que que la necesidad de la renovación sea evidente debido a la extensión mundial de los abusos litúrgicos. Efectivamente, hacer una convergencia de las dos formas solo puede ennoblecer a la Misa de Pablo VI -y quizás funcione también a la inversa, pero ahí ya necesitamos a un liturgista, yo no me mojo-. Ahora bien, que sólo los abusos litúrgicos motiven la “Reforma de la Reforma” es quedarse un poco en lo accidental.

Monseñor Marini sabe bien que el sentido trascendental de la forma extraordinaria va más allá de ser una reacción a una situación adversa a un respeto por la liturgia. Aunque no fuese necesario -que vaya si lo es- el Misal de Juan XXIII debería ser promocionado con la misma fuerza, por el solo hecho de ser la forma tradicional, con la que se ha celebrado la Santa Misa desde fecha inmemorial. Recordemos que ese Misal se origina tras el Concilio de Trento (de ahí que se hable de Misa Tridentina) y que fue una mera estandarización de una práctica ya habitual en la Iglesia. San Pio V así evitaba los abusosde su época.

Enriquecer la Misa de Pablo VI
Monseñor Guido Marini es un partidario de utilizar aportes del anterior misal en el nuevo. El liturgista habla aquí de extender la práctica de celebrar Ad orientem, lo cual no está, ni mucho menos, prohibido para la forma ordinaria. De hecho, he rezado en capillas del Opus Dei en Madrid donde no hay otra manera de celebrar, al estar el altar pegado a la pared. Es sólo un ejemplo de los múltiples aportes que se pueden dar. Otro que me atañe como monaguillo es el uso de la campanilla durante el canon. Uso, por cierto, esporádico cuando no excepcional en la forma ordinaria. Y lo que ya escapa a mi comprensión es el porqué se tiene que dar una serie prolongada de campanadas cuando el sacerdote levanta la Sagrada Forma o el Cáliz en vez de tres campanadas. Vale, que eso son detalles, pero la Liturgia, como la vida, está hecha de pequeñas cosas.

Todo esto para concluir que Monseñor Marini tiene mucha razón y que, Dios Mediante, esa “Reforma de la Reforma” se dará con el tiempo. Si no se tuvo reparos en implantar la que es hoy la forma ordinaria, creo que esta vez las cosas se están haciendo despacio, por su orden y sin sobresaltos, y que llegaremos a la “paz litúrgica". Pero ya sabéis que soy optimista…